Hace unos días estuve repasando algunos aspectos de la vida y la obra de Rodolfo Puiggrós. En El Ortiba hay varios textos dedicados a él, y entre lo que encontré ahí me llamaron la atención unos párrafos biográficos de este ensayo firmado por Omar Acha.
«(…) En 1928 se afilió al Partido Comunista, pero no se ajustó a las exigencias de un partido leninista hasta 1931, cuando retornó a Buenos Aires tras unos años en la ciudad de Rosario, donde trabajó como periodista y militó por la Federación Agraria Argentina. En esos años fortaleció sus ideas antiimperialistas, en artículos enviados a la revista Nosotros, pero sobre todo en su publicación Brújula [1930-1931], donde los chacareros aparecían como la base social de una resistencia a los imperialismos que reposaba en un Estado fuerte.
En septiembre de 1930 el gobierno radical fue derribado por los militares. La Federación Agraria se congratuló por el hecho. Aunque Puiggrós no apoyaba al radicalismo, entendió que el golpe de Estado estaba conducido por elementos reaccionarios. Cuando la Federación Agraria se sumó a las simpatías por la fórmula de Agustín P. Justo para las elecciones presidenciales de 1931, Puiggrós se desengañó definitivamente de la radicalidad del movimiento chacarero. Entonces volvió a Buenos Aires y se zambulló en las actividades partidarias comunistas.(…)»
Después de leer eso, recordé esta nota que salió el año pasado en Página/12:
«(…) Nacida en 1912, a partir de una huelga de arrendatarios grabada en la historia como Grito de Alcorta, la Federación Agraria Argentina (FAA) se ufana de representar a los “pequeños y medianos productores”. Con una estructura vertical de toma de decisiones, y un discurso progresista, no pretende cambiar el modelo agropecuario –fomenta la siembra de soja y el monocultivo– y centra su debate en la mejora de la rentabilidad. En el actual paro patronal, formó un frente junto a las entidades más ricas y conservadoras del país. “Muchos ‘federados’, como lo llaman ellos, intentaron e intentan desalojar habitantes ancestrales. Y muchos de nuestros compañeros son explotados por sus chacareros. Sin duda, entendemos y defendemos el campo de distinta forma”, explican desde el Movimiento Campesino Indígena (MNCI),(…)»
“En la década del ’70, el Movimiento Rural (germen de las míticas Ligas Agrarias) estaba en decidida oposición a la FAA, se alumbraba un camino inédito, el campesinado sentía que podía avanzar más legítimamente, desprendiéndose del lastre de las organizaciones que, como la propia FAA, habían servido tradicionalmente a los campesinos ricos y grandes propietarios en desmedro de los campesinos pobres y medios”, afirma el investigador de movimientos sociales Francisco Ferrara en su libro Los de la tierra. De las ligas agrarias a los movimientos campesinos. FAA combatió a las Ligas Agrarias, organización de productores no federados. La dictadura militar hizo el resto: persiguió, secuestró y desapareció militantes de base. Las Ligas fueron desarticuladas.»
Por supuesto, esto no implica una crítica en bloque a toda la trayectoria seguida por la FAA desde su fundación; recordar por ejemplo la etapa en que era conducida por el muy respetado Humberto Volando, o la más reciente en que su actual presidente Eduardo Buzzi adhería al Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo), algo que ahora parece haber olvidado.
Lo que sí, alguien como el vicepresidente de la FAA y actual precandidato radical en La Pampa, Ulises Forte, quien hace poco declaró «resulta que nosotros tenemos los muertos en las calles y somos los golpistas», «en la Federación Agraria tenemos gente que ha estado presa durante la dictadura y también nuestros mártires» o «nosotros sí tenemos una larga historia democrática», podría mirarse un poco los trapitos sucios antes de hablar. Porque más que recordar una historia, está repitiendo una leyenda.
Muy bueno Rafa, muy.
Abrazo.
Asi es, Rafa, la construcción de un pasado «a medida» de las necesidades presentes es una operación que no por conocida debe dejar de ser denunciada. Y el título del post resume perfectamente como se deslinda una cosa de otra.
La leyenda la necesita la dirección de FAA para «correr por izquierda». De entrecasa son mas brutales y directos, como el torito de Gualeguaychú, por ejemplo.
saludos
Rafa:
Las dos cosas. Primero, la historia. Luego, la leyenda. FAA se adaptó muy rápido al juego corporativo.
Dos citas de Tulio Halperín al respecto:
“En (la primera posguerra mundial) se desvanecerá casi del todo la amenaza que para el mundo empresario y rural había significado la Federación Obrera Marítima, y la ley de arrendamientos sumará sus efectos a los que habían dejado en los arrendatarios y pequeños propietarios pampeanos las conflictivas movilizaciones de los trabajadores estacionales, y los de una coyuntura que pronto se revelará efímera, pero que mientras perdura les asegura una prosperidad que no han conocido en el pasado, para integrarlos sólidamente en el bloque de fuerzas sociales conservadoras: así, hacia finales de la década la voz de la Federación Agraria Argentina va a ser quizás la más vehemente en el coro de protestas corporativas contra la tardía consagración legal de la jornada de ocho horas”.
Extracto de Vida y muerte de la República Verdadera, Buenos Aires, EMECE, 2007, reproducido en Página 12.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/110697-34941-2008-08-31.html
Un ejemplo «ocurrió en 1947, cuando la Federación Agraria, entonces expresión de los chacareros arrendatarios, llegó a amenazar con quemar la cosecha para la cual el Gobierno había fijado precios que encontraba insatisfactorios; luego de un breve intercambio de amenazas cada vez más truculentas obtuvo un modesto reajuste de los precios que objetaba con tanta energía.»
http://aristotelizar.com/editorial/tulio-halperin-donghi“la-prosperidad-del-campo-alcanzo-a-amplios-sectores-de-la-sociedad”/
¿Cabe aclarar que Halperín es lo más lejano que uno puede imaginar, tanto respecto del peronismo, como de una tradición de pensamiento y/o militancia de izquierda?
Dejo un link mejor a la segunda cita, que es de una entrevista de La Nación…
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1023521
Excelente Rafa. Habíamos charlado algo de esto hace un tiempo. Buena síntesis.
Los viejos aliados «nacionales y populares» de la Federación Agraria Argentina son en realidad los peores explotadores, los más negreros, los que pagan los salarios más bajos de la Argentina.
A pesar del boom de la soja, el trabajador agrario mejor pagado – el conductor tractorista o el maquinista de cosechadora, el más especializado de la escala- gana 1.203 pesos de básico desde diciembre de 2007, poco más de la tercera parte del costo de la canasta familiar. ¿Alguien escuchó a De Angeli o a Buzzi, a Juan Echeverría o a Carlos Paillole (los dos últimos militantes del PCR) hablar de la situación del obrero rural? ¿Se los escuchó recordar que, por convenio, chicos de 14 y 15 años se desloman en las chacras por un salario de 684 pesos? ¿Se los oyó hablar de los niños-baliza, a quienes los chacareros envenenan con pesticidas en el norte santafecino? No, no se los escuchó y de eso nada dirán.
Conviene recordar también que, si bien el Grito de Alcorta no constituyó un movimiento revolucionario en cuanto no se propuso modificar la estructura de propiedad del agro argentino, fue sin embargo un levantamiento de arrendatarios, de campesinos sin tierra, de aparceros superexplotados, contra los terratenientes agrupados en la Sociedad Rural. Por eso, el Congreso fundacional de la Federación Agraria, en agosto de 1912, hizo suyos los postulados de la Revolución Mexicana. Ahora, en cambio, tenemos una entidad patronal más que lidera una pugna capitalista por la apropiación del precio internacional de granos y oleaginosas, disparado ante todo por los movimientos especulativos del capital financiero mundial, acumulado en demasía. Los forajidos rurales se han ubicado en el peor bando, en el de la megadevaluación y la condena al hambre de los trabajadores aún en tiempos de crisis. Sus portavoces, cada vez que pueden, despotrican contra Chávez al compás del imperialismo.
La FAA es una organización patronal que aprueba y apoya el trabajo a destajo. Son los abogados del trabajo por contrato temporal; o sea, la tercerización.
La devaluación, la refinanciación de las deudas y la suba de los precios de las materias primas a nivel internacional, arrojaron dos fenómenos. Por un lado, un crecimiento extraordinario de la renta agraria y por el otro, una recuperación de los campestres medios. Mientras, los sectores más bajos de los capitalistas agrarios no lograron (ni logran) levantar cabeza.
Los sectores medios que pudieron conservar su propiedad se encuentran con que el valor de ésta ascendió en menos de un año un 50%, pudiendo arrendarla y vivir de ese alquiler, otro sector se tecnificó y no sólo cosecha su tierra sino la de los campos vecinos, mientras que otros explotan sus campos y alquilan otros para aumentar la escala de explotación.
Así, este sector, aunque tenga algunos intereses distintos de los sectores más concentrados, se abrazan hoy al histórico programa liberal de la Sociedad Rural (en las épocas de bonanza), “que el Estado no intervenga y nos dejen producir”.
Hoy la Federación Agraria está representando los intereses de estos sectores medios del campo mientras deja librado a su suerte a las explotaciones familiares o a los campesinos pobres.
Saludos
Ah bueno, qué comentaristas de lujo!
Tomás: muchísimas gracias. Un abrazo.
Udi: tal cual, y los de la FAA no son los primeros en embellecer su historia para hacer más simpáticos sus intereses a los ojos de la sociedad.
Ezequiel: muy buenos tus aportes. No soy un admirador incondicional de don Tulio HD, pero en la entrevista de LN sintetiza muy bien la evolución de las posturas de la FAA en función de las cambiantes circunstancias históricas. También vale la pena leer esta nota de Norma Giarracca:
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/121969-38921-2009-03-23.html
En síntesis, la lógica del agronegocio hace que hoy los productores vean al Estado como un estorbo y no como un aliado natural como lo proclamaban hace algunas décadas. Muy poco (o nada) tiene que ver la FAA de hoy día con la del Grito de Alcorta.
Julián: vos querés atraer hacia mí las iras de Mariano T., jaja!! Reitero lo que le contesté a Ezequiel. Igual, en cuanto al trabajo rural seguramente hay diferencias regionales: no debe ser lo mismo la situación de los cosechadores de ajo y cebolla en Mendoza que la de los tractoristas especializados en la zona núcleo de la Pampa Húmeda.
No era mi intención detallar los abusos que puedan cometer los empresarios integrados en la FAA, que al fin de cuentas es una entidad patronal más. Lo que critico es esa tendencia a disfrazar las reivindicaciones sectoriales actuales con apelaciones a una trayectoria supuestamente combativa y progresista, que en realidad, como vemos, no carece para nada de zonas oscuras.
Gracias de nuevo y abrazos para todos.
Rafa:
Justamente lo incluyo porque es quien es. Si lo dice Halperín…
Con los años, debo decir, ha mejorado bastante. Hace treinta era ilegible, en todos los sentidos de la palabra, para un peronista.
Ya que Julián me dio pie, todavía dejo esta nota de Basualdo, sobre las transformaciones actuales del agro argentino. Es muy buena, la recomiendo:
«Un caso paradigmático es el del agro pampeano. Que por primera vez haya un proceso de tamaña cohesión de los distintos tipos de propietarios y productores rurales implica un cambio notable. Que esa cohesión haya superado el nivel de los reclamos económicos y se empiece a ubicar en el de las propuestas políticas también es notable. Empieza a constituirse en una nueva propuesta dominante para la Argentina y creo que es muy llamativo. Efectivamente, eso se relaciona con cambios estructurales en el sector. […]La era de la soja en el agro pampeano implicó transformaciones tecnológicas y productivas notables. Todos ellos –junto a las privatizaciones– potencian las tradicionales economías de escala que estaban vigentes en el agro pampeano. Esto tiene mucha relevancia porque las economías de escala implican un aumento de rentabilidad cuando operan, no vía incremento de precios, sino vía reducción de costos. Esto está operando para los grandes, pero no solamente. La mayoría de los pools de siembra pertenece a los grandes propietarios terratenientes pampeanos, pero ello no significa que los pequeños y medianos no tengan también economías de escala cuando aumentan el tamaño de la tierra explotada.[…]Precisamente, este cambio hace que un sector de los pequeños y medianos tenga coincidencias objetivas con los terratenientes. Otro ejemplo es el proceso de extranjerización, también relacionado con las transformaciones en el agro. Desde el modelo agroexportador en adelante hubo un sector de la oligarquía agropecuaria que diversificó parte de su renta en inversiones industriales y fue central a partir de la dictadura. Estos capitales vendieron una parte significativa de sus activos industriales y fugaron esos recursos al exterior. Pero quedaron como grandes propietarios agropecuarios. Esto abrió dos interrogantes a partir del 2001/2002: que este sector intentara reconquistar sus posiciones industriales o que buscara consolidar sus posiciones agropecuarias. La respuesta está en esta última alternativa y ello tiene una incidencia política notable.»
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-3864-2009-04-23.html
Ezequiel:
Muchísimas gracias por esto también, había leído la nota de Basualdo por arriba y pensaba dedicarle una lectura más detallada. Aunque al hablar de la oligarquía diversificada no hay que olvidarse de la pata financiera, creo que él trató bastante el tema en otros trabajos.
Creo que como moraleja y para que estas cosas de la FAA no nos sorprendan, hay que recordar lo que enseñó el viejo Carlos (el de Tréveris): no es que la FAA «de antes» haya sido «buena» y ésta «mala», sino que son las cambiantes circunstancias económicas las que determinan sus distintos comportamientos a lo largo de su historia. Eso sí, la hipocresía y el discurso mentiroso no dejan de ser chocantes.
Un abrazo.