Cada caricia que me das me mata

Le está pasando a Obama. Su gestión, sobre todo por los incentivos a la economía y la Health Care, polarizó un sector de la sociedad, incipientemente politizado: el que era republicano, se hizo mucho más republicano (o del Tea Party, en su defecto); el que era demócrata, se hizo mucho más demócrata. Del centro a la derecha y del centro a la izquierda, respectivamente. La campaña de Obama, aquella de la innovación en redes sociales y la utilización, por momentos casi perfecta, de la imagen, había movilizado, sobre todo, a los “independents”. Que, para resumirlo, es una especie de “votante de época”. De esa categoría saca sus partidarios el republicanismo, ante el avance demócrata de los derechos civiles en los ´60. Pero más allá de esos escapes, hubo un sector que permaneció en una especie de limbo, desde donde se balanceó hacia demócratas o republicanos, incluso en un mismo período de gobierno. Es, generalmente, el voto del trabajador blanco, vinculado fuertemente al devenir de la economía, temeroso del “populismo” (entendido como demasiado Estado), que supo encauzar George W. Bush en 2000 y 2004, y que se volcó a Obama, como castigo a la mala administración económica de Bush después de ocho años. Y es el voto, claro, que hace unas semanas no sólo se le negó al partido Demócrata, sino que en algunos casos directamente se pasó al partido Republicano (aún con la opción, claro, de no concurrir a votar).

El diagnóstico es que se hizo demasiada política “para políticos”. Que los costos de la Health Care fueron demasiado altos (con decir, solamente, que el partido Demócrata fundió uno de sus mejores cuadros, Nancy Pelosi), que Obama no cumplió su promesa de abrir la Casa Blanca, la política, el contacto con el “independent”. Cuestiones subjetivas que, por supuesto, sólo se descubren con el telón de fondo de una crisis económica: el peor cuestionamiento a la política exterior norteamericana de Bush, en Norteamérica, no era el “intervencionismo imperial” (ni lo será, nunca) sino los gastos de sostener una guerra que el votante medio comenzó a considerar inútil. El think tank demócrata más grande de EEUU le recomendó a Obama dejar de pagar los costos de sacar legislación, para concentrarse en los problemas de la “American people”, en especial con la situación de gobierno dividido (es decir, minoría en una de las dos cámaras, la de Representantes). ¿Cómo hacer cosas sin el Congreso? Concentrándose en los poderes constitucionales del Ejecutivo.

La situación no es, claro, extrapolable a la Argentina ni mucho menos. Tantas variables diferentes no permiten ni siquiera estirar un poquito los conceptos. Pero esa situación habilita a pensar estrategias de acá al futuro. Hay una discusión bastante instalada acerca de cuál es el segmento de votantes que se quiere recuperar, y las respuestas varían, desde los sectores populares hasta el votante de clase media. También uno podría preguntarse por qué no ambos, si son excluyentes, o por qué, en definitiva, las acciones positivas de Gobierno en favor de uno resultarían en un rechazo del otro sector (digo, ¿la AUH espantó muchos sectores medios?).

Pero quizás se trata de plantear el clivaje, también, de otra manera. A los sectores mediana y extremadamente politizados la discusión sobre el Presupuesto les (¿nos?) resulta de vida o muerte, un intento de la oposición por trabar y un dato político que puede definir una elección. El kirchnerismo fue una reactivación, también, de lo político, pero tal vez hay una mayoría para la cual todavía una discusión sobre un Presupuesto no le modifica un centímetro la vida cotidiana (aunque lo haga indirectamente, por supuesto). Sí, en cambio, es altísimo el costo que se paga, y que se va a pagar, por intentar pasar una ley por el Congreso en este clima. Una ley es, por supuesto, la institucionalización de una política pública muchísimo más perdurable en el tiempo que cualquier acción de un Poder Ejecutivo, permeable de ser volteada por un gobierno que eventualmente pueda suceder al actual. Pero la garantía de seguir haciendo leyes es, primero, la supervivencia política. Y, uno tiende a creer, que el kirchnerismo es mejor siempre que reivindica primero a la política. Habrá que preguntarse si no es demasiado caro, entonces, el precio de salir manchado de las discusiones del Congreso. Porque ese fue el mejor resultado opositor de estos días. Hacer venir a jugar al kirchnerismo a esa cancha, hacerle discutir otro partido, obligarlo a no hablar con los de afuera. Es cierto, se hizo mucha política “para políticos”. También es verdad que la muerte de Néstor Kirchner implicó un reacomodamiento, la necesidad de Cristina de demostrar el control de esos resortes, y tratar la ley de Presupuesto (que no se llama ley de leyes en chiste).

Pero el año que viene es un año electoral, donde el incentivo de la oposición para cooperar es nulo. Ligarse un cachetazo tiene un problema: iguala a la clase política hacia abajo. En cada caricia que la oposición le da al kirchnerismo, éste vuelve a entregar los términos de la discusión, condición sine qua non de las derrotas del kirchnerismo.

Tal vez, entonces, llegará el momento en que habrá que evaluar el rango de costo-beneficio de usar los poderes constitucionales del Ejecutivo o someterse al desgaste continuo del Congreso.

13 comentarios en «Cada caricia que me das me mata»

  1. Tomás, creo que hay una imprecisión en tu análisis. En Estados Unidos, el populismo está ligado a «menos Estado», no a más. Por lo general, el populismo estadounidense reivindica la autonomía del hombre común frente a la intervención del Estado y de «los políticos». Por eso, Sarah Palin es considerada una de las políticas más populistas de los últimos años.

      1. Algunos sí, eh.

        He was unusually bellicose in attacking them as he proposed new legislation to limit the large banks’ size and what he considers their harmful trading practices, and he warned the financial giants not to continue opposing him. «If these folks want a fight, it’s a fight I’m ready to have,» the president said. In addition, White House aides say he plans to get out of Washington more to better connect with everyday people and spread his new populist message, starting with a visit last weekto northeastern Ohio.
        http://politics.usnews.com/news/obama/articles/2010/01/26/obamas-policies-are-becoming-more-populist.html

        De todas maneras no es el punto. Si querés poné «socialismo», ahí donde dice populismo.

  2. Tomás: «(digo, ¿la AUH espantó muchos sectores medios?). « Si bien es cierto que la cita es colateral al núcleo del post, presumo que sí. No lo puedo asegurar, pero algo me dice que pegó mal en la clase medio-baja.

    En algunas conversaciones circunstanciales que he tenido el razonamiento se repite: «Yo me rompo el culo por 2500 mangos, y a estos hijos de puta se lo dan sin hacer nada.»

    Se asume que criar 5 hijos les significa «no hacer nada». Y que ni por puta se les cruza por la cabeza que a ellos le están afanando aportes jubilatorios y obra social, junto con salario puro y duro. Que ellos deberían cobrar de cinco lucas para arriba, y la diferencia nos la estamos quedando nosotros en conjunto, el resto de la sociedad a través del dumping social, incluyendo desde el empleo en negro hasta comprar camisas de 20 pesos.

    Respecto del post en sí, debo decir que ahora quedó en blanco sobre negro que el problema no era K sino sus políticas. No los modos. Las políticas. Éso los «crispa». La crítica a los «modos» era simplemente el disfraz bajo el que pretendían ocultar su aversión a las políticas de inclusión social, de derechos humanos, de no represión, de tocarle el culo a las patronales (y sus voceros), etc. Como no lo pueden confesar abiertamente, criticaban la forma para repudiar el contenido.

    Néstor los dejó con el culo al aire. El Flaco ya no «crispa». Ya no tienen el fetiche para escudarse en éso. Deja bien en claro que si siguen «crispados» es por otra cosa. Los crispan las banderas del Kirchnerismo, no sus abanderados.

    Y ahí se encuentran con dos problemas: Por un lado, es como una colonia de abejas a las que se le murió la reina: No saben qué hacer. La figura humana ordenadora de todas sus acciones desapareció, y ahora deben arremeter contra las políticas sin disfraz. Sin Chauchescu a quien combatir.

    El segundo problema que tienen es que las banderas son inmortales, por lo que, aún cuando Cristina agotara sus períodos, las banderas Kirchneristas seguirán ahí. Y al que las levante, casi media Argentina lo va a acompañar.

    La única solución que se me ocurre para resolver el intríngulis opositor es que les aparezca un líder ordenador. Así, son una bolsa de gatos que, a falta de un proyecto alternativo, bloquean. No saben para qué, pero bloquean todo. El palo en la rueda. Intuyen que haciendo tropezar al oficialismo los pondrá a su altura, y eventualmente éso les permita acceder en el 2011.

    Reitero: La aparición de un liderazgo ordenador en la oposición será no sólo beneficioso para ella, sino también para nosotros. Con la actual bolsa de gatos impedidora es imposible seguir.

  3. Me interesa el planteo, sobre todo en términos de clivajes en la Argetina: los politizados vs. los no politizados. A mi me da la impresión que el gobierno gana y amplía en la medida en que se incline hacia los segundos, hacía sus expectativas; que se abra a ese horizonte mas centrista y moderado.

  4. esta muy bueno lo que dice E.Real pero es la propia sociedad argentina la que tiene que generar los»ordenadores»solicitados,clarificandose en muchas cosas.

  5. No coincido, ni en el análisis ni en la conclusión….

    Siempre es mejor el ir por el congreso.. aún… cuando se desgaste el poder.

    Eso es política. Y si vas a hacer política te la tenes que bancar…

    Esto no tiene que ser sencillo, ni para unos… ni para otros.

  6. qué bueno el planteo sobre el la incidencia de optar por un trabajo político con eje en el ejecutivo o por uno recostado en el congreso.

    a veces me pregunto si no se sigue dando -por una especie de inercia- una relevancia muy grande al discurso de los grandes medios aún dentro del espectro filokirchnerista.

    da para un post entero el tema. tiro una impresión personal. hay instancias muy conflictivas que reclaman un tratamiento legislativo, la 125, la ley de medios, las afjp… ese tratamiento las legitma y compensa el mote de autoritarismo que los medios puedan indilgarle al gobierno.
    pero en otras muchas ocurre que ese eje benefcia al espectro opositor, donde juega de local y les permite contaminar con sus discursis la realidad mediática dañando al gobierno que de todos los concursantes es el único que arriesga su rédito político, los demás no tienen nada que perder.

    esos debates del ágora son los que sirven para hacer tapas con declaraciones altisonantes y cualquier proyecto será digno de diatribas cuando por allí pase. en muchos casos solo importa en el sentido de «obtener una victoria sobre el gobierno», aquí el gobienro juega a no perder, porque aún ganando no obtiene nada. en otros se trata de «obligarlo a vetar» y que manche su imagen, ya que lo obliga a aceptar el mote de autoritario que le endilgan.

    con todo, estas disquisiciones me parecen irrelevantes, porque creo que sobrevaloran el peso de esos debates de nuestra rial politicik. el bicentenario, la muerte de kirchner, muestran que hay algo muy grande que ocurre por fuera de esos intringulís de la agenda clarín-nación.
    el reclamo a debatirlo y consensuarlo todo es el reclamo de la oposición para ir a jugar en su cancha.

    ¿perdió mucha intención de voto con el terrible veto al 82%?

    ¿se pierde mucho si se usa el presu del año anterior?

    pienso en resumen que se da demasiado valor a la necesidad de democratizar en el ágora los proyectos del ejecutivo, pienso que se sobredimensionan las repercusiones de los debates político-mediáticos en en el electorado.

    pienso que lo que mejor sienta a un buen gobierno progresista es ser medio fantasmal, salir poco en los debates de tn, sacar buenas leyes simpáticas a decreto limpio y solo llegar al congreso para los casos simples, los formalismos de rigor o los casos de vida o muerte.

  7. no tienen porque ser excluyentes sectores populares y medios progres, eso es lo que quieren creer los peronistas intelectuales por un cuestion de ego.

    segun ellos el progresismo K vino a ensuciar de blanco al peronismo puro y duro. las causas progres, como el matrimonio gay no les gusta demasiado, les hace ruidito. demasiado careton para ellos, que, ojo, son re pesados.

    como si de ese peronismo aideologico surgiesen ideas que mejoren a los sectores populares….no chicos, salen del progresismo, la AUH salio del socialismo y de la coalicion civica!

  8. Tomás, para entender el pensamiento Tea Party es fundamental ver a Glenn Beck.

    es una especie de ultraliberalismo esconomico, con conservadurismo social, de «valores», y religiosidad al palo.

    es contradictorio, es cualquiera.

  9. el Congreso es necesario y es el sector de gobierno mas democratico teoricamente.El problema que se da es consecuencia del resultado de las ultimas elecciones legislativas,reflejo de una sociedad con conflictos y divisiones no resueltos.

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