La provincia de Misiones, que el próximo domingo 26 de junio celebrará sus elecciones, presenta algunas características interesantes para destacar. Primeramente, en esta provincia, la política de inmigración impuesta desde las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX resultó en el asentamiento de pequeños productores – en su mayoría europeos-. Por lo que se constituyó, ya desde ese entonces, una estructura productiva cuyo núcleo principal estaba dado por la fuerte presencia de pequeñas explotaciones en las que las familias de inmigrantes cultivaban productos como yerba o té, o extraían madera de bosque nativo, entre otras actividades del medio rural.
Esta fuerte atomización de las unidades productivas (aunque dedicadas a un conjunto poco diversificado de productos) explica el hecho de que la élite política misionera no tenga una clara extracción agrícola. Para ser más claros: los dueños de la tierra en Misiones no constituyeron el núcleo de la élite gobernante provincial (rasgo que podría ser propio de varias de las provincias del norte de nuestro país), y los más poderosos terratenientes no tienen un preponderante papel político, aunque sí en la fijación de los términos de producción y comercialización de los principales productos misioneros.
Convertida oficialmente en provincia argentina en 1953 por iniciativa del presidente Juan Domingo Perón, Misiones ha tenido tradicionalmente una de las más altas tasas de crecimiento demográfico, lo que la convierte en la provincia con más habitantes del Noreste argentino – NEA- con casi 1.100.000 habitantes y una de las más pobladas de todo el Norte Grande Argentino. Su estructura productiva principal se constituye alrededor de la madera (Misiones comparte con Corrientes los principales establecimientos madereros del país y de la región, y este sector es el que genera la mayor parte de sus divisas), la yerba mate, té, tabaco y algunos frutales – en casi todas la industrialización de los productos es leve – y también, por supuesto, del turismo. Su vida económica y cultural está fuertemente vinculada con las fronteras que comparte con Brasil y Paraguay, lo que la posiciona como una de las ubicaciones estratégicas en relación al Mercosur.
En la actualidad, muchos indicadores socioeconómicos reflejan la dinámica de las mejoras sociales que se experimentaron a nivel general desde 2003 con los gobiernos de los presidentes Néstor y Cristina Kirchner, particularmente se destacan la tasa de desocupación que, medida por el Indec para el Gran Posadas arroja una desocupación del 5,3%, cuando en 2003 representaba el 13,5%. En 2004 la pobreza se situaba en 53,4% de la población y hoy Misiones comparte con el NEA un porcentaje que va del 22 al 25%. Incluso la mortalidad infantil ha descendido fuertemente, pasando del 20,2 fallecidos por cada 1000 nacidos vivos a fijarse en 12 por mil.
En relación al escenario político, Misiones reviste algunos datos atractivos. Por un lado, el peronismo ha tenido un protagonismo pronunciado durante los últimos cinco mandatos provinciales. El actual diputado nacional (y fugaz expresidente) Ramón Puerta fue gobernador durante el ciclo 1991 – 1999, en que aplicó en la provincia políticas de corte neoliberal alineadas con las que se implementaron a nivel nacional durante el gobierno de Carlos Menem. Puerta propuso a finales de su mandato que el entonces intendente de la ciudad de Posadas, el Ingeniero Carlos Eduardo Rovira, lo sucediera en el cargo. Este último gana las elecciones generales para el cargo de gobernador en 1999.
Rovira ejerce dos mandatos consecutivos muy distintos. El primero sumido en el contexto de crisis económica, el empeoramiento de los indicadores socioeconómicos, el crecimiento de la conflictividad social, en el que el ex mandatario logra algunos equilibrios macroeconómicos y fiscales hacia el final de su primer período. El segundo período (2003- 2007), y tras haber roto con Puerta y creado el Frente Renovador de la Concordia Social, un partido nuevo surgido de la combinación de un sector del PJ provincial afín al gobernador y un segmento del radicalismo no alineado con la dirigencia nacional del partido, en el que se encontraba el futuro gobernador Maurice Closs – quien era un joven dirigente provincial de ese partido-, Rovira esta vez pudo aplicar políticas de reconstrucción económica y social, donde el pilar de las acciones se centraron en la recomposición salarial de los empleados públicos, la creación de herramientas financieras para oxigenar el aparato productivo provincial y mejorar la recaudación fiscal a través de la introducción de impuestos dirigidos a captar renta productiva para resolver el problema del endeudamiento derivado de los años noventa. Cabe destacar, además, que Carlos Rovira fue uno de los primeros gobernadores en brindar su apoyo a Néstor Kirchner una vez que asume su mandato presidencial.
Hacia el año 2006 el exgobernador, con el acompañamiento de Néstor Kirchner, decide proponer una reforma de la Constitución provincial para buscar un tercer mandato, lo que genera una enorme reacción en buena parte de la sociedad, de los partidos políticos opositores y, por sobre todo, de la Iglesia católica misionera, cuyo obispo de la diócesis de Puerto Iguazú, Joaquín Piña, se posiciona como el líder de la movilización opositora.
Rovira finalmente pierde el plebiscito de 2006 (aunque con un alto porcentaje a su favor) y acuerda con Maurice Closs – quien ya había sido su Jefe de Gabinete en los primeros años de su segundo mandato y había sido electo Senador Nacional en 2005-, la candidatura de este último a gobernador de la provincia y la suya para primer diputado provincial – luego asumirá la presidencia de la Cámara de Representantes -.
Closs gana las elecciones y despliega un programa de gobierno centrado en varios ejes: el impulso a la obra pública (centralmente una profundización de la política de acceso a la vivienda, obras viales y la construcción de alrededor de cien escuelas); un cambio de paradigma en relación a las obras complementarias de la represa Yaciretá, en que se aprovecharon los recursos para mejorar la trama urbana y productiva de las ciudades del sudeste de la provincia, en especial Posadas; el impulso al turismo y el aprovechamiento y reforzamiento de atractivos no explotados; y por último, una política de arraigo de la población (sobre todo la de origen rural) en relación a dos cuestiones: la construcción de escuelas en prácticamente todos los municipios, para garantizar la continuidad de la escolarización de la población y por el otro lado, la política de autonomía alimentaria, mediante el programa “Proalimentos”, que apunta al autoabastecimiento en la producción de alimentos (sobre todo aquellos no tradicionales) en el territorio misionero para el año 2015, en la intención de crear más puestos de trabajo y ganar mercados. Ambas medidas representaron una dinamización de la actividad productiva y económica en los pequeños pueblos rurales de la provincia en los que viven buena parte de los misioneros.
Esta política se presenta, desde nuestro punto de vista como central, ya que por un lado impulsa la explotación de “ventajas dinámicas” de nuestra economía. Esto significa que, más que centrarse en la producción tradicional (como se proponía en los años noventa), se busca alentar las oportunidades de desarrollo de productos no tradicionales para el mercado interno e incluso para la exportación, lo cual sin lugar a dudas genera oportunidades de empleo y una dinamización del entramado productivo local explotando todo potencial del territorio.
Todas estas acciones desplegadas en el gobierno de Closs, sumada una convivencia casi armónica con Rovira – quien en su rol de presidente de la Cámara de Diputados provincial reactiva el poder legislativo -, y entre los sectores internos de la Renovación, permitió una aceptable estabilidad. Sin querer exhibir esta experiencia política como una panacea interesa destacar la estabilidad de un proyecto político como experiencia exitosa en la combinación de dos de los partidos más importantes de nuestro país (incluso anterior a la propuesta de la Concertación Plural que se proponía en 2007) y que ha alcanzado ya ocho años de gobierno y, también, el hecho de que por primera vez (por lo menos para esta provincia) existe un movimiento que impulsa un proyecto de desarrollo que busca explotar el potencial productivo misionero.
Estas características han hecho que hoy Maurice Closs esté alcanzando más del 60% de imagen positiva y más del 50% de intención de voto para el cargo de gobernador en las próximas elecciones frente al segundo puesto del exdirigente del PRO Claudio Wipplinger con un 12%, y el candidato del radicalismo, Luis Pastori, muy cerca. Estas condiciones se explican por una oposición con serios conflictos internos, sobre todo en el Frente para la Victoria provincial (que es opositor al gobierno de Closs y cuyo candidato a gobernador es el actual senador nacional Luis Viana), y el Radicalismo, que una vez que el gobierno anunciara el adelantamiento de elecciones, comenzaron la búsqueda de alquimias difíciles de digerir para el electorado. Además, suma para el oficialismo la óptima relación con el gobierno nacional y la altísima imagen positiva que la Presidenta Cristina Fernández conserva en Misiones.
Y es aquí vemos dos desafíos: por un lado, la hegemonía del partido gobernante frente a una oposición atomizada puede originar el peligro de la inestabilidad ya no fuera de la alianza de gobierno sino dentro, en relación a la sucesión para el período siguiente. Aunque esta cuestión queda matizada al ver la combinación de liderazgos que se da entre Rovira y Closs que han sabido mantener su sintonía y esto ha permitido que las crisis internas se pudieran manejar con soltura.
Por el otro lado, con una economía con mejor aspecto como la actual, será necesario pensar cómo profundizar el actual esquema en función de alcanzar una mayor industrialización de los productos, en la búsqueda de un mayor valor agregado, la generación más intensa de fuentes de trabajo, que permitan llegar a una baja contundente de la desocupación, de la inestabilidad laboral y por supuesto, de los sectores sociales que todavía viven uno de los mayores flagelos, el hambre, que el gobierno provincial ha comenzado a atacar con fuerza.
Emi, felicitaciones por el articulo. Muy bien escrito. Vamos por mas!!!!!!
Que interesante post. Podrias por favor explicar mejor lo de Proalimentos? Por ejemplo, el Gobierno arreglo con las cadenas de supermercados para que compren a mas proveedores locales?
Y otra pregunta: como le deban las encuestas a Rovira (si se candidateaba a gobernador)? es decir, xq no volvio el en lugar de seguir Closs? (Que curioso que la dupla Rovira-Closs es muy similar a la de Putin-Medmedev. En este caso, Putin quiere volver pero inesperadamente parece que Medmedev se quiere quedar. Y esto en un marco de una larga alianza y buena relacion personal).
La alianza UCR-PJ en misiones constituye un partido único siniestro, una especie de PRI. Llevan adelante un sistema clientelista tanto a nivel del ciudadano como el del productor y empresario, casi no hay actividad que no dependa de un subsidio. La población rural disminuyó y se empobreció, se amontonaron alrededor de Posadas en viviendas sociales, muchas de Schoklender, a vivir de un plan. La alianza política maneja la justicia y los negocios mas gruesos, legales e ilegales. En Misiones podes ver todos los días imágenes como un Audi A8 pasando al lado de un desnutrido muriéndose. Un dato: es la provincia que mas champagne consume, averigüen, todo un símbolo.