¿Serbia estás?

El pasado 6 de mayo, el mundo observaba las elecciones en Francia y en Grecia, atento a cómo estas afectarían el destino del continente. A no muchos kilómetros de allí, sin embargo, tenía lugar otra elección, en uno de los puntos otrora más candentes de Europa: los comicios presidenciales en Serbia.

A primera vista, los resultados electorales parecieron no alterar el statu quo, puesto que volvió a triunfar el Partido Democrático, liderado por el Presidente en ejercicio Boris Tadić (26%). Sin embargo, este lo hizo por una ajustadísima mayoría de apenas un 1% frente al Partido Progresista Serbio de Tomislav Nikolić.

Como está previsto en la constitución serbia, el ballotage que dirimirá el resultado ocurrirá el próximo 20 de mayo; sin embargo, las predicciones estiman que Tadić permanecerá en el poder, sostenido por la coalición que ha formado con la tercera fuerza, el Partido Socialista Serbio de Ivica Dačić, fundado por el difunto dictador serbio, Slobodan Milosević.

La necesidad de mantener la coalición con el PPS se hace más evidente en el Parlamento serbio, ya que, a pesar de haber obtenido la victoria en las presidenciales, en las elecciones legislativas el PD no logró un buen desempeño. En esa instancia fue el partido de Nikolić quien obtuvo un notorio triunfo: no sólo obtuvo más bancas en términos absolutos que el PD (73 a 67), sino que además registró un aumento de 64 bancas, mientras que el oficialismo perdió 4. Solamente con el apoyo el PPS, que ostenta 44 bancas, puede Tadić hacer frente a la oposición que supone el partido de Nikolić.

La primera vuelta electoral evidencia así una importante dispersión del voto serbio. Casi un 50% de los votos válidos emitidos fueron para partidos menores (se presentaron un total de 12 partidos), lo cual asimismo confirma el estrecho apoyo que han obtenido los dos candidatos predominantes, que apenas obtuvieron un cuarto del electorado cada uno. Será el ballotage el encargado de cimentar una amplia mayoría a favor del ganador, otorgándole un mayor margen de legitimidad, aunque esta no se traduzca en fuerza parlamentaria.

Más allá de los números, tres hechos resultan importantes de esta elección: el primero de ellos es la afirmación por parte de Nikolić de fraude electoral –sostiene que se encontraron más de 3000 boletas en un cesto de basura, cifra considerable, si se tiene en cuenta la magra diferencia de votos obtenida, y el hecho de que el total de votos válidos emitidos no alcanza los 4 millones. En consecuencia, el candidato a presidente inició una serie de movilizaciones en los últimos días, que apuntan a boicotear la segunda vuelta electoral, deslegitimando los resultados obtenidos por Tadić. Los observadores de la OSCE presentes en los comicios, sin embargo, desestimaron el reclamo.

La movilización por fraude tiene sentido a la luz del segundo punto, que es el riesgo de desestabilizar Serbia y perjudicar su imagen institucional, cuando esta acaba de obtener el estatus de nación candidata a ingresar a la Unión Europea. En este sentido, si bien sendos candidatos manifestaron desde el plano retórico su beneplácito por el acercamiento de Serbia hacia la Europa de los 27; en los hechos, Nikolić tiene un fuerte pasado nacionalista y más de una vez se lo ha visto pronunciarse a favor de un viraje serbio hacia Rusia. De todos modos, se espera que en las próximas horas, Nikolić desista en su reclamo y concurra a las elecciones.

En tercer lugar, cabe destacar el porcentaje sorprendentemente bajo de votos que recibió la extrema derecha en Serbia (Partido Radical Serbio, con un 3,78%), contrariamente a lo que viene sucediendo como tónica en toda Europa. De todos modos, podría pensarse que en los Balcanes, y en este país en particular, el clivaje predominante es el étnico, y por ende, las tensiones no necesariamente se dirimen en la contienda izquierda-derecha.

Un nuevo modelo de Serbia

El enfrentamiento entre Tadić y Nikolić supone dos proyectos de país contrapuestos. El primero de ellos viene implementándose desde 2009. Para lograr el estatus de candidato, Serbia tuvo que hacer importantes concesiones en materia de institucionalidad democrática y Derechos Humanos. El logro más importante consiste en haber entregado al Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia a los últimos criminales de guerra que quedaban sin procesar, Ratko Mladic and Goran Hadzic. Asimismo, Serbia se ha visto forzada a negociar respecto de Kosovo, provincia del sur del país que se independizó en 2008. Si bien el gobierno de Tadić aún no ha reconocido dicha secesión y las fronteras entre sendos estados distan de estar claras y seguras –sobre todo en la región norte de Kosovo, de mayoría serbia, que a principios de 2012 se manifestó a favor de pertenecer de nuevo a Serbia en un plebiscito—, Belgrado ha rechazado en una resolución de Naciones Unidas de 2010 su intención de reiniciar las conversaciones respecto del estatus de Kosovo. Asimismo, permitió la asistencia de Kosovo a las reuniones regionales de los Balcanes Occidentales y gradualmente va demostrando señales de acercamiento.

El modelo de Nikolić, muy por el contrario, busca reforzar la componente nacionalista de Serbia, y retornar a su antiguo aliado, hoy devenido potencia (re)emergente a través del grupo BRIC, Rusia. En el imaginario colectivo serbio, algo que Tadić está buscando capitalizar en la contienda electoral, Nikolić es el regreso de las prácticas de corrupción y arbitrariedad, tan difíciles de desarraigar del aparato estatal eslavo.

Los Balcanes desde Europa

A veinte años de iniciada la guerra Bosnia, que tuvo a Serbia como uno de los principales instigadores de la Republika Srpska –facción nacionalista serbia dentro de Bosnia-Herzegovina–, y a poco más de una década de la guerra de Kosovo, el panorama político de los Balcanes se acerca a una estabilización, al parecer bastante factible de ser definitiva.

Más allá de la candidatura Serbia a la UE otorgada en marzo de 2012, todas las naciones del bloque de la Ex Yugoslavia (Bosnia-Herzegovina, Macedonia, Serbia, Croacia, Montenegro, Eslovenia y Albania) han firmado un Acuerdo de Estabilización y Asociación con la Unión Europea y todas, a excepción de Bosnia, tienen algún nivel de conversación por el acceso abierto con la organización supranacional. Eslovenia es Estado Miembro desde el año 2004 –siendo incluso parte de la Eurozona–, Croacia acaba de aprobar un referéndum por el cual se integrará a la Unión en julio de 2012 y Albania, Macedonia y Montenegro son candidatos.

El caso de Kosovo resulta particular. El hecho de que su independencia esté en controversia con uno de los estados candidatos hizo que la Unión Europea no busque iniciar conversaciones por el acceso, hasta tanto no se resuelva la cuestión. Sin embargo, esta decisión se alcanzó a regañadientes, puesto que una vez más, la Unión Europea resulta incapaz de mantener una política exterior cohesiva para con los Balcanes, tal como sucedió en 1999.

Si bien 22 de los 27 Estados Miembro (entre los que se destacan Alemania y Francia) reconocieron su independencia, países como España y Grecia aún no lo han hecho y difícilmente lo hagan, teniendo en cuenta sus propios conflictos y aspiraciones territoriales. Aún en una Europa postmoderna envestida de soft-power, los principios básicos del Derecho Internacional –autodeterminación de los pueblos, por un lado, e integridad territorial, por el otro– colisionan hasta debilitar los fundamentos ontológicos de la Unión, haciendo prevalecer la geopolítica por sobre el ideal integracionista.

La falta de coherencia para con los Balcanes occidentales genera entonces conductas políticas inéditas. Alemania, principal aliado de Rusia hasta ahora dentro de la Unión Europea, paradójicamente reconoce la independencia kosovar y se la exige a Serbia para proseguir con la negociación por el acceso, al punto de haber amenazado varias veces con bloquear el proceso, si la nación eslava no transigía. Como estado más poderoso dentro de la Unión, y siendo en la actualidad la principal contribuyente a la misión de paz de la OTAN en el terreno (KFOR), es la gran interesada en la resolución definitiva del conflicto en los Balcanes.

Al mismo tiempo, y en un esfuerzo por lograr la necesaria cohesión, la Unión Europea mantiene en Kosovo una misión civil (EULEX), con el objetivo de hacer un despliegue planificado de recursos policiales y civiles en la ex-provincia serbia, que convive con la KFOR y resiste con ella a diario los embates, tanto de las fuerzas policiales kosovares como serbias. Resulta sorprendente el hecho de que dicha misión fuera instaurada incluso antes de la secesión kosovar, aún cuando en la óptica de muchos, esto fuera un catalizador para la creación y fortalecimiento de un gobierno independentista. Las negociaciones con Serbia, entonces, se iniciaron con un claro sesgo pro-kosovar, (y por ende, germánico) que Serbia deberá aceptar, si es que quiere sumarse a este colectivo de naciones.

La inclusión de Serbia, como de los demás países balcánicos en la Unión Europea responde así a la típica conducta de los grandes estados, que se ven obligados a correr permanentemente sus fronteras, con el fin de asegurarlas, engullendo así las zonas más conflictivas, exponiéndose cada vez más. Una Europa de 35, como la que se proyecta con todos los estados balcánicos, tendrá en su seno a una de las zonas más políticamente inestables del planeta, limitando únicamente con Turquía —también candidata, aunque eternamente postpuesta— y los estados de la CEI, vecinos difíciles, por donde se los mire. Como ventaja, la inclusión de dichas naciones implica un cierto control constitucional de todas ellas: pertenecer a la Unión Europea implica cumplir con estándares democráticos y de Derechos Humanos (como son el respeto por las minorías, la independencia del poder judicial y la lucha contra la corrupción, problemáticas álgidas en la región), lo cual necesariamente conllevará a la pacificación definitiva de la zona, forzándola a la convivencia.

Contar con Serbia, además, implicará profundizar lazos con Rusia, dado que se incorpora a la Unión una nación que comparte lengua, tradición y costumbres con dicha potencia, por no mencionar que Serbia ha sido la tradicional protegée de Rusia, y no es necesario volver a la Primera Guerra Mundial para ver ejemplos de dicho vínculo privilegiado.

Lo que Europa olvida es que Serbia, al igual que la mayoría de sus pares balcánicos, es una de las naciones más pobres de Europa, destruida luego de décadas de guerra civil y conflictos diversos. En una Unión Europea perforada por la crisis económica, y en la cual incluso se discute la necesidad de avanzar “a dos velocidades”, de modo tal de interiorizar (sin por ello saldar) las brechas insondables entre las naciones más ricas y pobres, se está discutiendo ¡en simultáneo! la posibilidad de incorporar a un país cuya tasa de desempleo alcanzó el 23,7% en noviembre de 2011. Claramente, las razones geopolíticas y estratégicas pesan más que las económicas a la hora de manejar la política de enlargement de la Unión Europea. O será tal vez que los euro líderes de Bruselas todavía no lograron aprender nada de la última expansión al este de 2004-2007.

Si bien la nominación de Serbia como candidato es apenas uno de los primeros pasos en una saga de varios, que puede que no se materialicen sino hasta 2015, la reactivación del debate por los Balcanes a veinte años de la guerra reproduce y deja en evidencia las principales falencias de Europa. Estará en la dirigencia europea, en conjunto con quienes resulten vencedores en las elecciones serbias del 20 de mayo, entablar una política de diálogo inteligente, que logre potenciar los beneficios de una Unión ampliada, por sobre el fantasma del aislamiento y la fragmentación político-étnica que, no casualmente, se denomina balcanización.

15 comentarios en «¿Serbia estás?»

  1. No sé qué pito tocará Serbia en el contexto de la UE. Serbia, junto con el estado fantasma de Transnistria, y las separatistas Abjasia, Osetia del Sur y Ayaria, son los últimos retazos soviéticos en la región. Puede que funcione como la Ucrania de Tymoshenko si gana Tadić, o refuerce sus vínculos con Moscú si lo hace Nikolić.

    En cualquier caso, su acceso en el marco del hundimiento del bloque económico y del despliegue del escudo antimisiles de USA lo torna poco menos que anecdótico. Con el agravante (para Europa) que mientras no hay un metro construido del proyecto Nabucco, Medvédev inauguró el North Stream junto a Merkel hace seis meses y se está proponiendo una linea paralela por debajo del Báltico, lo que acentúa aún más la Putin-dependencia de Europa.

    Tampoco me queda claro el rol de Alemania (¿O de Merkel?) dentro de la OTAN en general ni de las KFOR (Mitrovica, Kosovo) en particular. Hay que recordar que el año pasado se negó a participar en el ataque a Libia y que en algunos meses más levanta campamento de su base cercana a Mazar-i-Sharif, en el norte de Afganistán, dejando al morocho «on the hook» con los Taliban.

    Tal va a ser el escenario en el próximo año que la bola puede salir para cualquier lado, suceda lo que suceda en estas elecciones.

  2. Más allá de tu análisis interesante, un par de comentarios.

    No creo que los Balcanes hayan tenido en los último años un interés estrategico central y me parece que las guerras de los 90 fueron más un dolor de cabeza para el resto de Europa que una lucha por aumentar esferas de influencia.

    Entre los pueblos de la ex-Yugoslavia los serbios, montenegros, croatas y bosnios son culturalmente muy próximos, estan relativamente mezclados y sus idiomas son prácticamente idénticos. Los divide más que nada la religión, los serbios son ortodoxos, los croatas católicos y los bosnios musulmanes, pero estimo que con la pérdida de la importancia de la religión como factor divisorio que ya se ha dado practicamente en toda Europa y con la cicatrización de las heridas producidas por las guerras del siglo XX, van a volver a «encontrarse» de alguna manera.

    Muy distinta y mucho más conflictiva es la situación con el Kosovo. El Kosovo desde la Edad Media «territorio serbio» y los serbios lo consideran cuna de su cultura. Albania, que no perteneció a la ex-Yugoslavia tiene una lengua y cultura totalmente diferente, más cercana a los turcos. Los albano-kosovores, inmigraron al Kosovo y por ser más prolíferos, terminan siendo la mayoría. Hoy los serbios en el Kosovo son minoría, viven en una gran tensión con los albanos y la mayoría del Kosovo quiere se independiente.

    También es dificil, porque como en la mayor parte de Europa central y oriental, la repartición geográfica de las etnias es o fue muy dispersa, de manera de que no es posible trazar lineas divisorias claras (Hitler y la segunda guerra mundial resolvió ese problema en varias regiones, aunque en el sentido inverso de que él se había propuesto).

  3. Hay quien dice que lo que importa es el viaje, y no llegar.

    Quizas, vistos los problemas de Grecia en su integracion economica con Europa, lo importante de Serbia sea el viaje a la integracion y no la integracion economica misma.

    La eterna candidatura de Turkia, y su exito economnico al lado pero no dentro del Euro,
    puede ser otro ejemplo de lo que digo.

    Gracias por esta excelente descripcion de un problena tan complejo desde lo politico y cultural.

  4. Gracias a todos por los comentarios.

    Finalmente, se produjeron las elecciones en Serbia y ganó Nikolic, contra todo pronóstico, con un 49,4% de los votos. Unas de sus primeras palabras fueron ¨estas elecciones no dirimieron quién llevará a Serbia a la UE, sino quién resolverá los problemas económicos generados por el Partido Democrático (de Tadic)¨. La afirmación es ambivalente: puede tratarse de una afirmación del curso europeísta, aunque claramente desde un segundo plano. Para Nikolic, al parecer, el ingreso a la Unión no implica una vía de resolución de los problemas estructurales de Serbia.

    Ahora bien, respecto de los comentarios, como bien señalás Eduardo, Serbia es uno de los últimos vestigios del régimen soviético, si bien con características distintas de la otra nómina de territorios que mencionás, cuyo reconocimiento internacional está más que puesto en duda, por supuesto que en gran medida por influencia rusa. Precisamente, esta es la importancia del ingreso de la Unión Europea en Serbia y aquello que yo considero más ¨estratégico¨: la apropiación por parte del bloque liberal de uno de los últimos retazos de un monstruo extinto y la obligación de transformación del modus vivendi que deberá atravesar Serbia, como el resto de los Balcanes para insertarse pacíficamente en Europa, todo esto si le creemos a Nikolic que continuará con el camino de la integración, aunque la evidencia y su pasado demuestren lo contrario.

    El rol de Alemania en la OTAN, como un excursus acerca de la KFOR y el repliegue en Afganistán no eran el objetivo de este artículo, que claramente está orientado a analizar el escenario de expansión de Europa hacia los Balcanes. Con gusto podemos discutirlo en otra oportunidad. De todos modos, considero que el accionar alemán responde a un momento -una coyuntura crítica, podríamos decir- en el que la nación teutónica debe reconocer su rol como potencia en Europa y decidir acordemente qué tipo de liderazgo desea ejercer. La negativa a intervenir en Libia, el repliegue en Afganistán así como la negativa unilateral al desarrollo de la tecnología nuclear demuestran una inclinación hacia el soft power, con todas las críticas que esto pueda suponer, y sobre todo frente a la inminencia de las elecciones en Alemania en 2013 (que ya se están dirimiendo en algunos länder). En este sentido, sus tropas en la KFOR no necesariamente responden a dicho modelo, razón por la que le urge una resolución pacífica y definitiva del conflicto balcánico para poder retirarlas.

    El ingreso de Serbia no resolverá el dilema energético y la ruso-dependencia, pero puede ser un buen escenario de ensayo de relaciones con un estado cuyo modo de concebir la política es similar al de Rusia, son herramientas más constructivistas, si se quiere pensar, las que se ganan con este ingreso. De todos modos, esta reapertura de las negociaciones por el acceso puede llegar a tener un impacto positivo respecto de las negociaciones con Turquía, sobre todo ahora que Sarkozy no está en el poder (él solo había bloqueado 9 de los capítulos del acceso), y si bien Nabucco parece estar formal o políticamente superada, se pueden pensar nuevas iniciativas para traer gas desde el corredor sur, y así terminar con la Putin dependencia.

    Comparto con vos, Diego Armando, y agradezco tu profundización respecto de la historia de los clivajes en los Balcanes. En efecto, los intereses de la Unión Europea en la región tienen más que ver con el resarcimiento de errores históricos, que se vienen repitiendo desde la Primera Guerra Mundial (o antes!) y de los que las guerras de la última década del s.XX han llevado casi al paroxismo, que con esferas de influencia, aunque no hay que descuidar el hecho que son de algún modo al última frontera, antes de Ucrania, Bielorrusia y Turquía. De todos modos también, los Balcanes pueden, y de hecho son, terrenos de expansión para las compañías europeas (algunas como Siemens y Fiat ya están instaladas), con lo cual revisten cierto interés económico, si bien no es la razón prioritaria para su inclusión.

    En fin, el debate es amplio y en los próximos días estaremos experimentando momentos decisivos respecto del destino de Serbia, en un contexto en el que la crisis se ha instalado en Europa, al parecer, para quedarse por un buen rato.

    1. Muy interesante Micaela el post porque brinda un observación fundada y clara respecto a una zona que, al menos para mi, es un super signo de interrogación.
      Ahora una pregunta, dada la dificultad del bloque y la situación del país que, de acuerdo a tu post, no está muy lejos de algunos vecinos, la afirmación tras la segunda vuelta de Nikolic ¿no puede atribuírsele a una posición realista, por llamarlo de algún modo, antes que pro Rusa?

    2. Sí, básicamente lo que anoté apunta a mostrar los otros elementos de peso que hace al contexto en el que se realiza esta elección, y que relativiza y condiciona lo que pueda surgir de las urnas.

      Como uno de los ejes del post apunta a la relación Sebia -> UE, señalo que la UE de la que estamos hablando no es la UE que conocimos en los últimos 20 años, sino una UE que probablemente en seis meses se quede sin euro (como sugiere Krugman) y en la que la derecha xenófoba ha crecido mucho. O sea, la UE que pueda o no integrar Serbia podría llegar a ser una UE sin Maastrich y/o sin Schengen, ni qué hablar de Lisboa. Lo más parecido a un chuchillo sin mango al que le falta la hoja.

      Sumale a ésto la debilidad estratégica de su dependencia energética, con sólo los pozos semi-agotados del Mar del Norte que a duras penas logran abastecer a Noruega, Gran Bretaña e Irlanda.

      Claramente el eje del poder económico se está desplazando rápidamente hacia el este (China y Rusia) y el del poder militar ya no está tan claro como antes. Hollande acaba de reiterar que este año es el último de la aventura afgana, al margen de que deje tres o cuatro asesores para disimular que el rey está desnudo. Éso se percibe desde aquí, y con mucha mayor razón en los países de la CIS.

      Hay que recordar que este espacio (básicamente Asia Central y Cáucaso Sur) sige gobernado por la antigua nomenklatura Soviética como en el 91 (Aliyev en Azérbaiyan, Nazarbayev en Kazájstan, Karimov en Uzbékistan, etc). Los únicos cambios (sólo de personas, no de alineamientos) fueron los de Aliyev por Bakiyev en Kirgisztan y Niyazov x Berdi(nomeacuerdoquién) en Turkmenistan. Lukashenko, firme en Belarús.

      El único que desentona es el yuppie de Sakhasvili en Georgia, pero lo demás, igual que en el 91. Y tiene tres distritos separatistas, en los que Rusia ha dejado claro que no los piensa ceder, al margen de que sean o no reconocidos por terceros países. La reciente victoria de Putin con más del 60% de los votos deja en blanco sobre negro cuál es la linea que piensa desarrolar el Kremlin en los próximos seis años.

      En síntesis: El Muro de Berlín se está cayendo para el otro lado, Rusia se está reconstituyendo económica y militarmente a pasos agigantados y la UE/OTAN se derrite a la vista de todos. En este contexto, me parece que lo que suceda en las urnas serbias no parecería influir demasiado en el contexto que acabo de señalar, sino más bien todo lo contrario.

  5. Piccoman y, sobre todo 51 almas, creo que el espíritu de tu post es muy similar a lo que he comentado. Gran parte de la integración europea, de su historia, y su presente sobre todo, es el viaje y no tanto el destino. Gracias a ambos también.

    1. Micaela, quisiera aclararte que mi expresion pretende ir mas alla de lo poetico.

      Cualquiera sea el desenlace de la situacion de Grecia, las nuevas incorporaciones de miembros a la Union (destino) seguramente se van a hacer bajo un mucho mas minucioso analisis de las condiciones del tratado (viaje) de Maastrich-Liboa.

      Esto bajo la optimista vision de que tanto la mayoria de la Union como el Euro sobreviven a esta crisis.

      Finalemente, de la lectura de la constitucion de esta flamante Republiva hubo un elemento que me llamo la atencion.

      Te transcribo del Art 55 de la Constitucion Serbia:

      «The economic and social order is based on a free market economy with all forms of ownership within a single market of goods, labour and capital; on the independence of enterprises and all other forms of organisation; on management and appropriation on the ground of ownership and work; as well as on the right of the employed and of other citizens to social security.»

  6. Primera pregunta para Micaela: ¿fuente?

    Segundo, la religión es una de las separaciones pero no es la única. No existe familia en la zona de conflicto que no recuerde miembros asesinados por el otro bando. todo es una gran espiral de cuentas pendientes.

    Tercero: no me queda nada claro como va a seguir la situación, lean como quedaron por ejemplo los pueblos de la parte servia de Bosnia, me llamo mucho la atención Visegrad hoy 100% servios, cuando antes eran mayoría «turcos» o como se autodenominan ahora «bosniaks», con muy pocos casos de justicia que condene a los genocidas.

  7. No puse las fuentes por una cuestión de género literario, no me pareció lo más apropiado, aunque acostumbrados como estamos al paper, hay más de una fuente. Aquí pongo algunas:

    http://www.treffpunkteuropa.de/Serbien-nach-der-Wahl-Die-EU-muss-die-Peitsche-einrollen,04976 (en alemán)
    ttp://www.euractiv.de/wahlen-und-macht/artikel/tadic-fuer-die-missstande-in-serbien-abgestraft-006325 (en alemán, actualizada a las elecciones del 20)
    http://www.eppgroup.eu/infocus/western_balkans_101115_en.asp (inglés)
    http://www.economist.com/blogs/easternapproaches/2012/02/balkans (inglés)
    http://www.bbc.co.uk/news/world-europe-11283616 (inglés)

    Y a partir de estas, todo lo que se pueda explorar. Son unos cuantos links más, pero estos son buenos puntos de partida y reflejan en gran medida las fuentes de donde obtuve mi información.

    Para los demás temas de discusión, los invito a leer la segunda parte de este artículo, publicada hoy, con la actualización post comicios y los nuevos desafíos, si bien resulta muy difícil hacer futurología. Al momento de redactar esta segunda pieza, tuve en cuenta muchos de los comentarios que recibí aquí, así que creo que vale la pena seguirla en el otro post.

    http://artepolitica.com/comunidad/un-terremoto-electoral/

  8. Y elijieron el camino correcto…

    Porque ? Porque es mas importante el viaje que llegar.

    Y si la hipotetica integracion economica Serbia a Europa fuese a estar signada por un comportamiento
    economico mas parecido al de Estonia, Letonia y Lituania que al mediterraneo,
    estarian desperdiciando los esfuerzos de su poblacion.
    Necesitaran esos esfuerzos para mejorar su propio bienestar.

    Inglaterra y/o Turkia son los modelos a seguir desde el punto de vista de la integracion.
    No los paises eslavos que pueden llegar a maldecir haberse integrado por el motivo opuesto
    al que lo maldicen los Griegos.

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