Macri: «El peronismo rompió los códigos»

Rarezas de la política: la reforma política era tan buena que su fracaso lo festejan todos. El Gobierno celebra que quedó del lado de los buenos y que ganó la primera herramienta para las elecciones del año que viene: sin cambios en la forma de votar, cantará fraude en todos los distritos en los que tenga alguna dificultad. Se lo dijo en la noche del jueves el secretario Adrián Pérez a todos quienes quisieron escucharlo, en particular a los jueces electorales, a los que convocó para comunicarles que el Gobierno da por sepultada la iniciativa. Un trago amargo para los magistrados, que eran críticos de esas reformas, pero que serán los responsables de tramitar todas las denuncias que sobrevendrán. También festejó el peronismo, que cree que le infringió la primera derrota política importante al gobierno de Mauricio Macri. “Le bajamos el avioncito que quería tener desde cuando era niño”, ironizaba ese día uno de los senadores que participó en la sede del Senado en la ex Caja de Ahorros, de la reunión llamada por Miguel Pichetto para cerrar el debate dentro de su partido. Que festejen todos desnuda la naturaleza de la pelea, que el Gobierno planteó siempre como una cruzada simbólica en favor de la modernidad y la transparencia, contra el atraso y el fraude. El peronismo le prolonga esa consigna. Y le habilita a declararle la guerra total.
“El presidente nos maltrató”
El resultado tiene heridos graves porque el trámite final reveló fracturas en el oficialismo y en la oposición. Macri estuvo firme en Olivos el jueves ante Rogelio Frigerio y Pérez: “No se preocupen, estos son cambios que van a salir más adelante, porque los pide el público”. Igual hubo una mirada fiera sobre el ministro del Interior, que traficó concesiones a los peronistas en el nuevo Presupuesto. “Han roto todos los códigos, cobraron y después se dieron vuelta”, se escuchó en Olivos. En la reunión de la Caja de Ahorro, Pichetto quiso saber por qué los gobernadores habían hablado con Macri hacía dos semanas como si todo estuviera a favor de la reforma, y ahora los senadores la rechazaban. “Nos maltrató cuando fuimos a verlo”, dijo uno de los gobernadores que había estado con el presidente. Fuimos a conversar, pero nos salió con una filípica en la que nos dijo que había que cambiar el sistema electoral porque era un mecanismo fraudulento intolerable. No nos pidió opinión”. En esa reunión Macri se negó a escuchar argumentos del chaqueño Domingo Beppo –que estaba a favor de la reforma, porque él ya tiene voto electrónico en su provincia– en favor de un proyecto intermedio del diputado Juan Manuel Pedrini, que trabajó en la reforma del sistema cuando era ministro de Jorge Capitanich.
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Se dividen los bloques
Del lado del peronismo parece también herido Pichetto, que quedó en el medio, como le ocurre a todo negociador entre posiciones maximalistas. Hace una semana advertía que todos naufragaban, y por eso pidió la reunión con los gobernadores. Para socializar el No al Gobierno, algo que resiente su rol de negociador de gobernabilidad. Salió el jueves con el ánimo caído: cree que la división del bloque del Frente para la Victoria es inminente hacia adelante. Más aún cuando escuchó decir a uno de los gobernadores presentes en esa reunión, que el Senado debería revisar el proyecto de Presupuesto. Esto es intolerable para el Gobierno y para Pichetto, que habían quedado conformes con lo que aprobó Diputados, que parecía irreversible.
Más fractura de códigos
No parece claro que haya cisma del bloque del FpV antes de marzo. Son graves las dificultades de cohabitación del moderado Pichetto y el ala del cristinismo residual, que representan la cuñadísima Virginia María García (hermana de Rocío, la mujer de Máximo Kirchner) y Marcelo Fuentes. Esta ala juntó a la mayoría de los senadores detrás del rechazo a la reforma, así como devalúan el rol del rionegrino, hasta hoy el hombre más poderoso del peronismo. Esta movida a veces se parece al suicidio: ¿qué beneficio le reporta al peronismo en su conjunto que un bloque se divida, dispersando la única herramienta de poder que tienen para enfrentar al oficialismo? Sólo se explica por las inquinas que despierta la cercanía de las elecciones. Pichetto sólo promoverá el cisma si la decisión se replica en la otra cámara del Congreso: condiciona la creación de un bloque aparte del FpV si José Luis Gioja hace lo mismo.
Cargos para cubrir sin romper
Pichetto y Gioja son la dupla que controla el PJ nacional y no pueden mover piezas hasta que no se hayan tramitado algunas preseas: en la semana que comienza se hará la sesión preparatoria en Diputados, y Gioja tiene previsto ser reelegido como vicepresidente 1°. Gioja no suele ir a las reuniones del bloque al que pertenece y maneja Héctor Recalde, pero se fue a San Juan el jueves a la noche convencido de que seguirá. Que lo relevasen sería un cañonazo a su autoridad como presidente del PJ. Renovó ese rol con la presencia el jueves en la reunión con los senadores, que sepultó la reforma. En el Senado tampoco le conviene a Pichetto precipitar el cisma: vencen dos sillas del peronismo en la Auditoria General de la Nación. En marzo deben ser renovadas y el debate en un bloque dividido será encarnizado. Los actuales auditores responden a un momento político que pasó, y nadie ha dicho que Javier Fernández y Vilma Castillo tengan chances de repetir. ¿Podrá un bloque en las condiciones actuales conciliar en torno a nombres indiscutibles, como fue el caso de Oscar Lamberto? Se fue en diciembre de la AGN, pero volvió meses después, luego de la caída de Ricardo Etchegaray, que fue impuesto por Cristina de Kirchner después de perder las elecciones. Ahora, el kirchnerismo en todo caso podrá promover a uno. El sector moderado (Pichetto-Juan Manuel Abal Medina-Omar Perotti) pondrá el otro. Hay una tercera silla que queda libre, la tiene Alejandro Nieva, por el radicalismo, que hasta ahora tiene todas las chances de renovar mandato. No será fácil, como no lo ha sido la designación por el PJ del ex senador Guillermo Jenefes en el directorio del ENACOM (ex AFSCA).
Un interventor para el PJ Jujuy
Volaron otras esquirlas en esa reunión del jueves entre los senadores: Gioja anunció que el jueves próximo sesionará el Consejo del partido para intervenir el PJ de Jujuy, hoy en manos del vicegobernador del radical Gerardo Morales, el massista Carlos Haquim. En estas horas los caciques del peronismo están haciendo el casting para elegir interventor. Hasta anoche estaba decidido que será un senador nacional, de manera de que tenga fueros en la pelea que le tocará como nuevo jefe de la oposición al gobierno radical. Hay varios nombres, pero no los consignamos aquí para no generar anticuerpos. La decisión se precipitó después de la visita que le hizo Haquim a Gioja. El sanjuanino le explicó las razones de la medida y le pidió que la acatase en paz. El jujeño levantó el tono y dijo que morirá en Cambiemos y que su lealtad hacia Morales es innegociable. De paso, alzó reproches al peronismo de su provincia que, recordó, lo dejó sin una banca de senador nacional que disputó hace casi 20 años. En la reunión de jueves intentaron participar dos enviados de Haquim, Riad “Lilo” Quintar y Marcelo Llanos, pero no los dejaron entrar. Esta intervención lo hiere a Massa, que va a todas las reuniones de acercamiento al peronismo con la carta de que maneja los congresales nacionales de Jujuy vía Haquim.
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El pacto del Hotel Duhau
Estos padecimientos los amortiguan oficialismo y oposición con algunos aciertos, como la salida que le dieron al proyecto de impuesto a las Ganancias, que se tratará la semana que comienza. El trámite fue para una novela de intrigas que terminó con nuevo proyecto que crea impuestos por $71.000 millones, aunque no toca el costo fiscal que negoció el Gobierno con los gobernadores. En esa trama hay de todo, empezando por el pacto del Duhau: el cóctel que dio este diario en ese hotel para lanzar su proyecto con The New York Times, el viernes 18, fue el escenario de la primera charla entre Sergio Massa y Diego Bossio para pedir juntos la sesión extraordinaria del jueves, aprovechando las demoras del Ejecutivo en enviar su propia iniciativa al Congreso. Lo hicieron en uno de los jardines, a la vista de futuras víctimas de ese complot, presentes en esa reunión, como Marcos Peña y María Eugenia Vidal, y de decenas de periodistas.
Prat-Gay vs. Massa: Chismoso
Ese gesto de Massa lo completaron los técnicos. Marco Lavagna en nombre de Massa y el ex AFIP Guillermo Michel por Bossio. Fueron quienes redactaron la minuta que motivó la negociación final del miércoles, para que hubiera fiestas en paz. El oficialismo se ocupó de aportar el lubricante al acuerdo: que los ex piqueteros aceptasen el nuevo proyecto de emergencia, algo que lograron Jorge Triaca y Carolina Stanley. Se sorprendió Bossio de ese acuerdo: “Los ‘barbudos´ –así los llama evocando las pilosidades de Emilio Pérsico– nos hicieron la vida imposible a nosotros y ahora el Pro les da $30.000 millones. Es maravilloso”. Quedaron heridas, claro. Lo probó el diálogo del miércoles en la reunión final en el Congreso. Alfonso Prat-Gay lo encaró a Massa y le dijo: “Sos un mentiroso”. Se refería a declaraciones del diputado contando historias viejas entre el ministro y Roberto Lavagna cuando todos eran kirchneristas. Massa: “ Yo sólo conté lo que le contó Roberto…”. Prat-Gay: “Entonces peor: sos un chismoso”.

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