Los poderes del Estado se tensan y friccionan; redescubren sus vasos comunicantes y sus puentes rotos: circula por ellos el conflicto político.*
Concebida como la restauración de un orden interrumpido, la democracia encontró en su “vuelta” una sociedad que ya no estaba allí donde la había dejado. Pronto se hizo evidente que el retorno a la institucionalidad previamente existente no bastaba para gobernar las principales dinámicas de una Argentina profundamente transformada. Pero mientras se producían cambios en el orden partidario y sindical (primero por dentro y luego por fuera de los actores consolidados), la constitución política del estado atravesó incólume los diez primeros años de la era democrática.
Bajo la continuidad formal, sin embargo, tenían lugar importantes mutaciones sustanciales. Para 1994 la relación entre el estado y los ciudadanos había sido completamente reconfigurada por la transferencia del gobierno de importantes procesos a actores privados o públicos subnacionales. En lugar de afrontar estos cambios con nuevos derechos e instituciones, la reforma constitucional se concentró sobre los poderes del gobierno modificando su forma de elección y creando nuevos puntos para su articulación.
La realidad política resaltó inmediatamente que el problema radicaba menos en la sofisticación de la economía del poder estatal que en su despliegue sobre la superficie social. Un estado que gobernaba demasiado poco se vio desbordado por los sujetos que había abandonado a su suerte. Ninguna combinación de los tres poderes podía rescatar del asedio social a un estado incapaz de gobernar porciones cada vez más grandes de la vida de sus habitantes. En el punto más alto de su crisis, el único objetivo que el estado podía desear era la continuidad institucional. Este eufemismo de la supervivencia fue alcanzado mediante la progresiva expansión a los espacios sociales abandonados o nunca antes cubiertos.
La ampliación de la gobernabilidad democrática fue comandada por el Poder Ejecutivo; pero a medida que el estado volvió a albergar los conflictos, requirió el concurso de poderes portadores no solo de funciones sino de representatividades y temporalidades distintas a las del Ejecutivo. Un Legislativo con representatividades proporcionales y territoriales, y temporalidades segmentadas. Un Judicial con representatividad indirecta y temporalidad ininterrumpida. Ambos concurren con sus credenciales al gobierno de cuestiones que ponen a prueba la representatividad mayoritaria y la temporalidad limitada del Ejecutivo.
Entre la invocación de la unidad de los poderes y la conmoción ante sus fricciones se extiende el camino que va de la debilidad a la solidez del Estado. El desafío, ahora, es evitar que el circuito estatal de mediación del conflicto se autonomice, se separe de sus nacientes. Para ello el estado debe texturar sus nuevos dominios con derechos e instituciones que garanticen la capilaridad del gobierno democrático a todos los territorios y sectores sociales.
* Este texto tuvo como disparador un intercambio mantenido con Martín que fue parcialmente publicado en el Ni a Palos del domingo pasado.
Ale muy bueno el articulo.
Cualquier constitucionalista te diria que la reforma mas importante del 94 es en derechos y garantias, y no tanto en la parte organica del Estado. Argentina incorpora todo un capitulo nuevo de derechos, incluyendo habeas corpus, habeas data, amparo, derechos ambientales y derechos del consumidor. El mas importante de todos es que le da jerarquia constitucional a 13 tratados de derechos humanos, con el art 75 inc 22. (Pacto San Jose de Costa Rica, Declaracion Universal de DDHH, etc…) esto significa que cada uno de los articulos de esos tratados fue incorporado literalmente en la Constitucion.
Muy buen post, ale. Pero el asunto, entiendo, tiene sus bemoles.
El amigo Gargarella entiende que el problema de la reforma del 94 no es que no consagró derechos (entiendo que ese es precisamente tu punto) sino que los agregó a un listado que permanecía incumplido (alevosamente, el 14 bis por decir lo más obvio). Engrosó deudas, no saldó las que ya había.
El asunto quizá no sea consagrar en un escrito más derechos, por más que ese escrito sea la Carta Magna. Lo decisivo pasa por dotar (en perspectiva abogadil constitucionalista) a los ciudadanos de las herramientas institucionales más efectivas para obligar a los estados a llevarlos a la práctica. Más empoderamiento al people (capacidad de interpelar a los funcionarios por parte del Congreso, reabrir ámbitos de participación, con capacidad de tomar decisiones vinculantes por parte de la ciudadanía, etc., etc.) antes que alargar la lista de promesas incumplidas.
«Alejandro:
Para ello el estado debe TEXTURAR sus NUEVOS DOMINIOS con derechos e instituciones que garanticen la CAPILARIDAD del gobierno democrático a todos los TERRITORIOS y sectores sociales.»
Perdón, si el amable público baja un poco el barrilete de tanto «floreo» semántico y convierten todo este humo a 4 o 5 puntos de un programa político mínimo, minimísimo…
Donde tengan aplicación práctica en esos NUEVOS DOMINIOS TERRITORIALES DONDE LA TEXTURALIDAD SE MANIFIESTE CAPILARMENTE…
Tengan materialidad, se puedan recorrer y disfrutar cada día; como el cuerpo amado: la «popu» agradecida.
La preocupacion de Alejandro es legitima,y toca la salud de la democracia.Pienso como Yilet que su expresion resulta un tanto abstracta y dificil de comprender totalmente y el segundo parrafo de Mariano R.es util en sugerencias.
Creo que se trata,en definitiva,y nada menos,que de como se «escapan»los cambios sociales a los cuerpos que gobiernan,requiriendo canales y formas nuevas que no existen.La complejidad de la vida social reclama iniciativas,pero para mi,mas que reformas legales se requieren organismos de control que el gobierno puede proponer pero cuyo funcionamiento dependera de la actitud de la gente y sobre todo de la preparacion de los que actuan dentro de las instituciones,aun de las ya existentes.
«Isabel:
La complejidad de la vida social reclama iniciativas,pero para mi,mas que reformas legales se requieren ORGANISMOS DE CONTROL QUE EL GOBIERNO PUEDE PROPONER PERO CUYO FUNCIONAMIENTO DEPENDERA DE LA ACTITUD DE LA GENTE y sobre todo de la preparacion de los que actuan dentro de las instituciones,aun de las ya existentes.»
Yo, antes que el gobierno me proponga algo «novedoso»; propongo antes de seguir con este tema de crecimiento ciudadano, la derogación lisa y llana de esto:
«Art. 22.- EL PUEBLO NO DELIBERA NI GOBIERNA, SINO POR MEDIO SE SUS REPRESENTANTES Y AUTORIDADES CREADAS POR ESTA CONSTITUCION. Toda fuerza armada o REUNION DE PERSONAS que se atribuya los derechos del pueblo y peticione a nombre de éste, comete delito de sedición.»
Para sacarle el andador y el chupete a la criatura, a ver si crece un poco; el muy bobón y simbiótico.
Que ya tiene vello en el pubis.
Ignacio, Mariano, tocan justo un punto del debate que quería introducir. Fíjense que yo digo: En lugar de afrontar estos cambios (los cambios en la matriz social) con nuevos derechos e instituciones…
Ninguno de los derechos y garantías incluidos en el capítulo nuevo aborda la nueva cuestión social. Y los tratados, qué decir… por supuesto que son muy importantes pero siguen estando en un constitucionalismo que no dice qué tiene que hacer el estado.
En ese sentido está buena la constitución de buenos aires. Y mucho mejor la de brasil del 88, la nueva boliviana, etc.
Quiero decir: después del 1994 los sectores populares no contaron con ninguna nueva herramienta que les permitiera mejorar su nueva situación.
Yilet, a mi me parece que no hay peor escritura que la que subestima al lector. Al menos es algo que odio. Yo no creo que «la popu» que vos imaginás sea realmente incapaz de comprender lo que yo escribo o cosas realmente complicadas. Es más, no creo que «la popu» sea un concepto válido.
Isabel, cómo pensás vos a esos organismos de control? Porque en primer lugar deberían surgir de reformas legales. Pero además pienso en los organismos del estado que controlan a las privatizadas, pienso en los organismo del estado que controlan al estado. Y no le encuentro la vuelta!
Saludos
La literalidad de los articulos de la Constitucion no es un escollo para trabajar con la llegada a las clases dejadas de lado, citando ejemplos hay articulos donde incluyen derechos implicitos que no estan enumerados. Tambien se integran, en las atribuciones del Legislativo, asegurar y promover acciones positivas que garanticen la igualdad REAL de oportunidades y de trato.
Entonces el problema con la Constitucion esta en los instrumentos e instituciones intermedias,(Nadie sabe hasta donde lo protege el derecho) Es ahi donde creo que hay que trabajar. Cada reforma de la constitucion se planteo a la sociedad como una refundacion del Estado, sin entender que es solamente una declaracion de principios, a la cual hay que llenarla de contenido.
Ahora creo que el problema que hay que discutir es, en que forma se le da contenido a un derecho constitucional, como se diseña un mecanismo eficiente donde la ciudadania tome participacion y defensa de sus derechos o de los derechos de los otros y no termine siendo la defensoria del pueblo, no como organismos de control sino que verdaderos organismos de representacion, logrando el cambio de matriz.
Insisto:mas que nuevas leyes u organismos se requiere la eficacia y honradez de los participantes y o representantes.El Consejo de la Magistratura me parece que surgio como un organismo de control,o los centros de Defensa del consumidor,por ejemplo.Ahora bien,¿han logrado que funcione mejor la justicia o el comercio en cada caso?..La formacion y eleccion de los funcionarios es fundamental.
-Por todo lo dicho creo que muchos coincidimos en que la CN debe ser reformada en algún momento.
-A mi me parece que debe ser más que reformada: Debe ser reescrita y aprobada por mayaría de los ciudadanos, en general y particular, artículo por artículo.
-Es más: Como las CNs deben ser estables y de buena calidad, debemos en algún momento reescribirla con participación de todos los argentinos que quieran.
-Más aún conviene que nos tomemos el tiempo necesario para hacerlo entre todos. Creo que podemos tomarnos varios AÑOS en un debate organizado.
-Porque, como muchos afirman, ya se está dando en todo el mundo la posibilidad real de que todos los que lo deseen intervengan.
-Ese debate ciudadano no afecta en nada el funcionamiento del país real. La intensidad de la participación la determina cada uno, y el debate debe ser informal.
-Las leyes no lo contemplan pero igual los líderes sociales pueden ponerse de acuerdo en la convocatoria ciudadana a todos los actores.
-Si no hablamos dentro de un esquema, lo que aquí yo o cualquiera diga es sólo para la mejor conciencia de unos pocos (pues creo que es cierto que se habla en difícil para los ciudadanos comunes como yo).
Isabel, permitime aclarar algunas cosas.
El Consejo de la Magistratura es un organo de control sobre los jueces, por mas que la formacion y la eleccion de los representantes sea impecable, la Justicia no actua de oficio en este fuero, por lo tanto estamos suponiendo que estas personas conocen sus derechos y actuan conforme a los procedimientos establecidos en el codigo procesal cumpliendo los plazos, o aun peor suponer que a la mayoria de los abogados le interese defender a alguien de bajos recursos (sirve como ejemplo decir que la Facultad de derecho no tiene ningun departamento donde asegura el acceso gratuito a la justicia, a menos de 2 km de la villa 31). Hasta ahora, el acceso a la justicia por mas amplio o restringido que este establecido en la Constitucion, no cambio la matriz social a la que hace referencia Ale.
Con respecto a los tribunales de consumo, no creo que esta gente sea considerada «consumidora», creo que esa parte de la constitucion esta claramente dedicada a otro sector social, obviamente de mayor poder adquisitivo, sirve fijarse los rubros mas interpelados por los tribunales de defensa al consumidor(prepagas, telefonia celular, privatizadas, cable, internet, tarjetas de credito, entre otros). Creo que, en principio, estamos discutiendo aca es el acceso de estas personas a los derechos, como para darle principalmente un marco juridico, al acceso de estas personas posteriormente a los bienes y servicios.
«Ignacio:
Creo que, en principio, estamos discutiendo aca es el acceso de estas personas a los derechos, como para darle principalmente un marco juridico, al acceso de estas personas posteriormente a los bienes y servicios.»
Más allá, y discúlpeme, del tono paternalista y castrador de sus palabras ¿Ud. se da cuenta que no puede hacer nada, nadie de aquí puede hacer nada como «representante letrado» de los pobrecitos de Yahvé?
¿Por el simple hecho que el edificio jurídico de una sociedad cualquiera alberga y defiende ESPECIFICAS RELACIONES DE PROPIEDAD?.
¿Y que nada,a pesar de la caridad culposa, va a cambiar en las relaciones sociales existentes, si no cambian las relaciones de propiedad que expuse más arriba?.
Amigo, si vamos a dedicarnos solamente a llenar la ollita del pobre con sopa; por la puerta trasera del convento…
Como hace cientos de años, no hace falta ni siquiera legislación; con un corazoncito tierno alcanza.
es un circulo vicioso:tienen que cambiar los que actuan para que mejore el sistema,pero si el sistema no cambia,seguira fallando el conocimiento y la honestidad.
Me parece que lo que propones de texturización de alguna manera se ve (o se vió) en dos políticas importantes: 1) la constitución de los CICs, 2) la Ley SCA y su tratamiento previo con organizacionales sociales y académicas.
La «permeabilidad» del estado es importante y deseable, pero creo que el problema es que el «conflicto» como aparece en la agenda pública no es el «conflicto social» que estamos acostumbrados a analizar. Ese, para permitirle al Estado hacerse más permeable, requiere de mayor capacidad organizativa y empoderamiento de la ciudadanía. Este otro conflicto es entre, por y para poderes del Estado, actores y corporaciones (en el sentido amplio del termino) que actúan a través de ellos.
¿Es parte del conflicto social? claro que si, pero parecería no ser lo «social» lo que desborda hoy. Si ese fuera el problema, este gobierno estaría en mejores condiciones de contenerlo (casi que «nació de» y «para» ese conflicto). Justamente lo que desborda es la copa de poder, la corporativa, la que no se ve.
Que podría compensarse profundizando mecanismos de ciudadanía, a mi no cabe ninguna duda. Pero no creo que el riesgo del conflicto sea quedar por fuera del Estado sino que el Estado es hoy el botín de la lucha pues se ha mostrado como un actor que es capaz de resolver (o no) problemas sociales a través de la puesta en discusión de la legitimidad de los actores que hoy efectivamente cortan la pizza, es decir, haciendo política.
Un abrazo
Primo, son dos muy buenos ejemplos.
Y me gusta el punto dos. Tendría que ampliar mi texto para incluirlo. Los poderes que juegan son los tres del Estado más los fácticos. El resto la mira por la tele.
Por lo tanto también acuerdo total con el tres. Pero me parece que hay que bancarse el carácter «social» de cuestiones que trascienden la clásica configuración «de clases».
Cuarto párrafo: ok también. Pero. Pero el gobierno hizo eso de una manera rara. Porque como no había correa de transmisión de abajo hacia arriba tomó la iniciativa en sus manos. Pero después como que quedó detrás de las líneas enemigas sin contacto con la base. Es un ejemplo la asignación universal que se anunció tomando por sorpresa a todos. O lo de Marcó del Pont. Creo que es hora de ir reconstruyendo algunas cadenas de trasmisión…
Estoy llevando tu remera.
Abrazo!
A mi también me dió trabajo ver/entender por detrás de las imágenes en 3D (texturar)pero quiero decir que estoy muy de acuerdo en pensar cómo sería la profundización de la vida democrática: ¿Es esto lo mejor que hay o se puede evolucionar hacia formas de libertad y responsabilidad más profundas?
Pero…También es necesario aceptar que eso no será posible mientras sigamos rigiéndonos por la lógica pragmática del fin que justifica los medios. Yo sé que no es muy de ciencia política venir con todo el asuntillo de la moral: la moral tiene muy mala prensa y quienes «comprenden» la política no están para eso. Me parece, porque lo he sentido, que hay mucho progre que no quiere pasar por tonto diciendo que el rey está desnudo. Pero un proyecto de país sano necesita de dirigentes sanos y generosos, que no se estén jugando su proyecto personal, SU asunto. Pretender que ese país es posible admitiendo las mafias y la corrupción, admitiendo al fin, la inmoralidad, eso, eso sí, creo yo, es utópico.
de acierdo,Sor Ines.El asunto es la aparicion de nuevos lideres politicos que tengan las cualidades que señalas,como lograrlo.