Es uno de los principales impulsores del Foro de Convergencia que esta semana generó críticas del Gobierno por la publicación de un documento con propuestas para el país
El presidente del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) y director general del Swiss Medical Group, Miguel Blanco, explicó los objetivos del denominado Foro de Convergencia que nuclea a una treintena las cámaras empresariales. En una entrevista exclusiva con El Cronista aseguró que el principal problema de la Argentina es la inflación y argumentó que decir que la mejor contribución que pueden hacer los empresarios es no subir los precios fue una respuesta simplista y para salir del paso del jefe de Gabinete Jorge Capitanich.
Además, elogió al presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y aseguró que al ministro de Economía Axel Kicillof le falta experiencia.
Las propuestas del Foro de Convergencia quedaron claras pero lo que no quedó del todo claro es el momento elegido para presentarlas ¿Por qué ahora y no antes? En realidad muchos de los temas incluidos en las propuestas se vienen discutiendo en los coloquios de IDEA desde hace tiempo y a partir de las reuniones surgió la necesidad de juntar entidades y hacernos escuchar mejor a partir de la unidad. Empezó en noviembre. El primer documento en enero estuvo relacionado con la unidad del empresariado y el punto era que estábamos todos de acuerdo en que la voz del empresario debía estar presente en el debate de la Argentina. La realidad es que la voz estaba atomizada en las distintas entidades y era mucho más efectivo para que la opinión tuviera peso que lo hiciéramos en forma conjunta. Eso derivó en este segundo documento en el que se plantearon los temas.
El documento no tuvo una muy buena recepción en el Gobierno ¿Por qué no salieron a responder los dichos de Capitanich? Porque el propósito ahora es explicarlo. Nosotros anteayer le presentamos al jefe de Gabinete la invitación con el documento. Era cierto que no había llegado porque el documento se aprobó el lunes y no hubo tiempo. La idea es juntarnos con él y explicárselo.
¿Y qué responde ante la crítica puntual de que en primer lugar los empresarios no deberían subir los precios? Creo que es una respuesta muy simplista a un problema mucho más profundo. Podemos discutirlo eternamente. Considero y esta es la opinión del empresariado que el aumento de precios es resultado de situaciones macroeconómicas que incrementan los distintos factores e insumos de los productos o servicios que vendemos. Cuando existe una emisión monetaria a un ritmo de 40% anual sin respaldo, una devaluación de la moneda del 30%, los combustibles aumentan 30% y derivado de todo eso es necesario ajustar los salarios porque el poder adquisitivo de la población se ha deteriorado todo eso impacta en los costos y si uno no traslada esos incrementos vende por debajo de los costos y eso no es sostenible. ¿Qué es lo primero el huevo o la gallina?
Más allá de la respuesta del Gobierno ¿Qué respuesta tuvo el documento en otros espacios? Una muy positiva. En general se ha tomado muy bien porque muchas de las cosas que están contenidas en el documento son obvias. Estamos hablando del cumplimiento de la Constitución, no estamos inventando nada.
¿Tienen pensado reunirse con referentes de la oposición? Sí, la idea nuestra es ampliar el diálogo lo más posible. El objetivo es que todos los partidos políticos adhieran públicamente a estos postulados porque daría un mensaje muy claro a los actores económicos sobre el clima de negocios y ya empezaría a mover la inversión que en estos momentos está parada.
¿Cómo ve a UNEN? Muy bien, necesitamos de una oposición fuerte para tener la posibilidad de alternancia entre el partido gobernante y una oposición fuerte. Eso fortalece la democracia. Veo muy bien que privilegien los temas comunes y se unan y compitan en un proceso democrático entre sí para sacar el mejor candidato.
¿Piensan que las propuestas del Foro pueden llevarse a cabo por este Gobierno? Tenemos muchas esperanzas de que sí. La presidenta dijo que no considera que por haber sacado este documento los empresarios estén en pie de guerra y yo coincido.
¿Cuál es el principal problema económico de la Argentina hoy? El problema principal es la inflación que además de afectar a los pobres fundamentalmente, no les permite a las empresas planificar ni mirar a largo plazo. La inflación es muy desgastante para las empresas, están constantemente negociando precios con sus proveedores y clientes. No se puede presupuestar. Es el primer problema que hay que atacar. Para eso hay que reconocerlo y hacer un programa que apunte a reducir la inflación a niveles comparables con el resto de los países de Latinoamérica. Cuando alguien quiere planear una inversión y está fuera del país y mira comparativamente donde ponerla seguramente va a ir a lugar donde haya una tasa de inflación razonable y no 30% anual. Después están las restricciones cambiarias, para importar y remitir dinero que deberían ser removidas.
¿Ve un sinceramiento y reconocimiento mayor de la inflación a partir del nuevo IPC? Sí, evidentemente está ocurriendo y lo vemos muy positivo. Es necesario. No se puede manejar la economía si uno no tiene números ciertos de lo que está pasando.
¿Por qué antes no había una unidad empresarial para criticar la manipulación de las estadísticas? Me guío por lo que nosotros venimos haciendo en los coloquios de IDEA. Este año vamos a tener el número 50 ininterrumpido y estos temas se han publicado en documentos. Lo nuevo acá es que nos hayamos puesto de acuerdo varias entidades en generar un documento por escrito pero esto se viene diciendo hace rato en programas de televisión, radio y prensa escrita.
¿En este momento sería bueno conseguir financiamiento en el exterior? Creo que sí. El financiamiento es bueno, eso lo sabemos todos los empresarios. Es malo cuando la tasa de interés supera la rentabilidad del proyecto o se utiliza mal. Una de las ventajas que tenemos en este momento es que tenemos un bajo nivel endeudamiento con el exterior aunque uno interno importante.
¿Cómo ve la conducción de Fábrega en el Banco Central? La veo muy bien, yo lo conozco porque antes trabajaba en el rubro de tarjetas de crédito y el Banco Nación era un emisor importante. Es un profesional que conoce mucho el sector bancario, es sensato, escucha, dialoga y la opinión de los bancos es muy positiva respecto a su gestión.
¿Y cómo evalúa la actuación de Kicillof como ministro? Creo que es una persona inteligente, muy bien preparada pero probablemente le falte la experiencia de manejo que tie ne gente que ya ha vivido este tipo de temas. Va a aprender cómo les pasa a todos. Lo que está pasando ya nos ha pasado otras veces entonces pretender que si hacemos lo mismo nos va a salir distinto es un tema de experiencia. No ocurre. Hay cosas que ya se han ensayado en el Ministerio de Economía, me ha tocado vivirlas y conozco como son estos procesos. Creo que en algún momento vamos a aprender y ponernos de acuerdo en las cosas que hay que hacer.
Continúan las trabas para importar ¿Cómo afecta a los empresarios? Es un serio problema porque está afectando la actividad económica.
El presidente del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) y director general del Swiss Medical Group, Miguel Blanco, explicó los objetivos del denominado Foro de Convergencia que nuclea a una treintena las cámaras empresariales. En una entrevista exclusiva con El Cronista aseguró que el principal problema de la Argentina es la inflación y argumentó que decir que la mejor contribución que pueden hacer los empresarios es no subir los precios fue una respuesta simplista y para salir del paso del jefe de Gabinete Jorge Capitanich.
Además, elogió al presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, y aseguró que al ministro de Economía Axel Kicillof le falta experiencia.
Las propuestas del Foro de Convergencia quedaron claras pero lo que no quedó del todo claro es el momento elegido para presentarlas ¿Por qué ahora y no antes? En realidad muchos de los temas incluidos en las propuestas se vienen discutiendo en los coloquios de IDEA desde hace tiempo y a partir de las reuniones surgió la necesidad de juntar entidades y hacernos escuchar mejor a partir de la unidad. Empezó en noviembre. El primer documento en enero estuvo relacionado con la unidad del empresariado y el punto era que estábamos todos de acuerdo en que la voz del empresario debía estar presente en el debate de la Argentina. La realidad es que la voz estaba atomizada en las distintas entidades y era mucho más efectivo para que la opinión tuviera peso que lo hiciéramos en forma conjunta. Eso derivó en este segundo documento en el que se plantearon los temas.
El documento no tuvo una muy buena recepción en el Gobierno ¿Por qué no salieron a responder los dichos de Capitanich? Porque el propósito ahora es explicarlo. Nosotros anteayer le presentamos al jefe de Gabinete la invitación con el documento. Era cierto que no había llegado porque el documento se aprobó el lunes y no hubo tiempo. La idea es juntarnos con él y explicárselo.
¿Y qué responde ante la crítica puntual de que en primer lugar los empresarios no deberían subir los precios? Creo que es una respuesta muy simplista a un problema mucho más profundo. Podemos discutirlo eternamente. Considero y esta es la opinión del empresariado que el aumento de precios es resultado de situaciones macroeconómicas que incrementan los distintos factores e insumos de los productos o servicios que vendemos. Cuando existe una emisión monetaria a un ritmo de 40% anual sin respaldo, una devaluación de la moneda del 30%, los combustibles aumentan 30% y derivado de todo eso es necesario ajustar los salarios porque el poder adquisitivo de la población se ha deteriorado todo eso impacta en los costos y si uno no traslada esos incrementos vende por debajo de los costos y eso no es sostenible. ¿Qué es lo primero el huevo o la gallina?
Más allá de la respuesta del Gobierno ¿Qué respuesta tuvo el documento en otros espacios? Una muy positiva. En general se ha tomado muy bien porque muchas de las cosas que están contenidas en el documento son obvias. Estamos hablando del cumplimiento de la Constitución, no estamos inventando nada.
¿Tienen pensado reunirse con referentes de la oposición? Sí, la idea nuestra es ampliar el diálogo lo más posible. El objetivo es que todos los partidos políticos adhieran públicamente a estos postulados porque daría un mensaje muy claro a los actores económicos sobre el clima de negocios y ya empezaría a mover la inversión que en estos momentos está parada.
¿Cómo ve a UNEN? Muy bien, necesitamos de una oposición fuerte para tener la posibilidad de alternancia entre el partido gobernante y una oposición fuerte. Eso fortalece la democracia. Veo muy bien que privilegien los temas comunes y se unan y compitan en un proceso democrático entre sí para sacar el mejor candidato.
¿Piensan que las propuestas del Foro pueden llevarse a cabo por este Gobierno? Tenemos muchas esperanzas de que sí. La presidenta dijo que no considera que por haber sacado este documento los empresarios estén en pie de guerra y yo coincido.
¿Cuál es el principal problema económico de la Argentina hoy? El problema principal es la inflación que además de afectar a los pobres fundamentalmente, no les permite a las empresas planificar ni mirar a largo plazo. La inflación es muy desgastante para las empresas, están constantemente negociando precios con sus proveedores y clientes. No se puede presupuestar. Es el primer problema que hay que atacar. Para eso hay que reconocerlo y hacer un programa que apunte a reducir la inflación a niveles comparables con el resto de los países de Latinoamérica. Cuando alguien quiere planear una inversión y está fuera del país y mira comparativamente donde ponerla seguramente va a ir a lugar donde haya una tasa de inflación razonable y no 30% anual. Después están las restricciones cambiarias, para importar y remitir dinero que deberían ser removidas.
¿Ve un sinceramiento y reconocimiento mayor de la inflación a partir del nuevo IPC? Sí, evidentemente está ocurriendo y lo vemos muy positivo. Es necesario. No se puede manejar la economía si uno no tiene números ciertos de lo que está pasando.
¿Por qué antes no había una unidad empresarial para criticar la manipulación de las estadísticas? Me guío por lo que nosotros venimos haciendo en los coloquios de IDEA. Este año vamos a tener el número 50 ininterrumpido y estos temas se han publicado en documentos. Lo nuevo acá es que nos hayamos puesto de acuerdo varias entidades en generar un documento por escrito pero esto se viene diciendo hace rato en programas de televisión, radio y prensa escrita.
¿En este momento sería bueno conseguir financiamiento en el exterior? Creo que sí. El financiamiento es bueno, eso lo sabemos todos los empresarios. Es malo cuando la tasa de interés supera la rentabilidad del proyecto o se utiliza mal. Una de las ventajas que tenemos en este momento es que tenemos un bajo nivel endeudamiento con el exterior aunque uno interno importante.
¿Cómo ve la conducción de Fábrega en el Banco Central? La veo muy bien, yo lo conozco porque antes trabajaba en el rubro de tarjetas de crédito y el Banco Nación era un emisor importante. Es un profesional que conoce mucho el sector bancario, es sensato, escucha, dialoga y la opinión de los bancos es muy positiva respecto a su gestión.
¿Y cómo evalúa la actuación de Kicillof como ministro? Creo que es una persona inteligente, muy bien preparada pero probablemente le falte la experiencia de manejo que tie ne gente que ya ha vivido este tipo de temas. Va a aprender cómo les pasa a todos. Lo que está pasando ya nos ha pasado otras veces entonces pretender que si hacemos lo mismo nos va a salir distinto es un tema de experiencia. No ocurre. Hay cosas que ya se han ensayado en el Ministerio de Economía, me ha tocado vivirlas y conozco como son estos procesos. Creo que en algún momento vamos a aprender y ponernos de acuerdo en las cosas que hay que hacer.
Continúan las trabas para importar ¿Cómo afecta a los empresarios? Es un serio problema porque está afectando la actividad económica.
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Las grandes empresas concentradas y multinacionales tienen el poder de manejar los precios, los argumentos que esgrime este señor que aumentan sus precios por aumentos de costos como si fueran víctimas inocentes, son falaces, porque si por ejemplo reciben un aumento de combustible, lo que tendrían que hacer es acordar con las empresas de combustibles (no forman parte del foro?) para que mantengan el precio. Si el problema son los insumos importados que se encarecen, que vean la manera de sustituirlos por insumos nacionales o de absorver una parte para que si es necesario un aumento de precios sea moderado y razonable.
Que la inflación es un fenómeno que se alimenta de costos es algo obvio, el tema es apuntar a quienes tienen el poder de decidir dentro de la cadena, el gobierno tiene instrumentos como congelar tarifas o precios de productos y servicios que estén en manos de empresas estatales, el resto de la inflación depende de ellos. No hay otra explicación.
Hay un hecho elocuente: en el transcurso de cada año, el aumento de los artículos de primera necesidad es aproximadamente igual al aumento de los sueldos en paritarias.
a) El *costo de mano de obra* de los proveedores de esos artículos aumenta en la proporción de los aumentos de sueldos, obviamente.
Pero esa es solo una parte del costo.
Otros componentes del costo aumentan *menos* que los sueldos.
b) Por ejemplo, durante varios años de ‘relativo’ atraso cambiario, antes de la devaluación de este año, todos los costos atados al dólar subieron menos que los sueldos:
-Artículos y servicios importados
-Alquiler y compra de inmuebles
-Alquiler y compra de automotores
c) Y otros costos no subieron de ningún modo al ritmo de los sueldos:
-Impuestos (excepto los de Macri en CABA)
-Todo los servicios que han estado subsidiados por el Estado: electricidad, transporte, gas y agua
-Costos financieros
En consecuencia, si los artículos de primera necesidad aumentan en la misma proporción que los sueldos, *es porque quienes tienen la capacidad de fijar precios aumentan por encima de sus aumentos de costos, es decir suben su margen de ganancia*.
Finalmente, el resultado práctico es que los trabajadores entregan el plus de sueldo para comprar siempre lo mismo.
Según se lee en el artículo, ahora alegan la devaluación, es decir los costos b).
Pero no hubo devaluación durante varios años, y la inflación era igual. Por lo tanto, faltan a la verdad.
Lo de la emisión y el gasto público son fábulas ‘de entendidos’ que se dan *sin explicación alguna*, como sobreentendidas, pero cada vez pueden sostenerse menos cuando se analiza el caso argentino actual.
Coincido. La inflación de estos años, al menos previa a la devaluación de enero, no fue más que apropiación del dinero que las conquistas sindicales en paritarias, los planes sociales y los subsidios al transporte y tarifas redistribuyeron para el pueblo trabajador.
Esto es posible en un contexto de concentración económica donde no existe la competencia y unas pocas empresas tanto fabricantes como de cadenas de supermercados pueden definir los precios.
Uno de los primeros periodistas en verlo de esta forma fue Navarro, hay un informe interesante del 2008 sobre este tema.
No entiendo cómo muchas personas no lo ven de esta manera.
Esta actitud de los empresarios concentrados de mostrarse como pobres víctimas busca soslayar el margen de maniobra ( y de ganancias ) que poseen y las consecuencias que su poder de decisión tiene sobre los destinos de la economía de nuestro país.
Todas pelotudeces. El deber del empresario no monopolista es subir los precios en el corto plazo hasta que la competencia no le deje vender. Cualquiera que no actúe así merece fundirse, y es generalmente lo que pasa.
Claro, y eso de que entre cuatro supermercadistas arreglan los precios con unos cuantos llamados telefónicos, es todo mentira.
El mercado está atomizado y la competencia es perfecta.
El mundo imaginario de Mariano T.
Ni siquiera se pregunta qué pasaría si el supermercado aumentara los precios estrictamente en función del aumento real de sus costos, es decir manteniendo un margen de ganancia constante (ni hablo de bajarlo).
Yo podría responder a eso (y cualquiera podría): no se fundirían, tal vez venderían más, y habría menos inflación.
Vos mismo señalás la debilidad de tu propio argumento «hasta que la competencia no lo deje vender», es decir, hace falta competencia.
¿Cómo hacemos para que haya más competencia? Cada vez que alguna empresa pequeña empieza a levantar algo de cabeza y se convierte en un competidor, viene una empresa grande nacional o extranjera y se encarga con maniobras de dumping y otras de fundirla y absorberla.
Y el antídoto, que sería obligar a dividirse a grandes empresas o directamente prohibir las fusiones y que las empresas crezcan hasta cierto tamaño o que empresas extranjeras multinacionales operen en el país, tiene un efecto secundario pernicioso que es la ineficiencia.
Como todo en la economía es un complejo juego de equilibrios, no podemos defender a la actividad privada sin más y aplicar los postulados del liberalismo porque la economía real no es un mercado perfecto.
«Y el antídoto, que sería obligar a dividirse a grandes empresas o directamente prohibir las fusiones y que las empresas crezcan hasta cierto tamaño o que empresas extranjeras multinacionales operen en el país, tiene un efecto secundario pernicioso que es la ineficiencia.»
Cual seria la ineficiencia resultante de que supermercados chilenos o brasileros, por ejemplo, operaran en Argentina?
Me quedó mal el fraseo, me di cuenta después de postearlo y acá no hay posibilidad de editar, quise decir que «prohibir» que las empresas extranjeras operen en el país genera ineficiencia.
Una empresa más grande por lo general siempre es más eficiente en todo sentido, es el argumento que se esgrimió para permitir la fusión multicanal-cablevisión, lo cual es un argumento válido. Y obviamente una multinacional es una empresa grande y eficiente sino no se hubiera convertido en multinacional.
El dilema es cómo aprovechar esa mayor eficiencia pero que no terminen dominando tu economía y fijándote los precios y las pautas de gobierno.
En los últimos años se han permitido fusiones que limitan la competencia, y no se ha hecho ninguna medida que aumentarla.
Eso se ha exacerbado los últimos 3 años por limitaciones a la importación de artículos de consumo y hasta de insumos. Es un camino inflacionario.
Los controles de precios van a terminar fracasando. Siempre fue así.
Y sería muy fácil si todo fuera un tema de supermercados, como sugiere el simple de Raul.
No es que ‘todo es tema de supermercados’.
Es que estoy HABLANDO SOBRE LOS SUPERMERCADOS.
Su respuesta lo muestra muchísimo más ‘simple’ que yo.
HUMANITY WON’T BE HAPPY TILL THE LAST BUREAUCRAT IS HUNG WITH THE GUTS OF THE LAST CAPITALIST.
OCCUPATION COMMITTEE OF THE PEOPLE’S FREE SORBONNE
No hay un solo ejemplo en ningun lado de inflacion generalizada y sostenida por varios anios, en cifras de doble digito, que haya sido el resultado de estrategias de cartel, o corregida por control de precios. La causa y la correccion son siempre politicas de gobierno.
Lo que pasa es que en una economía semi-cerrada con protección de la manufactura local, y grandes empresas cartelizadas sin competencia de productos extranjeros es lógico que haya inflación. Si abriéramos la importación y dejáramos de proteger manufacturas locales entonces eso bajaría automáticamente la inflación por vía de importación de productos de Asia.
En los demás países latinoamericanos como Chile, Perú o Uruguay pueden operar las mismas empresas multinacionales que en Argentina e incluso con situaciones monopólicas similares sin generar tanta inflación porque se basan en un modelo extractivista de recursos naturales para obtener dólares y con esas divisas compran todas las manufacturas industriales en el extranjero, con lo cual introducen un factor competitivo en sus economías.
Si tomáramos esas medidas en Argentina se generaría desempleo y escasez de divisas, salvo que empezáramos a explotar más nuestros recursos naturales sobretodo minería, con el consecuente prejuicio y conflicto ambiental(ista). Aún así se generaría desempleo.
A mi entender la solución es un fino equilibrio entre proteger la manufactura local y alentar ciertas importaciones que ayuden a disciplinar ciertos comportamientos de grande empresas.