Jugando a las Visitas

La tarde primaveral invitó a estas cabecitas frescas a evocar a la infancia y ponerse a jugar a las visitas.

 

Y tal como ocurría en la niñez, en la que las niñas aprovechaban la ausencia de los mayores para imitarlos en su exterioridad, calzándose la cartera y los tacos altos de mamá y reuniéndose alrededor de una mesa para tomar el te , la notable diferencia entre los encuentros de niños y los de los adultos resultó ser que todo lo dicho lo fue de jugando, para satisfacer espíritus lúdicos o deseos que en definitiva no eran lo que aparentaban.

 

Porque si, ya que no son niños, como adultos hubieran pretendido cumplir con sus responsabilidades institucionales, hubieran recorrido otros caminos, quizás menos mediáticos, pero probablemente mas eficaces.

 

Veamos: de un lado de la mesa, y asumiendo el papel de anfitrión, Judas C. Cobos, (a) Cletito, que logró encontrar un lugar en su agenda cargada de responsabilidades tales como ir de shopping, concurrir a la tribuna de la copa Davis, o correr un remedo de maratón por calles porteñas, para aprovechando la auspiciosa ausencia de la Presidenta, ponerse un poco serio y escuchar a sus visitantes.

 

Estos, los huéspedes, Mauricio y Gabriela, empleando uno de los ratos que les deja libres su principal ocupación, consistente en explicar por que no hacen lo que anunciaron en campaña que harían en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, visitan a Cletito, que como todo el mundo sabe es la llave maestra si uno quiere destrabar un problemita con la Rosada.

 

Después de escuchar atentamente los lamentos de Mauricio y Gabriela, Cletito se comprometió en hablar con el Secretario de Hacienda.

 

A esa altura, el objetivo del encuentro estaba cumplido para ambas partes: primero, la foto juntos con Cletito poniendo cara seria y Mauricio y Gabriela mostrándose preocupados porque » la-na-cion-les-tra-ba-todo».

 

El encuentro era pura ganancia para Cletito que en su rutina diaria de salir en los diarios, lograba por fin hacerlo en algo parecido a una función de gobierno y también lo era para Mauricio, ocupadísmo siempre en parecer victimizado y encontrar culpables de su inoperancia.

 

A la hora de las flores, Gabriela siempre mas desenvuelta de lengua que su Jefe gutural, señaló que era lícito reunirse con quién como Cobos, goza de la legalidad y legitimidad de su mandato popular. Inoportuna menta a la soga en la casa del ahorcado esta, pues el propio Cobos se ha desvinculado de tal mandato, que por su naturaleza no puede ser distinto al de su compañera de fórmula, salvo que por «mandato» se interpete «carta blanca».

 

Como broche de oro de una jornada intensa para sus parámetros, Mauricio visitó a la noche a Morales Solá que lo lisonjeó en forma y no planteó, entre las numerosas hipótesis que barajó para las dificultades de la gestión porteña, todas vinculadas a la inquina o la ineficacia de los funcionarios nacionales, ninguna que tuviera que ver con la propia ineptitud de la administración Macri.

 

 

 

 

Terminada la hora de los juegos, intentemos ver lo ocurrido a la luz de la realidad: Primero que nada y en vista de la nula relación existente no solo entre Cobos y Cristina, sino entre Cobos y cualquier miembro del Ejecutivo, resulta evidente que si el verdadero objetivo de Macri y Michetti era destrabar alguna gestión inconclusa con el Gobierno Nacional, la «vía Cobos» clama ineficacia. Es claramente una vía muerta. Adviértase que el compromiso del vice, trasladar la inquietud al Secretario de Hacienda (¿porque no al Ministro de Economía?) parece demasiado poco para tan sonado encuentro.

 

Por el otro lado, este afán de visitar funcionarios nacionales por parte del hijo de Franco, parece estar acompañado siempre por una direccionalidad equivocada. Insisite con el Jefe de Gabinete, dice que pide audiencia a Cristina y no le dan, ahora lo ve a Cobos. Si su inquietud pasa por conseguir la venia del Gobierno Nacional para obtener financiamiento externo, su interlocutor natural debería ser el ministro Carlos Fernández, o el propio Juan Carlos Pezoa, secretario de Hacienda, aunque un encuentro con estos resulte de menor interés mediático para Mauricio. Siempre y cuando, claro, haya cumplido él con todos los requisitos legales para solicitar a la Nación autorización, cuestión sobre la que ya hablamos aquí.

 

Cabría preguntarse por otro lado, si el Jefe de Gobierno porteño ya anunció que las obras no se harán, por lo menos las del subte, pues la crisis financiera internacional barrió con la posibilidad de obtener los créditos que dijo haber negociado ¿que le está requiriendo ahora a la Nación, si según se deduce de sus palabras tal autorización hoy ya no le serviría?.

 

Otro interrogante que subsiste tras las gestiones macrianas es como hará para echarle la culpa a alguien por la feroz subejecución presupuestaria en áreas tales como educación, donde no parece tener a mano el recurso de culpar a la Nación.

 

 

 

 

Jugar, jugar al Vice sensible, ocupado de atender a todo el mundo, enemigo del conflicto y de las obsecaciones kirchnerianas. Un tierno en fin, aquel que como quinceañera enamorada prefiere oír a su corazón antes que a sus responsabilidades a la hora de tomar decisiones.

 

Jugar, jugar al Jefe de Gobierno preocupado, al que la perversa administración nacional le ata las manos, impidiéndole cumplir con sus compromisos electorales.

 

Jugar, en fin, con la buena voluntad de quienes los votaron y que deberán soportar por varios años mas a funcionarios mas preocupados en «hacer como que» que en cumplir con los compromisos que asumieron con liviandad. Mientras Macri examina si los números le darán para tirarse a las presidenciales en 2011, su gestión en la Ciudad apunta a ser solo una puesta en escena.
Publicado también en Politeia Argentina.

3 comentarios en «Jugando a las Visitas»

  1. Pero el cleto es un hombre muy ocupado, vea… entre la rural, la fiesta del quirquincho adobado y otros menesteres campestres, era el timbre más indicado para ir a tocar si uno quiere destrabar algo, ahijuna…!

  2. No se pierdan el desopilante artículo de JP Feinman «Jugar al Cleto», está el link en las lecturas de hace unos días.

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