(Mariano Fraschini, Nicolás Tereschuk y Abelardo Vitale, decimos)
Las elecciones nacionales dejaron un gusto amargo a quienes considerábamos mejor para el país un triunfo del Frente para la Victoria en primera vuelta. A los intrépidos que intentan cada tanto avizorar el futuro en comportamientos humanos, en general también les/nos ha tocado el momento de los sinsabores.
Ahora viene, por primera vez desde que se instauró en 1994, la segunda vuelta. Sí, esta vez será real, habrá finalmente competencia.
Se puede decir, sin martillarse los dedos, como dijo alguna vez Néstor Kirchner, que:
- Scioli se impuso una vez más pero perdió terreno desde las PASO (1,6 puntos porcentuales). Tuvo caídas pronunciadas en la proporción de votos en provincias como Chubut, Salta, Tucumán, La Rioja y San Juan. Menos pero muy pesados los 2,4 puntos de caída en la provincia de Buenos Aires. Se impuso una vez más en la mayoría de las provincias y en la mayoría de los municipios del Gran Buenos Aires. Pero con un porcentaje menor que en las primarias.
- Es tan cierto que el FpV ganó “matemáticamente” las elecciones de ayer como que fue derrotado políticamente por Cambiemos. Es fácil de entender esta diferencia viendo quién festeja y quién no, quién se ilusiona de cara al futuro y quien lo ve con más nubarrones. Pretender ignorar esto es un error, porque asumirlo es el primer paso para evitar que se repita.
- Insistimos, porque lo sospechamos necesario: el FpV en su conjunto perdió políticamente ayer. Y cuando decimos en su conjunto decimos el PJ, los gobernadores, los intendentes, el kirchnerismo, el cristinismo, La Cámpora, el sciolismo y todos los que forman parte, militan y simpatizan con el FpV. Ayer perdimos. Vuelta de página.
- El ritmo de la jornada lo marcó la zona central del país, donde Macri sumó triunfos en tres provincias con respecto a las primarias: Córdoba (ganó por más del 50%, superior a la Capital que tocó la mayoría absoluta), Santa Fe (aunque perdió a senadores) y Entre Ríos (aunque cayó derrotado en la categoría gobernador, con lo que no sólo en PBA hubo corte de boleta), añadidos a las ratificaciones en Mendoza y Capital. La mancha amarilla en casi todo el interior bonaerense y en algo de La Pampa es parte fundamental de ese panorama.
- La victoria de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, motorizada por lo que aparecen como dos puntos de corte al interior del oficialismo y cinco por fuera, en un hecho inédito desde 1983 y es parte fundamental del golpe anímico para el oficialismo. Es cierto que se fogoneó en cuanto medio opositor existe, pero la gimnasia del corte de boleta, aunque en menores proporciones, existe desde la restauraciòn democrática en 1983 (Armendariz sacó más votos que Alfonsìn, ojo)
- La mayor concurrencia a votar benefició más a Macri, la merma del voto en blanco benefició más a Macri, la caída de los votos de Progresistas y Compromiso Federal fue más capitalizada por Macri. Massa bancó la parada, sólo le absorbieron los votos en la categoría gobernador e intendentes la fuerza oriunda de la Ciudad de Buenos Aires.
- El Gran Buenos Aires: vuelve a haber intendentes radicales-radicales (leemos que más bien por allá, en Berisso, Brandsen, Luján, Magdalena, San Vicente y Suipacha), el PRO suma y mucho en distritos de hasta ayer colores peronistas y progresistas con más de una década en el gobierno (Lanús, Pilar, Morón, Tres de Febrero y Quilmes los más resonantes). Lo que se insinuaba en el 2011, con la victoria de el primo Macri sobre el “Japonés” García en Vicente López, se ratificó por estas horas.
- Mauricio Macri lidera a los “huérfanos de la política de partidos” que dejó el 2001 hacia una aventura que va tomando forma con relato y “épica”, necesaria para toda política de cierta envergadura. Su fuerza sumará a la Ciudad de Buenos Aires la gestión en la provincia de Buenos Aires y, puede ser, de la Nación. Nunca un partido del presidente ganó nacionalmente con tantas pocas provincias a favor, ni tan escueta representación parlamentaria. Todo es posible.
- ¿Qué le dice a toda la Argentina la zona central del país que pinta el territorio con el color de la boleta de Macri? ¿Qué es lo que le está planteando, qué quiere, qué necesita? ¿Qué sueña? ¿Quiere más orden? ¿Quiere más progreso? ¿Quiere orden & progreso? ¿Le parece bien que haya políticas redistributivas o no? ¿El partido que obtiene un 70 por ciento de los votos en Recoleta, más o menos va desde allí hacia la periferia como “reforma intelectual y moral”? Si es así penetra y vaya que lo hace. ¿Esa “pobreza cero” de la que habla piensa al tiempo de qué manera? ¿Y al espacio en el que se dirime la desigualdad de qué manera?
- ¿Ha habido demasiado conflicto en estos años? ¿Demasiada incertidumbre? ¿Demasiada intervención e intervencionismo? ¿Qué se huele ahora en las praderas, en las sierras, en las montañas de esta zona central? ¿Un país “normal” que cómo es?
- El Frente para la Victoria designó como candidato a presidente uno de los dirigentes que más habla el idioma de la zona central. Uno que dijo que va a “garantizar la rentabilidad”, que en política no es cualquier cosa. ¿Un partido, si el “grupo focal”, te pide que seas igual el otro partido para ganar, debería ser igual que el otro partido? ¿Podría ser igual que el otro partido? ¿Se gana a su vez siendo demasiado diferente a lo que el grupo focal te pide?. Preguntas nomás. Abrimos, no cerramos.
- En ese contexto, nos preguntamos, ¿logra entonces Cambiemos unir y empujar más al no peronismo que lo que se ha unido y podido empujar el peronismo? ¿Ese 60 por ciento de votos que va a candidatos que se reivindican peronistas no muestra una división demasiado estridente, comparado con los pedacitos menores del electorado no peronista que escapan a la “ola amarilla” de Cambiemos?. ¿Se trató de una elección diametralmente opuesta a la del 2011 donde la oposición se dividió a pleno y el oficialismo no?
- ¿Es que resultó finalmente más atractivo el clivaje kirchnerismo/antikirchnerismo que el de cambio/continuidad? ¿Debe responder Scioli, entonces, intentando suplantar aquel con el de peronismo/antiperonismo?. Reiteramos: ¿Es este ùltimo clivaje el que le puede dar a Scioli la seguridad del triunfo? ¿Volvemos al 45?
- Si esa división de los pan-peronistas complica las posibilidades de esa familia, cuando hay división entre los integrantes del Frente para la Victoria, las complicaciones hacen más ruido, son más despatarradas y más históricas, como en la provincia de Buenos Aires.
- Segunda vuelta: se dice que es “una elección aparte” y lo es. Es un mano a mano. Ahora no hay arrastres, no hay cortes, sólo dos contendientes al que les sacarán el banquito en breve. El frente UNA mejoró su desempeño levemente de las primarias a las generales. Hay un votante que se levantó dos domingos para respaldar a ese frente. Resulta que no parece gustarle el Frente para la Victoria pero, por alguna razón, tampoco se inclina por Macri. Hay “pistas”, sí. En una provincia como Córdoba, donde UNA cae unos 18 puntos con respecto a las PASO, Cambiemos subió unos 18 puntos, mientras que el FPV -que también aumentó sus proporciones- lo hizo sólo en poco menos de cinco puntos ¿Serán los techos electorales de ambas fuerzas?
- Decíamos en un post reciente que hay “antis” que desconfían muchísimo del FPV (¿y de Scioli?) y también parece haber “antis” que desconfían muchísimo de Macri. Mauricio parece haber “ablandado la milanesa” a fuerza de apariciones en los medios, espiritualidad, y una nueva familia y tocar y tocar y tocar a la gente y sonreír y zapatillas de suela blanca y perritos y tortitas. Hoy parece que le alcanzaría. Falta esta nueva campaña.
- ¿Qué se votó ayer desde esta zona central del país? ¿Que gane Macri? ¿Que haya segunda vuelta? Daría la sensación que la sociedad votó por la segunda vuelta. En esta nueva elección ¿votará con la misma estrategia electoral?
- ¿”La gente” -alguna “gente”, bastante “gente”- lo ve más fácil que los sobreanalizados y sobreanalizadores? ¿Les gustan Cristina y Macri y Scioli y Massa? ¿Quizás en ese orden? ¿En algún otro? ¿Sin muchas más vueltas?
- ¿Vuelven las elites “técnicas” de “los que saben”? ¿De los formados para mandar?
- ¿Comienza verdaderamente el “giro a la derecha” que la región amagó con la derrota de la Concertación chilena en 2010 y con el golpe legislativo contra Fernando Lugo en 2012? ¿El giro ya comenzó en Brasil desde el propio universo oficialista?
- En cuatro semanas se jugará el último partido del Campeonato que comenzó a principios de año. En Salta, aquella vez se impuso el FPV. ¿Qué pasará el 22N? ¿Se cerrará el círculo como empezó?. Todo se abrió de una forma en la cual la incertidumbre es la que prima. Hagan sus apuestas. Mientras tanto, estos escribas, que están en desacuerdo entre ellos acerca de “qué hacer”, acaban de consensuar para escribir esas diferencias juntos. Así que algo ya ganamos.
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