Murillo de Aragão: “Es importante que la Argentina vuelva al mercado financiero sin subordinación”

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“Es importante que la Argentina vuelva al mercado financiero sin subordinación”
Murillo de Aragão es de la dirigencia brasileña que apuesta a la integración con el país. Sostiene que Brasil debe ayudar “no en una forma imperialista, sino por nuestros propios intereses”.
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Fernando Alonso
Murillo de Aragão, analista político, asesor de empresas e integrante del Consejo de Desarrollo Económico y Social de Brasil que asesora a la presidencia, disertó en Buenos Aires en el encuentro organizado por EMTA para analizar el impacto del juicio de la Argentina contra los fondos buitres. Asegura que el país cuenta con todo el apoyo de la administración de Dilma Rousseff y que debe volver a los mercados financieros “sin subordinarse”.
En un reportaje con BAE Negocios apoyó la política de pesificación de la economía y la aprobación de la ley de medios.
Respecto de Brasil, Murillo de Aragão reivindicó el éxito de la mesa de diálogo social brasileña y afirmó que los empresarios paulistas aprendieron que no es posible ser exitoso a costa de los socios
–¿Sirvió a Brasil la mesa de diálogo social?
–Sí, mucho. Este año cumple diez años y está integrada por ochenta académicos, líderes sindicales, empresarios y distintos actores de la sociedad elegidos por la presidenta. Es una mesa muy interesante para debatir temas de la coyuntura brasileña. En los últimos diez años fue muy importante, sobre todo para hacer que las personas se conozcan, porque muchas veces el problema es el vecino. La más grande realización del consejo es el diálogo intrasociedad y con el gobierno.
–¿Las decisiones son tenidas en cuenta por la presidenta?
–Hay muchos ejemplos de que sí, principalmente con Lula da Silva, quien fue el creador. Las políticas que se debatieron en el consejo fueron llevadas a la práctica por el gobierno, especialmente durante la crisis de 2008 y 2009. Lula dialogó muchísimo con el consejo para evitar el impacto de la crisis y tuvo un éxito muy interesante: Brasil creció mucho en 2010 y una parte fue la acción psicológica del diálogo del gobierno con la sociedad.
–Después de 2010, en 2012 crecieron 1,2%. ¿Qué esperan para 2013?
–Brasil creció con base en el consumo interno y eso tiene límites. Creció con tasas de interés muy elevadas y las familias se endeudaron en demasía. El año pasado, el gobierno empezó una campaña para bajar las tasas. Mantega (Guido, el ministro de Economía) obligó a los bancos públicos, que tienen 50% del mercado, a bajar ese spread, y cayó significativamente. Ese movimiento va a permitir que este año vuelva a crecer fuerte la economía.
Además, la inversión en infraestructura se demoró mucho por la burocracia. Estamos llegando a los Juegos Olímpicos y al Mundial de fútbol y las inversiones se van a tener que materializar, y eso va a ser bueno para el país.
–¿Es importante la presencia del Estado en la economía?
–Esta no es una cuestión ideológica o de preferencia. En esta etapa de su historia debe tener una presencia fuerte del Estado para compensar la debilidad de la presencia privada. Es un modelo propio que funciona y es el adecuado para esta etapa
–¿Cómo están hoy las relaciones bilaterales con la Argentina?
–Tenemos que ver la relación con una mirada estratégica y no del día a día. Es sin duda la más importante para Brasil, somos vecinos, tenemos muchos intereses en común, tenemos una vocación cultural muy importante, un intercambio de turistas, son nuestros principales compradores industriales. Todo el diálogo que comenzó con Raúl Alfonsín y José Sarney tuvo el gran beneficio de distender una relación que había sido de desconfianza mutua. El Mercosur es un éxito muy importante aunque no sea un éxito completo. Estamos en la esquina oscura del mundo y tenemos que desarrollar un diálogo de fraternidad para solucionar nuestros problemas.
–¿Qué significa estar en la esquina oscura del mundo?
–Ni Obama (Barak, presidente de los Estados Unidos) dijo una sola palabra de nuestro continente en su discurso de asunción. Esa falta de protagonismo es también una ventaja. Nos permite construir una región sin interferencias externas, considerando nuestros intereses.
–Parte importante de la construcción tiene que ver con la relación personal de los presidentes. ¿Cómo evalúa la relación de Cristina Fernández y Dilma Rousseff?
–Es muy buena a nivel personal. La semana próxima viaja Dilma a El Calafate para una reunión bilateral. Es importante esta relación personal porque es acompañada por un diálogo diplomático muy positivo, que está en un nivel elevado. Soy muy optimista en la relación aunque tengamos problemas puntuales.
–¿Entre los sectores privados también es buena la relación o está todavía dominada por la desconfianza?
–En Brasil creemos que nuestra industria puede abastecer a toda la región y es posible que así sea, pero lo importante es que la FIESP (Federación de Industrias del Estado de San Pablo) tiene conciencia de que no es posible el éxito si un lado va a ganar siempre. No es posible que todo el tiempo ocurra un déficit comercial muy significativo en perjuicio de un país. No es bueno. El éxito de uno no puede ser la miseria de otro. Hay que buscar una relación equilibrada y el diálogo es el camino. Hace diez años (al salir de la convertibilidad), había clamor en Brasil por el déficit muy fuerte y la gente protestaba porque estábamos sustentando a la Argentina. No es posible creer que dos vecinos no tengan un sentimiento fraternal de la relación.
–Y en la actualidad, ¿qué lectura tienen de la relación?
–Hay que entender la estructura de la comunicación. En Brasil se lee poco, se venden cinco o seis millones de periódicos; muchos nunca han leído un diario. La formación pública está en manos de la televisión abierta que se diseñó durante el régimen militar. O Globo es una potencia gracias al régimen militar y la estructura de la programación está volcada al entretenimiento y no a la información. No se privilegia el debate político y económico. Por eso, el flujo de información desde la Argentina sólo son noticias malas. Fue muy difundida la disputa del Gobierno contra el Grupo Clarín, pero desde una posición de defensa propia, para condicionar al gobierno de Lula que quería debatir los marcos legales de la comunicación. Hubo una desinformación muy grande, nadie en Brasil sabe qué es Clarín, sólo creyeron el discurso de que lo querían condicionar. Los medios brasileños tuvieron una reacción corporativa para defender sus intereses.
–¿Esa es también la información que se maneja en medios políticos y económicos?
–El Congreso también se mira el ombligo y se moviliza por las malas noticias que llegan. En los empresarios hay una conciencia del valor positivo de la relación. FIESP, que concentra a la mayor industria, sabe que la relación es estratégica y maneja buena información de la Argentina.
–Con esa información, ¿qué lectura hacen?
–Es una lectura compleja porque tiene componentes financieros y sociales. La Argentina tiene capacidad de salir de la crisis siempre, cada cinco o diez años, pero siempre la crisis deja más pobreza. Pero el problema es la relación psicológica del pueblo con la moneda. En Brasil nunca hubo –aún con todos los cambios de monedas, cruzado, cruzeiros reales– pérdida de confianza en la capacidad del gobierno de emitir moneda, entonces nunca hubo fenómeno de dolarización, ni aun en etapas de inflación. A cincuenta kilómetros de San Pablo nadie acepta un dólar. Esa cuestión psicológica es un problema serio. Va a demorar años restablecer la confianza. Es importante que la Argentina vuelva al mercado financiero internacional no en una condición de subordinación. Y Brasil debe ayudar, no en una forma imperialista, por nuestros propios intereses.
–Pero Brasil tuvo una actitud pasiva en el desarrollo del juicio contra los fondos buitres. ¿Están colaborando?
–La posición de Brasil sin dudas es de apoyo incondicional a la Argentina. Las posiciones no siempre son mediáticas, lo importante es lo que se maneja en la trastienda.
Perfil: En todas las mesas
Murillo de Aragão es fundador y titular de la consultora Arko Advice, dedicada a asesorar a empresas y gobiernos. Entre la actividad profesional y académica, Aragão habla de los medios desde el conocimiento: integra la International Federation of the Periodical Press y es vicepresidente de la Associação Nacional de Editores de Revistas.

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