Yo le daría una desempolvada y una vuelta de tuerca al Jauretche puro, el de las zonceras, el del medio pelo. Yo diría.
– “El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen”. Pero, atención. No invirtamos el orden de los factores, que te altera el producto. Los pueblos se entristecen porque, primero, pierden. Entonces: la alegría en la disputa política es un condimento más, el plato es más rico si viene con alegría. Pero la verdad verdadera es que yo prefiero pelear con cara de emo y ganar, a que me pasmanicen sintiendo alegría. Cosas grandes se pueden hacer con tristeza, porque al final, si lo hiciste, vas a poder sonreir. No quiero perder más, aunque sea con toda la alegría del mundo.
– “Es frecuente el error de oponer la política realista a la política idealista”. Lo que hay que desechar, en todo caso, son ambos extremos, y considerar que -tal vez- ambas son características necesarias para transformar una situación concreta: la política sin ideales es una técnica que debe dominarse, también, porque con los ideales solos no se come, ni se cura, ni se educa.
– Hay que leer a Sarmiento de nuevo: fijate que la tapa dice «Civilización Y barbarie». «Y». O sea: que somos esas dos cosas, dice Sarmiento (que a él, es cierto, quizás le gustaría que no, pero que es así, y que Sarmiento se hace cargo de la discusión por el «haber», y que Alberdi haga todo el «debe», que queda muy lindo, sí, pero…). Renegar de una y bendecir la otra, es políticamente pavote. Endilgarle a un sector social una de esas dos cualidades, es simplista. El problema teórico del populismo (que es un problema real cuando sale de las puertas de la universidad): creer que un sector está definido por una identidad y no atravesada por muchas.
– “La economía moderna es dirigida”, pero si la dirige el Estado, los poderes económicos siguen existiendo y juegan el partido. Así que la cosa no es tan binaria: la autonomía enraizada de Evans es una buena forma de pensar ese «con el Estado y en el mercado». Si la burguesía nacional no existe, habrá que inventarla. Pero esa invención no es a cualquier costo: si subsidiás y apoyás con el Estado un sector de la economía, y ese sector de la economía se pasa de vivillo y finalmente el que paga los costos de producción es el Estado, ¿para qué sirve el intermediario, más que para distribuir la guita de los subsidios y llevarse renta como si la hubiera producido? Hay que definir qué número de empujones le das a esa burguesía nacional, en cuánto te parás y te das cuenta que lo estás hamacando en vez de construyéndolo. En el momento en que “capitalismo de amigos” se convierte en un oxímoron (o sea, cuando el capitalista deja de serlo para ser rentista en vez de productor de riqueza), hay que tomar una decisión por el capitalismo de Estado. (Véase “La parábola de los talentos”).
– “Lo que nosotros considerábamos falsificación de la historia”… es una interpretación de la historia tan política como la nuestra. La falsificación de la historia es un concepto que habría que zamparle solamente a aquél que niega un hecho científicamente comprobado. La interpretación de la Historia, en cambio, es parte de una disputa política por el presente y tal vez por el futuro. Negar otras interpretaciones es suponer que existe una verdadera historia, y que hay tipos malintencionados que no la quieren oir, los muy degenerados. Y la verdad es que oir, se oye casi todo: el problema es si la contás tan bien como para convencer.
– “Hasta que un día el paisano acabe con este infierno, y haciendo suyo el gobierno, con solo esta ley se rija”: ¿o es pa´ todos la cobija, o es pa´ todos el invierno? Yo no sé si moralmente está bien o mal pedirle al que tiene cobija que pase frío. Sé, en cambio, que es políticamente inviable; luego, no me importa. Así que a lo sumo, convencé al que tiene cobija que te ayude a poner una fábrica de cobijas para todos los que faltan. El igualitarismo que, al menos, yo quiero, es el posible: el que apunta para arriba. Capaz el otro es más altruista. Pero es, también, el más inviable. Quizás creo que la igualdad es menos un voluntarismo que una serie de políticas públicas.
– No somos “ni vivos”, ni “giles avivados”. Hacemos lo que hacemos, siempre, con la sospecha de que podemos estar equivocados. La soberbia del iluminado por la razón es anti-política jacobina.
Foto.
Siempre me pareció poco feliz el titulo actualizacion DOCTRINARIA para la CONSERVACION DEL PODER.
. Despues el contenido no es tan malo, pero el titulo… mamita. Otra que Mi Lucha.
Eso de que «Los pueblos deprimidos no vencen» por otra parte, es brillante. Clarín y La Nacion no hacen otra cosa que desmoralizar, si me disculpan lo que ya a esta altura es una perogrullada.
… por eso no estoy tan de acuerdo con lo que planteás. La alegria no es un condimento, es un movilizador, es esperanza, sin esperanza no hay capacidad de victoria. Por eso tus enemigos quieren desmoralizarte.
Me gusto sin embargo lo de no «amacar» a la burguesía nacional, lo que por ejemplo se traduciria en no estatizar las deudas privadas, nunca más.
Tomás:
¿Cristina, habrá leído realmente a Jauretche, según ella siempre lo afirma?
Y si lo leyó, cómo explica a Cristóbal López, Lázaro Baez, Rudy Igor Ulloa, y tantos otros prendidos a los negocios con el Estado.-
Y si los kirchneristas creen que ellos constituyen la burguesía, evidentemente que don Arturo tenía razón la «zonza preñada» ha tenido una numerosa cría.-
Saludos.-
Me cito a mi mismo, es de un posteo que acabo de sacar y lo hago por que me parece que entendés esto como una lucha hacia la despaaricion del capital y en realidad se «combate al capital» que no se somete a repartir la torta, hasta que se someta a este designio. Esto tampoco quiere decir que sea todo capital estatal o capital privado, sino tambien cooperativo, mixto, sindical etc. Ahi va la cita:
«Como algunos compañeros andan preguntándose por ahi si «los peronistas somos boludos» que dejamos que otros nos intrerpreten y como suscribo a la idea de que lo nuestro debe ser un «SOCIALISMO DE TERCERA POSICIÓN» es que empecé a buscar aquellos puntos concretos que definián allá por el lejano 1973 esta idea original del tano Salvador Ferla que entre otras cosas nos sitúa lejos de las ofertas academicas foráneas y permite -entre otras cosas- una fotito como la de Perón-Framini- Cooke y Vandor todos juntitos.
«La Argentina del Proyecto Nacional de 1973 pasó en un tiempito y en términos concretos de la patria del acuerdo productivo a la patria sindical. En esto hay dos cosas que molestan:
1) la aparición de los capitales nacionales insolentes que generalmente están proclives a conceder para quedarse con los negocios.
y la otra
2) es la posibilidad cierta de resignar ganancias y simbólicamente poder, cuestión que -sorprendenemente- solidariza a los sectores medios con los altos. Esto de la participacion en las ganancias empresariales -seguramente- despertará las viejas acusaciones de dictadura-sindical y sovietización.»
Va a haber necesariamente tipos prendidos a los negocios del estado, los hubo siempre, asi como los demas estan prendidos a los negocios privados. La transparencia economica entendida como que gane el «mejor» no sirve, es una cantinela que solo sirve a determinados capitales (generalmente a los europeos, asi como la «eficiencia» sirve para que nuestros negocios queden en manos yanquis).
En definitiva para mi Daio, estos capitales dque a vos te repugnan y que otros llaman «capitalismo de amigos» que es producto de la politología yanqui (casi un invento de los polítologois de la «Embajada») son una llave, eso si hay que seguir de cerca esto por que podría servir para que unos vivillos se apoderen de negocios y luego se incorporen a lo que podemos llamar «Stabñlishmente», pero no importa el «amiguismo» en economia lo que importan son los fines, los fines, si le sirven al pais o a un grupo.
«…pero no importa el “amiguismo” en economía lo que importan son los fines, los fines, si le sirven al pais o a un grupo.»
Yo particularmente pienso que eso de que: «le sirven al país» es un «grupo».- Desde el 2004 y hasta el 2009 el gobierno manejó, entre otras cosas, Cien mil millones de pesos por fuera del presupuesto, de los que no se rindieron cuentas, ¿quienes los tienen?.
Pero vos tenes razón: siempre fue así, y el grupo Graiver es uno de los tantos ejemplos, por citar a uno de actualidad.
Ya María Seoane lo había explicado y justificado cuando, en la biografía de Gelbard, narra los negocios de la pomposa «burguesía nacional» al referirse a la tercera presidencia de Perón: entendiendo que la batalla por las licitaciones en los negocios de reequipamiento y modernización de las empresas públicas reeditará las formas más ásperas del estado contratista de los anteriores gobiernos peronistas con una lista de hijos y entenados en esos negocios,pero “Aún así hubo diferencias notables entre este proceso y el que se desarrollará a partir de 1976: eran los intereses del Estado, en función de un proyecto político que debía contar con el veredicto de las urnas, los que definían la tónica de los negocios y no los negocios privados los que definían la tónica de los intereses del Estado.-”
Hay una gran asociación ilícita que controla y administra el Estado, con instituciones que tienen como misión fundamental favorecer el desarrollo de extraordinarias ganancias, ganancias que por su propia naturaleza van en contra de los intereses generales de la sociedad pero que, a la vez, necesitan ser legitimadas por ella misma a través del consenso, por lo menos pasivo, que le otorga la participación en procesos electorales periódicos organizados por los grandes partidos tradicionales. Cada cual pone lo suyo y, en función de ello, se define el reparto de los réditos obtenidos. Siempre fue así, pero ¿no es que ahora hay un modelo de cambio?.
Daio nunca te preguntaste por que se escribe tanto de los negocios de los gobiernos peronistas y todos los demas son carmelitas descalzas, como hicieron plata los que hicieron plata en Argentina, USA, Francia, etc.
David Niven en una pelicula (era Sir) hacía de lo que era, un noble y cuando un tipo se dió cuenta le empezó a llamar Sir y tomó distancia y guardó temos reverencial, el personaje de Niven le dice: «No se haga problema, eso solo indica que mi familia empezó a robar antes que las demas».
Es decir si quieren investigar empiecen a diversificar, che, ya aburren.
No me interesa como hacen la plata en Tailandia.
«Después de todo había una dato que era indiscutible, los funcionarios públicos dejaban bastante que desear, la corrupción fue una realidad que nosotros debimos atacar antes que nada, para después sí llenarnos la boca contra nuestros detractores.»
JDPerón
justo lo leía ayer
Muy bueno Tomás, y con muchas puntas para comentar y debatir, un par de observaciones para ver hasta dónde se pueden profundizar algunos de los temas que exponés.
En el tema de los ejes alegría/tristeza y victoria/derrota, es cierto que los pueblos se entristecen porque primero pierden, lo que no es tan claro es que significa perder, ya que no siempre es lo mismo. A veces perder es que el proyecto popular sea derrotado por un proyecto de derecha, no popular, o como quiera uno llamarle. Otras veces perder es que el proyecto que parecía popular, deje de serlo. Esto va en relación a no exagerar un posibilismo, de alguna manera esto lo tratás en el punto siguiente, al hablar de realismo e idealismo como necesarios ambos. En ese sentido el idealismo y la alegría seguro son necesarios ambos (en alguna medida) para que ganar sea ganar, y no solo hacer que pierda el otro.
El tema de la «verdad» en la interpretación histórica es realmente complicado. La interpretación del adversario es tan política como la nuestra, pero, ¿es tan válida como la nuestra? Obviamente a priori sí, ya que la situación es simétrcia vista del lado de él. Pero sin una cierta creencia en que del lado de uno está la razón, casi no se puede discutir. Naturalmente al otro le pasa lo mismo, el tema es que cada uno, para convencer (que es lo que muy acertadamente pedís), necesita estar muy convencido, y ese estar muy convencido a veces suena parecido a la descalificación del otro político. Por eso es un tema con una dialéctica muy complicada y un equilibrio delicado entre: no negar al otro, para no espantar «moderados» y afirmar profundamente lo propio porque esa es una de las características mas seductoras a todo nivel.
Una vez más, muy buen post.
Tomás, ¿como conjugamos alegría con mantener una sociedad en vilo durante mucho tiempo haciéndolos rehenes de la confrontación como método?
Omix:
Con relación a la entrada de las 10.13 del 19.
El tema es muy simple: ¿aceptamos la corrupción o la rechazamos? La respuesta debe valer para cualquier clase de gobierno. Si ahora estamos en una administración peronista corrupta, mala suerte. Ya llenaron bastante con el tema de la banelco en su momento.-
la alegria creo que surge cuando la gente tiene satisfechas sus expectativas.Por eso es fundamental el manejo economico de la situacion.Pero ademas es una cuestion cultural,de relacion de conducta con el entorno,depemde de tradiciones y hasta del clima.Las tristezas y nostalgias surgen de los sufrimientos y de los recuerdos que se derivan.Pensemos en nuestra historia y analicemos.Somos mas bien rehenes de ese pasado,y solo la continuidad en la satisfaccion de las necesidades mayoritarias puede llegar a permitir la liberacion.
Es cierto lo que dijo Jauretche ,y vemos que la accion permanente de los medios de comunicacion que defienden intereses conservadores hoy estan dedicados a asustarnos y deprimirnos.Tambien,que desde el comienzo de nuestra historia nuestra» burguesia nacional»ha sido poco nacionalista y ha privilegiado sus intereses,aun aliandose con lo foraneo,lo que podra ser una»ley»economica,pero que solo puede ser»corregida»por la accion estatal que tenga una politica atenta a lo popular mayoritario.
La alegría y la tristeza nacen de pelear o no pelear, no de ganar o perder. Los pibes de las secundarias son alegres porque están peleando, no porque hayan ganado o porque tengan garantizada desde el vamos la victoria. No hay un estado permanente de la sosciedades como la Argentina donde se pueda decir: «bueno, definitivamente, éstos ganaron, éstos perdieron». Esa frase es propaganda. De ahí que lo que se llama «confrontación permanente», peyorativamente, como si fuera apenas una táctica espuria del oficialismo, esd, en sí mismo, la normalidad democrática. Si la sociedad democrática es abierta, eso significa que no hay un proyecto único que haya que cumplir por etapas, sino que los proyectos de sociedad son varios, por lo menos más de uno, y aun más, los actores no pueden definirlo con la limpidez de una teoría científica. Así, la puja entre proyectos y la dilucidación de cada proyecto en el tiempo generan un escenaro de conflicto permanente. Para paz social, vayamos a la Chacarita.
Lo que dice Maia es una verdad a medias (tal vez hasta a cuartos).
Asumamos que sociedad = puja entre proyectos (lo asumo por vía de hipótesis y porque no quiero introducir el tema del consenso).
Pero, que sociedad = puja de proyectos, no implica que
puja de proyectos = confrontación permanente (y no me refiero aqui, lo descarte antes por metodología, que la solución sea el consenso).
Menos aún implica que confrontación permanente = alegría.
Me parece que esta hilación de Maia es una idea válida como postulado, pero no como verdad científica (ni siquiera social).
La democracia puede asumir como un hecho la existencia de proyectos diferentes, esto es así, pero es función del juego democrático no alentar la confrontación sino justamente manejar este conflicto y resolverlo.
Resolver el conflicto puede querer decir una solución apenas temporal : durante este tiempo, la mayoría apoya ESTE proyecto, por lo que los demás proyectos deben esperar ACTIVAMENTE su turno de imponerlo, pero no voltear este proyecto que hoy la sociedad asume como mayoritario.
Gobernar el conflicto es una cosa, alentarlo como sistema de vida es otra muy distinta.
¿Está mal si digo que Jauretche me parece un hacedor de frases pelotudas y mal hechas?
Ups, lo dije.
Francisco,
Que poder de conceptualizacion !!!
Así soy yo. Simple, no muy profundo y sin matices… un poco como Jauretche.
Don Arturo era muy profundo; por el resto acuerdo en las semejanzas
Francisco, uno puede decir lo que quiera y de la forma que mas le guste. Nadie esta exento de decir una estupidez. Así que métale y buen provecho
Jauretche tiene interesantes perspectivas. Sospecho que sería crítico del gobierno actual, más por su condición de intelectual que por otra cosa. Son puras especulaciones sin sentido de todas maneras las mías.
Por otra parte, el capitalismo de amigos es una construcción absolutamente real cuyos actores cambian a través de los años. Mientras hay guita y poder, se hacen negocios y todos son amigos. Salen unos, entran otros. A mí particularmente me rompen las pelotas las contradicciones, y el caso Moyano es ejemplar: tener 5000 hectáreas de campo sojero a pleno entre Casares y Balcarce para mí es inadmisible siendo quien dice ser y haciendo lo que dice hacer. O la estructura feudal que de a poco va imponiendo de la mano de sus hijos. No sé, si después el discurso es A o B, no me importa demasiado. Soy de los que juzgan a la gente por lo que hacen y no sólo por lo que dicen.
Si es cierto eso de: «A mí particularmente me rompen las pelotas las contradicciones», seguramente en la política (y casi te diría en la vida en general) vas de un dolor de cabeza a otro. Es imposible encontrar proyectos puros en donde todo encaja con todo, sin contradicciones. A veces 3 o 4 amigos o una familia, se encuentran con dificultades para ponerse de acuerdo en cosas mínimas, ¿te das una idea de lo que es hacer avanzar un proyecto político en donde necesitás poner de acuerdo a miles de personas y hacer que te voten millones?
Hacer eso sin contradicciones en el medio suena a Disney.
No es «lo que dice Moyano», eh.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1305894
Seguro, pero estoy hablando de contradicciones gruesas que involucran hechos y maniobras reales, y no sobre contradicciones meramente discursivas.
En ningún momento dije que quisiera que encaje todo, siempre existen escollos y contradicciones. Puse un caso que me pareció lo suficientemente grave para ilustrar el tipo de comportamientos que joden.
Digo, después salen a matar (metáfora!) a muchos por contradicciones menores.
No sé. Te pregunto: ¿A vos te parece correcta, o mejor dicho, aceptable, la contradicción que marqué en el primer comentario?
Joy, la verdad es que no sé si Moyano tiene esos campos, pero demos por válido que sí. Te contesto, a mi me parece aceptable (esa es la palabra justamente, no correcta, ni ideal, claro) esa contradicción.
¿Por qué? Porque la contradicción entra más bien en el terreno de lo que choca entre la vida personal y la vida política. Si cuando fue la 125 (por poner un ejemplo) él se hubiera puesto del lado contrario para defender la rentabilidad de sus campos, entonces la contradicción sería mucho más grave, lo que sucedió con Urquía, por ejemplo. Pero mientras la contradicción no lo lleva a apoyar políticas antipopulares, me parece aceptable. Moyano en los 90 estuvo contra Menem, ahora defiende proyectos populares (como la nota que linkea Tomás), entonces que tenga plata y campos, no me parece una contradicción tan grave. Seguramente no hay una regla, ni un «contradicciómetro», para medir cuáles son aceptables y cuáles no, pero creo que cualquier proyecto mayoritario tiene que aceptar la mayor parte de las cosas que lo ayudan a seguir una determinada dirección, que es la que se propone.
Gracias por la respuesa sin evasivas. No comparto tu punto de vista pero me parece bueno que se hable con claridad.
Perfectamente bien dicho lo de Sergio
Como me cansa el honestismo
Para los cansados, Felipe y Sergio y demás kirchneristas:
Les recuerdo un artículo de la Constitución Nacional, que nadie conoce, ni siquiera los jueces:
Art. 36 párrafo 5to:
«Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos».-
La corrupción chicos, atenta contra la democracia, no es moco de pavo. No hay que hacerse los distraídos.-
cambiando de tema, suponiendo que nestor es el favorito. Es la primera vez en esta continuidad democratica, que clarin llega a una eleccion sin candidato favorito, y que un candidato favorito se presenta sin clarin bancandolo. ¿que pasara?
Estimado Tomas.
Me parece muy atendible tu articulo, aunque no puedo, como «idealista», coincidir con tu frase «la política sin ideales es una técnica que debe dominarse, también, porque con los ideales solos no se come, ni se cura, ni se educa.» Me pregunto si es podible, si es viable o tan siquiera practicable, una politica sin ideales. Quiero entender que por ideales te referis a la doctrina que da sustento a uina actividad politica sostenida en el tiempo… Y si es asi, ningun acto social está excento de ideales, ya que el mero deseo de permanencia y el planteo de como hacer para conseguirla, ya configura un ideal. Quizas no el mas elevado, pero ideal al fin.
En otro orden coincido con la frase «“Lo que nosotros considerábamos falsificación de la historia”… es una interpretación de la historia tan política como la nuestra.», pero quisiera dejar aclarado que una cosa es «interpretar» la historia y otra muy disitinta es «reescribirla». Me remito a los retoques a los anexos del informe «Nunca Mas», en el que se incluyeron mas de quinientos nombres que no deberían estar ahí…
Te aviso que por lo que entendi el autor no dice que exista una politica sin ideales. Todo lo contrario. Te dice que hay dos puntos en la linea y que si atendes a uno entonces no captas la dimension de la cosa.
Me parece que la sitensís de lo que plantean esas líneas se corresponden con otras de Jauretche, los movimientos populares deben ser como las palmeras, con la copa en el aire y las raices en el barro.
al que escribio este articulo lo felicito por la frase que dice:
«la politica sin ideales es una TECNICA que debe dominarse».
GENIAL.
Me permito hacerle una aclaracion al autor del articulo donde cita a jauretche con el tema de la cobija.
Para entenderlo le copio un fragmento de la entrevista de pino a peron: «El hombre podrá independizarse, solamente, en una comunidad organizada. Donde cada uno haga lo suyo, realizándose dentro de la comunidad que también se realiza. Ya que es muy difícil que un hombre pueda realizarse en una comunidad que no se realiza. La comunidad organizada tiende hacia ese fin, y por eso nosotros a nuestro proceso ideológico anunciado, lo hemos llamado la COMUNIDAD ORGANIZADA. Porque es la comunidad organizada, precisamente, aquella donde el hombre puede realizarse mientras se realizan todos los hombres de esa comunidad en conjunto».
saludos.
Muy buen post! Sin ánimos de alabanza, me animo a decir que sos el mejor analista político que anda dando vueltas por la blogosféra nac&pop. No suelo comentar en los blogs, aunque estos constituyan una lectura diaria para mi, pero me parecía que merecés este minusculo reconocimiento.
Quiero creer que estás asesorando a alguno de nuestros diputados o senadores, sino espero que así sea dentro de no mucho tiempo.
Saludos y felicitaciones.
P.D. «toda solución es temporaria y provisional, una especie de postergación de una imposibilidad fundamental» de quién es esa frase?
La nota es buena.
Una democracia de consenso, como la europea o la menmista, es la muerte de la democracia como institución imaginaria de la sociedad y la subordinación de toda creatividad social al economicismo más craso. Me permito desecharla como vías deseable. es difícil que en Argentina se marche hacia una administración «institucional» del conflicto mientras haya un sector del peronismo que mantenga alguna reserva frente al alud del capital. Por otra parte, no veo por qué hay tanta gente preocupada por la confrontación permanente. Esta afecta la vida concreta de las mayorías mucho menos que las reformas de Cavallo llevadas a cabo en medio de una unanimidad envidiable.
Como dije, ponele que te acompaño en desechar el consenso como vía deseable. No sé si hay tanta gente preocupada por la confrontación permanente como un hecho, en lo personal yo estoy preocpuado con la confrontación permanente como una teoría del poder.
Repito lo que dije, negar la existencia del conflicto sería estúpido, alentar el conflicto es suicida, intentar administrarlo, con todos los inconvenientes que sin duda hay, es lo correcto como futuro social.
Comparto la vocación por desempolvar textos, y quiero en este foro hacer mi humilde aporte. Los fuertes debates entorno a la ley de medios me han eyectado a lecturas compulsivas. Leo cosas directamente relacionadas con la temática (libros sobre comunicación social, periodismo, soportes tecnológicos, etc.), pero también rastreo en otras producciones no vinculadas directamente con las cuestiones que ocupan mi atención; y es en estas redacciones donde suelo dar con las más grandes sorpresas. A medida que voy incorporando lecturas, lo primero que detecto es que numerosas discusiones actuales se posan sobre un total desconocimiento de capas sedimentadas de certezas ya encontradas mucho tiempo atrás. Quiero decir: el pasado nos ofrece reflexiones consumadas, evidencias que, sin embargo, hace tiempo se encuentran sepultadas en los nichos más recónditos de nuestra cultura. Las primeras reflexiones que puedo citar anidan en el origen mismo de la Argentina y su periodismo. Mariano Moreno, figura central y cara a nuestra historia, el denominado «padre» de la prensa vernácula, escribe en su Plan de operaciones: «Los pueblos nunca saben, ni ven, sino lo que se les enseña y muestra, ni oyen más que lo que se les dice». Esta concepción de la sociedad como una masa fuertemente expuesta a ser influenciada por la recepción de mensajes externos (seamos más prudentes que Moreno), se refrenda en la praxis política de la Junta: el 7 de junio de 1810, a menos de dos semanas de la revolución del 25 de mayo, acto fundacional del país, aparece la Gazeta de Buenos Aires, diario creado y redactado por quien ya podrán adivinar. Sí, claro, por el propio Moreno.
Pego un salto, pasan las guerras independentistas y las batallas anárquicas del 20. Llega Rosas, y con él un orden impuesto a fuerza y astucia. Porque Rosas es eso que Sarmiento genialmente describe en Facundo: una extraña mezcla de civilización y barbarie. Rosas es violencia, sangre, pero también es sistema, cálculo, estrategia, cualidades que llevarán a Borges, varias décadas después, a definirlo como «la recóndita araña de Palermo». Son los tiempos de la divisa punzó, tiempos de injurias y calumnias cruzadas. A Rosas lo atacan los liberales que escriben desde el exilio: Alberdi y Sarmiento disparan las municiones más pesadas que los federales deben soportar. Pero Rosas tiene un escriba propio, un filósofo venido de Italia, el «junta papeles» de Pedro de Angelis, que escribe y no para de escribir. Es un ratón de biblioteca, su vida está abocada a leer, pensar y escribir, todo al servicio de la causa federal que el Restaurador encarna. No es difícil imaginar el sofocamiento de este pobre hombre, obligado a hacer frente a plumas como las de Alberdi y Sarmiento. Pero lo hace, y a veces lo hace muy bien. Pedro de Angelis, conocedor de la dinámica del poder, habitué de pasillos y escritorios, advierte algo en las elaboraciones intelectuales de los adversarios. Escribe: «Cuando el espíritu de partido se empeña en desfigurar todos los objetos, en minar todas las reputaciones, y, semejante a la vara de Tarquino, dirigir sus golpes contra los caracteres más eminentes, importa muchísimo trastornar tan culpables maquinaciones, y probar que no es tan fácil denigrar a los que se hicieron acreedores a la estimación general». Dos conceptos fundamentales: «desfigurar los objetos» y «minar las reputaciones», he aquí el poder de la pluma al servicio de determinadas causas políticas. Y la empresa de De Angelis es reconocida como ardua: «[…] probar que no es tan fácil denigrar a los que se hicieron acreedores a la estimación general».
Con el avance de la segunda revolución industrial, la prensa adquiere un poder desconocido. Alberdi da cuenta del fenómeno: «La opinión del mundo ha dejado de ser un nombre y se ha vuelto un hecho posible y práctico desde que la prensa, la tribuna, la electricidad y el vapor, se han encargado de recoger los votos del mundo entero sobre todos los debates que lo afectan […], facilitando su escrutinio imparcial y libre, y dándolo a conocer por las mil trompetas de la prensa libre» (El crimen de la Guerra, Buenos Aires, Claridad, 2009, p. 39). «Mil trompetas» dice Alberdi para dar cuenta del poder de la prensa bajo los efectos novedosos de la electricidad y el vapor. ¿Qué diría hoy del poder de la prensa en un contexto de ondas hertzianas, fibra óptica y señal satelital?
Ya en el siglo XX, el cándido optimismo de Alberdi se ensombrece, y Borges manifiesta su preocupación: «Let the People Think es el título de una selección de los ensayos de Bertrand Russell. […] Russell […] dispensa consejos de universalidad. En el tercer artículo […] propone que las escuelas primarias enseñen el arte de leer con incredulidad los periódicos. Entiendo que esa disciplina socrática no sería inútil. De las personas que conozco, muy pocas la deletrean siquiera. Se dejan embaucar por artificios tipográficos o sintácticos; piensan que un hecho ha acontecido porque está impreso en grandes letras negras; confunden la verdad con el cuerpo doce…» (Otras inquisiciones, Buenos Aires, Emecé, 2005, pp. 155-156).
Desde la vereda de enfrene, dando cuenta del poder de las corporaciones británicas en el país, Raúl Scalabrini Ortiz también se preocupa: «La prensa […] es actualmente el arma más eficaz de la dominación británica. Es un arma traidora como el estilete, que hiere sin dejar huella. Un libro es siempre un testigo de lo que afirma. El libro permanece, está en su anaquel para que lo confrontemos y ratifiquemos o denunciemos sus afirmaciones. El diario pasa. Tiene una vida efímera. Pronto se transforma en mantel o en envoltorio, pero en el espíritu desprevenido del lector va dejando un sedimento cotidiano en que se asientan, forzosamente, las opiniones. Las creencias que el diario difunde son irrebatibles, porque el testimonio desaparece» (Política británica en el Río de la Plata, Barcelona, Editorial Sol 90, 2001, p. 251).
Son sólo algunos chispazos de reflexiones que se han realizado en el pasado remoto sobre la comunicación, la prensa, las relaciones de poder, y que deben instarnos a lecturas más intensas. Una gran tradición de pensamiento en nuestro país se esconde entre el polvo de los anaqueles. Hay que ir por estos pensadores, rescatarlos del olvido, leerlos y releerlos con entusiasmo. Necesitamos hacerlo para clarificar nuestras ideas, para construir más y mejores argumentos. Pero por sobre todas las cosas, hay que hacerlo porque una verdad es la que se impone desde el inicio del estudio: los más grandes están de nuestro lado.
…los más grande están de nuestro lado». Si por «nuestro lado» refieres al kirchnerismo, concuerdo.
Sólo un grande: Mariano Moreno, quien también en ese «Plan de operaciones», que no sin polémicas se le ha atribuido, recomienda:
10ª. «Asimismo la doctrina del gobierno debe ser con relación a los papeles públicos muy halagüeña, lisonjera y atractiva,reservando en la parte posible, todos aquellos pasos adversos y desastrados, porque aún cuando alguna parte lo sepa y comprenda,a lo menos la mayor no los conozca y los ignore, pintando siempre éstos con aquel colorido y disimulo más aparente; y para coadyuvar este fin debe disponerse que la semana que haya de darse al público alguna noticia adversa, además de las circunstancias dichas, ordenar que el número de Gacetas que hayan de imprimirse, sean muy escaso, de lo que resulta que siendo su número muy corto, podrán extenderse menos, tanto en el interior de nuestras provincias, como fuera de ellas, no debiéndose dar cuidado alguno al Gobierno que nuestros enemigos repitan y contradigan en sus periódicos lo contrario, cuando ya tenemos prevenido un juicio con apariencias más favorables; además cuando también la situación topográfica de nuestro continente nos asegura que la introducción de papeles prejudiciales debe ser muy difícil, en atención a que por todo caminos, con las disposiciones del gobierno debe privarse su introducción».-
¡Grande Moreno! La semilla, sembrada en buena tierra ha dado y sigue dando sus frutos.-
Es que administrar el conflicto, Angel, desde un gobierno, implica a veces negarlo (como se minimiza el problema de la seguridad, por ejemplo, ya que no está claro qué hacer con él) y a veces alentarlo, según lo que convenga. ¿por qué un actor político cualquiera no va a alentar el conflicto si se piensa beneficiado por él? Por otra parte, muy pocas veces le es dado a un gobierno estar en una posición tal que pueda «flotar» por encima de los conflictos. Y te diría que la única manera de administar conflictos es provocarlos en el momento justo. Si no, los conflictos te corren a vos.
A juzgar por Clarín y La Nación, muy morenistas no es el periodismo argentino. Salvo que haya dictadura militar. Que debe ser la parte de la argentinidad con la que Daio se identifica.
Por supuesto, ni «Clarín» ni «La Nación», siguen las recomendaciones de Moreno que cité, eso lo hace la prensa subvencionada por la pauta oficial propagandista del gobierno, especialmente cuando recomienda que «…los papeles públicos muy halagüeña, lisonjera y atractiva,reservando en la parte posible, todos aquellos pasos adversos y desastrados, porque aún cuando alguna parte lo sepa y comprenda,a lo menos la mayor no los conozca y los ignore, pintando siempre éstos con aquel colorido y disimulo más aparente»: El mundo según Cristina y su exclusivo secretario de comercio Moreno, no el de la Junta, si el de las malas juntas.-
Cada uno debe hacerse responsable de lo que hizo durante el «proceso», y yo estoy tranquilo con respecto a ello, buscá otras argumentaciones menos gastadas.-
El cándido artículo de la Constituciómn citado está, creo, en todas las constituciones liberales de la época. Fue violado por todas las democracias nacionales y extranjeras. Jamás tumbó a una, al contrario, violar el artículo parece fortificarlas. Es que hay una diferencia entre una política en serio, aunque sea liberal, y las solemnes frases propias de la manera de pensar de una profesora de civismo de antaño.
Te interpreto: Clarín y La Nación, aliados de la dictadura militar, no siguen los criterios de uno de los fundadores del país, y sí lo sigue la prensa que no estuvo aliada a la dictadura militar. Que quede claro. Seguí tranquilo.