Acerca de Patricio

Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.

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13 comentarios en «Otra política para una sociedad cada vez más desigual»

  1. los constitucionalistas revolucionarios, condenados a la eterna irrelevancia…

    Gargarella es «realmente» de izquierda, son los revolucionarios sin pueblo, los que creen que se puede encender una mecha popular desde la cita del articulo 45 bis

  2. Gargarella en el gobierno, pone un impuesto nuevo, para redistribuir la riqueza.

    los afectados le saltan a la yogular de cualquier forma , gargarella dice: «pero ustedes no estanb respetando la constitucion» los afectados se le rien en la cara.

  3. En línea con lo de Pepe.
    El pensamiento de Gargarella transita siempre un mismo camino: el de achacarle a Kirchner haber fingido una posición de «izquierda» con un discurso contestatario no constatado por los hechos.
    Y al mismo tiempo le reclama que, en los hechos, es demasiado batallador, demasiado peleador.

    No se puede pelear contra el status quo sin tener un discurso contestatario. No se puede.
    No se puede hacer la revolución sin anunciarlo. Y ningún poderosos se enoja con el que anuncia la revolución sin hacerla.

    Como dijo alguien por ahí, no existe la posibilidad de que a partir de ahora construyamos un país que incluya a los que lloramos a Néstor y a los que festejaron su muerte.
    Ese escenario idílico no existe. Suframos esa carencia, que es propia de la humanidad, y aprendamos a digerirla. Somos distintos, pensamos distinto, tenemos intereses distintos, nos gustan cosas distintas. No todo puede conjugarse en armonía.

    1. quiza cree que Clarin se opuso a la ley de medios porque «habia articulos dudosos, como el de la autoridad de aplicacion»

      1. No es facho. Es simplemente un incapaz de comprender las coyunturas y el lugar por donde pasan las discusiones sociales.

  4. «dolorosa fragilidad institucional». Caranchos, amigos. Picotean con la constitución en una mano y los dedos cruzados de la otra. Monigotes despreciables.

  5. No gargarella, este tal mariano. «Suframos esa carencia, que es propia de la humanidad, y aprendamos a digerirla. Somos distintos, pensamos distinto, tenemos intereses distintos, nos gustan cosas distintas. No todo puede conjugarse en armonía.»

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