Pata renga

Para evitarme complicaciones, un amigo me sugiere: “Que no se te ocurra, por favor, escribir sobre la pata renga. Nada sobre que el tobillo quebrado es justamente el izquierdo. Nada sobre que resbaló y se fue al suelo. Por favor te lo pido, que no se te ocurra hacer psicoanálisis político, ni contar todas las indisposiciones del año que termina. Que no se te ocurra, sobre todo, mencionar nada que vincule la quebradura de tobillo izquierdo con un acto fallido; fue simplemente un ‘líquido deslizante’. Ojo, que vos de eso no sabés nada. Y aunque supieras, mejor callate la boca, que con el síndrome de no sé cuánto ya tenemos suficiente simbolismo. Vos seguí en lo tuyo, que es más o menos nada, como dice la gente que sabe de política”.
Mi amigo tiene razón: jamás hay que sucumbir a los temas fáciles. Los lectores sagaces ya los pensaron sin ayuda de ningún diario. Y quienes no los pensaron opinan que son todas pavadas psicoanalítico-semióticas, fuera de moda en la era del cerebro, las sinapsis, la crisis de las terapias verbales y la consiguiente fortuna de los laboratorios que fabrican pastillas y las venden a troche y moche. Los únicos en condiciones de competir con las pastillas, hasta el momento, han sido los asesores políticos.
O sea que 2015 no es el Año de la Pata Renga. La Presidenta, más fuerte que nunca, no va a Roma con Bachelet a visitar al Papa, porque estuvo allí hace pocas semanas y, con su proverbial generosidad, quiere regalarle a Bachelet la oportunidad de conversar a solas con Francisco. De paso, el Papa podrá convencer a Bachelet de que abandone su proyecto de legalización del aborto, algo que no necesitó hacer con su nueva amiga argentina, que siempre estuvo en contra del aborto legal.
Parece que la Presidenta tampoco quiere que la vean en silla de ruedas (sólo un pobre tipo como Franklin D. Roosevelt andaba por el mundo dando lástima porque no ocultaba que era paralítico). En realidad, esto privaría al país de las cadenitas nacionales, que devienen virales en Youtube, salvo que Javier Grosman, el puestista en escena de Tecnópolis y el Bicentenario, tenga alguna idea. Sugerencia de cine clásico norteamericano: en Algo para recordar, Deborah Kerr permanece durante toda una escena armoniosa y elegantemente recostada en un sillón para que Cary Grant no se dé cuenta de que está inmovilizada. A cinéfilos como nuestra presidenta les encanta la peli. También se puede buscar inspiración en la cinematografía china y regalarle a la Presidenta un palanquín, diseño tipo retro-pop avioncito Pulqui.
Resbalones. Este es el año en que un resbalón no es caída (frase atribuida, según Google, a Abraham Lincoln, frase, por otra parte que evoca el proverbio criollo: cuando un gaucho anda de malas, pisa m… y se resbala). Y, aunque la Presidenta se haya caído, esa caída no tiene nada de simbólico, como insiste mi amigo con ánimo cientificista y positivista. Simplemente se resbaló. Como puede que se resbale si sigue paseando del brazo con el general Milani.
El 2015 no será el año en que los negocios, que la Presidenta heredó de su marido, la comprometan. Si llegaran a comprometerla, habría que concluir que Néstor no era un táctico infalible, sino un hombre desprolijo con sus asuntos. Si ésta fuera la conclusión, que Néstor no se ocupaba mucho porque de esas cosas se hacía cargo Lázaro, lo que habría que reconocerle es que vivió para gobernar y nunca usó su inteligencia ni su audacia para enriquecerse. Habrá que reconocerle que se concentró en el bien de la patria y no en matufias que acrecentaban sus bienes personales. Por otra parte, ¿no hay jefa de fiscales en este país? ¿Para qué la oposición, excepto Carrió, votó el acuerdo de Gils Carbó? Confiemos en las instituciones.
Desmemoria. El 2015 será el año en que ya nadie se acordará de Boudou, porque será carne vieja en la parrilla periodística. Si lo procesan, que lo procesen. Total, como acaba de declarar Aníbal Fernández, en su rentrée a la Casa de Gobierno, que Boudou siga presidiendo el Senado no está violando ningún artículo de la Constitución. Y mucho menos viola la Constitución que represente a la Argentina en reuniones internacionales, donde nos conocen bien. ¿Insaurralde? pregunta gente que se quedó en 2012 y no sabe que el programa de Tinelli es como las aguas del Jordán y Tinelli es San Juan Bautista. La Presidenta no se equivocó al elegirlo: simplemente siguió su línea de gobernar a golpes de decisión tal como en su momento aprendió con Ernesto Laclau.
El 2015 no trae ningún suspenso. El vice de Scioli será el que la Presidenta diga. Total, Kirchner lo puso a Cobos y ella se obsequió a sí misma el presente griego de Boudou. El suspenso viene después. Agárrense y disfruten. La Presidenta tiene una voluntad de hierro y dejó de fumar hace años. Por eso se la ve tan linda, una joya entre sus joyas.

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