«Parodia» de la derecha brasileña contra Lula

3 comentarios en ««Parodia» de la derecha brasileña contra Lula»

1. Un lector de FB tradujo hasta el minuto 3

   Yo tengo miedo a ese Ignacio, es lo que decía todo el mundo, cuando el fue elegido.
   Dejó atrás esos valores de izquierda que como sindicalista el siempre aprendió.
   Ya de niño pensaba en ser bandido, mucho más cuando en el torno un dedo perdió.
   Era un suceso en el barrio donde vivía, el no sabía ni escribir, pero contestó el ABC.
   Le encantaba hacer paros, se subía al escenario, agarraba el micrófono para discursar.
   Se sentía muy diferente, y él mismo sentía que la fábrica no era su lugar.
   El solo se quería candidatear, hacer discursos, solo que ahora en la tv.
   Con compañeros el consiguió fundar, así comienza la historia del PT.
   Conquisto a las niñas de la ciudad, buscando un alternativo militante profesor.
   A los 35 fue mandado a la prisión y ahí nació el mito del operario sufridor.
   El entendía como la vida funcionaba y conquistó todos esos votos de esa clase subcolor.
   Y consiguió deglutir todo el país y fue ahí que se convirtió en el presidente salvador.
   Él fue llegando y exhibía un dinerito encontró un marketinero con quien fue a hablar.
   El marketinero sabía que hacer y como resolver y el presidente así salvar.
   Así él instaló en Brasilia, en este país lugar mejor no hay.
   Estoy precisando Mateus unos contratos, sus cuentas deje, que yo las voy a pagar.
   Y el mito aceptó su propuesta y una fiesta ocurrió en la plaza central.
   Fue la pose más bonita de la ciudad, compañeros y lobbistas, directores estatales.
   El vió a esa ciudad linda, en año nuevo, comienzo a trabajar.
   Vuestra familia, mí casa, mí vida, tengo la certeza que todos me van a amar.
   Un viernes iba para la casa de Paloce para contar todo el dinero que él recaudó.
   Conocía mucha gente interesante, banqueros interesados, trueque, trueque por favor.
   Él ayudó al presidente de Bolivia, Venezuela y hasta del Ecuador.
   Ayudó a Fidel Castro y su isla, nuestro dinero para allá mandó.
   Pero el congreso se encontró desesperado, precisaba de dinero para negociar.
   Y él oía del otro tesorero que siempre decía que el marketinero iba a ayudar.
   Pero él no quería más charla y aconteció que decidió, que el congreso iba a comprar.
   Elaboró una vez más un plan santo, sin ser crucificado en esa nueva comenzar.
   Luego, luego los diputados de esa ciudad, supieron la novedad, buen dinero tiene ahí.
   Luis Ignacio quedó todo poderoso, consiguió todo el apoyo de los que estaban allí.

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   1. Pobre Renato, usar su hermosa música y poesía para esta canallada…

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2. ¡Plena vigencia de la Ley de Medios ya!

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