Resulta que en un Partido del conurbano bonaerense, encuentran el cadaver de un hombre con dos disparos de bala (uno de ellos en la cabeza) adentro de un local cuya fachada está cubierta por una gigantografía que tiene los rostros de Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Luego, alguien le dice a los primeros periodistas que se acercan al lugar «este hombre era peronista», y esos mismos periodistas, ven un pequeño cartel atado con alambre a la puerta del mencionado local, donde se puede leer (con cierta dificultad, por cierto) «Avellaneda Solidaria, Asociación Civíl». Minutos después, una versión policial (esos ratis bocaflojas que nunca faltan) dice que, junto al cadaver, había un cartel con letras de recortes que decía «Así terminan los que no tienen códigos».
Listo, ya tenemos el título: «Militante Kirchnerista (o peronista, da lo mismo) asesinado. Investigan crimen mafioso (o por encargo, lo mismo da)».
El pasante que el diario (o la Agencia de Noticias) envió a Avellaneda vuelve rápido a la redacción con la satisfacción del deber cumplido.
Una pena que, para muchos, todavía exista eso que se denomina rigor periodístico. Una tontera, una solemnidad que obliga a un profesional a no quedarse con lo primero que escucha o ve. Puede que el muchacho que cubrió la noticia no lo sepa, pero esto es algo que el Jefe de Redacción no puede desconocer.
La víctima se llamaba Juan Giglio y tenía 58 años ¿Qué más pude averiguar?
-Que Giglio era peronista y que entraba en la categoría de esos que gustan autotitularse como «de toda la vida».
-Que hacía muchos años que estaba distanciado del PJ oficial.
-Que trabajó en la Municipalidad durante las dos primeras gestiones del Intendente Cacho Alvarez (1991-1999) y después se pasó al FrePaSo, justo a tiempo para que el Intendente Oscar Laborde (1999-2003) también le consiguiera una changa (en la Dirección de Tránsito para más datos).
-Que en 2005, como muchos otros, creyó ver en José Alessi (kirchnerista de la primera hora en serio) al candidato ideal para destronar a Alvarez y se sumó al FpV. Si bien en el 2005 Alessi derrotó al PJ, el sueño duró poco, porque cuando Alvarez se alineó con los K, se dio vuelta la tortilla (Je).
-Que para el 2007, Giglio tenía su propia agrupación: el Movimiento Renovador Peronista, un grupito de vecinos con los que intentó empujar su propia candidatura a Concejal. No alcanzó, y tuvo que conformarse con ser candidato a Consejero Escolar, un caramelo de madera (Turco Asís dixit) que le dieron como una especie de reconocimiento a su trayectoria militante.
-Que después de la derrota de 2007, se había convertido en un jubilado político y que solo era frecuentado por lúmpenes que le mangueaban cosas pensando que él las podía conseguir.
-Que su militancia en el alessismo no lo había enemistado con sus viejos compañeros de ruta, con lo cual hace unos años, le había podido conseguir laburo a su hijo, en el área de informática de la Muni.
-Que la Asociación Civil que presidía no existe.
–Que su muerte, según dicen en Avellaneda personas muchísimo más confiables que algunos medios de comunicación, no tuvo nada que ver con una interna política en serio, y que como mucho, puede haberse tratado de una disputa con la gente que ahora se juntaba, por el control de ese viejo local que mantenía.
Buen artículo.
Hace un par de semanas, también habían intentando convertir en thriller político onda Zeta al asesinato de un tipo relacionado con el juego en el norte de Santa Fe.
Lo de hace unas semanas era «intendente radical asesinado por candidato a intendente del frente para la victoria»
Aunque el título no mentía, el asesinato tenía que ver con el juego y no con la política.
Igual, que encuentren a los asesinos y que los metan presos. ¿O no?
Estimado:
Es cierto que un hecho de estas características puede ser orientado/interpretado con fines políticos.
Mi síntesis de lo que muestra Clarín es lo siguiente:
– Un Asesinato (eso está claro) con tintes mafiosos (ajuste de cuentas). Posiblemente estamos de acuerdo en esta definición del hecho.
– Lo polémico: la definición de la víctima como «militante kirchnerista» (lo que puede abrir paso a especulaciones tendenciosas) Sobre este punto (y en virtud de lo que pude ver en distintos medios, incluso en algunos ajenos al grupo Clarín – como es el caso del diario «El Argentino» que pertenece al grupo Szpolski, y se lo vincula dentro de los grupos mediáticos «kirchneristas») las definiciones son similares, lo definen como «militante kirchnerista» (Clarín, El Argentino, Pagina 12 (!), Crítica, Perfil, La Nación), como «militante del PJ» (Infobae, La Nación) y como «Ex-militante Kirchnerista» (Infobae, La Nación). Por supuesto que cada una de estas definiciones no dice lo mismo, pero se puede notar que medios que se separan claramente en su línea editorial y en su posición frente al Gobierno toman la misma definición(los opositores Clarín-Crítica-Perfil y los más oficialistas Página12/El argentino; o el caso La Nación – Infobae). En vista a esto creo que si criticás a Clarín también deberías criticar, con los mismos parámetros, a Pagina 12 (por decir uno).
El hecho puede suscitar, sin lugar a dudas, manejos políticos. Pero la manera en que ponés el foco en Clarín no creo que sea la correcta. Medios pro- kirchner y anti-kirchner realizaron la misma cobertura, y por eso no puedo concluir (en vistas a tus argumentos) que exista un manejo político bien definido. Para mi el tema está en la manera en que los medios (todos, ya sean opositores u oficialistas) encaran los hechos con información incompleta (si es que consideramos que existe, para el presente caso, información incompleta o distorsionada).
Enlaces que utilicé:
– http://www.infobae.com/contenidos/427588-100799-0-Crimen-mafioso:-determinan-que-el-dirigente-peronista-recibió-cinco-disparos
– http://www.elargentino.com/nota-25491-Giglio-militaba-en-agrupacion-de-River-Plate.html
– http://www.impulsobaires.com.ar/nota.php?id=65950
– http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1092257
– http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1092009
– http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-118687-2009-01-22.html
– http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=18882
– http://www.perfil.com/contenidos/2009/01/22/noticia_0031.html
– http://www.urgente24.com/index.php?&id=ver&tx_ttnews%5Btt_news%5D=116938&cHash=ec7e574e3b
Saludos Cordiales
P.D. El Partido Justicialista de Avellaneda (según http://www.laciudadavellaneda.com.ar/index.php?subaction=showfull&id=1232632874&archive=&start_from=&ucat=4&) ratifica la cercanía de Giglio y el Frente para la Victoria.
Q maten a un tipo por el control de un local politico no es un hecho politico?
Compañeros, La fuente de lo que está escrito en el post son tres militantes de Avellaneda, dos del PJ (se trata de cuadros altos, dirigentes), y uno del sector de Alessi (kirchnerista no PJ). Y Obviamente no van a salir a decir publicamente lo que piensan del asunto, primero para no darle más cuerda y segundo, porque es un papelón que un tipo com Giglio estuviera al frente de un local.
En rigor de verdad, el local partidario no tenía funcionamiento. Nada. Iba Giglio a tomar mate por las tardes. La Asociación civil, ya lo dije, no existe. No tiene ni personería jurídica, por lo que creo que la sigla «ONG» en el titulo de la notici de Clarin está totalmente fura de lugar.
Hasta donde se, Giglio tenía problemas con los transas y no precisamente por combatir al narcotráfico. Eso no tiene nada que ver con política, y yo no busqué criticar a ningún medio en particular, sino que simplemente hablé de la falta de rigor periodístico y la mala leche que tienen algunos para publicar.
Por último, sí, ojalá que agarren alos que lo mataron y los metan presos
saludos y gracias por los comentarios
Más allá de que coincido con el espíritu de tu nota, creo que hay un dato que hace falta resaltar: Giglio fue primer candidato a consejero escolar por la lista kirchnerista del Frente para la Victoria. Claro que a los pocos días de las elecciones, como todos los concejales electos por el kirchnerismo con la solitaria excepción de Alessi, volvió al PJ tradicional. Yo vivo en Avellaneda y milité durante muchos años en el distrito. Lo conocía a Giglio, que en la época de Laborde era un personaje menor que atendía sus negocios en la Dirección de Tránsito y, como tantos otros personajes menores de la política local, se transformó en importante cuando se armó el FpV y las listas, que se digitaban absurdamente desde la Casa Rosada, se hicieron con un rejunte de punteros impresentables y conversos varios. Junto con el grupo de militantes del que siempre participé, que se formó en 1997 trabajando socialmente con el padre Eliseo Morales en una villa de Wilde, que en su momento participamos del Frente Grande y hasta hace poco tiempo (en los últimos años yo participé bastante poco, cansado de las cosas que me motivan a escribir este mensaje) habíamos logrado mantener la Casa de la Juventud de Avellaneda, un centro cultural que hacía cursos y talleres gratuitos para jóvenes con profesores voluntarios, impulsamos a un candidato a concejal de 30 años, Emiliano Ramirez. En la elección anterior, presentamos una lista en las supuestas internas del Frente para la Victoria, pero nos la bajaron en la junta electoral en un claro ejercicio de democracia interna. Esta vez, Emiliano terminó séptimo en la nómina de concejales armada a dedo desde la Rosada por gente que seguramente ni sabía dónde queda Avellaneda. Esa es la lista en la que Giglio fue primer candidato a consejero escolar, seguramente por su gran conocimiento en temas educativos (jajaja). Pocas semanas después de las elecciones, Alessi, que había sido el candidato a intendente (de quien puedo decir que ya era kirchnerista en el ’97 cuando nosotros militábamos con Eliseo y ni sabíamos quién carajo era ese tipo de Santa Cruz con apellido raro), intentó convocar a los que habían formado la lista y supuestamente serían la oposición a Cacho Álvarez y sólo fueron a la cita Emiliano (nuestro candidato), Victoria Donda y otro pibe de Libres del Sur que había sido 5to. en la lista y tampoco entró. Todos los demás ya estaban festejando la victoria con el intendente neokirchnerista recién convertido…
Ahora Kirchner viene a Avellaneda a levantarle la mano a Álvarez cada vez que puede. En 2005, Álvarez apareció en cuanta foto pudo con la Chiche y recorrió la Ciudad hablando pestes de Cristina. ¿Saben cuál era uno de los ejes de su discurso? Criticar la política de derechos humanos «que divide al país». El FpV, con una lista llena de impresentables, le ganó por más de 20 puntos. Ese tipo fue el más menemista de los intendentes del conurbano, después se hizo duhaldista, ahora es un K de la primera hora y mañana será macrista o denarvaezista o lilito puro, siempre que le convenga. Así pasó de vivir en una casa tomada en un asentamiento a ser multimillonario. Tuvo causas por abuso sexual de menores, entre otras cosas. Fue el tipo que hizo mierda la ciudad con Menem en los 90, haciendo negocios con el medio ambiente por los que los pibes se mueren de leucemia y cáncer en Villa Inflamable.
Entonces, cuando un personaje menor, sin importancia, un simple puntero chanta metido en negocios personales que lo llevaron evidentemente a recibir un tiro en la cabeza aparece en Clarín como «el dirigente K de Avellaneda» es porque la errática política K en el conurbano lo puso de primer candidato a consejero escolar. Ahora ya no era más K, estaba con Cacho Álvarez, pero como ahora Cacho también es K —de hecho, es el referente K— entonces Giglio era K de nuevo.
Mientras tanto, mucha gente que militó toda la vida defendiendo las mismas ideas, que nunca choreó ni se corrompió ni se vendió y que apoyó a Kirchner (y hoy sigue, pese a todo, apoyando a Cristina) por sus mejores cosas y no por oportunismo político… hoy no sería considerada por Clarín «dirigentes K», porque están todos en su casa viendo la película por televisión.
¿Qué vamos a hacer? ¿Ir a pelear la «interna K» con esos mafiosos?
Hace rato que decidí no militar más en Avellaneda para no tener que verle ni la cara a esa mierda de gente que vive del choreo, que se llenaron los bolsillos en los 90, que estuvieron con todos (Menem, Duhalde, etc) y que ahora son kirchneristas de la primera hora. Los que militan en capital quizás no saben el nivel de la discusión política K del conurbano: los más impresentables del kirchnerismo porteño acá serían una joyita.
En el 2005, Kirchner tuvo la oportunidad de ayudar a formar una oposición en el conurbano, juntando a la gente que militaba en el kirchnerismo por convicción y aprovechando su mejor momento electoral para que ese espacio creciera y ganara fuerza. Pero lamentablemente eligió recostarse en una estructura formada por personajes menores como Giglio (que en el PJ duhaldista no habría solito llegado a más que cebar mate a un concejal) o personajes más importantes y mucho más peligrosos como el delincuente que tenemos de intendente, dejando apenas algunos lugares en su armado al «ladriprogresismo», como dice el Compañero Artemio, con esos ex frepasistas que tanto conocemos, que construyen partidos unipersonales para renovar la banca.
Y muchos nos cansamos de pelear contra los molinos de viento. Era evidente que nuestra participación no era bienvenida.
Hoy mi militancia es en la sociedad civil, en la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans, en los derechos humanos. Durante la guerra gaucha, estuve junto con todos los que fuimos descartados por el kirchnerismo, bancando al gobierno en la Plaza de Mayo, varias noches y varios días. Pero fui como ciudadano, no como militante K, ni menos aún como «dirigente K», porque esos rótulos están reservados para personas como Giglio o Álvarez. Fui porque realmente creía y creo que había que ir, sin ninguna especulación personal.
Me da mucha pena, porque creo que esa decisión conservadora de Kirchner es una de sus principales debilidades y hoy la está pagando carísimo. No se puede construir un proyecto de cambio sin una fuerza política, y menos aún cuando tu fuerza política son tus enemigos con los que transás para no enfrentarlos.
Ahora que la marca «K» no vale tanto electoralmente y que tenemos todo en contra, todos esos personajes van a volver a las fuentes, se van a hacer antiK de nuevo y del otro lado ¿qué queda? Nada.
En fin, tenía que decirlo porque desde que vi la foto de Giglio en Clarín lo tengo atragantado.
Sí, amigo, mal que nos pese, Giglio era un dirigente K.
Hola Bruno!!! Sera verdad lo que lei, abre entendido bien???…. vos lo escribiste??? ……..
Entonces, cuando un personaje menor, sin importancia, un simple puntero chanta metido en negocios personales que lo llevaron evidentemente a recibir un tiro en la cabeza……
lo que vos queres decir, es que fuera la razon que fuera tenia alguien derecho a pegale un tiro (igual, no le pegaron uno, le pegaron cinco!!!)creo que tenes problemas ideologicos/politicos, tendrias que ser milico!!!
Bruno, saludos cordiales, y espero que medites las cosas que escribis.
Si ese es tu nombre verdadero, Bruno Bimbi, tan desconocido como mediocre militante de avellaneda, repudio tu actitud, que tan facilmente ensucia la trayectoria y la memoria de un compañero como nuestro querido Juan Giglio, al que conocimos cientos de militantes de avellaneda que compartimos con él caminos e ideales que vos, Bruno Bimbi evidentemente desconoces.
Desgraciadamente los personajes cobardes y siniestros abundan por eso, y no por otra cosa lloramos a Juan Giglio.
Ah, me olvidaba.
La mayoría de los diarios se refieren al intendente como «Fernández de Olivera», pero es «Álvarez de Olivera»!!!… lo cual demuestra el profundo conocimiento que los periodistas de Capital tienen sobre nuestro pobre conurbano y el alto profesionalismo con el que se escriben las notas que nos «informan».
Como periodista, me pone colorado (y no por De Narváez).
Gracias a todos/as los/as que aportaron algún comentario.
Bruno, me parece que, al generalizar tu caracterización sobre lo que es hoy el «kirchnerismo» de Avellaneda(por ponerle un nombre a los militantes, políticos y dirigentes peronistas variopintos de esa ciudad) caes en un error similar al de muchos «progres» cuando se ponen a opinar del conurbano.
Se nota que conocés, y que no opinás desde la mesa de café, pero evidentemente pesa más la frustración personal que tuviste en este espacio político y eso no es bueno para ningún análisis.
Todos tenemos frustraciones en nustro pasado militante (algunos más cercano, otro más lejos en el tiempo) y me parece que lo importante es sacar las cosas positivas, porque sino, le tenemos que dar la razón a Jorge de Sarandí y decir que todo es una mierda porque son todos chorros. Y no creo que seas de los que piensan eso.
Reducir el análisis de la política territorial del conurbano a una cuestión moral es padecer una pereza intelectual que no comparto de ninguna manera. El problema -y vos lo sabés- es mucho más complejo y profundo que el simple «Vecinos Buenos, Políticos Malos».
Saludos y gracias por el aporte.
Respondo a algunas cosas…
Analía: no quieras reescribir lo que yo dije para que se parezca a lo que te gustaría que hubiera dicho para poder responderme lo que me respondiste. No sé de dónde sacás que yo justifico o apruebo que le metan uno, cinco o la cantidad de tiros que sea en la cabeza a cualquier persona. Es una pelotudez mayúscula querer hacer parecer que yo dije eso. Al contrario, justamente, en mi comentario lo que hago es repudiar esa mezcla de política con mafia que se resuelve a los tiros. Por lo tanto, tu respuesta está totalmente fuera de lugar, porque respondés a algo que yo no dije: dije justamente lo contrario.
Luisa: gracias por llamarme mediocre pese a que no me conocés. No pienso retribuirte tus flores. Evidentemente, de acuerdo a tus parámetros, debo serlo, y no me molesta, ya que, evidentemente, mis parámetros son otros. Que te vaya bien.
El Conurbano: la diferencia principal que supongo que debo tener con los «progres» a los que te referís, que opinan sobre el conurbano, es que yo vivo en el conurbano. En Sarandí, para ser más preciso, en un barrio donde apenas pasa un colectivo y los taxis no quieren venir porque escuchan Radio 10 y tienen miedo de que los roben. No me mudé al country después de haber sido director de Promoción Cultural de la Municipalidad, después de haber festejado el triunfo de un candidato a intendente del Frepaso como si fuera, más o menos, la revolución sandinista, y haber visto como los compañeros se llenaban los bolsillos y se cagaban en todas las cosas por las que decían que habían militado toda la vida. Traté de dar la pelea «desde adentro», rodeado de ladriprogresistas, como dice el compañero Artemio, que se llevaron la foto del Che que tenían en sus despachos a los departamentos de Puerto Madero o los barrios privados donde viven ahora. Después volvieron los duhaldistas y menemistas que ahora son kirchneristas y los pocos ladriprogresistas que quedaban del otro lado se terminaron yendo con ellos. Hasta algunos ex PC ahora son fieles soldados del compañero Baldomero, campeón del menemismo y el choreo.
Pero, no te preocupes, creo en la política. No creo que estén «los ciudadanos» de un lado y «los políticos» del otro. Conozco y respeto a muchos dirigentes políticos y sigo creyendo que la militancia es la única herramienta con la que contamos para cambiar las cosas. Pero el análisis que hago del kirchnerismo de Avellaneda, más allá de la experiencia personal, podrías seguramente compartirlo si te venís unos días por acá. Es un reciclaje de antiguos impresentables.
Hay excepciones, claro, que cuando llega la interna tratan de pelearla, y pierden siempre.
Bruno Bimbi es el producto que como quedó atrofiado el sistema político argentino luego del proceso militar, lo lleva a confundir las cosas a tal punto de justificar un crimen porque al decir de Bimbi era un «personaje menor», me parece que desconoce todo el trabajo y la presencia de Juan Giglio en su lugar, en la base, como siempre fueron sus ideales. Por suerte hay muchas personas que lo valoramos a Giglio y sentimos una pérdida inmensa.
Gabriela, no digas pelotudeces. Hay que ser muy sorete para decir que yo justifiqué un crimen. O no sabés leer, o sos decididamente jodida.