Por Pablo Garibaldi
Ya está la fecha. El 8 de octubre se llevarán adelante las elecciones a cargos ejecutivo y legislativos provinciales en Corrientes. Para que esa jornada corone un gobernador electo, alguna de las ofertas debe obtener el 45% de los votos o el 40% más diez puntos porcentuales de diferencia con la segunda fuerza. Si ninguna oferta logra cumplir con uno de esos dos requisitos, los correntinos sumarán una segunda ronda entre la primera y segunda opción más votada, a celebrarse el 21 de octubre, como nueva cita a su exigente calendario electoral. De todos modos, el primer domingo de octubre de 2017 nos asegura certezas: sabremos cómo se repartirán las cinco bancas de senadores y las quince de diputados de la legislatura provincial. Todos estos cargos legislativos se distribuyen de acuerdo a una fórmula proporcional en distrito único.
Esta elección tendrá lugar después de dos sucesos relevantes. Por un lado, en los primeros días de junio de este año, una coalición liderada por el radicalismo recuperó la intendencia capitalina que se encuentra en manos del peronismo y sus aliados. Las alianzas allí enfrentadas se presumen similares a las que disputarán la pelea por la gobernación, aun no confirmadas. Más adelante retomaremos este punto. En segundo lugar, las Primarias, Abiertas, Simultáneas, y Obligatorias proveerán información sobre las preferencias de los correntinos a la hora de optar por su representación en el Congreso de la Nación. Los espacios que pican en punta para llevarse una o más de las tres bancas pertenecientes a la cámara baja, la magnitud efectiva de este turno, son ECO+Cambiemos, Juntos Podemos Más y 1País. La primera oferta es la coalición liderada por el radicalismo que cuenta con un recurrente socio local pero ahora muy fortalecido, el PRO. Hasta hace poco, el partido del Presidente era un jugador fragilísimo en la política correntina. ¿Cuánto rindió para el PRO la Casa Rosada en la negociación con el ejecutivo provincial por la conformación de la boleta? Los primeros tres lugares de la lista única responde con la secuencia UCR (Estela Regidor) – PRO (Sofía Brambilla) – Encuentro Liberal (Alfredo Revidatti). Las elites peronistas más rentables electoralmente y que tendieron a jugar integradas en el Frente para la Victoria hasta 2015 se alinearon en Juntos Podemos Más. Los juntados se revolverán entre siete listas en las primarias de agosto. El espacio 1País adelanta una única propuesta, cuyo primer lugar corresponde a Eugenio “Nito” Artaza, con la expectativa de terciar con mayor éxito y abandonar la posición de “alternativa irrelevante”. Este sistema electoral de partidos de tercios desiguales se instaló en 2013 a partir de la aparición de un frente referenciado con Sergio Massa a nivel nacional y protagonizado por Artaza a nivel provincial. Los votos correntinos en las categorías de intendente capitalino y de diputado nacional, sin embargo, no solo son predictores poco confiables del ganador en la pelea por la gobernación sino que además resultan altamente insuficientes para abordar la política correntina.
El voto correntino
En 2001, 2005, 2009 y 2013, los ciudadanos correntinos apoyaron mayoritariamente a las distintas coaliciones electorales que lideró la Unión Cívica Radical en las elecciones a gobernador y vicegobernador de la provincia. En el mismo período, sin embargo, sostenidos respaldos se inclinaron hacia opciones peronistas cuando la presidencia estaba en juego. En 2003, la fórmula Menem – Romero obtuvo 35,02% de los votos mientras que la de Kirchner – Scioli alcanzó el segundo lugar con 26,39%. Posteriormente, el Frente para la Victoria – FPV logró, siempre en las elecciones presidenciales, 54,13% en 2007, 68,04% en 2011, y 50,26% y 55,36% de los votos en la primera y segunda vuelta de 2015. El ganador correntino coincidió con el ganador nacional en todas estas querellas menos en el ballotage de 2015. Como es de prever, las sólidas mayorías en la categoría presidencial se tradujeron en la arena legislativa nacional. Cuando hay concurrencia, entonces, la propuesta peronista gana la pelea por las bancas de diputados y senadores. Por esta dinámica, Carlos “Camau” Espínola, actual candidato a gobernador por el peronismo, asumió una de las dos senadurías capturadas por el FPV. En síntesis, las ofertas lideradas por el peronismo obtuvieron un extendido apoyo en las elecciones concurrentes mencionadas mientras que la propuesta respaldada por el radicalismo correntino fue relegada. En los turnos electorales que solo dirimieron cargos legislativos nacionales, se registran resultados parejos aunque inclinados hacia el radicalismo: una coalición radical-justicialista logró el primer lugar en 2003 y 2005 mientras que ajustados triunfos en 2009 y 2013 permitieron a la UCR y a sus socios derrotar al peronismo.
Si abordamos las últimas elecciones a gobernador, las bases territoriales de apoyo exhiben ciertas tendencias interesantes. El peronismo correntino ha mostrado desempeños competitivos en los dos principales municipios de Corrientes: la capital provincial y Goya. La tercera ciudad en términos de su caudal de votantes es un bastión radical: Paso de los Libres. De allí proviene uno de los posibles candidatos a gobernador, el ex intendente y actual Ministro de Coordinación y Planificación Eduardo Vischi. Observando las elecciones de 2013, los márgenes de victorias que le permitieron al radicalismo mantener el poder surgen más significativamente, además del infatigable aporte libreño, de ciudades medias -Mercedes, Monte Caseros, Virasoro, Bella Vista- y chicas -La Cruz, San Cosme, Itá Ibaté, Mburucuyá, Mocoretá, Juan Pujol, entre otras-.
La oferta electoral provincial
El radicalismo venció una y otra vez a sus adversarios en las elecciones a gobernador en la provincia de Corrientes entre 2001 y 2013. No lo hizo solo. En todas las disputas disfrutó de la contribución de socios menores pero decisivos. Sin embargo, no puede hablarse de una misma coalición en todo el período radical debido a que existe variación en términos de la composición y del número de integrantes. Este mayor número de socios no se relaciona directamente con un mayor apoyo ciudadano. En 2005, una alianza de 8 partidos obtuvo el 60,56% de los votos y ganó la elección. Acompañado de 18 fuerzas, entre las cuales se destacan al Partido Nuevo y Proyecto Corrientes, el radicalismo obtuvo 50,78% de los votos en 2013 y consagró en primera vuelta la reelección de Ricardo Colombi. En 2005, el aliado principal era el peronismo. En 2013, el peronismo era el desafiante a vencer.
El escenario de 2013, protagonizado por una coalición liderada por el radicalismo y otra por el peronismo, parece reeditarse este año con algunas novedades ineludibles. Pasemos a mencionarlas. Por un lado, Encuentro por Corrientes – ECO prepara y sufre la sucesión de Ricardo Colombi. Sin posibilidad de reelegir al líder, varios radicales sueñan con heredar la Casa de Gobierno: Gustavo Valdez, Sergio Flinta, Carlos Vignolo y Eduardo Vischi. El PRO es ahora un jugador fortalecido y ha intentado posicionar a Ingrid Jetter, titular de la gerencia regional NEA Región V de Vialidad Nacional, como candidata a la gobernación. Hoy, ese movimiento puede ser mejor leído como una jugada orientada a incrementar el poder de negociación en la arena electoral multinivel antes que como una apuesta estratégica en sí misma. El cargo a la vicegobernación de ECO suele corresponder al líder de uno de los partidos asociados más relevantes. En 2009, ese puesto fue asignado a Pedro Braillard Poccard del Partido Nuevo – PaNu y en 2013 a Gustavo Canteros de Proyecto Corrientes. Nuevamente, Braillard Poccard suena fuerte como el posible vice. El 14 de julio se disiparán las dudas.
Por el lado del peronismo, novedades emergen como consecuencia de la derrota del FPV en la carrera presidencial: restricción de recursos y extinción de la presidencia como un jugador con incidencia en la confección de la coalición. Asimismo, un mal desempeño del peronismo correntino en las elecciones a gobernador y a intendentes puede profundizar el debilitamiento de su “partido en las instituciones públicas”. Sin la presidencia de la nación y sin la capital provincial, una derrota en la elección a gobernador y a intendentes en Goya y Mercedes repercutirán en interesantes realineamiento internos. Por último, existen negociaciones para integrar a Cambio Popular, el espacio liderado localmente por Artaza, y el Partido Renovador Federal, conducido por Germán Braillard Poccard, a la coalición peronista que de prosperar pueden consolidar en la primera vuelta un nivel de concentración del voto entre la primera y segunda fuerza que agregue más del 90% de las preferencias ciudadanas.
Muy recientemente, Carlos Vignolo, Secretario General de la gobernación, afirmó públicamente: “Va a ser la primera vez que tendremos la oportunidad de insertar a Corrientes en un circuito Nación-Provincia-Municipio”. La política electoral es un vínculo que comunica este circuito. Pero no es el único. Las administraciones y dirigentes radicales en Corrientes piensan y esperan una mesa intergubernamental abierta a un menú de políticas bastante más amplio.