Mi único héroe

 

Trabajo en el Estado, en un programa con un potencial enorme creado por Néstor en el 2003. Haga lo que haga, cobro mi sueldo a fin de mes. Elijo al Estado una y ml veces, no sólo por la disciplina que elegí, también por compromiso, porque creo que es desde ahí, porque está en juego algo mucho más importante que cada uno de nosotros. Estoy a disposición, quiero que me «usen», hacer política gestionando, llevar al Estado Nacional a esos pueblos donde hace demasiado que no llega. Y es frustrante, no sabés cuánto, cuando ves que de quienes depende esta decisión están demasiados ocupados en su quiosquito, en ver cómo hacen para acomodarse mejor en la próxima gestión, encandilados con un fósforo. Soy una técnica, desesperada por aportar mi granito de arena en esta construcción, con lo mejor que puedo dar que es mi trabajo y no estoy al servicio de un particular deseoso de acumular poder, sino de un proyecto de Nación, apostando por una gestión pública comprometida.
L.

El héroe kirchnerista no lleva un fusil bajo el brazo. Repitan conmigo: no lleva un fusil bajo el brazo.

El héroe kirchnerista intuye, e intuye porque sabe de sus limitaciones, que no hay más revolución que un reformismo consecuente y obstinado. Y entonces sube las escaleras de a un escalón aunque le sobre aire para hacerlo de a dos. Pero el héroe kirchnerista quiere ganar maratones y cuida el aire.

El héroe kirchnerista coquetea con la épica, pero –sin saberlo, sin notarlo- construye una lírica un tanto desafinada. Humana. Concreta. No hay sinfónicas, pero hay muchas orquestas típicas dando vueltas en sus territorios.

El héroe kirchnerista no es ministro, ni secretario de Estado, pero querría serlo y capaz, incluso, lo es. Porque sabe que es en el Estado, en la administración, en los pasillos grises de los ministerios, en los achatados organigramas de provincias y en las oficinas con tubos de neón de las municipalidades, que se hace carne el sentido humildemente trascendente del hacer política. No es ministro, ni secretario de Estado, ni director ni consejero escolar y no los envidia. No los envidia porque quiere creer -y porque quiere creer entonces cree- que forma parte de un colectivo y porque se siente representado, a veces mejor, a veces peor, pero representado, por la conducción política que hubo y que hay. No los envidia. No envidia el supuesto glamour de las primeras líneas, los choferes y los mozos que te traen café, pero está dispuesto a serlo y a pelear para serlo. No tiene miedo de marearse en las alfombras y las pisa y si es necesario las llena de barro para tapizar de asfalto y de cordones donde había zanjas y pastizales.

El héroe kirchnerista no tiene ni buena ni mala prensa. Es anónimo aunque a veces sale con su nombre en las revistas y en los zócalos de los noticieros. Le gusta verse criticado donde es bueno que lo critiquen. Y le gusta más verse querido donde es bueno que lo quieran.

El héroe kichnerista puede estar en un barrio, en una fábrica, en una universidad, en un barco, en un camión o en un avión. O en una bicicleta. Pero se mueve. Transita. No se ata a lo dado ni a fórmulas matemáticas o determinismos históricos. Es flexible. Se adapta. Transforma y se transforma.


El héroe kirchnerista entiende bastante bien esa discusión menor de café entre peronismo y progresismo. Se ríe, chicanea para un lado y para el otro según quien tenga enfrente, pero sabe que eso no tiene ninguna trascendencia real en la realidad. Y el héroe kirchnerista todas las mañanas reza para no perder nunca el roce con su amada y odiada realidad mientras lee el Boletín Oficial.

El héroe kirchnerista corre el riesgo de dar malas respuestas pero tiene el gusto de hacerse buenas preguntas. Asume el peligro de preguntarse y de aprender de la práctica a diferencia de aquellos que se responden con las teorías y se preguntan con los espejos.

El héroe kirchnerista se conmueve con el pasado, lo honra y lo respeta. Pero ha decidido que ya hubo demasiada oscuridad como para enarbolar consignas que idolatren la muerte. Por eso no está dispuesto a dar la vida, sino a vivirla en una comunidad que viva mejor. Por eso, el héroe kirchnerista es profundamente democrático y gusta de ganar elecciones.

El héroe kirchnerista aprendió a no temer al poder a costa de no tenerlo. Y también sabe que el poder no es uno solo ni está en un solo lugar. Por eso se mueve, olfatea y se manda en su búsqueda. Sabe que, para cambiar lo que quiere cambiar, necesita construir poder. Y le gusta construirlo porque le gusta que las cosas cambien.

El héroe kirchnerista se equivoca. Se tropieza. Duda. Cae. Se levanta y se vuelve a equivocar las veces que haga falta. Es humano. Tiene las contradicciones, las miserias y las maravillas de todo ser humano. Ama, odia, desea, baila, sueña, sufre. Como todos. Porque el héroe kirchnerista es héroe en tanto es uno más de los muchos. Y por eso acepta que hay otros que son otros y que lo constituyen.

El héroe kirchnerista aprende y debe seguir aprendiendo que una cosa es la contrucción partidaria y otra diferente es la construcción en y de un gobierno. Sabe que las dos son construcciones políticas pero que una cosa es el partido y otra el Estado. Y es inteligente para intentar no confundirlas. Y que cuando estás en el Estado tu misión y tu responsabilidad militante es mayor, más compleja. Superior.

El héroe kirchnerista aprendió de leyes, de decretos, de burocracias y de morosidades estatalistas. Y es tanto más héroe cuanto más mueve los herrumbrados mecanismos que le dan cuerda a la administración. Y tiene la argucia y el tino de no ir ni más lento ni más rápido que lo estrictamente necesario para que el mecanismo gire sin romperse. Pero avance.

El héroe kirchnerista a veces no es kirchnerista. Y es radical, o socialista, o comunista o nada. Entonces otro héroe kirchnerista debe saber encontrarlo, escucharlo y aprender de él. Y sumarlo.

El héroe kirchenerista, enemigos, no lleva un fusil.

El héroe kirchenrista, amigos, lleva, bajo el brazo, un expediente. O un acta de constitución de una cooperativa. O una libreta donde están las vacunas para cobrar la AUH.

Hay muchos. Y vamos a necesitar muchos más héroes kirchneristas. Porque nunca sobran.
Y porque todo, aún, está por hacerse mañana.

Acerca de Abe "Mendieta" Vitale

De chiquito, Mendieta no quería ser bombero ni policía. Soñaba con ser basurero. Ir colgado, como un superhéroe, del camión. Despúes se las ingenió para ser y hacer muchas cosas, todas más interesantes que lo que terminó siendo: un Licenciado en Comunicación, algunas veces como periodista, otras como funcionario público. Sus únicas certezas son su sufrimiento racinguista, la pasión por el mar y cierta terquedad militante. Todo el resto puede cambiar mañana. O pasado.

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59 comentarios en «Mi único héroe»

  1. esta muy bueno Mendieta

    tal vez esto te parezca mala leche pero lo digo con buena intencion para hacerlo mas real: el heroe Kirchnerista esa especie de burocrata weberiano que describis, ha choreado alguna vez, ha participado de algun choreo o en alguna epoca en alguna intendencia o en el propio estado fue ñoqui.

    y eso no lo desvaloriza.

    1. Gracias por tu sinceridad. Tanto por la admisión del Afane(*) como que eso no es disvalioso, aunque creo que Max Weber no estaría de acuerdo, puesto que a las dos éticas que señala el autor, habría en todo caso que agregar una tercera: la ética de la sinceridad, que en épocas como las actuales de vacas gordas pasa, pero en la de vacas flacas puede convertirse en sincericidio.
      (*)con mayúsculas debido a la volumen que ha tenido desde el 2003.-

      1. es que tiene que haber corrupcion, alianzas oscuras y demas.

        sino de que vivirian los Asis, la izquierda cool, los gargarella,etc.

    2. Pepe: más allá de la buena leche o no. Habrá algunos que sí y otros que, me consta, no. Y, sin ir demasiado lejos, trabajè muchos años en el Estado (municipalidad, Naciòn, Congreso, Legislatura)y nunca choreè, nunca fui ñoqui, etc. Ojo: hacer eso no es heroico. Es lo que debe ser.

      1. El Nuevo Heroe Kirchnerista no debe ser corrupto. Del Viejo, bueno, mañas tiene. Espero que no nos termine jodiendo a todos.

  2. Excelente escritura. El Estado es, para mí, uno de los dos principales campos de batalla: el otro es la propia sociedad. Pero el Estado no es sólo el gobierno. De cualquier manera, cuando muchos empleados estatales insisten en dedicarse a hacer café y a chacotear por facebook, es importante que algunos lo tomen como una militancia.

  3. es un buen articulo
    yo no soy k per se pero comparto lo que se dice

    es bueno que por fin hablen de politica con minuscula. ese es el verdadero campo de batalla la politica con mayuscula es entretenida pero no es gobernar verdaderamente
    gobernar es brindar un servicio publico. es hacer bien tu trabajo todos los dias no importa la ideología del partido de turno

  4. Me gustó mucho su texto, querido Mendieta. Y pensar que por izquierda y derecha a muchos de estos militantes del estado los (nos) corren tildándolos(nos) de miltantes rentados, etc…

  5. Me deslumbró Mendieta con tan bello texto.
    El heroe kirchnerista se prepara para dejar de serlo, sabe que luego de estas elecciones, el kirchnerismo habrá de haberse peronizado, que ya no habrá un amor después del amor. Tal vez una Cristina abuela, pero aquel kirchnerismo que se inventó con la 125 se declarará disuelto.
    Sabrá que será hora de empezar de nuevo.

  6. La idea de convertir en héroe a quien solo debe cumplir bien su función genera un fanatismo que termina mal; mi abuelo, peronista de centro derecha, laburó como director durante 25 años en una dependencia de cancillería (que hoy lleva su nombre), nunca se quedó con un vuelto, devolvió 25 mil dólares que le sobraron para gastos personales que le pagó presidencia para dictar seminarios por Europa y USA, y murió de tristeza cuando lo echaron como un perro cuando terminó su obra maestra, el Atlas Antártico, más específicamente la segunda edición; la cosa es que el Atlas produjo recelos en el sindicato y no se les ocurrió la mejor idea a los muchachos de UPCN que echarlo bien a la mierda; fue un héroe o un pelotudo que se murió pobre porque nunca se quedó con retornos y con vueltos?; te pregunto Mendieta, vos entregarías tu vida como hizo mi abuelo por el estado? o estás arengando para enfervorizar demagógicamente al ñoqui depre que ve como se la llevan toooooooooooooodaaaaaaaaaaaa sin comer ni un poquito?

      1. No necesariamente es así. La gran mayoría de los que han trabajado dentro de las estructuras del Estado han sido honestos. El problema no pasa por ahí, sino más bien en levantar la bandera de la corrupción como algo aceptable y fuera de toda sanción.Tarde o temprano la mayoría de la sociedad paga el festival.-

    1. Gonzalo: la confusiòn està dada, quizà por mi escritura, en que no hay que confundir «empleado estatal» con «militante trabajando en el Estado». Por supuesto que el «empleado estatal» debe ser honesto, etc. Pero el «militante empleado en el Estado» tiene un compromiso y una responsabilidad superior. Se supone que el Gobierno està implementado las políticas públicas opr las que él milita y por eso su dedicación debe ser aún mayor.
      Yo no entregaría mi vida ni por el Estado ni por nadie (quizás, claro, mis afectos más directos, pero es una aclaración idiota) y la lectura que haces de mi texto es bastante restrictiva y sesgada. De cualquier modo, la honestidad de un funcionario -a mi modo de ver- no la pongo nunca en discusiòn. Para mì debe serlo y se acabò. Lo de la arenga a los «ñoquis» es una pavada. POrque si precisamente no hay ñoquis es enter los «militantes» que estàn en una gestión política. Sea esta u otra.

      1. Mi lectura iba hacia este lugar: el único «héroe» posible en el estado es el tipo que cumple bien su función; solo con eso basta; si los tipos son militantes y generan un estado productivo y atento a las necesidades macro y micro, perfecto. Si son militantes por que «sobran» cargos y los tenés que meter ahí, no salimos nunca de la idea que tuvo en su momento Irigoyen de engordar el estado para una clase media que no encuentra su lugar tenga unos manguitos para acompañarnos en el proyecto; ese militante que engorda el estado y no cumple sino una función decorativa (ñoqui) hace que falten profesionales que son hiper necesarios pero como no transaron se quedaron afuera por pelotudos. No jodamos, no digo que haya que echar a nadie, falta laburo y la calle está dura, pero decime cuantos tipos que están en el estado argentino hoy son héroes? los militantes? en serio me lo decís? por ser militantes nada más? ni en las épocas más gloriosas de la Unión Soviética pensaban como vos, si un médico es un mal médico pero un gran militante que mate gente en su consultorio, no en un hospital.

      2. Te doy un ejemplo sin dar nombres: los militantes que trabajan en la central del banco provincia de BUE son tan inútiles que los capos tienen que contratar gente de extracciones políticas diversas; tengo un par de conocidos radicales que para que no los rajen tienen que hacer el saludo con los deditos en V, porque antes que laburar bien hay que ser, precisamente, militante; andáaaaaaaaaa.

      3. Entonces para vos un militante trabajando en el estado que es? un empleado público con corazón y garra? estás hablando en serio?

      4. Sabés por que no estamos de acuerdo? por que por militantes en el estado que no quieren laburar se está muriendo la madre de un amigo y como hay tole tole no la operan; prefiero, siempre, que el estado esté ocupado por profesionales y técnicos idóneos; a los militantes, que los banque el partido, no hay ningún problema.

      5. Gonzalo: te acabo de mandar un mail a tu casilla. Espero lo respondas tan rápido como los comentarios que hacés en el blog.

      6. Que lástima. Hasta acá venía dándote la discusión con respeto de mi parte. Cuando pusiste el ejemplo de la madre de tu amigo te mandé un mail privado al instante para ver cómo podía ayudarlo (los fieles lectores de este blog saben que fui funcionario de PAMI hasta hace unas semanas). Pasaron 40 minutos y no tengo respuesta. No quisiera creer que se debe a que lo argumentado era una mentira. O mejor sí: quiero creer que mentiste, así la mamá de tu amigo está bien de salud.
        Preferiría que no vuelvas a pasar por mis posts a partir de ahora. Hay cosas con las que no se jode.

      7. Nunca me llegó el mail, y si no doy el nombre de amigo es por una cuestión de respeto; mañana por la mañana voy a hablar con parte de la plana mayor del Hospital (te estoy diciendo que hablo en serio, esto no es joda) para ver como interceden para que puedan operarla, es en NQN y hay paro hace tiempo, y viene para largo; la mujer se está muriendo, se hizo campaña para conseguir donantes de sangre desde red solidaria, se consiguió la sangre, y como hay tole tole en ATE, cierta militancia no quiere operar, entrá a los diarios de NQN y leé la notas sobre la crisis en salud; como soy un buen amigo, charlaré con la gente que conozca para que la operen; si lo conseguimos, tenemos que pelear un traslado o juntar la plata para que la operen en un privado; sabés una cosa? el flaco con el quilombo es K, vos te pensás que yo juego con estas pavadas?, estás muy equivocado, y si, es la última vez que paso por tu blog, no me gusta tu tono amenazante.

      8. Así que interesarme por lo que decìas y tratar de ayudarte es usar un «tono amenazante»? Entendemos de modo diferente las amenazas che. Suerte.

  7. Capo, hace poco con mi cabezota de economista gris sin poesía, yo hablé por ahi de la necesidad de crear, formar y multiplicar «burocratas K». Pero vos que sos un mago de las palabras, diste en el clavo. Héroes Kirchneristas.
    Abrazo capo

  8. Aclaraciòn: este texto no habla de los «empleados estatales». Ni siquiera habla -exclusivamente- de aquellos militantes que estàn contratados o trabajando como funcionarios en la actual gestión. Habla de una forma de entender la militancia en estos tiempos. Y una forma de entenderla productiva y de cnocreciones màs que de palabras y discursos. Y esa actitud se pueda manifestar en un empleo estatal o fuera de èl. Porque muchos de los que yo hablo militan en los barrios formando y capacitando cooperativistas. O en una Sociedad de Fomento. O en un club. Claro: tambièn incluye, de forma positiva, a los militantes que sì tienen empleos y cargos y sueldos en el Estado. Para un militante con convicciones, entrar a trabajar en la gestión pública es un orgullo y un honor. Y también, a veces (como en el párrafo que abre el post) un dolor de cabeza y de frustraciones. Podrán entender la diferencia aquellos que no entienden la política? Sean Ks o no Ks? No lo sé. Pero sería importante.

    1. Antes:
      «Trabajo en el Estado, en un programa con un potencial enorme creado por Néstor en el 2003. Haga lo que haga, cobro mi sueldo a fin de mes. Elijo al Estado una y ml veces, no sólo por la disciplina que elegí, también por compromiso, porque creo que es desde ahí, porque está en juego algo mucho más importante que cada uno de nosotros. Estoy a disposición, quiero que me “usen”, hacer política gestionando, llevar al Estado Nacional a esos pueblos donde hace demasiado que no llega.»
      «El héroe kirchnerista no es ministro, ni secretario de Estado, pero querría serlo y capaz, incluso, lo es. Porque sabe que es en el Estado, en la administración, en los pasillos grises de los ministerios, en los achatados organigramas de provincias y en las oficinas con tubos de neón de las municipalidades, que se hace carne el sentido humildemente trascendente del hacer política.»
      Ahora:
      «Aclaración: este texto no habla de los “empleados estatales”. Ni siquiera habla -exclusivamente- de aquellos militantes que estàn contratados o trabajando como funcionarios en la actual gestión.»
      No se entiende.

      1. Qué no entendés? POdés tener esta concepción de la importancia de la función estatal estando o no en el Estado. Y podés participar de esta concepción estando en el Estado o armando una cooperativa. O militando en un club. No es tan complejo Daio.

  9. El ser militante no hace apto a nadie. De qué se encarga un militante? Para YPF es mejor un tecnócrata apartidario geólogo o un militante que tal vez, en el mejor de los casos, sea abogado?

    Entre un profesional y un militante, siempre me quedo con el profesional. No creo que los pibes de la Campora sean chorros, pero sí que en general son acomodados, con pocos méritos más allá de su militancia, y poco aptos. (esa es la mayor crítica, no que sean ñoquis)

    No sea que la «recuperación de la política» termine creando un peor estado porque los militantes desplazan a la gente más preparada.

  10. De la crónica de Vargas Llosa en Uruguay la semana pasada:

    Esta última amenaza tendría un origen más profundo: en Occidente estaría cundiendo la idea de que la política es una actividad ejercida por deshonestos que producen leyes inevitablemente viciadas desde su origen. A su vez, las democracias liberales no habrían sido buenas propagandistas de sus enormes logros (popularización de la salud y la educación entre los más notorios) y ya no habría “nuevas generaciones dispuestas a servir al Estado con el entusiasmo que los jóvenes idealistas del tercer mundo se entregaban a la tarea revolucionaria”. Por esto, “es el pesimismo lo que puede acabar con las democracias liberales, lo que los marxistas ridiculizaban llamando ‘democracia formal’”.

    Mas por acá: http://ladiaria.com/articulo/2011/4/conversacion-en-la-capilla/

  11. Mendieta,el Eterner,quizás es todo eso.
    Además de lo que decís,debe tener una gran capacidad y estómago para tragar sapos,culebras envenenadas,sentarse al lado de delincuentes y mirar para otro lado con cara de dobolu.
    Pero además y por sobre todo,este viejo militante te dice q

  12. …se interrumpió por esos milagros del ciberespacio.
    El heroe debe tener el suficiente autocontrol como para no agarrar el AK y pasar por el Circulo Militar,el Círculo de Armas,el Jockey Club y hacer una carnicería.

  13. Muy bueno Mendieta! Debe haber muchos de esos que describis. Tambien las capas geológicas de inútiles y corruputos que se mencionan, pero los valiosos hay que rescatarlos tambien. Y esa «valía» la crea el «relato», sin dudas. Optimismo de la voluntad.
    Para quienes servimos en el campo privado pero estamos academicamente, afectivamente, ideologicamente y, vocacionalmente vinculados a lo público, a lo social ,a lo político, imaginamos que debe ser maravilloso alistarse en ese ejercito sin fusiles para dar la lucha gris estatal por hacer de este pais algo mejor en lugar de valorar las acciones del capital. ¡Salud compañero!

  14. capacidad y adhesion al proyecto gubernamental mas honestidad es lo ideal en el empleado publico y sobre todo en el funcionario.Si no se dan juntas va primero la tercera,luego la capacidad y la adhesion en tercer termino.Asi de simple.

  15. «..Y es frustrante, no sabés cuánto, cuando ves que de quienes depende esta decisión están demasiados ocupados en su quiosquito, en ver cómo hacen para acomodarse mejor en la próxima gestión, encandilados con un fósforo..»
    «…No los envidia. No envidia el supuesto glamour de las primeras líneas, los choferes y los mozos que te traen café…»
    ¿Sabés que pasa? La militancia sostiene primero a eso que mencionas con desden (concientemente o no), y en el tiempo que sobra y con el recurso que sobra, se hace lo que el «Heroe Kirchnerista» cree que hace como primer objetivo.
    Ojo una cosa, Mendieta no dudo ni por medio segundo de la sinceridad de tus palabras.

  16. Excelente Mendieta.
    Tal cual, la responsabilidad de laburar cuando bancas un proyecto es el doble o el triple que la del técnico que sólo cobra su sueldo y hace su trabajo (o ni siquiera eso).

  17. Un pequeño detalle Mendieta, que opaca su bello texto.
    «El heroe Kirchnerista, ENEMIGOS….»
    ¿Cuál es el corte entre enemigo y adversario u opositor?
    Al no sumar alguna de etas dos categorías me impone así que me calce el sayo de enemigo si no concuerdo con el suyo.
    Perdone que insista una y otra vez con mi convicción de que semejante polarización no traerá nada bueno.
    Lirismo sí, mesianismo no.

  18. Para un empleado público ser militante (del gobierno o de la contra), no lo veo como un valor. Más bien es un disvalor.
    Es un valor ser honesto, conocer su trabajo, tener conciencia que un empleo público es ser «servidor público», capacitarse, cumplir lo que se espera de él, dedicarse a su labor, etc. Todo lo contrario de lo que veo cuando concurro a reparticiones públicas. El Martes pasado n mi última visita a La Plata, solo vi un 20% dedicado a su trabajo, el resto boludeando.
    Los miltantes estan para ser funcionarios, y para irse cuando cambia la administración.

    1. Cómo es en Holanda, Mariano, vos que viajaste por países serios y ESCLAVISTAS ???
      Sos un apóstol del «honestismo», como lo fue el maula de Arturo Illía !!!

  19. Esto podría cambiarse al título de «El Trepador» (reemplazando la supuesta palabra «Héroe» por la de «Trepador», hagan la prueba y verán el efecto).

  20. En las municipalidades se nota mucho la adscripción partidaria.En la municipalidad donde vivo (y no trabajo) cuando la mayoría de los empleados de planta permanente y contratados son radicales (por ejemplo) coincidiendo con que la gestión es radical, se labura a destajo. Y esto porque se le cumple a una jerarquía media que también es radical (en algunos casos asumen por el período, en otro son empleados permanentes). Cuando sube alguien de signo opuesto, también se milita, marcando tarjeta y volviendose para casa (si se tiene un pie en el sindicato, sino se es lo menos funcional posible). Y te puedo asegurar que por el cúmulo de contratos nuevos que deshilachan el presupuesto municipal cuando sube el adversario, además de lo aceitado que se vuelve todo en la medida en que una gestión del mismo signo político permanece, se suele definir todo en favor del que aceito mejor la maquinola municipal, incluso hablando de trámites. Hay disputa adentro del aparato estatal, a diez manos. Sin embargo tengo la secreta esperanza de que medidas innovadoras legisladas en los consejos, herramientas burócraticas formuladas ahi que permitan hacer más justas las medidas justas, en determinados momentos, inclinan la balanza. Y más vale que ahí también trabajan heroes.

  21. Excelente, no puedo entender el debate sobre “militar desde la funcion” si se es militante y es convocado a la accion, las opciones que plantean son que se niegue o que deje la militancia? parece ridiculo… por mi parte me reflejo en quien lleva bajo el brazo el acta de la cooperativa ;)

    1. Ojo: La contra sólo critica la militancia oficialista de un empleado estatal. Si es de la contra, todo liso. O tal vez prefiera un empleado estatal ideológicamente castrado, más parecido a ellos.

  22. Mi opinion es que nos faltan muchos heroes k en todos lados, no puede ser que se sigan usando las mismas formas de lucha que en el siglo pasado, no puede ser que los profesionales de los hospitales sigan atendiendo con tanto desgano, algunos van solo a firmar y paralizan los hospitales por problemas salariales ¡sin dejar médico de guardia!.
    Esta bien ser militante de los derechos profesionales pero en primer lugar habria que ser militante de la salud publica.
    Ahora no hay razón alguna para que los hospitales no funcionen, si ganan poco que reclamen por otros medios. Esto es tomar el poder todos los dias y no dejarlo caer para volver a empezar.

  23. aclaracion a Mariano T.:la adhesion al proyecto oficial en el empleado publico no necesaria:seria antidemocratico pretendenrlo,aunque si deseable porque garantiza la cohesion en la gestion.Y mas si es funcionario.

  24. Lo gracioso es que los «heroes» militantes estatales se reciclan para no desaparecer. Tranqui que les queda cuerda para rato…, ya habrá tiempo para bajar el perfil o para un nuevo mesias.

  25. Maravilloso Mendieta. Lo leo un poco tarde, pero justo a tiempo para mi ánimo.
    A mitad del año pasado decidí dejar la comodidad del laburo privado, y pasar a ponerle el cuerpo a la gestión, desde un trabajo en la gestión municipal. Y todos los días las complicaciones y frustaciones múltiples me hacen preguntarme ¿hice bien? Sigo con las mismas ilusiones que el primer día, y cada cosa que logramos es una copa del mundo para mí. Textos como este me recuerdan que somos un montón los que decidimos dejar de hablar al pedo desde la mesa de café, puteando en el mstrador o en comentario chicanero en los blogs, y empezamos a embarrarnos los piecitos haciendo el Estado. Y están cambiando cosas, tal vez más lento de lo que desearíamos, pero están cambiando.
    Impresionante como algunos iluminados consideran que un «militante» es sinónimo de inútil, ñoqui o ignorante.
    Un gran abrazo.

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