Por Andrés el Viejo
El arte de gobernar, para Mauricio Macri, se reduce a la queja permanente. Cada vez que se topa con una dificultad, sólo sabe reaccionar como un nene malcriado que grita “¡Mamá, tiene nata!”
Ese ha sido el estilo constante al que hemos tenido que acostumbrarnos durante su primer año al frente del Gobierno de la Ciudad. Pero el sábado 13 de diciembre, se superó a sí mismo. Manifestó que está “harto” de que se corten las calles, refiriéndose a la marcha contra el hambre infantil del viernes. Esta es la expresión del individuo cualquiera, que no tiene otro modo que la queja de encarar una situación incómoda. Pero Macri no tiene derecho a estar “harto”, él tiene la función de resolver o, al menos, intentar resolver los problemas.
Su excusa es que no tiene policía propia. Es decir, que no tiene la posibilidad de mandar a reventar a palos a los desacatados que se atreven a salir a la calle para exponer sus reclamos. Digamos, de paso, que por lo general ese recurso termina estorbando la circulación más y por más tiempo que la propia manifestación. De manera que no sirve para aliviar el estado del tránsito sino sólo para ahogar el derecho de expresión.
Privado de ese recurso, que es su lamento permanente, Macri ni imagina que haya otra forma de asegurar, al mismo tiempo, el derecho de los manifestantes y un menor entorpecimiento del tránsito. No se le ocurre, por ejemplo, que ante una manifestación anunciada con semanas de anticipación, los calientasillas de su administración podían haberse reunido con los organizadores de la marcha, tomado nota del recorrido y de los lugares de concentración previa. Con esos datos en la mano y dos dedos de frente, los funcionarios macristas hubieran estado en condiciones de prever con antelación cómo derivar la circulación callejera con menores inconvenientes.
Pero, suponiendo en la administración del Gobierno de la Ciudad la imaginación y la inteligencia indispensables (que es mucho suponer), si hubieran hecho eso ¿cómo podrían quejarse? ¿Cómo podrían arrojar los cuestionamientos sobre los manifestantes? ¿Cómo podían los medios de comunicación omitir toda referencia a la manifestación y sus reclamos, citándola exclusivamente como un factor del “caos de tránsito”?
Dale, Mauricito, apartá la nata con la cucharita y tomá la leche.
Hoy lo vi a Macri junto a Cristina, tenia carita de gilito abanderado. Quiso improvisar un discurso político, imagínate…
Macri siempre intenta lograr cierta empatia con la gente mostrandose «indignado», «furioso» y «harto». Es un comentarista de la actualidad que dice que el tránsito está «colapsado» y emplea términos catastróficos como para que se vea que el tipo no niega los problemas. Siempre tiene a flor de labios una expresiòn de l’uomo qualunque. Hasta ahora le ha dado buenos resultados. Veremos hasta cuando.
Un abrazo
Goliardo, ¿la letra de tango no dice «gilito embanderado»?
Si la influencia directa es «¿Qué vachaché?», pero hace tiempito escribi un soneto en donde uso «gilito abanderado».
Soneto a Macri
Arrabalero que no manyás lleca
Otario galardón de “nenito bien”
Te crees más rana que matusalén
Y sos tan gil como “el jeta” Larreta.
araca con “la casita de lo viejos”
Y atenti con los discos de gardel
Te miro la cara, y los querés vender
Igual que a los adoquines sueltos.
Macri por favor escuchá un tango
Quizá “mi buenos aires querido”
Así sabés qué es ser un hermano.
Escúchame edulcorado fifito
Con carita de gilito abanderado
¡Que sos chanta y te crees bonito!
Andrés:
el tema es que lamentablemente tuvo éxito relativo en instalar la idea de que «no le dejan hacer lo que quiere». Por ahora, los reclamos no se extienden a más.
Veo un futuro con dos frentes para Macri: el de la oposición «ideológica» y la del «sentido común», la del «vecino» que empiece a reclamar por lo que dijo que iba a hacer y no hizo.
Hoy por hoy, el principal problema que se presenta en el horizonte macrista es el de la propia impericia, que hace que la oposición pueda guardarse la carta ideológica para más adelante.
En términos de «truco», hace primera con un as falso, y se guarda el 7 para después.
Un saludo
Gobierna como hizo campaña, mucho marketing. Tanto a la hora de hacer declaraciones como a la hora de hacer. El trabajo de bacheo que esta haciendo en la ciudad esta hecho de tal manera que es evidente. Se acuerdan cuando Ibarra asfaltaba en enero y febrero?
Macri no, y ademas lo hace de tal manera que ocasiona lindos embudos de transito, lo cual lo hace fastidioso, pero bueno los carteles amarillos buscan hacer de ese fastidio un fastidio deseado. Asi para hacer el bacheo los cortes de calles son exagerados y bien ruidosos, no solo av rivadavia sino tal lateral y tal otra lateral a casi la misma altura de tal manera que esas 4 cuadras colapsan.
Goliardo: Macri no puede improvisar ni para decirle Feliz Cumpleaños a alguien. Necesita que Drán Barba se lo escriba.
Néstor: Efectivamente, el truco del tipo consiste en mimetizarse con el típico exponente de clase media porteña. Uomo qualunque en toda su extensión.
Mariano: Pienso como usted. Jugar el rol de cacique Lloriqueo puede dar réditos por un tiempo, pero finalmente la ausencia de soluciones (o apariencia de ellas, que a veces resulta un sucedáneo funcional) termina por hartar y es entonces cuando el agua empieza a superar la línea base de la nariz.
Julio: El marketing es como la sopa. A uno le gusta, pero sopa todos los días en el almuerzo y la cena cansan.
Saludos