El presidente del Banco de la Nación, Juan Carlos Fábrega, analizó de forma positiva las nuevas medidas que tomó el Banco Central de la República Argentina para que las entidades financieras locales se vean obligadas a destinar alrededor de $ 15 mil millones a la inversión productiva y pronosticó un repunte de la economía local para la segunda mitad del año. «Creo que tanto consumo interno como exportaciones van a estar más vigorosos en el tercer y cuarto trimestre. Además, la soja nos está anunciando un muy buen precio, y seguramente falta mucha soja por vender, y así lo estamos viendo», explicó Fábrega durante una entrevista que le concedió a Tiempo Argentino.
–¿Cuál es la evaluación que hace de los cambios que están empezando a notarse a partir de la reforma en la Carta Orgánica del Banco Central? Particularmente de la decisión que obliga a las entidades financieras a otorgar préstamos para la producción a tasas preferenciales.
–Creo que es un paso muy relevante. Es lo que viene haciendo el Banco de la Nación desde hace varios años. Los requisitos que pide el Banco Central son muy alcanzables. Los bancos no van a tener inconvenientes para cumplimentar con los requerimientos.
–Entonces, ¿por qué hubo tantas resistencias dentro de los bancos?
–No. Yo participé de una reunión inicial que se hizo en el Banco Central y la verdad es que recogí una buena predisposición de los bancos que, naturalmente, presentan algunas inquietudes para ver en qué plazos pueden colocar los créditos de inversión. En este sentido, reconozco que, cuando uno habla de créditos de inversión, este tipo de préstamos le requiere a los bancos un tiempo diferente para el análisis. Tal vez ese sea el punto que generó alguna inquietud de parte del sistema. Sin embargo, noté una muy buena intención. De hecho, en los contactos posteriores que se han mantenido con representantes de la banca privada hay buena predisposición para trabajar sobre esta materia.
–¿Usted piensa que los bancos temen que aumente la cartera de morosidad?
–Creo que no hay una situación planteada de morosidad en el sistema financiero argentino. Me parece que trabajar con las pymes requiere otros tiempos y está claro que cuando uno lo compara con la banca de individuos el nivel de rentabilidad es menor. La tasa que impone, por ejemplo, el programa del 5% (la nueva línea de créditos a la producción) es inferior a la que se percibe por los créditos a individuos y, por lo tanto, tiene un menor nivel de rentabilidad.
–¿Esta nueva disposición del Banco Central va a permitir que los créditos a la producción no recaigan siempre sobre las espaldas de la banca estatal?
–Claro. Esta es una manera de que los clientes que ya tienen una relación con un banco privado cuenten también con un soporte para que atiendan también sus necesidades de inversión.
–¿Cree que los bancos pueden tener algún tipo de dificultades para ejecutar esta nueva línea de préstamos?
–No veo problemas para que este programa se cumplimente en los plazos establecidos por el Banco Central.
–Con sus nuevas atribuciones el Central también advirtió que va a penalizar a aquellos bancos que se excedan en los límites en las tasas de interés previstos por la entidad para los préstamos al consumo.
–Va a haber controles más estrictos, porque si no cumple con las normas, el banco es pasible de un cargo. Me parece que controlar eso es bueno porque es defender al cliente, que es imprescindible.
–¿Usted observa un cambio decidido de la banca hacia la producción?
–Creo que hay un interés en acompañar los procesos de crecimiento de las empresas. Siempre en esto se requiere un período de adaptación. Entiendo que el sistema financiero argentino no se va a perder la posibilidad de atender a las pymes ni vamos a dejar de hacer ningún negocio. No se trata de cambiar cartera crediticia de un lado a otro, sino sumar a lo que ya están haciendo los bancos porque la liquidez del sistema financiero permite seguir atendiendo a las empresas.
–¿Con este tipo de medidas de apoyo crediticio a la producción se está supliendo, en parte, la idea de la banca de desarrollo?
–Creo que es una manera de incorporar el apoyo al desarrollo a través del sistema financiero con mecanismos que estén repartidos en todo el sistema. Así se atomiza un poco el riesgo. Creo que se ha arrancado con un programa con créditos a la producción a tres años y la verdad es que con el tiempo, sin lugar a dudas, se irá mejorando sensiblemente. El Banco Nación tiene créditos a diez años de plazo, los primeros cinco años a tasas fíjas al 14%, y a partir de los seis años en adelante, a una tasa móvil (Badlar más 4%). Hoy la gente atiende sus deudas.
–Es decir, que los plazos de los préstamos a la producción pueden ir mejorando en el futuro.
–No me cabe ninguna duda. Ya hay bancos que están pensando en más plazos del pedido que hizo el Banco Central con su línea del 5 por ciento. Observando algunos comunicados, otras entidades reconocen que están dispuestas a analizar créditos de inversión a tres años con una extensión de dos años más.
–Usted en su momento apoyó la ley del diputado Carlos Heller, que impulsa un cambio profundo en la Ley de Entidades Financieras. ¿La reforma de la Carta Orgánica cambió su parecer al respecto?
–Creo que la modificación de la Carta Orgánica resolvió en gran medida las necesidades que planteaba la Ley de Entidades Financieras, porque ha tenido una amplitud tal que aquellas cosas que se pretendían en ese proyecto hoy están comprendidas entre las facultades del Banco Central. Y me parece bien. No veo que haga falta en lo inmediato más que esto.
–¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante el sistema financiero argentino?
–Es muy simple, el sistema financiero argentino es tan pequeño que sólo cubre entre el 13 y 14% del PBI en materia de participación del crédito. Una vez, la presidenta nos dijo que procuremos superar el 20% del PBI. Creo que este es el gran desafío. Además, el segundo punto en importancia es contribuir a la bancarización porque el nivel de bancarización sigue siendo bajo. Creo que con el tiempo lo podemos resolver porque hay que incorporar cada día más a la gente para que tenga instrumentos que le permitan utilizar el sistema financiero.
–El viernes pasado salió una disposición por la cual el Banco Nación le dio un crédito al Tesoro de la Nación de $2000 millones. ¿Cuánto le van a prestar al sector público este año?
–El propio Presupuesto de la Nación dice que el Banco Nación le puede prestar el 30% de los depósitos que el Estado Nacional tiene en el Banco de la Nación. Con lo cual nunca vamos a superar ese porcentaje porque está estipulado por ley del Congreso. Ahora, vale la pena recordar que el Estado tiene en el Banco Nación depósitos muy fuertes por más de $ 90 mil millones.
–¿Hoy cuánto representan los préstamos del Banco Nación al Tesoro?
–Con estos $ 2000 millones vamos a estar en el 28,5% del total, que equivale más o menos a $ 27.452 millones que tenemos colocados en el sector público contra los más de $ 91 mil millones que tenemos de depósitos.
–¿Están muy cerca del límite?
–Pero está bien. A cuántos clientes les quisiera prestar yo el 30% de los depósitos que tiene en el banco. La Nación es un cliente privilegiado porque le presto un porcentaje de sus propios depósitos. En cambio, entre 2001 y 2003 ocurría lo contrario, el Banco Nación tenía más préstamos que depósitos del sector público. Vaya si era relevante eso. ¿Y por qué tenía ese nivel de gravedad? Porque hubo un momento que los bancos le prestaban al Estado Nacional y a los Estados provinciales con fondos del sector privado. Por supuesto, hoy no pasa. También si uno mira el año 2002, le prestábamos el doble de los depósitos que tenía el Estado en el banco. Hoy ni usamos depósitos del sector privado para prestarle al sector público ni usamos depósitos del sector público para prestarle a los privados.
–Cómo analiza la situación de la economía argentina y qué perspectivas observa para el segundo semestre de este año teniendo en cuenta la gravedad de la crisis internacional?
–No veo inconvenientes fuertes que se presenten en la economía local, más allá de que no podemos perder de vista la crisis global, muy particularmente la de Europa, pero también la de los Estados Unidos, que no termina de resolver su situación económica. Claramente, lo que va a haber es un descenso del crecimiento. Sin lugar a duda el crecimiento de 2012 no va a estar en torno del 9%, como fueron los promedios que manejamos entre 2003 y 2011. Por lo tanto, vamos a ver un crecimiento que va a estar aproximadamente en la mitad de los números que hemos manejado anteriormente. Eso va a necesitar un buen soporte del sistema financiero para atenuar lo que representa esa caída de la actividad de pasar del 9 al 4,5 por ciento.
–¿Cómo estructuraría el año en materia de crecimiento?
–El segundo trimestre del año tuvo un nivel más flojo que el primer trimestre. Nosotros estamos convencidos de que durante el tercer y cuarto trimestre la economía se va a recuperar. Y ya hay algunos indicios de que va a ser así.
–¿Cuáles son esos indicios?
–En primer lugar, no hay problemas en la cadena de pagos. Vemos que hay una interesante demanda de crédito que no está sólo fundamentada en préstamos a capital de trabajo sino que hay mucha demanda para inversión productiva. Nosotros llevamos este año 11.332 operaciones de inversión productiva, solamente para la pequeña y mediana empresa, por casi $ 2921 millones. Esto significa que no cayó la expectativa de crecimiento de las pequeñas y medianas empresas. Es más, pienso que este año el Banco Nación va a superar el nivel de inversión productiva que el año pasado fue de $ 5313 millones, y calculo que este año vamos a andar por arriba de los $ 7000 millones a las pymes. Las expectativas de las pymes para este año son buenas porque de lo contrario nadie tomaría dinero para invertir en la producción.
–El crecimiento de este segundo y tercer trimestre, ¿a qué sectores de la economía va a estar asociado?
–Creo que tanto consumo interno como exportaciones van a estar más vigorosos en el tercer y cuarto trimestre. Además, la soja nos está anunciando un muy buen precio, y seguramente falta mucha soja por vender y así lo estamos viendo. Por otro lado, el consumo interno después de los incrementos salariales que se han alcanzado en el año 2012 seguramente se va a retomar.
–¿Por qué ve un crecimiento en las exportaciones?
–Porque hay alternativas como la soja por la sequía en los Estados Unidos y por la demanda de China. Creo que se advierte la posibilidad de seguir creciendo sin problemas.
La cadenas de pagos está intacta
–¿La crisis global afectó los números del Banco Nación?
–Por el contrario, nos generó mayor actividad porque es el banco que está más cerca de las empresas. El último año llevamos un incremento de los préstamos del 67% a las empresas. Lo que implica que el banco está trabajando muy fuerte. De hecho, el Banco de la Nación es el que más crece. Además, desde 2010 la morosidad cayó del 0,71% a 0,45 por ciento. No tenemos niveles de incumplimiento, la gente está atendiendo su deuda y hay una mayor demanda de créditos. La verdad es que no se advierten problemas en la cadena de pagos.
–Ni siquiera en los sectores pequeños…
–Este es un banco de las pymes. De hecho, en 2012, el 52% del total de los préstamos se dirigió a las pymes, el 3% a cooperativas, el 2% a empresas vinculadas y sólo el 22% fue a grandes empresas. Y aquí nosotros no advertimos situaciones de crisis. –
–¿Cuál es el horizonte del Banco Nación para los próximos años?
–Hace unos cuantos años nosotros nos propusimos un cometido muy clarito: que el banco sea regulador y testigo del sistema. Pero para ser regulador del sistema hay que ser líder y lo que hemos logrado en los últimos años es un liderazgo absoluto. El Banco Nación es el primero en préstamos, en depósitos, en patrimonio neto, tiene buena rentabilidad y un bajísimo nivel de mora.
–¿Cuál es la evaluación que hace de los cambios que están empezando a notarse a partir de la reforma en la Carta Orgánica del Banco Central? Particularmente de la decisión que obliga a las entidades financieras a otorgar préstamos para la producción a tasas preferenciales.
–Creo que es un paso muy relevante. Es lo que viene haciendo el Banco de la Nación desde hace varios años. Los requisitos que pide el Banco Central son muy alcanzables. Los bancos no van a tener inconvenientes para cumplimentar con los requerimientos.
–Entonces, ¿por qué hubo tantas resistencias dentro de los bancos?
–No. Yo participé de una reunión inicial que se hizo en el Banco Central y la verdad es que recogí una buena predisposición de los bancos que, naturalmente, presentan algunas inquietudes para ver en qué plazos pueden colocar los créditos de inversión. En este sentido, reconozco que, cuando uno habla de créditos de inversión, este tipo de préstamos le requiere a los bancos un tiempo diferente para el análisis. Tal vez ese sea el punto que generó alguna inquietud de parte del sistema. Sin embargo, noté una muy buena intención. De hecho, en los contactos posteriores que se han mantenido con representantes de la banca privada hay buena predisposición para trabajar sobre esta materia.
–¿Usted piensa que los bancos temen que aumente la cartera de morosidad?
–Creo que no hay una situación planteada de morosidad en el sistema financiero argentino. Me parece que trabajar con las pymes requiere otros tiempos y está claro que cuando uno lo compara con la banca de individuos el nivel de rentabilidad es menor. La tasa que impone, por ejemplo, el programa del 5% (la nueva línea de créditos a la producción) es inferior a la que se percibe por los créditos a individuos y, por lo tanto, tiene un menor nivel de rentabilidad.
–¿Esta nueva disposición del Banco Central va a permitir que los créditos a la producción no recaigan siempre sobre las espaldas de la banca estatal?
–Claro. Esta es una manera de que los clientes que ya tienen una relación con un banco privado cuenten también con un soporte para que atiendan también sus necesidades de inversión.
–¿Cree que los bancos pueden tener algún tipo de dificultades para ejecutar esta nueva línea de préstamos?
–No veo problemas para que este programa se cumplimente en los plazos establecidos por el Banco Central.
–Con sus nuevas atribuciones el Central también advirtió que va a penalizar a aquellos bancos que se excedan en los límites en las tasas de interés previstos por la entidad para los préstamos al consumo.
–Va a haber controles más estrictos, porque si no cumple con las normas, el banco es pasible de un cargo. Me parece que controlar eso es bueno porque es defender al cliente, que es imprescindible.
–¿Usted observa un cambio decidido de la banca hacia la producción?
–Creo que hay un interés en acompañar los procesos de crecimiento de las empresas. Siempre en esto se requiere un período de adaptación. Entiendo que el sistema financiero argentino no se va a perder la posibilidad de atender a las pymes ni vamos a dejar de hacer ningún negocio. No se trata de cambiar cartera crediticia de un lado a otro, sino sumar a lo que ya están haciendo los bancos porque la liquidez del sistema financiero permite seguir atendiendo a las empresas.
–¿Con este tipo de medidas de apoyo crediticio a la producción se está supliendo, en parte, la idea de la banca de desarrollo?
–Creo que es una manera de incorporar el apoyo al desarrollo a través del sistema financiero con mecanismos que estén repartidos en todo el sistema. Así se atomiza un poco el riesgo. Creo que se ha arrancado con un programa con créditos a la producción a tres años y la verdad es que con el tiempo, sin lugar a dudas, se irá mejorando sensiblemente. El Banco Nación tiene créditos a diez años de plazo, los primeros cinco años a tasas fíjas al 14%, y a partir de los seis años en adelante, a una tasa móvil (Badlar más 4%). Hoy la gente atiende sus deudas.
–Es decir, que los plazos de los préstamos a la producción pueden ir mejorando en el futuro.
–No me cabe ninguna duda. Ya hay bancos que están pensando en más plazos del pedido que hizo el Banco Central con su línea del 5 por ciento. Observando algunos comunicados, otras entidades reconocen que están dispuestas a analizar créditos de inversión a tres años con una extensión de dos años más.
–Usted en su momento apoyó la ley del diputado Carlos Heller, que impulsa un cambio profundo en la Ley de Entidades Financieras. ¿La reforma de la Carta Orgánica cambió su parecer al respecto?
–Creo que la modificación de la Carta Orgánica resolvió en gran medida las necesidades que planteaba la Ley de Entidades Financieras, porque ha tenido una amplitud tal que aquellas cosas que se pretendían en ese proyecto hoy están comprendidas entre las facultades del Banco Central. Y me parece bien. No veo que haga falta en lo inmediato más que esto.
–¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante el sistema financiero argentino?
–Es muy simple, el sistema financiero argentino es tan pequeño que sólo cubre entre el 13 y 14% del PBI en materia de participación del crédito. Una vez, la presidenta nos dijo que procuremos superar el 20% del PBI. Creo que este es el gran desafío. Además, el segundo punto en importancia es contribuir a la bancarización porque el nivel de bancarización sigue siendo bajo. Creo que con el tiempo lo podemos resolver porque hay que incorporar cada día más a la gente para que tenga instrumentos que le permitan utilizar el sistema financiero.
–El viernes pasado salió una disposición por la cual el Banco Nación le dio un crédito al Tesoro de la Nación de $2000 millones. ¿Cuánto le van a prestar al sector público este año?
–El propio Presupuesto de la Nación dice que el Banco Nación le puede prestar el 30% de los depósitos que el Estado Nacional tiene en el Banco de la Nación. Con lo cual nunca vamos a superar ese porcentaje porque está estipulado por ley del Congreso. Ahora, vale la pena recordar que el Estado tiene en el Banco Nación depósitos muy fuertes por más de $ 90 mil millones.
–¿Hoy cuánto representan los préstamos del Banco Nación al Tesoro?
–Con estos $ 2000 millones vamos a estar en el 28,5% del total, que equivale más o menos a $ 27.452 millones que tenemos colocados en el sector público contra los más de $ 91 mil millones que tenemos de depósitos.
–¿Están muy cerca del límite?
–Pero está bien. A cuántos clientes les quisiera prestar yo el 30% de los depósitos que tiene en el banco. La Nación es un cliente privilegiado porque le presto un porcentaje de sus propios depósitos. En cambio, entre 2001 y 2003 ocurría lo contrario, el Banco Nación tenía más préstamos que depósitos del sector público. Vaya si era relevante eso. ¿Y por qué tenía ese nivel de gravedad? Porque hubo un momento que los bancos le prestaban al Estado Nacional y a los Estados provinciales con fondos del sector privado. Por supuesto, hoy no pasa. También si uno mira el año 2002, le prestábamos el doble de los depósitos que tenía el Estado en el banco. Hoy ni usamos depósitos del sector privado para prestarle al sector público ni usamos depósitos del sector público para prestarle a los privados.
–Cómo analiza la situación de la economía argentina y qué perspectivas observa para el segundo semestre de este año teniendo en cuenta la gravedad de la crisis internacional?
–No veo inconvenientes fuertes que se presenten en la economía local, más allá de que no podemos perder de vista la crisis global, muy particularmente la de Europa, pero también la de los Estados Unidos, que no termina de resolver su situación económica. Claramente, lo que va a haber es un descenso del crecimiento. Sin lugar a duda el crecimiento de 2012 no va a estar en torno del 9%, como fueron los promedios que manejamos entre 2003 y 2011. Por lo tanto, vamos a ver un crecimiento que va a estar aproximadamente en la mitad de los números que hemos manejado anteriormente. Eso va a necesitar un buen soporte del sistema financiero para atenuar lo que representa esa caída de la actividad de pasar del 9 al 4,5 por ciento.
–¿Cómo estructuraría el año en materia de crecimiento?
–El segundo trimestre del año tuvo un nivel más flojo que el primer trimestre. Nosotros estamos convencidos de que durante el tercer y cuarto trimestre la economía se va a recuperar. Y ya hay algunos indicios de que va a ser así.
–¿Cuáles son esos indicios?
–En primer lugar, no hay problemas en la cadena de pagos. Vemos que hay una interesante demanda de crédito que no está sólo fundamentada en préstamos a capital de trabajo sino que hay mucha demanda para inversión productiva. Nosotros llevamos este año 11.332 operaciones de inversión productiva, solamente para la pequeña y mediana empresa, por casi $ 2921 millones. Esto significa que no cayó la expectativa de crecimiento de las pequeñas y medianas empresas. Es más, pienso que este año el Banco Nación va a superar el nivel de inversión productiva que el año pasado fue de $ 5313 millones, y calculo que este año vamos a andar por arriba de los $ 7000 millones a las pymes. Las expectativas de las pymes para este año son buenas porque de lo contrario nadie tomaría dinero para invertir en la producción.
–El crecimiento de este segundo y tercer trimestre, ¿a qué sectores de la economía va a estar asociado?
–Creo que tanto consumo interno como exportaciones van a estar más vigorosos en el tercer y cuarto trimestre. Además, la soja nos está anunciando un muy buen precio, y seguramente falta mucha soja por vender y así lo estamos viendo. Por otro lado, el consumo interno después de los incrementos salariales que se han alcanzado en el año 2012 seguramente se va a retomar.
–¿Por qué ve un crecimiento en las exportaciones?
–Porque hay alternativas como la soja por la sequía en los Estados Unidos y por la demanda de China. Creo que se advierte la posibilidad de seguir creciendo sin problemas.
La cadenas de pagos está intacta
–¿La crisis global afectó los números del Banco Nación?
–Por el contrario, nos generó mayor actividad porque es el banco que está más cerca de las empresas. El último año llevamos un incremento de los préstamos del 67% a las empresas. Lo que implica que el banco está trabajando muy fuerte. De hecho, el Banco de la Nación es el que más crece. Además, desde 2010 la morosidad cayó del 0,71% a 0,45 por ciento. No tenemos niveles de incumplimiento, la gente está atendiendo su deuda y hay una mayor demanda de créditos. La verdad es que no se advierten problemas en la cadena de pagos.
–Ni siquiera en los sectores pequeños…
–Este es un banco de las pymes. De hecho, en 2012, el 52% del total de los préstamos se dirigió a las pymes, el 3% a cooperativas, el 2% a empresas vinculadas y sólo el 22% fue a grandes empresas. Y aquí nosotros no advertimos situaciones de crisis. –
–¿Cuál es el horizonte del Banco Nación para los próximos años?
–Hace unos cuantos años nosotros nos propusimos un cometido muy clarito: que el banco sea regulador y testigo del sistema. Pero para ser regulador del sistema hay que ser líder y lo que hemos logrado en los últimos años es un liderazgo absoluto. El Banco Nación es el primero en préstamos, en depósitos, en patrimonio neto, tiene buena rentabilidad y un bajísimo nivel de mora.
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