The Economist sacó una nota comparando el desempeño de Argentina y Brasil, que luego levantaron Rollo y Zlotogwiazda. Argentina, según la analogía del Economist, vendría ser la liebre, acelerando su crecimiento todo lo que puede, mientras Brasil, la tortuga, va lento pero seguro, y ya nos está por alcanzar. Maravillosa la utilización de la fábula, queda poco más para argumentar después de haber instalado esa imagen.
Pero tomémonos primero el trabajo de revisar un par de frases de la nota. Hay dos párrafos que realmente hacen ruido.
To understand how two nominally left-wing leaders came to embrace such different policies, look back at how their respective countries responded to economic troubles in 2001-02. Argentina, after several years of slump, abandoned a fixed exchange rate, devaluing the peso and defaulting on its public debt. Brazil, which had floated its currency in 1999, responded to turbulence in its currency and debt markets in 2002 by tightening fiscal and monetary policies.
Argentine officials have since been determined to keep the peso weak, mainly to protect local industry. Devaluation worked: the economy roared back to life. But by 2005 most of the country’s idle plant was back in action, and new investment was insufficient to sustain rapid growth. Mr Kirchner loosened the government’s purse strings, doling out increases in wages and pensions. Growth has continued, but inflation jumped to about 20% a year.
A ver si se entiende el mensaje: la devaluación funcionó hasta el 2005, pero la capacidad ociosa había desaparecido y las nuevas inversiones eran insuficiente. Néstor El Populista [luego secundado por Yuyito Fernandez de Kirchner] empezó a repartir salarios y jubilaciones y la inflación descarriló. Levanta entonces la afamada revista la hipótesis de la inflación por exceso de demanda. En Homoeconomicus dijimos muchas veces que no nos parecía que esos fueran los motivos. En el 2007 la inflación estuvo motorizada por los precios de los alimentos [como se ve en el seguimiento de Artemio]. Nuestra impresión era que gran parte de la aceleración inflacionaria se debía a la liberalización de los acuerdos de precios del 2006 combinada con una suba de precios de los alimentos a nivel mundial y varios problemas estacionales [tomate, lechuga y demás]. Cuando empezaron a ver la luz los datos de la inflación del resto del mundo, vimos que algo de cierto había: en todos lados los alimentos se encarecen y la inflación se acelera. No cabe dudas de que tarde o temprano la inflación se espiraliza y todos los otros productos responden con subas. Para evitar esto es donde entraba el famoso pacto social que, claro está, nunca vio la luz.
Pero no ahondemos en el tema. Sigamos enredándonos en la nota, vayamos al párrafo final que no tiene desperdicio.
Argentina has indeed shown that a country can get away with sacrificing price stability in favour of growth for far longer than the naysayers claimed. But eventually, as in every other country in the world, the amount and productivity of its investment will determine its economic performance. With inflation rising ever higher—and becoming harder to calculate—that investment will prove hard to come by. Foreign direct investment to Argentina rose just 12% last year, compared with an 84% increase (to a record $35 billion) in Brazil, according to the United Nations Economic Commission for Latin America. Brazilians can be forgiven occasional bouts of envy at their neighbours’ dash, but good things come to those who wait.
Traducción: Argentina viene logrando crecer rápido, pero tarde o temprano todo depende de la inversión y la productividad, y con inflación alta las inversiones no llegan. Prueba: la IED creció en Argentina tan sólo un 12% el año pasado, contra un 84% en Brasil. Conclusión: el supuesto éxito argentino es transitorio, Brasil se va para arriba.
A ver, primero donde estamos de acuerdo. El crecimiento depende sin duda alguna de la expansión del stock de capital del país, de su inversión. Tiene esa inversión que ser extranjera? La inversión tiene que ser atraída? De ninguna manera. En Corea y Japón, por nombrar a los dos de los más exitosos ejemplos de industrialización del siglo veinte, se desarrollaron con una muy baja participación de la IED sobre la inversión total. Pero inversión se necesita. Y cómo anda Argentina en ese aspecto? La industria crece hace dos años a altas tasas con una utilización de capacidad instalada constante, es decir, crece en base a nuevas inversiones. Y en el último trimestre del año pasado, la tasa de inversión llegó al 26% del producto. No se veía semejante nivel de inversión por lo menos en las últimas tres décadas. Lo midas como lo midas [precios constantes, corrientes, en valores absolutos, dólares] es un nivel de inversión que supera el de la Convertibilidad y ni hablar de los 80s. Incluso en la comparación internacional [acá un ppt del cep con algunos datos en la filmina 4], el nivel de inversión es alto para la región. Por lo tanto, siguiendo los estándares del Economist, hace décadas que el «economic performance» de la Argentina no luce tan prometedor como ahora.
Vayamos ahora a una reflexión final. Ya dijimos que la situación económica de Argentina no es tan sombría como la presenta la nota, y que la inflación es muy dudoso que se deba a la generosidad de este gobierno. Pero nada aportamos sobre la rivalidad argentino-brasilera.
Claramente hoy a estos dos bellos países los separan las políticas macroeconómicas. Pero tratar de explicar la performance de estos dos países en base a esto implica caer en un reduccionismo absurdo. Brasil tiene otra [una] política industrial, otra política tecnológica, otra política comercial. Los caminos de Argentina y Brasil divergen en gran medida en prácticamente todos los ámbitos de política económica hace décadas.
De todas formas, si hablamos específicamente de la macro, hay algunas cosas a analizar. Brasil saludó alegremente una brutal entrada de capitales especulativos a su país y el real se apreció de forma impresionante. Su crecimiento se aceleró, de forma sospechosamente similar a la que ocurre en un primer momento en todos los países que aprecian su moneda [como pasó en Brasil en los noventa, en Argentina antes del Tequila, etc… Lance Taylor le llama ciclo Frenkel-Neftici]. Pero, como resultado de la apreciación, está siendo invadido por las importaciones baratas y, aún con un nivel espectacular de términos de intercambio, va a tener este año un preocupante déficit de cuenta corriente. Este déficit superó los 2.000 millones de dólares tan solo en febrero. Y el Banco Central de Brasil tuvo que elevar su estimación de los 3.500 millones a 12.000 para este año.
Mientras tanto, Argentina mantuvo su tipo de cambio real [bilateral] y sigue gozando de un amplio superávit de cuenta corriente. Pero al mantener el peso anclado al dólar, absorbió completa la suba de precios internacionales y tiene una inflación alta [18?? más? quien sabe]. Pocas dudas caben también de que si el peso se hubiera apreciado, los precios de los transables hubieran caído o por lo menos se hubieran incrementado menos.
El dilema actual de nuestro país y la diferencia entre los caminos seguidos no parece tan distintos a los de otros tiempos, y no se parece a la oposición populismo-austeridad que The Economist intenta vender. La apreciación del tipo de cambio contribuye a bajar la inflación pero rápidamente te encuentra comiéndote reservas y endeudándote. Y ni hablemos del efecto regresivo que tarde o temprano empieza a tener sobre la estructura productiva, el empleo y la distribución del ingreso. En Argentina lo conocemos bien.
El gran desafío es bajarla sin perder el tipo de cambio competitivo. Como hizo Chile entre 1990 y 1995, cuando mantuvo el tipo de cambio alto [la niña ortodoxa tuvo su milagro con tipo de cambio alto, si, mal que les pese] y bajó la inflación del 27 al 8%.
Ahí empieza el verdadero debate sobre las herramientas alternativas. Como controlar los precios de los alimentos, el comportamiento del gasto público, las paritarias y el pacto social, las retenciones móviles para absorber el shock de los términos de intercambio.
¿Alguna propuesta interesante? El gobierno parece necesitarla.
A mí me tiene fascinada una ley que hay en Israel, que vincula el aumento de los precios con el de los salarios. Hace soportar a los salarios hasta un cierto porcentaje de inflación, superado el número, aumentan automáticamente hasta ponerse al nivel de los precios. De tal manera, el fabricante o el comerciante que va a aumentar sus precios, tiene que pensarlo dos veces, porque lo que le mejora por un lado se le empeora por el otro. Parece que ésto funciona como un dique contra la inflación, y los asalariados no se sienten tan amenazados por la incertidumbre lo que significa menos conflicto social.
Excelente artículo… Como apunte podría verse un problema que ha quedado pendiente en Argentina desde los primeros impulsos productivos y que hoy más que nunca, con el remate de empresas del Estado y de empresas privadas, se ha acentuado. La dependecia para el funcionamiento de la economía de bienes intermedio de necesaria importación.
Por ejemplo. El plástico, la materia prima me refiero, como derivado del petroleo, se producía en una procesadora que hace ya varios años se vendió a nuestro hermano brasilero. Esta empresa casi mantenía el monopolio de la materia prima. Eso llevó a que en numerosas oportunidades, el precio por kilo para procesamiento inyección de plástico, pasara de costar en pesos a dolares, y en muchas oportunidades a un dolar más caro que al que accedían en brasil. Con lo cuál, Brasil hasta con un real sobrevaluado, terminaba pudiendo tener mejor precio (en Argentina y el mundo) que nosotros mismos con el peso devaluado (y con la procesadora en nuestro propio pais!!!!).
O sea… que no es completamente cierto que la subvaluación del peso no influya en la inflación, ya que más allá de los alimentos, hay bienes intermedios que terminan cotizando como comodities y te marcan el precio para arriba, generando una inflación que no puede solventarse con ningún pacto social.
Por lo tanto lo idea sería tener una estrategia productiva clara en todos los sectores y reutilizar lo retenido a las extractivas y agropecuarias para derramar sobre planes industriales coordinados y planificados. Eso no esta tan claro en el gobierno de hoy día, sí que hay una voluntad mucho más clara que la de los últimos 20 años atrás, pero hay mucho de preocuparse por el peso alto y dejar que fluya… Y esa no es una política productiva correcta. Brasil en cambio tiene políticas macro que se mantienen en el tiempo, por eso estan donde estan. Ahi coincido con el artículo, porque podemos mirar los últimos 6 años de Argentina y Brasil y tal vez Argentina quede mejor parada, pero y si miramos los últimos 30?? Ellos van subiendo la escalera, de a un escalón por vez, despacito…. nosotros subimos 3, bajamos 4, subimos 5, bajamos 2…y así todo el tiempo. Se necesita mayor planificación y planes estratégicos de actuación.
saludos
Hector
Tavos,
Disiento en general con tu vision, pero respeto la logica.
Un par de puntos que creo que vale la pena resaltar:
1) Japon pudo financiar su crecimiento porque tuvo (y tiene) una base ahorro nacional infinitamente mas alta que la argentina. Son exportadores de capital. Por ende, no necesitaban inversion extranjera para crecer. Evidentemente no es el caso de Argentina, que con su base de ahorro no puede financiar sustentablemente su crecimiento en el mediano plazo. Por ende, necesitamos, sin lugar a duda, atraer capital extranjero. Ademas, en la gran mayoria de estos casos (sobre todo en la forma de IED) este capital trae tecnologia, know how, recursos humanos, y si, mas consumo, lo cual es en el balance total ampliamente positivo)
2) Con respecto a los capitales especulativos que mencionas en Brazil, en los ultimos 3-5 anios la gran mayoria de ese capital ha invertido en nuevas empresas, por lo general PYMES que estan empezando a acceder al mercado de capital, en la forma de acciones, permitiendoles incrementar capital, lo cual a su vez las hace mas solventes y les permite generar un crecimiento mas solido y sustentables. Si esos son los capitales especulativos, bienvenidos sean. Le estan permitiendo a las empresas brasileras transformarse en jugadores globales, al mismo tiempo que crean un mercado de capitales local que alienta el crecimiento y la alocacion eficiente de capital, algo vital para el crecimiento sustentable de cualquier pais.
Hay mas puntos con los cuales difiero, pero por ahora resalto estos dos, quizas los menos importantes, pero no por eso menos interesantes.
Felicidades por el nuevo blog, lo seguire con interes.
Saludos,
J
Los que hector Casas llama los bienes intermediosson los que más se han beneficiado con el modelo y estan haciendo fortunas.
Plásticos y petroquímica en general, aluminio, aceros, etc
La mayoría ya exportaban en el 1 a 1. Y han aprovechado íntegra la devaluación. Y ahora aprovechan la subida de precios.
Exportan, y manejan los precios internos con paridad importación (en vez de paridad exportación como el agro), que es más cara, por eso a veces se les va la mano y entran los competidores. han contribuido bastante a la inflación, incluos a la inflación en alimentos por la influencia de los envases.
Pero no son pymes indefensas como los chacareros. Son empresas grandes, mayormente extranjeras, tienen fuerte poder de lobby.
Es uno de los lugares donde hay que empezar a ver porque La inflación en la Argentina, con retenciones y todo, es más alta que en los países donde no se aplican.
Respecto de la aceleración inflacionaria:
– Si hubo una influencia de los precios del agro en 2007, igual que en otros países, pero explicando menos inflación que en el resto de emergentes.
– Si hay mercados poco competitivos que generan mucho de la aceleración de los precios. Entonces, además de tratar de perfeccionar la competencia, hay que saber que existe ese problema, que si uno traza una regresión para obtener la inflación seguramente algún parámetro en Argentina relacionado con el mark-up te va a dar más alto, al igual que la reacción de las expectativas (dado nuestro pasado) entonces hay que tener extremo cuidado con el movimiento que se permite a las variables que sean controlables.
– Una parte del poco desarrollo que han tenido los mercados de crédito en los últimos años es perfectamente atribuíble al freno que una tasa de inflación creciente y desconida con precisión desde hace más de un año impone sobre las evaluaciones crediticias. Para obtener control sobre la economía vía política monetaria, Martín no debería haber dejado que se pierda por otras vías.
Elegimos converger en tipo de cambio real vía inflación. Es una pequeña batalla ganada respecto de las exigencias de aumentar el ritmo devaluatorio, pero no para lavarse las manos . Es su laburo ser el señor que nos cuida de la inflación (de las variables que se pueden controlar) más que Moreno (que nos trata de cuidar de los peligrosos parámetros de nuestra economía).
La realidad es que Brasil está concentrando una gran parte de la IED en América Latina, mientras que a Argentina le quedan las migajas (informe de la CEPAL). De hecho, si comparamos la IED de hoy con la de los 90s, es menos de la mitad.
Imperdible la respuesta de Redrado al artículo de The Economist.
http://www.economist.com/opinion/displaystory.cfm…
Tavos, aver si te entiendo: le choreamos al campo y a los servicios y le damos a la industria y eso se llama inversion sustentable? Eso para vos es mejor o igual que la inversion extranjera? Te entendi bien?
Tavos, me gusto mucho el post. Principalmente en que comenten el grave error de no ver el nivel de inversion agregado de la economia y solo mirar la IED, como si eso fuera todo y como si efectivamente brindara todas esas virtudes que muchos dicen que tiene. Ademas Brasil recibio muchos capitales especulativos que se pueden ir como vinieron.
Saludos
a ver…Mariano T,
No digo que no se hayan beneficiado. Sí, que lo han hecho en estos últimos tiempos. En los 90´s ya es más discutible la competitividad del sector. De hecho hice investigación aplicada sobre este sector y lo que decís es cierto al nivel de grandes empresas. Pero en el plástico tenes un monton de pymes que no llegan a los 20 trabajadores y que trabajan con insumos que juegan a precio dolar, como es la materia prima. Igualmente yo no estoy hablando de que pasen hambre Mariano T, sino de las reacciones inflacionarias de tener una economía que necesita de tantos insumos importados. Eso le resto competitividad a estos sectores y encareció el costo de vida. Lo que decis de exportación del sector es relativo, ciertas empresas, muy grandes, han podido ir exportando a brasil, chile, en fin, países sudamericanos especialmente. Otro mercados se complica mucho para ese sector, aún cuando el precio FOB del contenedor de plástico viabilizaría la exportación. Tema numero uno, la mayoría de los productos complejos inyectados se importaba. Esto producjo un enorme vacío de moldes para la producción, un vacío en investigación, etc… Hoy se ha recuperado terreno, pero como dije antes…avanzamos 4 y retrocedemos 2…. eso paso en los 90´… Se exportaba bien contenedores de pintura, o sea, cero investigación y complejidad…hoy eso se exporta mejor… porque con carlos compraron maquinaria carísima realmente y ya podían exportar, hoy lo hacen mejor porque la mano de obra esta regalada (un desaste a mi forma de ver).
en fin…simplemente quería hacer esas salvedades por el comentario de Mariano T
salu2
Hector
Veamos el punto de la inflación. Lo primero y principal, Tavos, es reconocer (como ya lo hizo Frenkel) que el TCR competitivo es expansivo por definisión. Luego, si a ese motor expansivo le sumas mejoras en los ingresos de muchos trabajadores (a la cabeza los formales y lo de la clase media y media alta), los precios de los no transables se te van de la manos. A lo que apunto es a lo siguiente, compro (parcialmente) el argumento de la agflación. Pero eso no tiene por que acelerar los precios de los no transables. Creo que esos, van de la mano del gasto local. Luego, el gobierno liberlizó los acuerdos de precios en 2006? que rara forma de ponerlo. Básicamente no los pudo sostener más, justamente, por la demanda vuela (y ni que hablar de que los regulados siguen ahí… pisaditos). La estrutura del mercado puede explicar un nivel de precios más altos y también convalidar la aceleración, pero no veo como explica per se, un contexto inflacionario. Y por eso me parece más que paradójico que cites a Chile como el caso exitoso. Vos bien sabes que a diferencia de Argentina, en Chile no hay conflicto distributivo. Se pueden pisar los salarios y ya esta. Ya cerro el modelo. ¿es esa opción posible en Argentina?. Entonces, algo hay que resignar. Sino, ¿como evitamos la estanflación?
Muy bueno lo de la IED… pero, y a pesar de todo, sigue ejerciendo una poderosa fasinación sobre algunas mentes.
Felicitaciones a María por el articulo en pagina.
TODO ESTO ES UNA PORQUERIA
acerca de la imagen de la liebre y la tortuga, por favor indiqueme la fuente original, si es posible de las demás de la misma historia se lo agradecere, seran utilizadas para una exposición en clases. Gracias