(Esta columna fue publicada originalmente en la revista El Estadista.)
Mucho se ha escrito en estos días, y seguramente mucho más se escribirá, sobre la agrupación juvenil kirchnerista La Cámpora. Se ha dicho, entre otras cosas, que son militantes más interesados en los cargos que en la militancia de base; que sólo responden a Máximo Kirchner, un líder oscuro y misterioso; que tienen relaciones tirantes con otras agrupaciones políticas y con los intendentes y gobernadores peronistas y que constituyen un grupo de choque dentro del movimiento peronista.
Ahora bien, ¿es realmente novedoso el fenómeno de La Cámpora? Desde un cierto punto, podemos decir que el fenómeno de La Cámpora no es en absoluto tan novedoso, ya que es comparable (no idéntico, pero sí lo suficientemente similar) con la consolidación de una corriente de militancia juvenil, nucleada en la Junta Coordinadora de la Juventud Radical en el momento de mayor auge del Gobierno de Raúl Alfonsín. Los que ahora critican el rápido ascenso de dirigentes de La Cámpora como Andrés Larroque o Eduardo De Pedro a posiciones de poder deberían recordar que críticas parecidas se hicieron en su momento a los dirigentes que ascendieron desde la Coordinadora a posiciones similares dentro del Gobierno de Alfonsín.
Como los dirigentes de La Cámpora, los dirigentes provenientes de la Juventud Radical fueron acusados de “buscar sólo cargos”, de no contar con suficientes pergaminos partidarios y de escalar posiciones demasiado rápidamente, trastrocando las tradicionales jerarquías partidarias. Como Cristina Fernández de Kirchner, Raúl Alfonsín también fue acusado de recostarse con demasiado énfasis en un sector cuyo único mérito era la lealtad personal con el líder; también, como recuerda María Soledad Delgado en su paper “El otro partido: algunas consideraciones con respecto al radicalismo (1983-1989)”, se acusó a Raúl Alfonsín de privilegiar criterios “tecnocráticos” y de lealtad personal por sobre criterios de representatividad política en su selección de funcionarios.
En este sentido, es claro que la acción de “recostarse” de Raúl Alfonsín y Cristina Fernández de Kirchner en los grupos de militancia juvenil cumple un objetivo similar: ambos buscaron de esta manera consolidar un liderazgo personal, disciplinando a estructuras partidarias díscolas mediante el “uso” de una agrupación que responde directamente al Presidente, y que no le debe lealtad a ningún otro sector del partido.De hecho, puede argumentarse que la consolidación del liderazgo personal de Cristina Fernández de Kirchner dentro del Partido Justicialista (y el rol de La Cámpora en este proyecto) no llega a ser comparable a la fortaleza del liderazgo personal de Raúl Alfonsín en el momento más fuerte de su hegemonía.
Entre 1983 y 1987 Raúl Alfonsín fue el único líder reconocido de la UCR y el elector de los candidatos a cargos subnacionales. Es cierto que Cristina Fernández de Kirchner intenta constituirse como la única líder del Partido Justicialista, sin embargo, miembros de su propia coalición (por caso, Hugo Moyano en la CGT o Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires) plantean desafíos muchos más abiertos que cualquiera de los que se enfrentaron a Alfonsín durante su gobierno.
¿Es negativo este proceso de ascendencia de una corriente juvenil? No necesariamente. Para comenzar, hay que señalar que tanto La Cámpora como la Juventud Radical sólo son posibles por la existencia previa de un genuino y autónomo proceso de politización de sectores amplios (no universales, por supuesto) de la juventud en general. La irrupción de estos sectores en la vida política es claramente un capital político importante a largo plazo, más allá de las limitaciones de su acción presente. La formación Juventud Radical permitió al alfonsinismo apropiarse, por así decirlo, de una generación entera, insuflando vida y energía al partido más allá de 1989, aún en la derrota. Lo mismo sucederá seguramente con la mayoría de los adherentes de La Cámpora, que seguirán siendo kirchneristas/peronistas en su vida adulta, aun cuando su fuerza no esté más en el poder. Es interesante contrastar ambas experiencias con la experiencia menemista, que tuvo casi nulo éxito en la formación de una corriente militante juvenil propia, más allá de los cuadros juveniles que supo captar brevemente la Ucedé.
Sobre todo, queda un saldo positivo cuando las agrupaciones juveniles tienen la capacidad de imponer temas de agenda, dando así el salto de la “militancia juvenil” entendida como militancia “de” jóvenes a la “militancia juvenil” entendida como militancia “para” los jóvenes. La Juventud Radical pudo imponer al menos una reivindicación propia: el acceso irrestricto a la educación universitaria. La Cámpora debe aún definir una agenda propia, nucleada tal vez alrededor de un proyecto de ley sobre un tema como primer empleo, subsidios a la primera vivienda, derecho al acceso al aborto, o algo similar. Nada mejor que un proceso de militancia legislativa sobre un tema candente de actualidad para romper con las acusaciones de ser militantes de Blackberry.
de acuerdo.Ya hice un comentario sobre el tema,al que me remito,sobre»la campora»,aparecido en este blog dias pasados,y,para los que no les gusta buscar,repito,basicamente,que si fuera presidente,tambien preferiria el apoyo juvenil al sindical tradicional,al partido,dado que hoy no tiene el dinamismo ideologico que debiera,y a la volentad de barones del conurbano y de señores feudales de ciertas provincias.Todos estos significan ribetes conservadores dentro de la politica.Los jovenes siempre van por el cambio y la vanguardia.
Yo creo que lo que molesta de La Cámpora es algo más específico que la mera juventud de sus integrantes o incluso que la burda representación que de ellos hacen sus más groseros detractores -«militantes de Blackberry». Hay un problema con lo que específicamente representan. Un way of life que con La Cámpora ha ganado en estructura y en poder real, y por ende también, en visibilidad ineludible para el resto de la sociedad. El discurso respecto de que la juventud ahora está más volcada a la política es inherente al proyecto de autolegitimación de un movimiento como lo es La Cámpora. Es inimaginable dicha agrupación sin el acompañamiento del relato de que la juventud está más politizada que durante los decenios anteriores. La Cámpora se muestra a sí misma como el emergente de esa juventud movilizada. Más allá de ese dato histórico o sociológico sea verídico, lo que La Campora hace es aparecer en la escena pública como representando la voluntad de la juventud. Y a ese relato le afinca un sentido particular. El paquete que vende La Cámpora viene todo junto: Hay juventud movilizada y piensan como nosotros. Ese combo, ese sentido de la historia dibujado desde el presente, es lo que genera escozor. Esa “apropiación” de la representación de la juventud, y por ende del futuro, es lo que molesta. No hay otro aparato político que le pueda salir a discutir en esos términos la representación del futuro. La Franja Morada, como bien dice María, ocupó ese lugar antes. No sé si hubiesen podido convivir en el espacio público ambas agrupaciones más no sea como rivales políticos. No sé si en la Argentina es posible que dos proyectos juveniles fuertes entren en el espacio de representación. De este modo, la política juvenil entraría en una lógica similar a la moda, un estilo sucede al otro y a lo sumo lo que se genera en contraposición es una resistencia molesta desde afuera. Esto, si no somos conservadores de la novedad, no implica una lectura vanguardista que asimilaría esta representación que la política hace de los jóvenes a lo que sería una suerte de aire fresco por sí mismo. Estos movimientos tienen antecedentes culturales y componentes específicos que me parece que deben ser analizados en tanto tales.
Hola Diego
Yo creo que sí es posible que puedan convivir dos o más proyectos juveniles fuertes en el espacio de representación. De hecho en Argentina hay ejemplos de ello, por ejemplo cuando yo era joven (mediados de los sesenta, principios de los setenta), con coincidencias y enfrentamientos, de una manera dinámica.
El asunto es que para que existan dos o más proyectos juveniles, primero de todo deben existir proyectos que sean convocante para la juventud.
No sé si miro las cosas con el prisma de mi experiencia, pero creo que la juventud se siente convocada con proyectos que la trascienden, que van más allá de lo inmediato y que de alguna manera postulan transformaciones.
Veo improbable que se enganchen en proyectos de defensa de la Sociedad Rural o que sus agendas sean marcadas por las grandes corporaciones (mediáticas o de las otras) y el problema que tienen los partidos tradicionales en la actualidad es que sus proyectos políticos se asemejan más a una vuelta al pasado que a producir un cambio significativo. E incluso en esto al propio peronismo tradicional. No por nada la juventud argentina en principios de los 80 se inclinó tanto sea por el tema de los derechos humanos como por quienes en política encarnaban una idea de cambio, incluso resistidos dentro de su propio partido, como lo fue por mucho tiempo Raúl Alfonsín y que por el lado del peronismo es simplemente más de lo mismo o que quien encarnaba una renovación orientó la misma para el lado del liberalismo y del neoliberalismo y eso puede ser atrayente para la juventud de cuello blanco o educada en escuelas bilingües y universidades con marcado sesgo clasista (los Chicago Boys son un ejemplo). Pero para la juventud que no es de élite, no sólo que no se siente convocada sino que se siente marginada o en todo caso desinteresada.
Conclusión, puede haber en argentina dos o más proyectos convocantes, pero ocurre que hoy hay sólo uno, no me refiero a la Campora en sí, sino al proyecto iniciado por Néstor Kirchner y hoy encarnado por Cristina Fernández, por lo cual muchos sectores juveniles se han sentido convocados y dan lugar a numerosos agrupamientos, de los cuales uno muy importante es La Campora.
Creo que el artículo de María apunta a poner en evidencia y desmistificar el maccarthismo que se hace contra La Cámpora (aunque no use estas palabra) y la comparación con la juventud radical bajo Raúl Alfonsín es un buen ejemplo. Como también es buen ejemplo recordar lo que le pasó a él con Clarin, y que el papel de Clarín y de los medios hegemónicos no es un invento de NK con ganas de buscarse un enemigo para tener con quién confrontar, como muchas veces se dice. Son varios los discursos de RA que ponen de manifiesto lo que su hijo, y los radicales en general, niegan y reniegan.
Saludos
Fernando, voy a intentar responder a algunas de las cuestiones que remarcás.
Para empezar, creo que la juventud o cualquier otro estrato de la sociedad puede llegar a ser convocada por cualquier tipo de proyecto político. Basta no más fijarse lo que fueron los 70’s. Gente que pensaba que el peronismo era revolucionario. Gente que pensaba que el maoísmo (?¡), que hoy vemos que en esos mismos años era el partido que estaba construyendo el estado capitalista más fuerte y más eficiente del mundo, era de izquierda. Gente que se quejaba de lo que pasaba acá pero que no encontraba ninguna contradicción en bancar a los gobiernos socialistas de Europa del Este. Gente en general que lo hacía de buena leche, pero con los años podemos ver que estaban en pedo, lo digo así para ser concreto.
En segundo lugar, y acá también yendo a la evidencia histórica, para tener una voz en la militancia juvenil en la Argentina, tenés que haber nacido en el primer decil de ingresos. Si terminaste la universidad, no sos pobre. Si fuiste al «Colegio», no sos pobre. Después, si tu flía era más progre o más conservadora, entiendo que es un «sub-tema» del asunto, en el cual la diferencia principal residiría en la biblioteca que esos jóvenes habrán encontrado en sus hogares al nacer.
Me parece, Fernando, que lees todo este asunto desde una perspectiva muy comprometida con este discurso que antes decíamos que La Cámpora o incluso el kirchnerismo en general ha estado enarbolando últimamente.
En tercer lugar, no me llena la versión respecto de que tanto ahora a La Cámpora como ayer a la Coordinadora o a la Franja Morada sean núcleos «reales» de convocatoria juvenil. Entiendo más bien a estos movimientos, como fundados en la captación de dicha representación. Es decir, pueden salir a la calle a decir «Nosotros representamos a la juventud» sin que esa aserción de choque de inmediato contra la pared del ridículo. Pueden «representar» a la juventud en el parlamento de los discursos que hoy por hoy recorren la ciudad letrada. Discursivamente han sido capaces de «apoderarse» de esa representación generando eso que suele denominarse en ciertos ámbitos como «clima de época». Creo que en estos ejemplos que estamos manejando, así como en la gran mayoría de las asociaciones gremiales, lo que se genera es una suerte de burocracia que vive con la boca llena de representación (de esto es símbolo la autoproclamación permanente copando el espacio público en el que ocupan espacios de poder con carteles y letreros que repiten y afirman una y otra vez justamente que ellos y no otros son los que representan a esos que leen los carteles, a esos que trabajan, estudian o simplemente (con suerte) votan cada tanto). Esta burocracia pasa a ocupar una lógica distinta a la de sus representados. El triste final de la Franja en la UBA fue el desgarramiento sucesivo de esa burocracia que vivió durante años aferrada a los cargos viviendo bajo una lógica totalmente ausente en las aulas, en los parciales y en los finales de las carreras. Y acá es donde me asusto. Fijate el link que pegó acá abajito no más Álvaro Fuentes. El deseo de burocratizarse que tiene La Cámopora. El deseo urgente por ocupar lugares fijos dentro del estado. Esa coincidencia con lo que fue la juventud radical es terrible. «Primero nosotros salvamos el rancho, después, cómo no, salvamos el mundo». Esa lógica es la jode de estas juventudes: individualismo (no more sacrificio) e ideología intransigente, que es algo implícito en esta urgencia por apoderarse de los aparatos del Estado. Esta lógica va contra la democracia, pero situándonos en la misma podemos entender mejor muchos fenómenos culturales que promocionados desde la esfera oficial tienen lugar hoy en día. Eso es lo que jode, la idea de aparato ideológico del estado, no para combatirlo, sino para utilizarlo y para colmo, como te decía antes, sin olvidarnos salvar las papas personales ante todo… Así se entiende desde Boudou hasta 678.
Saludos
Acuerdo con muchas de las cosas que decís en tu respuesta a mi comentario, Diego, salvo donde te referís al tema de la burocratización de la Cámpora, de la cual no conozco como para opinar sobre tus afirmaciones, aunque supongo que si existe ese deseo en ocupar lugares dentro del Estado no necesariamente devienen de la necesidad de cada uno de resolver un ingreso personal o de burocratizarse; y por el contrario puede formar parte de la propia disputa política en el seno de un abanico de fuerzas en pugna por influir en las orientaciones y acciones (Lo que no va en contra de lógica de la democracia y en realidad forma parte de la misma)
No obstante no es lo más significativo de lo que decís o de lo que nos puede ayudar a entender mejor los procesos en la juventud.
Y es muy cierto lo de la representación. Y me hace acordar a mis épocas de estudiantes universitario, donde hablábamos «nosotros los estudiantes» y en realidad éramos una minoría muy minoría los que nos oponíamos al gobierno de Onganía, Y lo sabíamos, y nos preocupábamos por ello, tratando de ampliar la participación, pero tampoco íbamos a conceder a los defensores o administradores del régimen -decanos, ministros, gobernador, diarios, periodistas- que éramos una minúscula minoría y que por ende nuestros reclamos -o nuestros paros o acciones- no tenían legitimidad.
Y sentíamos una cierta envidia de las convocatorias masivas que hacían los festivales de rock o de la propia iglesia católica, armaban encuentros a nivel nacional, etc no sólo con aparato, sino básicamente con libertad, cuando por nuestro lado debíamos estar siempre ocultándonos (estoy hablando mucho antes de que apareciera los grupos guerrilleros, etc),
Incluso ya en aquel entonces la FUA y los centros de estudiantes eran para muchos de nosotros meros sellos burocráticos que no representaban nada (El papel de franja morada entonces, así como de partido socialista, y la democracia progresista lamentable, estos últimos dándole funcionarios al gobierno, coherente con el papel que jugaron con la Libertadora), y lo que se propiciábamos eran cuerpos de delegados, organizados por cursos y carreras, etc como algo más representativo y dinámicos.
Pero siempre la militancia fue una minoría y no creo que eso cambie nunca, la mayoría sólo participa en pocos momentos de la historia.
El asunto es qué vínculos tiene esa minoría con esa mayoría.
Obviamente si el tipo de vínculo está asociado al prebenderismo (que puede ir desde usar un cargo conseguir ciertos beneficios personales a sus relaciones, o de ofrecerles apuntes más baratos, por poner dos ejemplos del mismo tipo), es evidente que invalida cualquier intento de atribuirse una representación política -que se supone es basada en las convicciones-
¿dónde está escrito «el relato»?
les digo qe yo qiero saber qe es la militancia juvenil me ayudan
si,la verdad es que ignoro cuales son los discursos de La Campora(mas alla de su apoyo al proyecto del gobierno)o de la actual Juventud Rdical(mas alla de su rechazo al gobierno)…
Exacto María, el último párrafo.
Hay que dejar de pedirle cosas a La Cámpora. Hay que meterse a militar. Podemos comparar a la Cámpora con todo lo que queramos, pero hay que decirlo, a esta altura ya empiezan a sobrar este tipo de artículos en estilo Natanson, donde el periodista-ensayistalarga una interpretación histórica que aplasta a la Cámpora y demuestra politológicamente sus límites. Me parece que lo divertido es meterse adentro y dejar de teorizar desde afuera. Depende la edad de cada uno, claro. Pero el futuro de la Cámpora está por verse y todo lo que sea remitirla a una comparación le pone cotos históricos no justificados. Como decía Brecht, si ustedes no tienen razón, deben venir al partido, y si la tienen, entonces deben venir también, para corregir el rumbo desde adentro.
correcto,Oca,aunque la agrupacion debiera tener una fuente de comunicacion para toda la sociedad,para mi gusto.
Me parece muy muy maniqueo esta pequeñisima reseña . La película no arranca cuando uno prende la tele.
La autora (?) olvida una tercera vía en gral de la militancia que es la izquierda en gral: chinos, troskos, posmos, etc. que tiene una influencia importante en ámbitos estudiantes de la universidad , secundarios y terciarios , por caso la FUBA (principal cantera de la franja en su esplendos alfonsinista) fue arrancada a los radicales al calor del 2001 y con distintos vaivenes aún está en manos de la izquierda.
Creo que la autora no quiere ver esa parte por q a veces no se qquiere reconcer esa a otro sujeto politico importante , en por lo menos lo que respecta a la «juventud».
Saludos
La militancia juvenil de izquierda es importante, pero no tiene el peso de la JR o de La Cámpora. Por caso, no tiene representación parlamentaria.
Y, por otra parte, el peso de la FUBA es relativo.
La verdadera pregunta es por qué la izquierda tiene tantas dificultades para pasar de la militancia universitaria a la política sistémica. Eso sería caso para otra columna.
Y que quiere decir tener PESO y no tienen representacion parlamentaria ? Acaso como » consiguieron «, dicha «gestion » ,en las camaras ? Por el peso en los territorios ? NO. Justamente por una » receta «. Receta: La logistica electoral del lapiz de Cristina y compañia. El diputado nacional por santa Fe de la Campora Marcos Cleri , ni siquiera es de Santa Fe , pero SI bien PUESTO a dedo por dicho diseño. De que representacion hablas ? Y asi se reproduce por todos los territorios. Y que queda y que representacion tendrian los millones de jovenes , en BASE apartada y para poder definir ese PESO , de tu presunta conexion de dificultades.Ya que el concepto de los jovenes , DEBE ser mas abarcativo, y que compromete todo tipo de carencias basicas y de orden social , cultural y politico y economico. Y alli es donde aparece ,un proceso de exclusion , que no es tan solo economico , sino que abarca aspectos, socioculturales , territoriales » apartados » y quedan en los bordes de los procesos de produccion y apropiacion del conocimimento y esto genera en estos sujetos, inmersos en tales condiciones de VIDA , dificultades extremas al paroxismo para lograr niveles de simbolizacion , de REPRESENTACION , de PARTICIPACION. Y ahora se atreveria a definir , la verdadera pregunta , que es mas: .. «que el por que la izquierda u OTROS tienen tantas dificultades para pasar de la militancia universitaria a la politica sistemica.» Que quiere decir Ud Maria ,con politica SISTEMICA ? Y asi UD piensa que , podemos encontrar, de algun modo y en medio del desconcierto , alternativas superadoras, a las problematicas de los jovenes, como sujetos de DERECHO ..Saludos VP !
la campora es una moda, y al igual que el black berry una moda ya demodé.
Lo peor es que es como usar tatuajes, lo haces porque es cool y luego te queda pegado por el resto de tus dias.
Es como si fuera «la Marley» o «el luca»
Es una moda que está buena!
Hace que, por ejemplo, muchos pibes se quieran enterar de lo que pasa, se comprometan para cambiar lo que no les gusta, se metan en los barrios y, hoy a la noche, estén ayudando a los que se les voló el techo por el temporal en vez de estar mirando a Tinelli, yendo a bailar o escribiendo boludeces en este blog; y crean (aunque más no sea, crean) que pueden ayudar a construir un país mejor.
Como mi hija de 26.
Seguramente (como un tatuaje que no tiene) eso le va a quedar pegado para toda su vida.
Y su viejo está orgulloso de que así sea!
Aplausos. Dendeveras.
Ud no entiende Tokinho o no quiere entender,que no es una cuestion de moda , ni buena ni mala..y que la militancia o el trabajo » comunitario » , es un espacio de » construccion y compromiso «, y que parte esencialmente de respetar los intereses y deseos de los actores involucrados y para identificar problematicas y definir prioridades y formular propuestas , de manera deliberada , democratica y concertada , aun en la incertidumbre. Sin embargo , ese lugar o no lugar , presenta las mismas contradicciones , que la extructura macro gubernamental y tambien social , bajo comportamientos egoistas, competitivos y acriticos y que signan tambien nuestro tiempo. Nos interesa saber , como opera cierta agrupacion a traves de modas o nos interesa saber las formas de coordinacion y » contrato » y que dara eficacia o no , como disparador de las significaciones » imaginarias » al interior de ellas y con sus multiples atravesamientos, hacia afuera.,, Cual es el abordaje, EDUARDO REAL ? Ud cree que es con pauta de zapping ?
no estás entendiendo paloma: la militancia hoy es una actividad que «está de moda» porque hay mucha gente volcada a la misma, cosa que no ocurrió con esta misma fuerza durante, digamos, casi veinte años o más. no es que se compara con la ligereza de la moda, al estilo tenemos todos el mismo «outfit».
todo lo que decís sobre respetar intereses y demás yerbas no obsta para que los militantes que mantengan esos ideales sean 4 o diez mil. esa cantidad de participantes es lo que llama la atención y por eso podemos decir: está de moda. tomalo como una licencia poética si te parece mejor.
saludos,
SI, y encima lo afirmas y yo agregaria como » MODA » de USO Y CAMBIO y para muchos….mientras que muchos otros nos concentramos y en el campo empirico, en la busqueda junto a otros de estrategias sociales , para » tratar» de lograr una mejor calidad de vida , de los sectores invisibilizados de TODO , y que a veces miramos absortos la aparente PLATEA-escena , creada, pensada , hablada y dramatizada a traves de la banalizacion y la desvalorizacion del pensamiento mercantilizado.Gracias, por la licencia poetica. Saludos ! VP !
Paloma: Baudrillard es seductor, pero poco productivo para pensar la política concreta. Abrazos.
depende si la mirada es, pugilistica o celestial…Abrazos !
Me parece que comparar a «La Cámpora» con la «Coordinadora» radical muestra un nivel de desconcierto mayúsculo.
La Coordinadora existía antes de que Alfonsín fuera presidente y tenía un gran número de dirigentes a los largo de la geografía nacional… «La Cámpora» surge a partir del silente liderazgo del hijo de Kirhcner… a 3 mil kilómetros de distancia.
La inserción en la política universitaria del kirchnerismo es peupérrima ¿no les llama la atención?
Sin ir más lejos la UCEDE tuvo una gran presencia universitaria (antes del menemismo incluso), de allí provienen un montón de cuadros del actual gobierno comenzando por el señor Amado Boudou, piénsenlo.
Pues del alvaroalsogarayismo surgieron María Julia (en la cárcel) y Boudou, que por lo nervioso que se pone, parece que va camino de la cárcel. Esperemos que en una celda en mejores condiciones que las revisadas por Mariotto y Verbitsky. La corrupción, las relaciones de poder, el sadismo, la humillación, la manipulación, la política como prolongación de la guerra, la Franja Morada, la Cámpora, los secretarios del Ministerio de Educación, los discursos filosóficos contra los discursos políticos, me recuerdan la magnífica ‘El estudiante’, de Santiago Mitre, ambientada en la UBA. ¿La han visto? Al final el personaje dice «no».
Y yo digo respetuosamente «no» a la invitación de Oca de ir al partido. No. Es mejor ser le Spectateur engagé que inventó Aron.
No se compara lo idéntico, sino lo comparable.
Si, se puede comparar lo identico, cuando se somete a un golpe de efecto, por reproduccion identitaria. Y el proceso de la » comparacion «, nos remiten a las identidades y desde el modelo de la diferencia. Les suena el modelo » tutelar » y otros, que en su calidad de objetos mitologicos , » entra » en cualquier lado !
los ultimos comentarios demuestran lo divididos que seguimos estando…
Los trotskos se dividen por definición. Huyen del poder, como señala tan bien «el estudiante» de S. Mitre.
La única cosa que vale, y tendrá su incidencia casi excluyente, al final de la historia, es la cuestión económica. Si el gobierno resuelve temas como trabajo, inclusión, educación, desarrollo industrial(todo requiere dinero) el resto pasará a ser nota al pié de los revisionistas. La Europa educada, civilizada y prolijita sin su dinero extraído de las colonias empieza a resquebrajarse, ya lo verán.
El árbol y el bosque, no lo olviden. Es el problema de los intelectuales. Hay que aprender a chapotear en el barro. Ensucia y salpica. Pero no hay otro modo de cruzar el río, muchachi.
Está lindo escribir acá y ver qué bien quedó el texto.
Los flacos de La Cámpora, mientras tanto, (y, ya sé, no todos) están ahí afuera ensuciandose los zapatos. Se pueden equivocar, claro! Alguno quizá se sienta traicinado en algún momento. Pero lo intentaron !
Manos a la obra ! Que la historia se está escribiendo… y no precisamente en este, ni en ningún, blog.
Hola María y lectores de Artepolítica. Quiero dejar la invitación a leer algo que publiqué un poco pensando en lo que es La Cámpora y discutiendo varias de las observaciones que se hacen en esta nota, que por cierto me pareció interesante:
http://revistarazondeestado.blogspot.com.ar/2012/04/militancias-de-estado.html
Saludos!
Alvaro
Estimado Alvaro: lei tu post, me parece que la descripción que haces no es la de una agrupación política. Estas hablando en todo caso de un sindicato o de una agencia de colocaciones de funcionarios políticos. Dale una leída al trabajo que nombra María sobre la JCN, quizás te sirva para ver las diferencias y las similitudes históricas.
Saludos cordiales
Que tal Florencio.. primero que nada gracias por leer la nota! tomo tu señalamiento de que no estoy hablando de una agrupación política sino de otra cosa, como producto de que realmente necesitamos un cambio cultural para empezar a pensar la política como una actividad constitutivamente ligada al estado, que se dirime al interior de él.
Estoy leyendo el texto sobre el alfonsinismo que me sugeriste, me parece muy interesante aunque no lo terminé. Voy a intentar hacer algún comentario al respecto en el blog en estos días. Saludo.
La debilidad de la agrupación La Cámpora estaría en que sus inicios y crecimiento, se parecen demasiado al modelo de hacer política de la Cotinadora, muy dependiente de la «chequera» y los «escritorios» siendo su razón de ser y existir la ortodoxia y el verticalismo hacia su máximo referente político. Este modelo político partidario, demostró su fracaso en los 80, me parece que se debería aprender de las enseñanzas de la historia para no repetir frustraciones.
En cuanto al verdadero «poder» de la Cámpora a mi entender, CFK hizo hace unas semanas la mejor definición que he escuchado al respecto.
Saludos Cordiales.
Ojo: en la CABA, que es lo que conozco, todas las unidades básicas nuevas que aparecieron en mi barrio son de la Cámpora. No están tan en el escritorio.
Con que recursos y logistica ? no es un tema menor NO ? Saludos !
María: no dije que no están en el barrio, hable de «dependencia» del «escritorio». En el transcurso de los 80 en la CABA la mayoría de los «comités» terminaron respondiendo a la cotinadora, el control del partido en la ciudad tb. hasta mediados de los 90 si mal no recuerdo, en que se consolido el liderazgo de un dirigente aliado hasta ese entonces: FDLRua.
tokinho:no me considero trsko,a pesar de que hubiera preferido a Trovsky mas qye a Stalin,pero creo que no solo la»izquierda»extrema esta dividida,lo cual puede ser natural si sabemos dialogar.
Yo creo que la experiencia de la Coordinadora es un antecedente válido para comparar a La Cámpora en los términos en que la nota lo hace.
Pero coincido en algún punto con Diego de Laurentis: en términos generales se puede decir que los de la Coordinadora tenían una experiencia política previa, universitaria. Claro que señalar eso sin considerar el contexto general de país tampoco ayuda a la comprensión del fenómeno. A la vez, creo que significa que lo de las juventudes hitlerianas K es más meritorio aún: no vienen de resistir o sobrevivir una Dictadura sino el apatismo, la abulia y el marketing alrededor de la antipolítica y la década menemista. No se si puede valorarse de igual manera (seguramente hay que hacerlo de distinta manera) la incorporación de jóvenes en los setenta que en los ’90 o en los años 2000.
Saludos.
Pero, ¿el hecho de que la Coordinadora tuviera experiencia política previa fue tan determinante para su papel dentro del estado?
No, es cierto.
Saludos.
Creo, que no podemos abordarlo desde esa pregunta. Se habla como desde espacios identitarios ambos dos y que tendrian o tubieron señales propias, pero en esos mismos espacios , hay un no-lugar y que actualmente , la sociedad , las instituciones, y los agrupamientos, etcs , estan tendiendo a relaciones y transitos establecidas desde un no-lugar. Un espacio mas anonimo, individual y solitario y paradojicamente de mayor libertad. Hoy ya no ayudan, los modelos tan acabados porque hoy no se puede negar el paso de la incertidumbre entre los lugares y los no-lugares. Y si se piensan EN logicas de encierro y sin romperlas , NO abra cambios posibles, ni comparaciones etcs ..pero SI estado anomico. Pero se debera entender , que las complejidades de la problematica , hace que nadie o nadies los puedan resolver » solos «. El saber es hoy, mas que respuestas estables , la construccion de buenas preguntas y para trabajar el malestar como posibilidad de aprendizaje. Pero eso , no admite ninguna «receta «. / Y a tu pergunta ( ? ) , Maria, respondo NO. Saludos -. !
Fidel Pintos lo decía mejor. Y sin faltas de ortografía.
SI, si queres Eduardo Real te lo traduzco con toquecito sausurreano , y con formato para tu tiempo » congelado » y Fidel Pintos..que antiguedad loco ..la tipica cuando no hay respuesta ni argumentos ..La Real Academia Española te garcha!
Es que siempre pensé que nadie saraseaba mejor. Cuán eqivocado estaba.
Dale, traducímelo «A la Saussure», aunque me pinta que no te da ni para traducirlo «A la Gelblung». Pero ni bien entiendas lo que escribiste, dale, explicámelo.
Sokal, ¿sos vos?
Jeje, que picante lo de María… Bienvenido sería el amigo Alan…
En serio, Paloma, ¿nunca se le ocurrió que cierta forma de «embarrocamiento» tan cara a determinadas ramas de la filosofía/teoría social oscurece más de lo que aclara? A veces un poco de positivismo lógico no viene mal. Aunque más no sea para controlar un poco el nivel de contradicciones lógicas y silogismos en un discurso determinado…
Je ! Sokal ..definitivamente fallido. Pero si la delegacion y el fetichismo politico y el abordaje de la teoria de los lugares y no lugares: en la comunidad, en las instituciones ,en las esferas del poder y en las politicas gubernamentales. Parece que aqui NADIE , ha transitado una institucion.
..Dale ,tomamos el vodKKa del Hellbolla..y te traduzco y explico todito..Fidel Pintos-Gelblung..a no desesperar..J—-O !
Lo de «no lugar» es por Marc Augé, Paloma?? Te recomiendo que clarifiques el léxico, te van a chicanear (y con cierta razón). Para citar autores complejos, hay que ponerse a «operacionalizar los términos» y a ver qué entiende Baudrillard por determinada palabra o qué dice Lipovetsky o Castoriadis, y se va todo al joraca.
Saludos!
sobre el tema de la»militancia juvenil»me parece util y adhiero a lo que escribe hoy H.Brienza en Tiempo,que señala el deficit de»correa de transmision entre la conduccion y los sectores juveniles»por parte de los cuadros medios,y agrega(un tanto temerariamente)que el partido justicialista es»poco mas que un sarcofago politico»…
Me parece muy oportuno tomar el tema de la juventud en este momento.Lo que si creo es que el antecedente mas importante de irrupción juvenil en la política no fue la cordinadora y la JR sino lo que sucedió a fines de los `60 y principios de los `70 en la Argentina y en el mundo entero. Claro ,hablar de la JP y las Juventudes Políticas de aquella época, nos llevaría a terrenos muy distintos a la fracasada «democracia omnipotente de Alfonsín».Terrenos de ideales de cambios verdaderos y de grandes fracasos( no menores que los que nos dió la democracia de Alfonsin y Menem, pero si mas dolorosos y menos presentables para las adocenadas ciencias políticas de hoy en día)
Es muy dificil saber si la actual generación de jóvenes argentinos y latinoamericanos actuará como tal en el promisorio escenario que hoy tenemos en la región, dejando una marca indeleble como la dejaron los de los sesenta(por supuesto en el terreno actuál y sin nostalgias ni copias absurdas).pero vale la pena militar para que así sea. Tampoco está claro si la permanente alusión al tema de la juventud por parte de Cristina encierra la intención de favorecer la irrupción de un sujeto sociál que se acercó a la política como bién lo describe la nota de María, o si solo se trata de un «trasvasamiento generacional» de funcionarios y legisladores dentro del mismo esquema de la política de hoy, y un pedido de apoyo electoral de la joven generación.La practica de la Cámpora hasta ahora no permite definir ésto. Tratemos de que se habra paso lo primero.
el idealismo y la ilusion de las juventudes sesentistas no»encajan»en el mundo de hoy y la historia no se repite.
Considero al igual que Rodolfo que la militancia juvenil en Argentina comienza en los sesentas. Y también coincido con Isabel en que el proyecto de aquella juventud del sesenta y setenta no encaja con el tiempo presente. Dejo link a una nota que escribí en relación a esta temática y donde trato de historizar someramente las distintas etapas de la juventud políticamente organizada en Argentina: http://revistarazondeestado.blogspot.com.ar/2012/04/juventud-y-politica-en-argentina.html
La militancia juvenil en Argentina comienza mucho antes de los setenta. Comienza en el 45, o en 1890. No nos olvidemos que Evita tenía 22 años.
Sí, pero como juventud políticamente organizada se trata de un fenómeno más reciente. Habría que ver lo de 1890, es probable que sí, pero me parece que la segunda mitad del siglo XX presenta como rasgo característico, a nivel global, el ingreso de las juventudes como actores determinantes en la historia social y política de los países. Pienso en el hipismo como revolución cultural en los años sesenta, el mayo francés, el cordobazo y las guerrillas acá, y seguramente tantos otros fenómenos de juventud a nivel mundial. A movimientos juveniles de masas me refiero y puntualmente aquellos que están políticamente organizados. Moreno también era muy joven en tiempos de la revolución de mayo, pero eso no implica que se pueda hablar de la juventud como actor social destacado y característico de la época y menos que menos conciente de estar organizado.
se me ocurre que lo deseable es que no solo la juventud milite,sino adultos y mayores.Se que los adultos estan ocupados en parar la olla y los mayores en cuidar su salud,pero una participacion desinteresada y mas rica deberia incluir a mas gente,para lo cual el asunto no puede manejarse desde arriba(aunque si fomentarse)sino depende fundamentalmente de que todos tengamos conciencia de que nuestra vida se desarrolla segun la politica imperante.El slogan seria»asumi tu conciencia politica»(que se vincula a la conciencia social).
Es posible Isabel, el tema es cómo conciliar las construcciones políticas de los jóvenes y las de los no tan jóvenes. No es fácil diseñar los carriles de militancia para cada generación, en principio porque las personas en función de su edad buscan distintas cosas cuando se ponen a militar. Segundo porque en política no se pueden generar así sin más instancias de múltiples generaciones juntas o al menos es discutible que eso sea bueno de por sí. Es probable que los jóvenes, y también los adultos, tengan que hacer su propio camino de maduración política, esto sin desatender los necesarios puentes de transmisión de conocimiento de una generación a otra, sobre todo de los que tienen más experiencia política hacia los otros. El diseño de puentes y vasos comunicantes entre jóvenes y adultos al interior de las organizaciones políticas es un tema a mi juicio muy delicado, que no se resuelve con simples proclamas en favor de las bondades del encuentro entre generaciones.
si no creemos en la educacion como dialogo no creemos en el ser humano.
los puentes hay que diseñarlos con habilidad,afecto y motivacion.
la cámpora es como el grupo sushi de De La Rúa (antonio y cía)
nada que ver una cosa y la otra, en que basas esa comparación?
Nunca en mi vida ví comités en la calle que dijeran «Grupo Sushi», pero he visto varios locales de La Cámpora, para empezar.
¿La de Irene no será una comparación para hinchar las pelotas y embarrar un rato en lugar de para aportar?
La claridad de lo publicado me permite decir que la memoria es la mejor aliada de hoy un viejo militante.A los seis años me toco de cerca el fallecimiento de Evita,recuerdo ese día en una noche fria de invierno ver llorar a mi Madre y mi Padre abrazados. La verdad que no entendía que ocurría, pero nunca había visto llorar a mis padres. Más tarde comprendí el dolor de ellos ese día entrando la noche fría de invierno. Ese día me hice militante para toda la vida. A los doce años ya pintaba las paredes del ferrocarril de la vieja estanción Rosario de mi querida Villa Mitre de Bahía Blanca, era simple la pintada una V conrta con un P en su centro que significaba Perón Volverá. Recuerdo que por sugerencia del ferretero del barrio, que nos regalaba la cal para pintar, nos dijo: le tienen que poner harina para que la pintada dure mucho más. Otro día no dijo que le agregaramos cola a la cal que utilizaban los carpiteros para que la pintanda quedará bien pegada en la paredes. Recuerdo que recorremos carpiterias mangeando cola con los compañeros militantes. Recuerdo a ese carpintero que nos preguntó para que queieren cola de carpintero..? le dije la verdad, que era para que las paredones pintados con Perón Volverá durara mas tiempo. Recuerdo que no miro en silencio, se retiró a un lugar del galpón y regreso con un recipiente con cola de carpintero, la puso en las manos del mas pequeños de los militantes….nos miro a todos y dijo…soy radical…pero no importa…ustedes son chicos que luchan para que retorne un líder.
Pido disculpas por palabras mal tipiadas, el recuerdo de esos tiempos vividos mis ojos se llenaron de lagrimas. Lo hombres también lloran, a esta edad peinando canas no llorar significaría no haber sido nunca un militante. Pensar que más tarde también me toco ser militante del Dr Raúl Ricardo Alfonsín, no me arrepiento, era recuperar la democracia que sin ella a miles de militantes jóvenes sufrieron crueles tortura, a las madres secuestradas embarazadas las hacían parir en cautiverio para robarle el bebe al parir y asesinarlas sin piedad. Hoy grande con canas, no me siento viejo, al contrario continuo con mi vida de militante, no voté a Néstor por pensar que sería manejado por duhalde. Me arrepiento de no haber votado a Néstor, sí vote dos veces a Cristina y no me arrepiento, como será que no me arrepiento que hoy soy militante de Cristina.