El ministro ecuatoriano rescata que el ex agente norteamericano que reveló el megaespionaje de EE.UU. fuera leal a los principios de la ciudadanía global, aunque sea requerido por la Justicia de su país.
Ricardo Patiño reivindicó los logros alcanzados por su país en estos seis años de Revolución Ciudadana. De visita en Argentina, el canciller ecuatoriano conversó con Página/12 sobre el espionaje internacional, la relación de Estados Unidos con la región y una posible solución del caso Julian Assange. También se refirió a las declaraciones del presidente Rafael Correa en contra de la legalización del aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como el litigio con Chevron.
¿Teme que Ecuador esté siendo espiado por el gobierno estadounidense?
Bueno, estamos seguros de que han espiado a todos los países del mundo. Además tenemos información muy relevante y precisa que indica que los correos electrónicos de todos los miembros del gobierno ecuatorianos están absolutamente hackeados.
¿Cree que tiene que ver con haberle concedido el asilo a Assange o es otro país más en la lista?
Es otro país más. No solamente son los países enemigos, amigos, semi amigos, neutros. Todos los países han sido espiados. Ya es una cosa irremediable la actitud de espionaje y de desconfianza que genera. Esto hace mucho daño a la paz mundial, porque el nivel de desconfianza que se genera es muy grande. El antecedente de una conflagración es la desconfianza.
¿Edward Snowden es un traidor o alguien que le reveló al mundo una verdad?
Como ciudadano del mundo, yo diría que es alguien que nos ha abierto los ojos ante una flagrante y desvergonzada violación de los derechos humanos. Es algo gravísimo. Lo que hicieron Snowden y Assange es develar la impunidad. A propósito de la palabra traidor, creo que es más importante ser leal a los principios y a la ciudadanía global más que a un compromiso asumido que viole una norma internacional y los derechos humanos.
¿Cómo tiene pensado resolver Ecuador el tema del asilo de Julian Assange?
Establecimos a la luz de la comunidad internacional cuáles fueron los fundamentos para darle el asilo político a Assange. Como el Reino Unido no le daba el salvoconducto, le mandamos una nota diciéndole cuáles eran los fundamentos jurídicos para dárselo. No lo han aceptado. Hace pocas semanas, le plantemos al canciller William Hague constituir una comisión de expertos jurídicos entre nuestros países para encontrar una salida. Ahora el gobierno británico dice que no la quiere constituir. A pesar de nuestras iniciativas permanentes, la respuesta sigue siendo la misma. Estamos considerando seriamente recurrir a instancias judiciales internacionales.
¿Cómo evalúa las relaciones entre Estados Unidos y América latina desde la llegada de Obama?
Yo diría que poco ruido y muchas nueces. Tenemos muchas expectativas. Yo no sé si él también tenía muchas expectativas, pero en el ejercicio del poder se dio cuenta de que había poderes superiores a los del presidente de Estados Unidos. Nosotros creemos que el señor Obama es una buena persona, seguramente tiene buenos sentimientos. Pero el problema del poder va más allá de las buenas intenciones. En Estados Unidos hay algunos otros poderes que se imponen en el momento de ejercer la función pública. Esa es la razón por la cual la relación con Estados Unidos se basa en la cooperación para las fuerzas armadas, en pedir a los países que eviten el narcotráfico, cuando podría generarse una relación de solidaridad y de hermandad. Nosotros queremos al pueblo norteamericano, con lo que no estamos de acuerdo son con las políticas invasoras.
¿Por qué Texaco-Chevron inició una demanda contra el gobierno de Ecuador?
Texaco fue demandada por comunidades amazónicas ecuatorianas. Porque al término de su permanencia en el país explotando nuestros recursos dejaron una gran contaminación. Entonces las comunidades iniciaron una demanda que comenzó en 1993 y terminó en 2011, con una condena por parte de la Corte hacia esta compañía que la obliga a pagar 9600 millones de dólares, que se duplicarían si no pedían disculpas después de 15 días. La condena fue finalmente de 19.000 millones. Luego Texaco fue comprada por Chevron. Y ahora Chevron dice que no hizo nada en Ecuador. Bueno, compró la compañía que lo hizo, de tal manera que es responsable al asumir la compra. Cuando se produce esta condena, Chevron hace una demanda contra el Ecuador, pidiéndole al Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya que el Ecuador responda por lo que a ellos les tocara pagar, porque según ellos no contaminaron nuestro país. Hemos podido constatar abiertamente que ellos produjeron esa contaminación. Insisto, Ecuador no inició una demanda, sino las comunidades. Chevron no cumple con su responsabilidad y tratan de endosarle al Estado ecuatoriano su responsabilidad.
Si bien es una empresa privada, es una empresa norteamericana. ¿Cómo cree que esto puede afectar la relación con Washington?
Con el gobierno de Estados Unidos tenemos nuestras diferencias, que son de otra naturaleza. Pero ésta es una empresa. Ahora, ahora lo lamentable es que el Tribunal de Arbitraje acepta que el fundamento de la demanda que se ampara en el Tratado Bilateral de Protección de Inversiones, que rige recién desde 1997 y la compañía se fue de Ecuador en 1992. Es decir, aplica con efecto retroactivo, lo cual es una aberración jurídica. Además, ese tratado establece que no se aplica para juicios o conflictos entre privados. Y eso es un conflicto entre privados, porque el Estado ecuatoriano no interviene.
¿Por qué el gobierno ecuatoriano decidió explotar la zona de Yasuní?
Ecuador planteó a la comunidad internacional una propuesta en 2007. A pesar de que todos los países explotan sus recursos naturales y no se ponen a sí mismos restricciones, nosotros decidimos ponernos una restricción. Dijimos: nosotros estamos dispuestos a preservar una región de extrema diversidad siempre y cuando haya una corresponsabilidad internacional. Si las grandes empresas del mundo, los países desarrollados están dispuestos, nosotros sacrificamos el 50 por ciento de lo que ese petróleo nos pueda dar. El otro 50, la comunidad internacional lo deberá poner. Eso significaba en aquella época 7000 millones de dólares. Pero han pasado seis años y no ha habido corresponsabilidad internacional. Por tanto tomamos la responsabilidad de explotar ese petróleo. Pero vamos a preservar la biodiversidad, porque vamos a explotar con los mayores cuidados medioambientales sólo el uno por mil de ese territorio.
¿Considera que América latina puede ser un faro para otras regiones del mundo?
Sí, podemos ser un referente. Hay muchos países amigos europeos no los gobiernos sino los miembros de la sociedad civil, congresistas y académicos que tienen una gran curiosidad por lo que está pasando en América latina. Nos preguntan cómo hicimos con el tema de la deuda, cómo bajamos tan drásticamente la pobreza y los niveles de inequidad. Hay una serie de cosas que hemos hecho en muy poco tiempo que, sin ser un modelo, puede convertirse en un ejemplo para otros lugares. En buena hora que América latina despertó.
Recientemente, el presidente Correa se manifestó en contra del aborto y del matrimonio igualitario, ¿no cree que estos temas forman parte de la Revolución Ciudadana?
Todo es parte de la Revolución Ciudadana. Hay temas que son más espinosos. El tema del aborto es muy complejo porque tiene que ver con convicciones religiosas y éticas. Hay distintos criterios sobre esto en el mismo equipo de gobierno. Yo tengo un criterio distinto y creo que una persona que ha sido violada tiene derecho a abortar. Sin embargo, con los asambleístas se llegó a una decisión de no modificar las actuales normas. En un proceso de transformación se necesitan sacrificar ciertas posiciones. El presidente mismo ha tenido que ceder en ciertos temas. Es parte de la gobernabilidad.
¿La idea entonces es avanzar con los temas de las minorías luego de resolver los de las mayorías?
Yo creo que sí. La historia nunca se detiene, siempre avanza. Y se han logrado avances importantes respecto del tema de las minorías en nuestra legislación y en la Constitución. No en todo se puede avanzar de la misma manera. Pero los resultados que se han ido logrando son extraordinarios. Los avances logrados se reflejan en una enorme aceptación del presidente Correa como líder de este proyecto, valorado positivamente por más del 80 por ciento de los ciudadanos. Eso tiene que ver con que tenemos gobiernos que se parecen a sus pueblos.
Entrevista: Patricio Porta.