Massa juega su carta fuerte antes del Mundial

Esta semana, después del potente lanzamiento del Frente Amplio UNEN y de la admisión algo elusiva de la Presidenta acerca de que su ciclo entra en la etapa final, habilitando una acotada competencia por la sucesión en el oficialismo, pareciera que la política resolvió pasar el siguiente capítulo de su culebrón para después del Mundial de Fútbol que empieza en junio y termina en julio. Algo parecido ocurre con la economía: el pretendido intervalo futbolístico ayuda a patear para adelante definiciones tan sensibles como qué hacer con el dólar, que quedó clavado tras la devaluación de enero y ya empieza a acumular un nuevo retraso gracias a un trimestre de muy alta inflación.
Es como si el Mundial y los esperados goles de Messi tuvieran la propiedad de detener el tiempo y no cambiar nada, salvo el momento en el que las cosas que deban suceder, sucedan. Habla de nosotros como sociedad, y de nuestra dirigencia, esta apelación a la magia.
El que piensa jugar distinto en esta circunstancia, por convicción o más probablemente por necesidad, es Sergio Massa, obligado a mantenerse visible por el solo imperio de su iniciativa. Mientras sus contendientes principales (Daniel Scioli, Mauricio Macri) tienen la exposición pública continua que brinda la gestión, el jefe del Frente Renovador piensa tirar sobre la mesa unas de sus cartas más fuertes antes de que empiece a rodar la pelota en Brasil.
Durante el mes de mayo Massa va a presentar públicamente las dos millones de firmas que dice haber reunido en reclamo de mayor seguridad y más rigor en la lucha contra el delito. Esa demanda ciudadana, y no otra cosa, es lo que se expresa en el rechazo al proyecto de reforma del Código Penal que impulsa el Gobierno a través de una comisión de expertos encarnada en el pensamiento y la palabra del juez de la Corte Raúl Zaffaroni.
El rechazo a esa reforma fue el motor de semejante recolección de firmas.
Massa intentará que ese acto se transforme en viga maestra de su ingeniería proselitista, y lo deje instalado como la voz de los que no tienen voz en un tema tan sensible como el de la inseguridad.
Y para subir la apuesta, está pensando ese mismo día anunciar que todos los municipios gobernados por intendentes del Frente Renovador convocarán a una consulta popular a sus vecinos, para que se pronuncien sobre el mismo tema, la inseguridad, a través de la reforma del Código Penal, cuestionada por la atenuación de la pena a quienes cometan delitos graves.
Detalle a tener en cuenta: cuatro millones de personas viven en esos distritos que gobierna el Frente de Massa. Y las consultas no vinculantes pueden ser convocadas por mayoría en el Concejo Deliberante, que controlan esos intendentes.
Se puede decir que el planteo contra la reforma del Código Penal es maniqueo desde su origen; que supone una simplificación extrema y que crea una antinomia pensada en términos de utilización política y electoral. Pero no se puede negar su eficacia como elemento de instalación del candidato y de construcción de cercanía con el votante de a pie. Esa ganancia es la que busca Massa, considerando que el beneficio a obtener es mucho mayor que el costo a pagar.
La idea de la consulta popular está aprobada en la mesa chica del Frente Renovador, pero todavía se atraviesa la etapa de estudio en cuanto a su puesta en práctica. Pero está claro que el impulso de la robusta recolección de firmas no va a quedarse sólo en la presentación pública con un acto que puede ser noticia un día, o a lo sumo dos.
Massa, como se dijo, necesita alimentar constantemente su perfil de candidato. Las encuestas nacionales y provinciales lo siguen mostrando como el puntero en las preferencias presidenciales para 2015.
Cinco o seis puntos de ventaja según los datos que se han publicado en los medios; nueve o diez puntos en las mediciones que le hace el equipo dirigido por el consultor peruano-americano Sergio Bendixen. En cualquier caso una diferencia apreciable. Con menos luz sobre Scioli que en noviembre, cuando estaba en lo más alto la espuma de su victoria electoral sobre el kirchnerismo; pero también con una declinación menor que la que entonces todos le pronosticaban y él mismo temía.
Su mayor riesgo sigue siendo desinflarse, salirse de foco.
Bajo ese peligro seguirá todo este año, hasta que la carrera presidencial ocupe toda la escena.
Hiperactivo, Massa atiende al mismo tiempo la puesta en marcha de sus equipos de campaña y el desarrollo de sus relaciones con el poder económico, mientras todo el tiempo está pasando el mediomundo por las aguas de la política, tratando de pescar nuevos aliados sustrayéndolos de sus hábitat preexistentes. Habiéndole llevado una parva de intendentes, diputados y senadores al kirchnerismo, ahora su bocado predilecto son los radicales.
Así, en estas horas, de gira por Chaco y Corrientes, Massa para sumarla al Frente Renovador. Hoy, se hará el anuncio público de la alianza entre ambos.
También hubo contactos antes, y volverá a haberlos, con el , quien también se ha mostrado con Macri.
En esa misma línea de avance sobre otros territorios, ayer mismo un enviado de Massa tomó contacto con Martín Lousteau, el candidato soñado por el radicalismo para competir por la jefatura de Gobierno porteña. Las conversaciones no avanzaron más allá de lo formal, admiten en el massismo. Pero que Lousteau, dos días después de haberse subido al escenario en el lanzamiento del Frente Amplio UNEN, haya aceptado sentarse con el emisario parece una señal de que el ascendente ex ministro de Economía siente que no todo son rosas y caramelos en el espacio que hoy habita.
Esta historia continuará.
Por cierto, los dirigentes de otras fuerzas se suben el precio dentro de sus propios espacios si se muestran coqueteados por Massa. Es el costado utilitario del franeleo, tan habitual en la política. Pero también es cierto que si el Frente UNEN no se consolida como una alternativa cierta de dar pelea por el poder, algunos dirigentes con capital político propio pueden terminar aliándose con quienes le garanticen llegar a la final en el torneo presidencial que se avecina.
Por eso, la foto de Ernesto Sanz, Hermes Binner, Julio Cobos, Elisa Carrió y Pino Solanas, todos juntos en el lanzamiento del teatro Broadway, es ahora el testimonio de un desafío cumplido. Esa misma noche quedaron planteados los desafíos que vienen: como mínimo, lograr que esos mismos cinco puedan volver a sacarse la misma foto después del Mundial, y otra más cuando se acerque el fin de año.
O sea, sobrevivir como colectivo, fortalecerse en la diversidad y evitar un colapso temprano por las diferencias que los acompañaron desde su mismo nacimiento; entre las cuales la es la más notoria, pero está lejos de ser la única.
Si el Frente UNEN se mantiene sin fisuras mayores, y si Macri sigue escalando lento pero seguro en las encuestas mientras arma sin demasiado aspaviento una estructura nacional de la que hasta ahora carecía, los términos pueden invertirse. El espacio operativo de Massa puede angostarse dramáticamente y sus sueños volverse pesadilla.

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Un comentario en «Massa juega su carta fuerte antes del Mundial»

  1. la inseguridad no es una sensación,pero tampoco es un slogan político. Sus causas son más hondas que lo que puede hacer el gobierno,porque son sociales y epocales.La»angustia»existenciales una forma de inseguridad que debemos tratar de que no sea patológica,y tampoco basta como proyecto de gobierno,evidentemente represivo,que puede llegar a una dictadura,y ya tuvo sus pichones en los que lincharon…

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