La economía argentina ya ha dado muestras de que puede sobrellevar las crisis desatadas en el exterior sin mayores temblores. Aunque los analistas alrededor del mundo siguen sin comprender completamente los cambios que han operado en la economía local en los últimos años. Estos conceptos pertenecen a Mauro Alem, presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), el brazo ejecutor de lo que el Gobierno pretende sea el banco de desarrollo.
Con tono relajado pero firme, Alem destaca los objetivos alcanzados en los últimos años: incremento del volumen prestable de fondos y financiamiento a sectores tecnológicos, medioambientales y segmentos estratégicos para el desarrollo del país. El siguiente es el diálogo que mantuvo con El Cronista:
¿Cómo ve la economía?
Ha habido un cambio conceptual en la forma de hacer política económica en los últimos años en la Argentina. Ahora la política económica es más práctica, más pragmática. Nosotros vemos que como consecuencia de eso la demanda de inversión en el país es muy fuerte.Y se lo digo desde nuestra experiencia entre las pequeñas empresas. En 2009 cuando llegamos al BICE la cartera de créditos era de $ 400 millones. Este año llegará a $ 1.000 millones anuales en proyectos. Este Gobierno ha dado vuelta la ecuación entre la economía financiera y la real, a favor de esta última. Hoy el crecimiento se sostiene con inversión y demanda agregada. También fueron vitales las políticas de ingreso, como la asignación universal por hijo.
¿La crisis mundial puede afectar al país?
Nuestra economía ya ha dado muestras de que ha superado sin mayores inconvenientes varios shocks externos. Todavía el mundo no pareciera comprender lo que está pasando, los cambios, en la economía argentina. En el mundo todavía hay una visión que no se despega con respecto a la valorización financiera. Este Gobierno tuvo valentía. Por ejemplo, llevó adelante una importante reestructuración de la deuda. Son todas recetas que ahora uno empieza a escuchar en el mundo, que hay que mirar más.
¿Cómo evalúa el comportamiento de los empresarios y bancos argentinos?
El sistema financiero si bien ha hecho un esfuerzo muy importante, creo que tiene que seguir avanzado. Hay mucho por hacer en temas de inversión. La palabra clave es esa: inversión. Cada banco tendrá su especialidad, alguno más regional y otro más nacional. Pero creo que hay que empezar a buscar la forma de canalizar los recursos hacia proyectos que tengan que ver con un cambio en el país. El BICE quiere mostrar el camino hacia allí para que los privados lo sigan. El 80% del financiamiento mayor a 5 años en el país proviene del BICE. Y progresivamente iremos aumentando los desembolsos en la medida que el sector empresario esté dispuesto a ofrecer las garantías de repago que requieren estos proyectos. La Argentina debe hacer un cambio de perfil productivo, incorporando tecnología y valor agregado. Y eso no se puede hacer con un sistema financiero que da créditos sólo a corto plazo. El desafío que ahora se viene es cómo financiar el largo plazo, y el sector privado tiene que acompañar en este tipo de proyectos, queremos que los bancos presten más para inversión en tecnología y sectores clave para el futuro del país.
¿Qué planes tiene el BICE para el año próximo?
La semana pasada estuvimos en Washington, precisamente en tres eventos que tienen que ver con la línea que le queremos dar en lo sucesivo al banco. Por un lado, presentamos el desarrollo de financiamiento de energía renovable que lleva adelante la entidad. Son los proyectos que estamos financiando en términos de energía eólica y solar, por un monto de u$s 60 millones. El encuentro fue muy interesante porque había otros países con procesos similares y pudimos intercambiar experiencias. Actualmente tenemos proyectos en provincias como San Juan, Jujuy y Catamarca, en conjunto con la CAF en un financiamiento del parque eólico por u$s 80 millones.
¿Funciona el BICE como una banca de desarrollo?
Precisamente uno de los encuentros que tuvimos en EE.UU. fue un taller organizado por el BID sobre Retos y Oportunidades de la Banca de Desarrollo. Y tuvimos también la oportunidad de ser invitados para exponer el trabajo que hicimos en el sector del agro en un proyecto con Sancor Seguros y el Gobierno de la provincia del Chaco. Allí fue clave la buena interacción que logramos entre las partes. Se trató de un fideicomiso entre cooperativas algodoneras. La garantía está basada en un contrato de seguros contra la construcción del warrant. Con ello logramos que cooperativas que durante 15 años habían caído en un esquema de financiamiento informal y donde los grandes jugadores del mercado se aprovechaban de la situación, pasaran al sector formal y mejoraran su financiamiento. Le digo más: Pier Jacket, economista jefe de la agencia de desarrollo de Francia, elogió el trabajo. Asimismo, en Washington realizamos la firma de un acuerdo para fortalecer los gobiernos corporativos de instituciones como el BICE.
Con tono relajado pero firme, Alem destaca los objetivos alcanzados en los últimos años: incremento del volumen prestable de fondos y financiamiento a sectores tecnológicos, medioambientales y segmentos estratégicos para el desarrollo del país. El siguiente es el diálogo que mantuvo con El Cronista:
¿Cómo ve la economía?
Ha habido un cambio conceptual en la forma de hacer política económica en los últimos años en la Argentina. Ahora la política económica es más práctica, más pragmática. Nosotros vemos que como consecuencia de eso la demanda de inversión en el país es muy fuerte.Y se lo digo desde nuestra experiencia entre las pequeñas empresas. En 2009 cuando llegamos al BICE la cartera de créditos era de $ 400 millones. Este año llegará a $ 1.000 millones anuales en proyectos. Este Gobierno ha dado vuelta la ecuación entre la economía financiera y la real, a favor de esta última. Hoy el crecimiento se sostiene con inversión y demanda agregada. También fueron vitales las políticas de ingreso, como la asignación universal por hijo.
¿La crisis mundial puede afectar al país?
Nuestra economía ya ha dado muestras de que ha superado sin mayores inconvenientes varios shocks externos. Todavía el mundo no pareciera comprender lo que está pasando, los cambios, en la economía argentina. En el mundo todavía hay una visión que no se despega con respecto a la valorización financiera. Este Gobierno tuvo valentía. Por ejemplo, llevó adelante una importante reestructuración de la deuda. Son todas recetas que ahora uno empieza a escuchar en el mundo, que hay que mirar más.
¿Cómo evalúa el comportamiento de los empresarios y bancos argentinos?
El sistema financiero si bien ha hecho un esfuerzo muy importante, creo que tiene que seguir avanzado. Hay mucho por hacer en temas de inversión. La palabra clave es esa: inversión. Cada banco tendrá su especialidad, alguno más regional y otro más nacional. Pero creo que hay que empezar a buscar la forma de canalizar los recursos hacia proyectos que tengan que ver con un cambio en el país. El BICE quiere mostrar el camino hacia allí para que los privados lo sigan. El 80% del financiamiento mayor a 5 años en el país proviene del BICE. Y progresivamente iremos aumentando los desembolsos en la medida que el sector empresario esté dispuesto a ofrecer las garantías de repago que requieren estos proyectos. La Argentina debe hacer un cambio de perfil productivo, incorporando tecnología y valor agregado. Y eso no se puede hacer con un sistema financiero que da créditos sólo a corto plazo. El desafío que ahora se viene es cómo financiar el largo plazo, y el sector privado tiene que acompañar en este tipo de proyectos, queremos que los bancos presten más para inversión en tecnología y sectores clave para el futuro del país.
¿Qué planes tiene el BICE para el año próximo?
La semana pasada estuvimos en Washington, precisamente en tres eventos que tienen que ver con la línea que le queremos dar en lo sucesivo al banco. Por un lado, presentamos el desarrollo de financiamiento de energía renovable que lleva adelante la entidad. Son los proyectos que estamos financiando en términos de energía eólica y solar, por un monto de u$s 60 millones. El encuentro fue muy interesante porque había otros países con procesos similares y pudimos intercambiar experiencias. Actualmente tenemos proyectos en provincias como San Juan, Jujuy y Catamarca, en conjunto con la CAF en un financiamiento del parque eólico por u$s 80 millones.
¿Funciona el BICE como una banca de desarrollo?
Precisamente uno de los encuentros que tuvimos en EE.UU. fue un taller organizado por el BID sobre Retos y Oportunidades de la Banca de Desarrollo. Y tuvimos también la oportunidad de ser invitados para exponer el trabajo que hicimos en el sector del agro en un proyecto con Sancor Seguros y el Gobierno de la provincia del Chaco. Allí fue clave la buena interacción que logramos entre las partes. Se trató de un fideicomiso entre cooperativas algodoneras. La garantía está basada en un contrato de seguros contra la construcción del warrant. Con ello logramos que cooperativas que durante 15 años habían caído en un esquema de financiamiento informal y donde los grandes jugadores del mercado se aprovechaban de la situación, pasaran al sector formal y mejoraran su financiamiento. Le digo más: Pier Jacket, economista jefe de la agencia de desarrollo de Francia, elogió el trabajo. Asimismo, en Washington realizamos la firma de un acuerdo para fortalecer los gobiernos corporativos de instituciones como el BICE.