Tres elecciones bien serias (Bolivia, Uruguay y Brasil)

Este octubre se llevarán a cabo elecciones presidenciales en Bolivia, Uruguay y Brasil. En este post vamos a dedicarnos a hablar de los principales candidatos, campañas y encuestas de intención de voto en estos tres países, los cuales son miembros del Mercosur (el ingreso de Bolivia tiene que ser ratificado) y de los principales socios comerciales de Argentina.  Los resultados de estas elecciones pueden alterar el mapa político de la región.

Bolivia – La Certeza

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De las tres elecciones que desarrollamos, la que tiene un resultado más previsible es la que se llevará a cabo en Bolivia el 12 de octubre. De acuerdo a las últimas encuestas, el actual presidente estaría logrando la re-reelección sin necesidad de una segunda vuelta ya que superaría el 50% de los votos.

De acuerdo a previsiones de la CEPAL para este año, Bolivia será el segundo país con mayor crecimiento de la América Latina con un 5,5%. En el primer semestre de 2014 Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB la compañía estatal de hidrocarburos) recibió casi 1500 millones de dólares en concepto de regalías, principalmente por la venta de gas a Argentina y Brasil. Las exportaciones, en el primer semestre de este año, registran un record de 7000 millones de dólares.

Esta coyuntura económica favorable impacta en el humor de los bolivianos e incrementa las chances de re-reelección de Morales, que cuenta con índices de aprobación a su gestión de un 72%.

Desaparecidos los partidos tradicionales que dominaron la escena política boliviana desde 1982 hasta 2005, la oposición a Morales se concentra en figuras y no organizaciones políticas. Quienes compiten con el actual Presidente en esta elección son (en orden de preferencia de las encuestas) el empresario cementero Samuel Doria Medina del Frente de Unidad Nacional y Jorge «Tuto» Quiroga por el Partido Demócrata Cristiano. Ambos ya ocuparon cargos en anteriores gobiernos, el primero como Ministro de Planificación del gobierno de Jaime Paz Zamora y el segundo como vicepresidente de la República y luego como Presidente tras la renuncia, por motivos de salud, del esta vez electo Hugo Banzer. Este ya había sido Jefe de Estado tras un golpe en 1971.

 

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«Nos vamos a tener que fumar un año de Cristina» pero «como es una mujer tan desequilibrada, capaz que se peleaba con Mujica y no con nosotros». Cuando realizó esas declaraciones, Luis Lacalle Pou  era tan sólo un precandidato destinado a perder la interna de su partido, miembro de una familia acomodada e hijo del expresidente que es símbolo del neoliberalismo en Uruguay.

Pero el «Cuquito» (apodo con el que se lo conoce, el Cuqui Luis Alberto Lacalle es su padre) resulto ganador en la interna del Partido Nacional y se corono candidato a Presidente de su partido, descolocando al favorito  Tabaré Vázquez a su coalición el Frente Amplio y sus asesores de campaña.

La aparición de Lacalle Pou eclipso a Pedro Bordaberry, el otro candidato de la oposición con chances de competir en un supuesto balotaje con Vázquez. E inclusive fue una sorpresa para este último, que se había preparado para competir con otro candidato en la elección general. Su campaña mantiene los ejes con los que gano la interna, un candidato joven, descontracturado con una agenda «por la positiva» frente a un expresidente anciano el cual hace mención a lo realizado en su anterior y en la actual gestión. Esto se noto cuando se dieron a conocer las últimas encuestas de intención de voto, en el cual en una primera vuelta un 39% elegiría al Oncólogo Socialista y un 30% a Lacalle Pou. Reduciendo de esta forma las posibilidades de victoria del candidato del Frente Amplio en una Segunda Vuelta.

Brasil – Estoy enamorado de Marina

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Sin lugar a dudas es la elección más importante, por la cantidad de votantes, por ser la principal economía de América del Sur y porque sus resultados (gane quien gane) van a repercutir en toda la región.

Hasta el 13 de agosto el panorama era el siguiente: una Presidente que buscaba la reelección en un contexto económico desfavorable y sus principales rivales eran dos exgobernadores. Las encuestas pronosticaban que, con dificultad, la Presidente lograría la reelección en una segunda vuelta frente al exgobernador del Estado de Minas Gerais Aecio Neves. Ese escenario cambio cuando el avión que transportaba al exgobernador de Pernambuco, el otro rival, se estrello en un barrio de Santos.

Quien no viajaba en el Cessna que transportaba a Eduardo Campos era Marina Silva, hasta ese momento candidata a vicepresidente del pernambucano. Las ondas de shock que provocaron (tanto al interior como al exterior de Brasil) los primeros resultados de las encuestas que median, luego de la tragedia, a Marina como candidata deben haber sido similares al shock sentido por los vecinos de Boqueirão cuando escucharon que en un avión se precipitaba en su barrio. El golpe se debe haber sentido con fuerza en el Planalto (Palacio Presidencial de Brasil) ya que la exministra de Medio Ambiente de Lula estaría empatando con Dilma en primera vuelta y ganando en segunda. Se instalaba el fenómeno Marina.

Ex senadora por el Estado de Acre, ex Ministra de Medio Ambiente del Gobierno de Lula y  candidata a Presidente en la elección del 2010 con más de 19 millones de votos. Había intentando presentarse a la primera magistratura de su país con un partido nuevo llamado RedeSustentabilidade pero el Superior Tribunal Federal no le otorgo la personería por lo que, a ultimo momento, debio afiliarse al Partido Socialista Brasileiro (PSB) y aceptar secundar a Campos en la formula presidencial. A pesar de presentarse con un partido que acompaño a Rousseff en las elecciones pasadas y de contar entre sus apoyos a una de las dueñas del Banco Itaú o a uno de los Pastores Pentecostales más conservadores,  Marina Silva se presenta como lo nuevo. Una tercera vía entre los partidos que se alternaron en el poder los últimos 20 años el PSDB y el PT. No es la primera vez que sucede esto, en 1989 años Collor de Melo apelaba al voto mediante un discurso desideologizado cuando decía que «No se trata de derecha o izquierda, esa discusión quedo enterrada«.

Las comparaciones con el expresidente que renuncio para evitar ser destituido en un juicio político no se limitan a la forma de hacer campaña. Muchos se preguntan si, en caso de ser electa Presidente, Marina Silva tendrá la capacidad de formar una coalición que pueda gobernar es país-continente cuando esta ingresando en una recesión. Para darse una idea junto con el PT, integran el gabinete de Dilma 7 partidos diferentes, los cuales le garantizan la cantidad de votos necesarios para aprobar las leyes que son necesarias para gobernar este gigante sudamericano.

Para terminar este post, voy a citar este articulo (recomendado por @andresmalamud) que menciona que durante el quinquenio 2003 – 2008 América Latina experimento un crecimiento récord de un 5,6% anual en su PBI. Es en este periodo (o al poco de finalizar este o durante el 2010 otro año de crecimiento) en el que los oficialismos revalidan sus mandatos: Evo Morales es reelecto en el 2009, una desconocida Dilma es electa en el 2010 garantizando la continuidad del PT por 12 años en el poder y el «Pepe» Mujica asegura la continuidad del Frente Amplio por un lustro más cuando gana la presidencia del Uruguay en 2009. Si bien hay muchas variables (casos de corrupción, desgaste en el poder, forma en que se hace la campaña, etc) que juegan a la hora de analizar las posibilidades que tienen los que están en el gobierno de ganar elecciones una cosa es clara: cuando hay menos crecimiento es más fácil responsabilizar al gobierno de turno por el mal momento y elegir uno nuevo. Tanto el PT en Brasil como el Frente Amplio en Uruguay están viviendo esa posibilidad en carne propia en este momento. Dentro tendremos más claro si continúan en el oficialismo o pasan a la oposición.