En este mapa publicado por el muy conocido sitio de tecnología Engadget hace unos pocos días puede verse la antigüedad de las máquinas utilizadas para votar en Estados Unidos.
Según vemos, sólo cinco Estados tienen todas sus máquinas compradas durante los últimos diez años. Otros seis Estados cuentan con una parte pequeña de sus máquinas de más de diez años de antigüedad. Lamentablemente, en 22 Estados, la mayoría de los aparatos tienen más de diez años de antigüedad. Y en nueve de ellos, todos los votantes emitirán su voto en máquinas con más de una década desde que fueron compradas.
El mapa del país más desarrollado de la Tierra nos ubica, una vez más, frente al problema que genera -y que debe ser evaluado por los legisladores- la incorporación de ciertas tecnologías en el proceso de votación. Uno de los problemas de la tecnología es el de la obsolescencia. Y de los costos que se requieren afrontar para correr la carrera, cuando uno la emprende.
Al parecer, entonces, Estados Unidos -nada menos- está teniendo problemas para correr esta carrera. El programa The Daily Show hizo un informe alertando sobre estos problemas:
¿De dónde surge la información?
En enero de 2014, la Presidential Commission on Election Administration (CPEA) formada por republicanos y demócratas lanzó el siguiente alerta: hay una crisis inminente por el uso de máquinas de votación compradas hace más de una década. Muchas jurisdicciones no tienen el dinero suficiente para comprar nuevas máquinas y los límites legales y de mercado prohíben el desarrollo de esas máquinas aún si tuvieran los fondos para comprarlas.
Dos años después, y tras entrevistar más de 100 especialistas, autoridades y expertos en tecnología, el Brennan Center publicó el informe «America´s voting machines at risk».
Estas fueron las conclusiones:
– al contrario de las máquinas usadas en eras pasadas, los sistemas de hoy no fueron diseñados para durar décadas. En parte, esto se debe al cambio tecnológico. Nadie espera que una laptop dure 10 años. Y aunque las máquinas de hoy se empezaron a usar a principios de siglo, muchas fueron diseñadas y fabricadas en los años 90;
– aunque es imposible decir cuánto va a durar una máquina, expertos acuerdan que aquellas que se compraron en los 2000 tienen una vida útil de sus componentes de entre 10 y 20 años, y la mayoría de ellas más cercanas a los 10 que a los 20;
– la mayoría de las máquinas en uso están cerca o exceden esas estimaciones. Cuarenta y tres estados están usando máquinas que van a tener, al menos, 10 años en 2016;
– en 14 estados, las máquinas van a tener más de 15 años;
– casi todos los estados están usando algún tipo de máquina que no se fabrica más y muchos oficiales electorales tienen graves problemas para encontrar piezas de reparación, como se puede ver en este mapa (en rojo, estados que usan máquinas que dejaron de fabricarse):
– mientras más se tarde en comprar nuevo equipamiento, hay más riesgos de que haya problemas;
– los riesgos más grandes son fallas en las máquinas y posibles caídas en el sistema, que puede redundar en atrasar el proceso electoral o en pérdida de votos;
– máquinas viejas pueden también presentar problemas de seguridad y fiabilidad inaceptables para la tecnología de hoy. Por ejemplo, Virginia sacó de circulación un sistema de voto electrónico usado en el 24% de sus distritos luego de encontrar una falla que permitía acceder a la máquina desde fuera para agregar votos o instalar un software distinto;
– problemas más pequeños también pueden sacudir la confianza públicas. Muchas autoridades electorales mencionaron cambios de votos en las pantallas, donde votantes tocaban un candidato y la máquina registraba otro;
– las autoridades que creen que necesitan nuevas máquinas no tienen suficientes recursos.
El estudio completo puede consultarse aquí.