Viajan al exterior, compran ropa de marca a precios bajos, vuelven a Buenos Aires y emprenden un negocio en estas especies de «cuevas» que florecen como las que venden dólar «blue». Esta escena off del mercado de la moda la repiten cientos de argentinos que, aprovechando que las firmas extranjeras se ven afectadas por el endurecimiento en los controles a las importaciones, traen alternativas para aquellos que buscan calidad y modelos exclusivos.
El fenómeno de las ferias de ropa de marcas top vivió su boom en los últimos dos años y siguen siendo una solución para quienes van a la caza de precios más accesibles.
Gran parte de estos emprendimientos tienen lugar en hogares porteños. La mayoría de las prendas se venden al doble del precio original en dólares y, sin embargo, siguen siendo más baratas que en los locales de marca. De todas maneras, los vendedores aseguran que al cambio del dólar oficial, ya no hay ganancia. Por esta razón, para que les sea rentable, los precios se están actualizando al cambio del dólar «blue». En el precio final se calcula lo que cuesta la ropa (más impuestos) y el valor del pasaje para recuperar lo invertido. Además, a la prenda se le suma un plus de u$s 5 para costear percheros y etiquetas.
Así, por poner tan solo un ejemplo, un tapado que en Estados Unidos se consigue a u$s 30, en la Argentina lo venden a u$s 65, cuando en las grandes marcas no baja de $ 800.
Este año, ya hubo dos firmas extranjeras que abandonaron el país: Calvin Clain Underwear y Escada. Sumado a esto, las cadenas internacionales que buscan expandirse, no lo harán precisamente en la Argentina, donde se ve un mercado difuso para los negocios extranjeros. Como alternativa, estas ferias caseras ofrecen ropa de marcas como Tommy Hilfiger, Adidas, Abercrombie, Forever XXI, entre otras. Algunos también traen tecnología y aprovechan la escasez de Blackberrys y de la inexistencia del Iphone 4S en el país para comerciarlos, generalmente a un 30% más que su valor real. Por el atraso del dólar Estados Unidos suele ser el destino común para la compra de indumentaria, aunque marcas como las europeas H&M y Zara también tienen lugar en las ferias porteñas.
Según explicaron algunas de las emprendedoras consultadas, que no quisieron dar sus nombres porque la actividad no es legal, la apuesta se basa en traer entre 800 y 1.000 prendas, de diferentes modelos. Sin embargo, aseguraron que el consumo bajó en los últimos meses por la alta inflación y las paritarias inconclusas que obligan a cuidar el bolsillo. También están los que traen productos que ni siquiera se comercializan en locales oficiales de la Argentina. Tal es el caso de los accesorios de Victorias Secret. «Cada seis meses viajo a Estados Unidos, o si alguien viaja a Israel o Londres, aprovecho para encargarle productos», explicó Manuela, quien hace dos años dedica parte de su tiempo a este negocio. «En 2010 la ganancia era mucha, pero ese margen se fue achicando», sostuvo. Además contó que trae pocos productos, unos 40, porque tienen demasiado peso. Hoy, una fragancia que en Estados Unidos sale u$s 12, en las ferias se cobra u$s 22. Y este emprendimiento es una retroalimentación constante, porque hasta hay clientes que compran para luego revender.
El negocio pasa por la promoción del boca en boca, aunque la vidriera por excelencia son las redes sociales. La plataforma más popular es Facebook. Sin embargo, la página de Mercado Libre es la preferida para la tecnología.
El fenómeno de las ferias de ropa de marcas top vivió su boom en los últimos dos años y siguen siendo una solución para quienes van a la caza de precios más accesibles.
Gran parte de estos emprendimientos tienen lugar en hogares porteños. La mayoría de las prendas se venden al doble del precio original en dólares y, sin embargo, siguen siendo más baratas que en los locales de marca. De todas maneras, los vendedores aseguran que al cambio del dólar oficial, ya no hay ganancia. Por esta razón, para que les sea rentable, los precios se están actualizando al cambio del dólar «blue». En el precio final se calcula lo que cuesta la ropa (más impuestos) y el valor del pasaje para recuperar lo invertido. Además, a la prenda se le suma un plus de u$s 5 para costear percheros y etiquetas.
Así, por poner tan solo un ejemplo, un tapado que en Estados Unidos se consigue a u$s 30, en la Argentina lo venden a u$s 65, cuando en las grandes marcas no baja de $ 800.
Este año, ya hubo dos firmas extranjeras que abandonaron el país: Calvin Clain Underwear y Escada. Sumado a esto, las cadenas internacionales que buscan expandirse, no lo harán precisamente en la Argentina, donde se ve un mercado difuso para los negocios extranjeros. Como alternativa, estas ferias caseras ofrecen ropa de marcas como Tommy Hilfiger, Adidas, Abercrombie, Forever XXI, entre otras. Algunos también traen tecnología y aprovechan la escasez de Blackberrys y de la inexistencia del Iphone 4S en el país para comerciarlos, generalmente a un 30% más que su valor real. Por el atraso del dólar Estados Unidos suele ser el destino común para la compra de indumentaria, aunque marcas como las europeas H&M y Zara también tienen lugar en las ferias porteñas.
Según explicaron algunas de las emprendedoras consultadas, que no quisieron dar sus nombres porque la actividad no es legal, la apuesta se basa en traer entre 800 y 1.000 prendas, de diferentes modelos. Sin embargo, aseguraron que el consumo bajó en los últimos meses por la alta inflación y las paritarias inconclusas que obligan a cuidar el bolsillo. También están los que traen productos que ni siquiera se comercializan en locales oficiales de la Argentina. Tal es el caso de los accesorios de Victorias Secret. «Cada seis meses viajo a Estados Unidos, o si alguien viaja a Israel o Londres, aprovecho para encargarle productos», explicó Manuela, quien hace dos años dedica parte de su tiempo a este negocio. «En 2010 la ganancia era mucha, pero ese margen se fue achicando», sostuvo. Además contó que trae pocos productos, unos 40, porque tienen demasiado peso. Hoy, una fragancia que en Estados Unidos sale u$s 12, en las ferias se cobra u$s 22. Y este emprendimiento es una retroalimentación constante, porque hasta hay clientes que compran para luego revender.
El negocio pasa por la promoción del boca en boca, aunque la vidriera por excelencia son las redes sociales. La plataforma más popular es Facebook. Sin embargo, la página de Mercado Libre es la preferida para la tecnología.