Para quién canto yo entonces

Argentina logró lo que sus vecinos latinoamericanos solo arañaron: que nadie fuera más que nadie. Mientras en otras tierras la discriminación por clase o por raza era de rigor, en Argentina había inclusión, progreso y un fuerte ideal de igualdad. Al mismo tiempo: la organización sindical más poderosa del continente. Correlación no es causalidad, dicen, pero todos podemos sospechar.

Llegaron los noventa y el sindicalismo bailó con todas las más feas: algunos aplaudieron las reformas neoliberales con tal de sostener la gran corporación, otros las rechazaron en vano. Las organizaciones quedaron divididas entre las empresarias, que diezmaron sus bases, y las que estaban en la calle, marchando con los trabajadores y los cada vez más numerosos expulsados; todas opacadas por los más comprehensivos movimientos sociales. Con el cambio de década, el gigante resurgió porque habían quedado mucho más que cenizas: la negociación colectiva centralizada, el monopolio en la representación a nivel de planta, las obras sociales y el sempiterno vínculo con el partido en el gobierno.

Al ritmo de la recuperación del empleo formal y con un gobierno amigo y amigable, el sindicalismo volvió a la actividad que mejor le sale: negociar salarios y conseguir mejoras por encima de la inflación para afiliados y no afiliados también (Argentina es además uno de los pocos países en América Latina cuya negociación colectiva tiene cobertura sectorial y no por empresa). Pero con la lluvia de recursos, llovió la violencia: entre seccionales por recursos, entre sindicatos por encuadramiento o porque sí. La represión estatal palidece ante estas cifras: se pelean entre ellos. Los sindicalistas parecen ser feos, sucios y malos, y pelearse básicamente por la plata.

Si simplificamos, de un lado queda el sindicalismo amarillo, supuestamente eficientista, que sacrifica a las partes por el todo. Un líder sindical capaz de matar a un pibe para sostener su negocio de exclusión. Del otro, el sindicalismo de izquierda, que dice decidir todo por asamblea y sacrificar el todo por cada una de las partes. Un líder sindical que para, para y para por salarios, condiciones de trabajo, higiene y seguridad. En el medio está todo y, sobre todo, está el líder sindical empresario que más cosas consiguió para sus laburantes. Pero por ningún lado nos enteramos del sindicalismo que ayudó en todo este tiempo a engordar la clase media: el tipo que terminó el secundario, consiguió un empleo formal con todos sus derechos y sabe cada vez, en esta misma época del año, que su delegado está discutiendo salarios –y sabe perfectamente también que lo tiene que presionar para aumentar algunos decimales o que sea en menos cuotas. ¿Por qué no leemos de ese sindicalismo?

La noticia es una entrevista a un viejo y muy actual dirigente sindical, con cadena y anillo de oro, y fotos de Perón y Evita, que cuenta sus comienzos -ciertos, sin dudas- como esforzado trabajador. ¿Qué tiene un viejo de entre 70 y 80 años que conduce un gremio hace 40 o 50 para contarle al joven que acaba de subir a su clase? ¿Con qué elementos hace política un tipo con la cara marcada por las traiciones a sí mismo al que le tiembla la voz? Y si, en cambio, el sindicalista es sindicalista estricto, es uno que consigue mejores condiciones para sus trabajadores, ¿por qué no se convierte eso en un mojón para ir a por más política?

Me pregunto dónde está el Departamento de Extensión Sindical. ¿Funciona todavía ahora el hotelito en Mar del Plata? ¿El fin de semana en el camping? ¿Alcanza? El sindicato en tu vida, ¿existe?¿Cómo hace la organización para ser presente y no algo que te contaron o, peor, algo por definición pasado-pesado y burocrático? ¿Por qué al final del día al sindicato le debés solamente tu aumento salarial?

Lo dicho: el sindicalismo parece pelearse por plata. ¿Y por todo lo demás también?

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27 comentarios en «Para quién canto yo entonces»

  1. Excelente síntesis, jimena. Muy buena su caracterización de los gremios en nuestro país. Comparto su preocupación por los dirigentes que se eternizan en los cargos, e incluso fundan dinastías.

    Agregaría que tambien me preocupan los émulos de Vandor, la actitud irresponsable de algunos gremios de servicios y las formas de lucha que vulneran los derechos de terceros, yendo mucho mas allá del legítimo derecho de huelga.

  2. Jimena:

    Espero no te ofendas con lo que te voy a decir.

    Creo que el post, siendo un tema importante para discutir, presentado en este momento, cuando el gobierno esta gestando un intento de asalto al Poder Judicial a través de la «reforma del Consejo de la Magistratura» y la «Reglamentación de las medidas cautelares», lo convierte en algo extemporaneo y distractivo.

    Tan grave es lo que está pasando, que nuestra Constitución Nacional califica de «Infame Traidor a la Patria» a quién pretenda hacerse con la suma del poder público.

    Ayer Diana Conti, que actúa como vocera de la presidencia, ha dicho que todo gobierno triunfante tiene derecho a gobernar controlando los tres poders de la república.

    Este y no otro es el verdadero significado del «Vamos por Todo».

    Ni los militares se animaron a tanto.

    1. Espero no te ofendas ZXC;
      pero es tan patético y ridículo lo que escribís que ni da para constestar.
      Espero no te topes con un juez de los que en las sombras se cargan los bolsillos con las cometas de un Cabello, de los mafiosos que tiene que enfrentar Susana Trimarco, de los Magnetto.
      Ojalá no te tengas que comer nunca una cautelar de 3 años y medio.

      Que ganas de actuar el rol de angustiados demócratas y republicanos, mamita.

      1. Para eso habría que cambiar la Constitución liberal, cosa que yo anhelo siempre y vos, nunca.
        Elevar a la categoría de cosa sagrada a las medidas cautelares sin tiempo límite, contra lo que llamás «asalto al Poder Judicial» es suficiente como para que convengamos estar en veredas irreconciliables.
        Argumentos para que supuesto diálogo?
        Que tan sano es dialogar con los que quieren bajarte a toda costa so pretexto que vas «por todo»?
        Tenés razón, no es ni patético ni ridículo, es temerario lo tuyo.
        Ambos consideramos al otro temerario en acciones y dichos.

        -«Ni los militares se animaron a tanto»

        A esos militares nosotros los pusimos en cana. Muchos de los ahora «constitucionalistas» que tenemos enfrente los extrañan horrores.

      2. Por nosotros queres decir el gobierno de Alfonsin or el gobierno que los libero la decada siguiente?

        Y las cautelares duran lo que dura el juicio de una question. Yo agradezco que estuvieron las cautelares durante el corralito. Se ve que a vos no te afecto. Menos mal que duro como 5 anios en mi caso.

        Aparte, tu argumento contradictorio. Me sorprende que no lo veas. Esto no es modificar la constitucion liberal, es hacer de la constitucion un pedazo de papel higienico que solo sirve para legitimar la acciones del gobierno. Me gustaria saber con que ‘ismo’ queres cambiar la constitucion. Y de hecho no existe una constitucion ‘no liberal’ porque el constitucionalismo en si esta para reglamentar el poder politico, para limitarlo, lo que es un principio liberal. Un gobierno plebiscitario no necesita una constitucion, como no la necesita un gobierno totalitario. Pueden tener un pedazo de papel con ese nombre pero no cumple su funcion.

      3. Existe la del ’49 a la cual le prendieron fuego los liberales. No te hagás el sofisticado.
        Pero bueno, por vos me vengo a enterar que Alfonsín puso en cana a los milicos del Proceso. Ahora termino de escribir y sigo viendo La Isla de la Fantasía.
        Sigan con este asunto de La República, después confiesen en privado que no se lo creen ni a palos.
        Y hablando de palos, diganle a os buenos republicanos de los paises que suelen usar de ejemplo que aflojen con los palos a los que suelen protestar en las calles.
        Ni pensar como será en los calabozos.

      4. Ah, y no se porqué gratuitamente me involucrás con el menemismo. O yo te acuso de votar a buenos republicanos, todos prendidos en el golpe de 2008 que no les salió?

      5. Daniel:

        Con franqueza no encuentro en la Constitución de 1949 nada que me resulte tan intolerable y de hecho, en cuanto a las medidas cautelares, no decía nada diferente a lo actualmente en vigencia.

        Hasta fijate que el contenido de lo que después fué art. 14bis, que eran las modificaciones mas significativas junto con el voto de la mujer y el divorcio hoy tienen consenso absoluto.

        A los leones cuando estaban sueltos y tenían los dientes afilados los enfrentó Alfonsín, con los limitados medios que tenía, el kirchnerismo se dedicó a meterlos presos cuando ya estaban desgastados y moribundos.

        No le quito el mérito al kirchnerismo, pero tampoco me creo las fábulas.

        Como ya dije mas arriba me disculpo por la frase: ”Ni los militares se animaron a tanto” , no fué feliz ni apropiada y es fruto de la irritación que me provoca el asalto al Poder Judicial que se está intentando.

        En lo personal ni con vos ni con nadie de aqí yo me siento en veredas irreconciliables, si somos adversarios políticos.

      6. Relea los Art 37 a 40 de la CN del 49, que se apresuraron a derogar, y despues me cuenta del 14 bis (reconozco de todos modos que este último es, en alguna medida, una concesión).

      1. A. Donnantuoni:

        Tal vez fuí inespecífico y eso legitima tu ironía.

        De lo que se está hablando aquí es del plano del Derecho Civil, es a este campo, estrictamente, que debe aplicarse mi opinión de «Ni los militares se animaron a tanto», que es por otro lado lo que modifican los proyectos.

        Obviamente no desconozco ni revindico las crueldades que cometieron los militares y que personalmente padecí.

        La aclaración vale para vos, que quizas no me conozcas.

  3. La visión de la argentina (estimo que) pre-90 no me parece realista. Discriminaciones por «clase», «raza», uff, disiento con ese paraíso de la igualdad y la fraternidad que se puede refutar empíricamente para no meternos en largas dislcusiones teóricas de donde pueda surgir lo que cada uno piensa de la (para mi) lamentable entidad que toman variables versiones del decadentismo en el pensamiento político argentino (en izquierdas, derechas, liberales y nacionalistas, perucas y radichetas,todos tienen el suyo).

    Con respecto a los sindicalismos actuales digo: ¿Llovió la violencia? ¿Son esas violencias (entre seccionales, entre gremios y «porque si») datos tan centrales como para ponerlos de anteojo para pensar el movimiento obrero en su conjunto? ¿Cuál es su incidencia cuantitativa (en cuantos gremios es visible, de cuantos «hechos» hablamos, en cuantas ramas de actividad, con cuales despliegues territoriales) y cual su cualitativa (hasta donde «la violencia» puede ser parámetro explicativo de la dinámica del movimiento obrero a despecho de otras dinámicas).

    Última: no entiendo el cuestionamiento implícito a «pelear por plata». ¿De qué se trata todo esto?¿Hay que pedir por las ballenas o qué?

    abz!

  4. Te lo explico, Guido: los que nacieron en un mar de plata, adoran la humildad de los pobres. Se dan cuenta de que ese es el recto modo de vivir, sin ambiciones materialistas. En secreto, mientras se aburren del lujo, anhelan las vidas intensas y libres de los que, al carecer de las ataduras de lo material, viven en contacto con los verdaderos valores que fundamentan la vida. Y cuando ven que esos humildes se organizan (como una banda) para ser menos pobres, y empezar a detentar poder, quieren sacarlos de ese peligro, de ese error.
    Son buenos.
    Saben que los pobres tienen que pelear por Valores Morales, por Ideales, por el Bien. Detestan que reparen en algo tan banal y pasajero como el sucio dinero; deberíamos escucharlos, ya que ellos son los expertos. Pero somos, ya se dijo, incorregibles.

    1. Igual, esa vieja discusión de materialismo contra idealismo, el bien moral contra el dinero, le queda tan grande al sindicalismo argentino que puesta en este contexto suena a salida por la tangente.

  5. Perdón, no se si los comentaristas son muy jóvenes o muy desinformados, creo que todos deberían estallar ante el comentario ni los militares… tirar gente adormecida y postorturada y/o que recién habian dado a luz, no fue ir por todos?, intervenir y vaciar sindicatos y obras sociales no fue ir por todos? cerrar el congreso y reemplazarlo por la CAL, eramos todos? y no fue ir por todos derogar la constitucion y estatuir leguleyos varios mediante lo que sigue?:
    Acta para la Reorganización Nacional, del 24 de marzo de 1976;
    Acta fijando el Propósito y los Objetivos Básicos del Proceso de Reorganización Nacional, del 24 de marzo de 1976;
    Estatuto para la Reorganización Nacional, integrado por 14 artículos, publicado el 29 de marzo de 1976;
    Reglamento para el funcionamiento de la Junta Militar, Poder Ejecutivo y Comisión de Asesoramiento Legislativo, aprobado por la denominada «ley» 21.256, realizada el 24-03-1976 y publicada el 26-03-76

    La Constitución Argentina de 1853, con las reformas de 1860, 1866, 1890, 1957 y 1972, quedó formalmente vigente, pero subordinada a esos cuatro instrumentos supralegales. De todos esos instrumentos, el propio poder militar consideró que tenían jerarquía suprema «los objetivos básicos del Proceso» (art. 14, Estatuto el Proceso de Reorganización Nacional).

    Los instrumentos constitucionales del Proceso de Reorganización Nacional quedaron de hecho sin efecto el 10 de diciembre de 1983, al asumir las autoridades democráticas con la presidencia de Raúl Alfonsín.
    Quizas sea así porque los ridículos que portan pancartas de basta de diktadura calaron hondo, no se.

    1. A lo mejor, el no estallamiento proviene de cierto endurecimiento ante el hiperbolismo discursivo de algunos comentaristas de blogs, que difícilmente crean sinceramente semejante exageración, y que es parte de la dinámica de una discusión. Que tenés razón, tenés razón.

    2. Julia:

      Me banco la crítica porque la frase no fué feliz.

      En el comentario que está a las 12/4, 12:35 am, hay una aclaración del sentido de lo dicho.

  6. A partir del momento en que los sindicatos reciben de manos de militares los fondos de las Obras Sociales se transforman en «prestadores» de servicios que además son cooptados por empresas y políticos.

    Pero este es solo un punto de inflexión importante, hay que ver todo el proceso dentro del marco de dilución de las comunidades en individuos. Por eso ahora los capos viven en Puerto Madero cuando antes lo hacían en barrios obreros, que tenían su organización, sus clubes, sus asociaciones vecinales, se CONOCÍAN entre ellos.

    Quién conoce a sus vecinos hoy día? Podés vivir 10 años en un edificio y no saber nada del/los tipo/s que vive a 15 cm de tu cama. Que le podés pedir a un sindicato grande si ningún afiliado puede entrar a la oficina del jefe y a gatas conoce a algún delegado.

    Dentro de ese proceso, hay todo un conjunto de medidas que desorganizan a la clase trabajadora, cosas como la ley de tierras que termina con los loteos de Vinelli y da paso a los barrios cerrados, por ejemplo.

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