(…)
Y otra vez explicar el kirchnerismo, pensé. Diez años van. Y no me sale así, de una, mirá vos, ja. No me sale. Se me presenta la ridícula tarea de explicarle a este tipo el kirchnerismo acá, en un bar cerquita de Plaza de Mayo y no sé cómo hacerlo.
Estoy cansado esta tarde además, no puedo así de una. Mirá vos. Pensé que cualquier tarde como esta podría hacerlo de memoria. Pero me agarra otra vez de sorpresa. Diez años y estos tipos no entienden al kirchnerismo todavía.
Pero es eso en definitiva, ¿no? Es justo eso. El hecho de que no entiendan por qué. Vos fijate. El mismo fulano este me lo está diciendo. ¿Porque qué es lo que me está diciendo de última? Me está diciendo «pero si la alternativa es mucho más fácil». Es eso. Que ellos te entiendan, que ellos te puedan encasillar lo hace todo mucho, pero mucho más «simple», ¿entonces por qué? ¿Qué es lo que quiere Cristina? Si la alternativa es mucho, muchísimo más fácil. ¿O no tiene razón en eso acaso? Es así.
Y ahí entonces, quizás esté la respuesta posible en esta charla que empezó cuando el tipo me dijo
– ¿Cómo estás, bien? Mucho gusto.
– Igualmente, cómo te va.
– Bien, bien. Mirá pedí algo porque llegué un poco antes, estaba por acá…
– No hay problema, pido algo a ver, sí, un cortado. Y una medialuna ¿puede ser? De manteca, gracias.
– Bueno, como te comenté en el mail, yo trabajo como analista en tema de riesgo país para la empresa GARGARULLO.
– Sí, te guglié.
– Ah, claro. Bueno, como sabés somos contadas con los dedos de una mano en el mundo que hacemos esto.
– Claro.
– Y bueno, lo que pasa es que hay países en los que con sólo mirar los números ya está y hay otros a los que tenemos que venir y reunirnos con gente para hacernos una mejor idea y calificar. Uno de ellos es la Argentina.
– Ah sí, me imagino. Pero yo no soy experto en el tema y sabrás también que tengo una posición favorable a las políticas del Gobierno
– Sí, sí, pero nos reunimos con distinto tipo de gente, algunos funcionarios, otros no, otros economistas privados, observadores. Y yo soy amigo de @SANGANGARDA que es amiga o creo que conoce a @SOTOLEKE en Twitter y me recomendó que te contactara.
– Bueno, dale, si te sirve, no hay problema claro, charlamos.
– Bueno. Como sabés, nosotros de 58 puestos calificamos a la Argentina 51. En realidad, por los números que tiene la economía, le da como para estar de mitad de tabla par arriba, bastante bien. Pero, bueno, ciertas cosas, la incertidumbre…
– Ajá. Me parecía, sí.
– Y bueno, un tema que nos interesa ver es si llegado el caso de un fallo por el tema de la deuda en Nueva York que (…) entonces si el Gobierno (…) se puede radicalizar o (…) con los bonistas que (…) el canje (…) porque en ese caso nosotros (…) si los pagos se redireccionan (…) en dólares (…) pero (…).
– Mirá, a mí me parece la verdad (…) no la veo esa (…) para mí (…) Cristina no es «revolucionaria» (…) fijate lo que dijo el otro día el funcionario (…) otra cosa distinta es con los buitres que (…) todo mal con esos (…) y el Fondo además, me parece (…) así que (…) vos dormí sin frazada (…) campeón. Para mí, eh, guarda. Lo digo sin información, de puro observador.
– Ah. Y también lo que vemos, lo que nos preguntamos, bah. Porque el Gobierno haciendo tres o cuatro retoques nomás, tampoco muy drásticos, podrían salir al mercado y (…) porque Evo Morales fijate (…) pide al 4 por ciento (…) y eso que ellos (…) pero eso sería mucho más (…) no entendemos bien (…)
– Sí, mirá, yo no descarto que llegado el caso como herramienta (…) lo ha dicho el propio Gobierno (…) no es cuestión (…) no veo a nadie dogmático en eso acá (…) qué se yo (…) nidea…
– Es que sería mucho más simple todo. Y no se entiende bien la verdad…
– No, claro, yo te entiendo pero…
(…)
Y la última parte de la charla estuvo buena porque se ve que el tipo algo caza ¿no? Conoce bastante a los jugadores. Pero hay otra parte que no le cierra, no entiende por qué el kirchnerismo en última instancia no va por el camino recto. El business as usual. No entiende por qué el kirchnerismo. No entiende el kirchnerismo. No entiende.
Y recién ahí me dí cuenta que, a diez años, eso puede ser que sea lo importante. O lo esencial. Que es un juego riesgoso, sí, claro. Pero no deja de ser importante. Y creo que ahí le pude tratar explicar un poco
– Mirá… digámoslo así. ¿Sabés lo que me parece que quiere Cristina, si yo tuviera que apostar? Quiere que vos, que sos de la empresa GARGARULLO, una de las que contadas con los dedos de una mano hacen esto en todo el mundo, tenga que venir acá, a un bar cerquita de Plaza de Mayo a preguntar (a un papanatas como yo -esto no lo dije-) qué es lo que va a hacer ella. No siempre fue así, eh. Acá en otro momento, si uno quería saber qué iba a pasar, primero venía la opinión del presidente de la asociación de bancos -que ahora ni sé cómo se llama- después la de una larga lista de gente y recién al final la del Presidente. El kirchnerismo siente, piensa, percibe -creo yo que por lo que interpreta de los últimos 30 años de Historia- que su poder es más y no menos estable si alguien como vos tiene que tomarse un avión y venir acá a preguntar y si no entendés bien por qué la Casa Rosada hace lo que hace. ¿Y eso le genera costos y riesgos? Sí. Costos y riesgos. Que pueden llegar a ser grandes. Pero el Gobierna considera que son menores a que si vos y GARGARULLO están seguros de qué es lo que van a hacer ellos. Porque además, fijate. Podés hacer más o menos todo lo que dice el libro, todo lo que vos podrías entender perfectamente e igual despertarte una mañana y tener 30 puntos menos de aprobación de un saque, como les pasó a Piñera o a Dilma. Creo que el kirchnerismo es más o menos eso, para arrancar.
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Foto.