PROA: la necesidad de otra Argentina posible

Andrés Delich Dirigente radical y miembro de PROA
La alegría y la emoción por tantos años contenida, junto a la esperanza de un país que volvía a ser para todos, es lo que finalmente pudimos festejar cuando aquel inolvidable 30 de octubre de 1983, los argentinos volvimos, efusivos, a las calles de una Nación que retornaba a la vida democrática luego de oscuros y largos años.
Por eso creemos, ante la inminencia de un nuevo aniversario de aquel suceso histórico, trascendental no sólo para los radicales, sino para todos los hombres y mujeres de nuestra sociedad, que es necesario indagarnos cuántos de aquellos sueños y esperanzas hoy están cumplidos y cuántos no.
Este martes 30 de octubre los radicales que nos agrupamos en PROA (plataforma radical para otra Argentina) vamos a festejar otro aniversario de aquellas elecciones que permitieron a los argentinos volver a acariciar la democracia, y rendiremos homenaje a esta fecha como lo hacemos todos los años. Pero sentimos que éste no será un aniversario más. Le vemos un sentido especial.
Hoy observamos preocupados que algunas cosas que con esperanza pensábamos que definitivamente ganábamos para siempre en ese turbulento 1983, vuelven a estar en juego. Estamos intranquilos y alarmados porque notamos que el pensamiento único, la visión hegemónica del Estado, la falta de tolerancia con el que piensa distinto, el atropello a las más mínimas libertades individuales, hoy son moneda corriente.
Justamente en octubre de 1983, festejábamos haber dejado atrás a la peor forma de autoritarismo y de violencia, y que al fin entrábamos en una Argentina democrática y republicana. No por casualidad, la consigna que nos diferenciaba a los radicales era: somos la vida, somos la paz.
Hoy sentimos que parte de ese eslogan está incompleto. Hay algunas cuestiones que están en juego. Un clima institucional oscuro, con un gobierno que arrincona a la justicia, intenta eliminar los últimos vestigios de control sobre el gasto estatal y sobre todo construye su legitimidad sobre la base del enfrentamiento entre compatriotas.
Dijo alguna vez don Raúl Alfonsín, en uno de sus actos de cierre de campaña, que los dirigentes políticos debían trabajar por la vida, la justicia y la libertad. Que no debían existir más esas diferencias tajantes que tanto daño le habían hecho al país, entre aquellos que eran radicales o anti-radicales, peronistas o anti-peronistas. Había que ocuparse, en definitiva, para lograr la unión de todos los argentinos y siempre estar a favor de la República.
PROA es un espacio radical que reúne a militantes, algunos dentro del marco orgánico del partido y otros que militan en otras expresiones políticas, pero que nos une la firme voluntad de impulsar un frente electoral que contenga a todos aquellos que sienten que hay que ponerle un límite al kirchnerismo, justamente, a favor de la unión nacional y del respeto por las instituciones. Desde PROA estamos fervientemente convencidos de que llegó la hora para construir grandes acuerdos, y que hay que evitar buscar matices innecesarios entre los que podemos estar bajo la misma bandera.
Por eso este 30 de octubre desde PROA vamos a hacer un acto en el que se deje marcado la necesidad de reforzar aquellos valores que quisimos establecer.Creemos que llegó el momento de buscar grandes acuerdos, de ser más humildes y de lograr la verdadera unión entre los argentinos, sin concepciones caudillescas y autoritarias del poder, y para alcanzar de una vez por todas el país que soñamos. Para sentir que ganamos, sin derrotar a nadie.
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