Días tristes para los que nos sentimos involucrados políticamente en la buena marcha de este gobierno, que, con matices, representa(ba?) la posibilidad realmente existente de un proyecto Nac&Pop. Lejos de mostrar fuerza, los acontecimientos de los últimos días, incluyendo la renuncia de Lousteau, no hacen más que desnudar una debilidad galopante en el armado K. Repasemos, muy brevemente, porque esto da para más largo y profundo.
– Demuestra como el kirchnerismo no paga, en términos políticos. Ahora se suma Lousteau, a la larga de lista de «leales» purgados desde el mismo «riñón» (palabra muy mentada sobre la que volveremos): Ginés, Solá, Bielsa, etc, que, con mayores o menores errores políticos, estuvieron del lado adecuado en las disputas que se fueron dando, algunos en territorios más que espinosos. Su principal crimen, quizás, sea el de no haber nacido en Santa Cruz ni haber conocido a Néstor hace 30 años, en los «gloriosos» ’70.
– Porque, como afirma un compañero, si parafraseando a Napoleón, El General decía que todos sus soldados tenían el bastón de mariscal en la mochila, lo único que portan ministros, subsecretarios y demases en sus bolsos es la renuncia preventiva. Sin posibilidad de crecimiento político personal, el armado se estratifica, pierde dinámica, y, por ende, se vuelve débil como un castillo de naipes. Por más blindaje exterior que parezca tener.
– Este dispositivo fue útil durante el primer lapso del gobierno K, cuando era necesario construir desde la nada misma la autoridad presidencial, y, más importante aun, la posibilidad de realizar políticas publicas desde el Estado. Hoy, ese dispositivo está perimido, es expulsivo de los afines y disfuncional políticamente. En síntesis, no sirve para nada.
– En consecuencia, se dejó de armar política en el sentido amplio del término, contentándose con «alquilar» provisoriamente aliados (los cuales, por otra parte, sirven como comparsa, con nula decisión), que en cuanto detecten que es el momento abandonarán el barco sin más (y con motivos más que válidos, no solo por oportunismo). El rol principal de Scioli da cuenta de esta debilidad. De más esta decir que en lo que respecta a la convocatoria a «los nuevos cuadros jóvenes», que ya a esta altura es casi un mal chiste.
-Porque además, en el caso de querer efectivamente una mayor redistribución del ingreso, hace falta más política y no menos. Colgarse del travesaño con los pingüinos históricos, un gabinete absolutamente gris, y la muy provisoria base territorial del conurbano, a los cuatro meses de gobierno de Cristina, es decididamente suicida.
Por todo esto bancamos desde este humilde post a Lousteau, más que por él por lo que representaba. La onda «Jesús Rodríguez ’89» de este nuevo ministro es una consecuencia directa de lo que mencionábamos antes, y Moreno, quizás funcional en algún momento, es directamente anacrónico, como lo llama el Gran Mario de Palermo. Representa quizás, mal que nos pese, el modelo del militante que pretende Néstor, un Gurka sin política ni proyección presto a cumplir cualquier orden, no importa lo delirante que sea. Que estos personajes en política tienen que existir no hay ninguna duda, que ocupen un rol central es un gravísimo error. El ensañamiento de algunos medios y opinologos con Lousteau es de cuarta: ahora le echan la culpa de las retenciones, cuando cualquiera con dos dedos de frente sabe que una medida de esas características es imposible sin la venia de arriba, por lo menos. ¿En que quedamos, era un chirolita o decidía grandes políticas de Estado? Para una clara muestra de esta mezquindad, consultar ya el blog de Artemio.
Y también bancamos a Alberto: con sus defectos, es el único de la «mesa chica» que no viene de la Muni de Rio Gallegos, no estaba al lado de Kunkel en la JP, no es familiar, en síntesis, no proviene del bendito «riñon» (si sigue así Néstor se queda sin). En estos momentos, eso es mucho. Y porque, aunque con errores (quien está excento de ellos, ¿no?), intentó construir política mas allá de la puingüinera, aun comiéndose varios bifes y pontificaciones de integrantes del Gobierno, que, de intentar construir en Capital hubiesen salido atrás del PTS, pero claro, ejercen la consultoría externa.
Desagravio preventivo, que le dicen, por si «estos cambios» siguen y siguen…
estimado Tom, debería consultar con Jerry antes de salir en defensa de un ignoto economista como Lusteau, que solo intentaba hacer caja.
Ya lo va agarrar el Escriba
No te digo que agarro nadie pero…
Estimado Tom:
Entiendo bien el concepto que querés expresar. Y me he visto a veces (más de 14) en situaciones como esta. Salir a bancar a gente que por ahí uno le ve muchos más cuestiones fuleras que positivas ante una coyuntura complicada.
Conceptualmente, más apertura política, más generosidad, no espantar a los que podrían estar adentro serían conceptos necesaris en el actual contexto. Pero los dirigentes que están en furibundas internas adentro del Gobierno y que buenas responsabilidades tienen de lo que pasa, que se banquen ellos, o consigan quien los banque ¿no?
Saludos
La verdad que busqué por toda la casa, bajo las camas, adentro del botiquín del baño; vacié esos cajones patéticos de los aparadores de cocina donde hay desde chapitas de espirales hasta tapones de garrafas y restos de termómetros; Busqué en el lavadero entre el Ala la lavandina y el jabón Federal; Busqué en eso casi inxpugnable que es la cartera de mi esposa; Revolví los aramarios de mis hijos; Fuí al cuartito y me caí entre las bicicletas y un triciclo desvencijado… Fuí al baúl del auto pero nada.
Ni el más mínimo rastro de los motivos para bancar a Alberto Fernández. Y los busqué porque en algún momento creí tenerlos, pero lamentablemente la memoria me traciciona.
Me sorprendí con el post de Tom. Es muy bueno. A pesar de un título que puede provocar prejuicios lógicos en muchos lectores y hasta en algunos de quienes hacen Artepolitica. La tesis es interesante y lleva a la reflexión, pero:
1)La caricatura o personaje que se ha hecho de Moreno desde los medios o desde los sectores de poder siempre me causó gracia. Más que un fusible, parece un tipo necesario y funcional para ambos Gobiernos K y para esos mismos sectores: puede ser tanto un fusible como una necesidad irremediable. ¿Quién no necesitó alguna vez un buen confrontador que, con métodos estrafalarios, pueda condicionar negociaciones entre los intereses propios y los ajenos, entre el «nosotros» y el «ellos»? Confieso que yo lo necesité.
2)Por otro lado, Lousteau sí puede definirse como «perejil»: ese es el sayo que le cabe. Y si el pendejo no se dio cuenta cuando asumió es porque simplemnente es un nabo. Y si es un nabo, el puesto le quedaba grande ergo, por ende, lo debilitaba y fortalecía la figura del secretario de Comercio Interior (¡Cómo me gusta el nabo rallado con peregil y limón! Prueben hacerlo en sus casas y sabrán de qué les hablo.)
3)Ahora bien, Alberto no es un patotero necesario ni un perejil: simplemente intentó ser desde la pingüinera un armador simplemente por orden K. Con contradicciones ideológicas en su haber, mostró buenas intenciones para con el proyecto Nac&Pop. Eso «es la Política». Y en política, como en la vida, la traición no se perdona así como la lealtad es la esencia.
Hoy desagraviemos, pero no reivindiquemos: eso peca por inocencia política, justifica o es funcional a los «ellos», a los «otros»; es comprar un discurso ajeno. Yo sigo poniendo fichas; la esperanza es lo último que se pierde. Después de tantos años, espero esta vez no pifiarla. Es casi un ruego.
Si se confirman los rumores que hay por estas horas sobre la posible renuncia del Alberto, «Arte Política» deberá agregarse el adjetivo «Florentina».
Creo que tenes algunas razones.
No acuerdo con los hombres defendidos sino con los argumentos que desplegados. Tampoco acuerdo con que Moreno sea un cavernícola, sino un buen nº2, el último hombre.
Una de las cosas malas de la era K es la lógica municipal: la Muni de Río Gallegos copó la Nación y no deja espacio a la gente capaz, que moviliza y pueda dar aportes ni en un momento de debilidad.
Hay que mejorar el armado, aceitar el aparato: no se suma gente, no se renuevan cuadros, el discurso dejó de emocionar, no se bajan línea, no se arma más que para la pantalla y las encuentas. Además, se necesitan planes de desarrollo nacionales. Todo eso se paga caro, después te ganan una elección con el elenco de Cris Morena.
Con las disculpas del caso, me meto en la discusion, reconociendome parte del P.J.(Partido Justificador) y con el respeto que me merece su fundador y principal mentor CHACHO ALVAREZ. Sin duda que cualquier dispositivo politico requiere de algun Moreno que le grite a los Sres ganaderos «asau a 8 peso pal pueblo», el problema aparece cuando se descubre que eso es lo mejor que tenes para controlar la inflacion, no cuando te descubre Clarin
sino cuando te descubre mi vieja en la carniceria. Ninguna necesidad de la politica justifica esa gorilada. Si decir esto es justificar a Losteau que se yo, lo justifico y desagravio.
El post es excelente. Ok, patina un poco con lo de Alberto, y por supuesto que el título provoca (lo cuál es siempre una excelente idea para mover el abispero), y también cuando banca al bueno de Tincho. Sin embargo es claro, no se los banca por lo que ellos son, ni por la función que cumplen/cumplieron, sino más bien lo que representan en el picadero de la política K. Y más allá de la política K, la gestión K en su conjunto.
Cualquier que vea algo desde adentro del gobierno ve quilombo. Un 4 de copas cualquiera con llegada a la rosada/pto. madero tiene más desición que ministros y secretarios, así, cualquiera acuerda cualquier cosa y nadie sabe bien como funciona la cosa. Esto es muy útil para construir el poder. Ahora, cuando lo tenés, es un quilombo marca cañon.
Creo que K veía mucho «El Aguante»… dentro de poco termina con Adrian y Alan de ministros.
«…, contentándose con “alquilar” provisoriamente aliados (los cuales, por otra parte, sirven como comparsa, con nula decisión), que en cuanto detecten que es el momento abandonarán el barco sin más»
Buenisimo, Tom. Justamente ese es el problema y es lo que me impulsa, ante mi propia resistencia, a pensar que es lo que hay. Que los K no dan más que para eso y que tarde o temprano eso se les va a poner en contra.
La semana pasada algunos muchachos se reunieron con Duhalde. En el Conurbano los punteros no ven la hora que les digan -«volvio el Cabezón»
Es triste, pero a mi entender, es así. La soberbia el poder, le dicen. Igual mantengo algo de esperanza que en el 2009 la necesidad electoral los haga reveer ciertas actitudes y relean Conducción Política.
Con todo respeto.
Pero si yo lo escuche a Alberto echarle la «culpa» de las retenciones a Lousteau.
No es el periodismo, es la misma Casa Rosada, que necesitaba un chivo para expiar sus culpas por una medida incoherente por donde se la mire y cuyo unico objetivo fue mantener el aparato aceitado.
postazo. son muchas cosas que pensé (sin articular) cuando salió lustó… un gustazo leerlo!