Miércoles 8 de junio, 0:39 hs, veo la #tapadelibre y recuerdo que Alejandro Kaufman (@alekau54) dijo la semana pasada en unas charlas en la Legislatura sobre 60 años de la televisión, que el principal tema de debate en la actualidad es la complicidad civil con (y en) la dictadura militar. A partir de esta reflexión me preguntaba dónde había que ubicar a la tapa de libre qué muestra a Hebe de Bonafini disfrazada de bruja y a Sergio Schoklender de Obispo.
Alejandro, que es fundamentalmente noctámbulo, recogió el guante y entre las 2:30 y las 5:30 AM contestó vía twitter lo que reproduzco más abajo. Queda un poco telegráfico por el límite de los 140, pero vale la pena para pensar las distintas formas que adopta la disputa por el sentido en la actualidad política y mediática. Un pequeño programa de acción en tiempos difíciles.
Primero mi twitt y a continuación las respuestas de Kaufman
@alekau54 dijo que el ppal tema del debate actual era la complicidad civil en la dictadura. Dónde hay que ubicar a la tapa de libre de hoy?
Contestó @alekau54
La complicidad refiere al presente, en tanto CONTINUIDAD ideológica, cultural, práctica.
Mantiene su continuidad el principal sujeto sociopolítico de la dictadura, el civil, aquel que instrumentó al componente militar.
En la dictadura exterminaba, en la postdictadura corta y pega. Por eso se altera tanto con el corta y pega que se le enfrenta.
Cuando no destruye activamente, el Mal mezcla, confunde, reduce, disfraza, mimetiza. Eso hace cuando participa del juego democrático.
En la dictadura solo se puede resistir y denunciar. En la institucionalidad democrática hay que distinguir, esclarecer, diferenciar.
Variante interesante de confusión: mantener monocorde en la institucionalidad democrática un tono similar de resistencia y denuncia.
Relativamente fácil: resistir y denunciar al Mal. Difícil: decidir qué apoyar, y qué y cómo criticar.
Institucionalidad democrática: la lucha es por paz, verdad y justicia. No es por «otro mundo», aunque «otro mundo» es lo que inspira.
La lucha por paz, verdad y justicia convive con las contradicciones, con mesura y cuidado. Lo imposible se desea, no se alucina.
Perdón si estuve invasor o «twitterrágico». Me provocó la pregunta de @t__v: nunca pudo discutirse tan a fondo a la derecha en la Argentina.
hay un tuit más en esa serie que dice:
«En cambio las condiciones para discutir a fondo el capitalismo no son tan buenas.»
me parece que mezclaron todo
Ese tonito es el que viene haciendo pata ancha en las universidades públicas hace un tiempo largo ya. Kaufman es parte de esa función discursiva que vive muy bien en éste mundo. No está mal en sí mismo lo que hace, pero le falta hacerse cargo de esa segunda ficha que su «corporación ideológica» ha logrado ubicar en esta sociedad. Lo que quiero decir es que ese discurso no es extraño a esta realidad en la que vivimos todos. Y desde ahí habla -no sólo Kaufman es el que se pone a batallar desde ahí sino todos los que forman parte de ese lugar -queriendo seguir ocupando el espacio de la crítica pero ahora desde el poder institucionalizado, pero para eso necesita seguir ocupando el lugar de la izquierda. De ahí es que su discurso está básicamente dedicado a «destapar» falsos críticos, es decir, asociarlos a «la derecha».
Eslabones fijos, escenario conservador dibujado en esa escuela; escenario en el que él ocupa un lugar importante dentro de «los buenos», y para eso es necesario que existan «los malos». Y ahí están los mismos eslabones retocados por el tiempo. Dibujar ese cuadro es su trabajo. Cambian las formas pero el resultado es el mismo para Kaufman. La palabra dictadura es fundamental así como lo es palabra «arte» para los museos contemporáneos. Autoridad para establecer continuidades más allá de los cambios en la sociedad, todo cuestionamiento a esa «segunda ficha» que el sector de Kaufman logró meter en el presente de la Argentina lo van a sentir como un ataque. Así no más, un ataque. No pueden (no quieren) tratar de entender lo que ese otro discurso dice porque cualquier modificación en dicho escenario automáticamente los hace bajar posiciones a ellos, identificados con aquello que tuvo su historia trágica hace muchos años y mientras tengan fuerza se van a dedicar a que aquella sea una historia del héroe, con final feliz, sin fisuras. Suena ingenuo, infantil, casi, por eso ese «llanto» obsesivo del que algunos estamos cansados. Cansados de ver a la moral utilizada como arma. Schockender no pertenece al mal, el mal es la retórica gráfica de una revista. Nunca una autocrítica, eso generaría fisuras en ese cuerpo duro armado por el discurso de los Kaufman, seguro. Se tienen que ir, ya dieron lo que tenían para dar, ahora sólo son sacerdotes que dictaminan y marcan a los demonios que van apareciendo.
Firmo al pie.
Quisiera leerlo a Hugo Vezzetti sobre el tema.
Coincido totalmente. Creo que es simplemnete un error, un mirarse el ombligo pensar que el debate trascendetal de hoy pasa hoy por h las complicidades con la dictadura.
No entiendo que tiene que ver este discurso del bien/mal con este caso puntual: donde está el bien aqui? donde el mal? En un diario basto y con clara intención ideologica o en otro lugar más complicado? Ahora hay que defender a Schocklender? Ahora hay que decir que las fotos son fantasticas y que no da nauseas verla a Hebe disfrazada con el fondo de los rostros?
Impecable
Chapeau, firmo al pie, etc.
Haber sido cómplice de la Dictadura -que es todo otro debate- no te exime de tener la razón. Haber luchado contra la dictadura, no te hace «irresponsable» de los desmanejos de Schoklender.
Ahora resulta que la culpa de todo la tiene Lanata o esa diputada -también victima de la dictadura- por abrir la boca.
digo mas alla de que el mal no existe, no creo en absoluto que el debate mas importante d elos medios hoy sea la complicidad civil con la dictadura.
es mas creo que es irrelevante.
No hablaría en términos de «complicidad». Hubo sectores sociales que rechazaron las políticas del período 73 en adelante, y eso, sumado a los tremendos errores del momento, abrió el paso a la dictadura. Ese poder construyó un sentido común que derramó en otros sectores; algo habrán hecho, etc. En la práctica, a mediados del 75 la vieja oligarquía vacuna-financiera y empresas multinacionales desplazadas por el Plan trienal, envió sus representantes a las FFAA y se organizó el golpe. Todo fue entonces una cuestión de oportunidad. Las brevas estaban maduras luego del rodrigazo conducido por Ricardo Zinn.
Muy bueno. Para mi lo que mejor resume el momento actual, serían estas frases: «Relativamente fácil: resistir y denunciar al Mal. Difícil: decidir qué apoyar, y qué y cómo criticar.»
«nunca pudo discutirse tan a fondo a la derecha en la Argentina.» «En cambio las condiciones para discutir a fondo el capitalismo no son tan buenas» (agregado por ximena en el primer comentario).
Lo de discutir la complicidad civil durante la dictadura, puede ser cierto, pero si se profundizan mucho los conceptos, y se entiende que esos «complices», en muchos casos distan años luz de ser «asesinos». Para mi pasa por entender cómo una sociedad está dispuesta a aceptar cosas gravísimas en determinadas situaciones históricas.
En ese sentido acuerdo con el comentario de Diego (8 jun, 12.27 pm), discutir la complicidad civil está muy bien, siempre que no nos quedemos en un ingenuo «buenos y malos». Videla y Cia fueron asesinos de verdad, el señor que se encogía de hombros y decía «algo habrán hecho», es obvio que no tuvo una posición muy lúcida, pero tampoco por eso se acerca en nada a ser un asesino.
la complicidad civil fue el 60, 70 por ciento de la sociedad.
todo bien, la tapa esa es patetica, nada mas, no hace falta irse a la complicidad con la dictadura.
¿El Mal?
Dejemonos de joder muchachos
Sergio (y Pablo) se afanaron un toco de guita mientras Hebe, Cristina y Nestor estaba en otra…(¡!)
Alejandro Kaufman escribe que. «Autodefinirse como de derecha requiere deslindarse del horror radical, tarea ingrata y punto de partida perdidoso para quien sea. Esta sola circunstancia nominativa define una diferencia: no es vergonzoso autodenominarse de izquierda porque no resulta difícil aclarar que los horrores de Camboya o de Stalin son más deudores de las derechas que de las izquierdas. En todo caso, un razonamiento que vincule el corazón del pensamiento de las izquierdas con las violencias o con el horror deberá admitir que hay una contradicción insalvable entre los fundamentos históricos y teóricos del pensamiento emancipatorio y algunas de sus derivaciones inaceptables.» Tesis nueve. Revista pensamiento de los confines. Nº 15, diciembre 2004. Págs. 71 y sgts.-
Con esa precisa delimitación del mal (horror radical)y sus actores, resultaría que el bien quedaría por lo tanto reservado para quienes se ubican, o dicen ubicarse, en la izquierda. No habría apelación.-
Por eso quienes fueron el mal durante el pasado dictatorial, lo siguen siendo, sin posibilidades de defenderse.
La sociedad civil, por ahora limitada a la propietaria de medios de comunicación y sectores del poder económico -no asociados con el gobierno- como continuadores de ese mal, está en la mira, por fuera de ese universo, el mal no existe, y mucho menos podría ser representado con Hebe y sus apoderados.
El pensamiento de Kaufman, está mejor explicitado en la nota aparecida en Página 12: http://www.pagina12.com.ar/diario/universidad/10-145101-2010-05-04.html
El trabajo publicado en la revista antes citado,no deja de ser paradójico, puesto que ese mal, es tan esquivo, que la honestidad del autor no puede dejar de ubicarlo también por fuera de la derecha, la historia no es tan contundente en el olvido de los pecados de la izquierda.-
Muy bueno, gracias por traer el archivo. Ya saben, «si es genocida, no es de izquierda». Por intelectual-burgués, Pol Pot se hubiese cargado a Kaufman en menos de un minuto.
¿Alguien sabe si se lee a Furet en las universidades o si fue completamente erradicado de los programas de estudios en Ciencias Sociales o Humanidades?
Diego:
Difícil para algunos militantes leer a Furet, quien como pocos ha sabido mostrar el papel del «compañero de ruta» de los criminales del Siglo XX. De los «buenos» criminales, por supuesto: «Los del siglo XX se someten a las estrategias de los partidos extremos, hostiles a la democracia. No desempeñan más que un papel accesorio y provisional, de comparsas, manipulados como cualquie otro, y sacrificados cuando es necesario a la voluntad del partido», como nos cuenta en «El pasado de una ilusión». Cambiando algunas palabras, a muchos les podría caber el sayo en nuestra sociedad.
A algunos les puede asustar o extrañar el jolgorio y disfrute del apoderado de las Madres, no debería ser así, los revolucionarios generalmente lo pasan muy bien cuando llegan al poder, según nos cuenta Simón Sebag Montefiere en «La corte del zar rojo», Crítica 2010, de recomendable lectura.
Saludos.-
Hasta donde recuerdo no es tan leído Francois Furet. Tampoco es muy leído Malia o Gauchet.
Una vía de acceso, al menos para mí, fue Claude Lefort (quien sí fue leído en la Facultad en algún momento).
Alejandro Kafuman fue profesor mío, y lo recuerdo con mucho cariño.
Saludos
Amigos, ¿Alguna vez se preguntaron que sentirá un familiar de una persona muerta por la subversión? Yo conozco a una viuda, pero nunca me atreví a preguntarle. Pero me imagino que debe ser terrible la «invisibilización» (para usar barbarismos nac & pop) de su dolor, de su pena y de su sed de justicia.
Digo, si no te podés conmover de eso, es que los derechos humanos no te importan un carajo. Y eso, justamente , es lo que pasa en la actualidad. El dolor de esa gente no existe; ellos no tienen derecho a la justicia, ni a la verdad, ni a la memoria. Por qué?
No se si tiene que ver con el post, pero estoy medio harto de tanta injusticia.
Leo embelesado: «los revolucionarios generalmente lo pasan muy bien cuando llegan al poder», qué maravilla de la retórica. S. Shoklender sería, entonces, un revolucionario, y todos aquellos que pretendan actuar en política con la finalidad de que lo social cambie y mejore, están obligados a aceptar que es su camarada, y fiel reflejo de su desleal futura conducta . Y administrar los dineros de la Asociación Madres de Plaza de Mayo sería estar en el poder.
Estoy maravillado. Señor Daio, no sé qué hace usted por acá, en un mero mentidero de la política; está desperdiciado.
Mira este video y la nota del otro, y luego me cuentas.-
http://www.youtube.com/watch?v=Pp4cVH8It3g
http://diariointeractivo.blogspot.com/2008/01/el-derecho-la-violencia-segun-sergio.html
Señor Daio, escruté con curiosidad los links que propone. No entiendo qué supone Ud. que yo deba concluir, ¿acaso porque S. Shoklender se dice revolucionario, debamos aceptarlo? Esto sería como creer que Elisa Carrió ama la república o respeta la democracia, sólo por sus enunciados vehementes. O que Carlos Menem fue un restaurador del orden y un patriota, porque él lo declama.
Por supuesto. Ni el Sergio, ni nadie dentro del universo K son revolucionarios. Ni siquiera lo eran la mayoría de los que romaron las arma en los 70. (*)Eric Hobsbawn los ha calificado como «pistoleros». Y esos son. Utilizan la retórica revolucionaria para hacer buenos negocios con el dinero de todos y conseguir impunidad acercándose al gobierno, quien a su vez lo utiliza para sus fines. Pero no se puede negar que el Sergio, el Guillermo y otros que aperecen en el video, son militantes K. No lo puede negar, por más que ahora Abal Medina diga que es «un delincuente».- También lo calificón de «chanta», y esos si que es cierto: otros saben robar mejor.-
(*)De recomendable lectura, la patética historia de una organización «revolucionaria»: Ariel Hendler. La guerrilla invisible. Historia de las Fuerzas Armadas de Liberación (FAL). Vergara. Bs. As. 2010.-
“Difícil: decidir qué apoyar, y qué y cómo criticar.”
Decidir qué apoyar, no es difícil, pero lo otro sí, porque suponiendo que pudiéramos estar todos de acuerdo, para simplificar, que somos de izquierda o progresistas o revolucionarios o anticapitalistas o antiimperialistas, antiracistas, atipatriarcaleso lo que fuera, con matices, con diferencias, con internas …pero básicamente en la misma vereda, lo que podríamos considerar “contra el Mal”, tendríamos que —apenas— ponernos de acuerdo en que duele lo que ha sucedido y que esta es una discusión interna. Pero los «otros», los que acechan han querido borrar de un plumazo treinta y cuatro años de lucha y eso es lo que no podemos permitir. Criticar, sí, pero cómo hacerlo para no darle de comer a las fieras…que obviamente muestran los dientes…(todos los dientes, he tenido la oportunidad de escuchar las risotadas y el festejo de alguna persona que ve en este golpe de efecto la posibilidad de que “con esto se golpea la última ilusión de los que estaban aferrados a la pollerita negra”)
Un consejo: No festejen todavía.
Así es, Mariela.