«Si se usa YPF para cubrir déficit de gas, quebrará»

Nicolás Gadano, autor de «Historia del petróleo en la Argentina 1907-1955», critica al Estado por haber avanzado en ‘‘una suerte de desguace’’ de YPF.
«Si el Estado tiene plata, en vez de ponerla en acciones para adquirir YPF, tendría que fomentar la exploración en la plataforma marítima o nuevas refinerías», sostuvo Nicolás Gadano. En entrevista con Ámbito Financiero, el autor del libro «Historia del petróleo en la Argentina 1907-1955», mostró así su preocupación sobre la crisis energética que atraviesa el país. El tema se vuelve clave hoy, día en que la Presidente, Cristina de Kirchner, se reúne con los 10 gobernadores de las provincias productoras de hidrocarburos. El rumor de mercado indica que la mandataria aprovechará la instancia para manifestarse sobre el futuro de YPF y las versiones sobre un avance estatal. Al respecto, Gadano señaló que el papel del Estado es garantizar condiciones para que la inversión aumente y explicó que, a través de la revisión de las concesiones por parte de las provincias, «se está produciendo una suerte de desguace» por más que «desde el discurso se dice que se trabaja para una YPF más fuerte». El economista además advirtió respecto del peligro de que el Estado la utilice para cubrir el déficit de gas o gasoil. «Si eso sucede, quebrará en el corto plazo», dijo.
Periodista: ¿Usted también espera un anuncio de la Presidente para hoy?
Nicolás Gadano: Está el nivel de expectativa que está asociado a cuestiones reales, producto de una serie de medidas que forman parte de una visión integral y que -a todas luces- tienen que tener un desenlace, porque al ritmo que van sólo agravan la crisis. En algún momento tiene que haber alguna decisión que identifique cómo quedará YPF y el rol del Estado. Aparece un discurso de la Presidente, y todos esperan anuncios.
P.: Pero ésta es una reunión con las provincias petroleras…
N.G.: Sí, algo allí surgirá, pero hay que esperar. Todo lo demás es especulación.
P.: ¿No se puede identificar el plan teniendo en cuenta las decisiones tomadas hasta el momento, que no fueron pocas?
N.G.: Las acciones muestran un nivel de coordinación que responden a un programa global, pero en los hechos se discuten simultáneamente dos temas que son centrales en la historia del petróleo: explotación privada versus estatal y provincias versus Nación, en cuanto al dominio de los hidrocarburos. Las provincias hoy tienen el dominio. Este proceso de reversión de áreas que parecía ser simplemente una herramienta para presionar a YPF y que el Estado se hiciera cargo, a la vez se vuelve un proceso en que las provincias de manera acelerada empiezan a tomar el control de áreas adjudicadas por la Nación a YPF. Mientras las provincias sacan su tajada para consolidarse. Esta incertidumbre no le hace bien al sector, y la crisis energética en este contexto sólo puede agravarse.
P.: ¿Y en la puja explotación privada versus estatal qué sucede?
N.G.: Lo que es importante es que se sancione una nueva legislación de hidrocarburos. Hoy se rigen pon un decreto de la época de (Juan Carlos) Onganía (a fines de los 60), cuando el dominio de los hidrocarburos era federal. Las provincias no se harán cargo del problema general de hidrocarburos. Es fundamental el rol de control y coordinación que pueda tener el Estado. En cuanto a la propiedad, la Argentina enfrenta una crisis porque la producción cae en un marco de consumo que crece. No se expandió la capacidad de refinación. Hay que escaparle al falso dilema privado versus estatales. Hay que acordar programas que potencien la inversión de YPF y de otras empresas que puedan venir para revertir la tendencia.
P.: ¿Sería un error destinar recursos a esta adquisición?
N.G.: Sería un grave error destinar dinero a la compra de acciones. La Argentina está importando muchísimos metros cúbicos de gasoil. Si compra YPF, compra refinerías y los dueños se llevan la plata. Podría invertir la plata en una nueva refinería y ahí sí resolvería el problema. Ahora, si lo que se pretende es hacerse del control de YPF sin pagar, el impacto jurídico en términos de derecho, de credibilidad, será muy fuerte.
P.: Más allá de las formas, ¿cuál es el peligro de que el Estado se haga cargo de esta empresa?
N.G.: Hay empresas estatales que funcionan muy bien, pero la situación energética es complicada. En el pasado YPF fue utilizada para cubrir huecos de la política macroeconómica: por ejemplo frenar inflación con tarifas absurdas. En la dictadura se utilizó para endeudarse afuera y financiar la tablita, y así quedó YPF… La desconfianza es que la usen para cubrir los déficits de gasoil o gas natural. Si eso pasa, quebrará en un plazo muy corto.
P.: Está el ejemplo de ENARSA…
N.G.: ENARSA tiene toda la exclusividad de toda la plataforma marítima y prácticamente no perforó. Además, está obligada a pedir fondos al Tesoro para importar gas licuado. Nació para hacer un montón de cosas y al final quedó para sostener precios a pérdida en el mercado local.
P.: El argumento esgrimido para retirar las concesiones es el bajo número de inversión en un contexto de grandes ganancias, ¿cómo se revierte esa situación?
N.G.: Las ganancias parecen números muy grandes, pero las petroleras ganan mucha plata y es la única forma de que inviertan lo que tienen que invertir. La falta de inversión no es un tema sólo de YPF. Hay que ver también a las otras empresas. Si fuera así, tan atractivo, muchas firmas del sector vendrían a invertir. Más allá de la política de dividendos de YPF que no contribuía porque generaba mucha salida de capitales, tiene que haber oportunidades de invertir.
P.: ¿Cómo influye el control de precios a la producción?
N.G.: La política de precios especialmente en el gas ha sido muy mala para los productores. Hoy hay un precio de producción de u$s 3 al millón de BTU, mientras que el precio a la importación supera lejos los u$s 10. Si acercáramos estos dos valores, la cosa mejoraría.
Entrevista de Ignacio Ros

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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