Yo no lo voté. Me alegró su victoria, claro. Pero no lo voté. Aquellos días parecen tan lejanos, tan extraños. Y eso gracias a él.
Kirchner fue casi un dato fortuito en aquel paisaje desolado. Por si alguien no lo recuerda, allí estaba el roedor de Anillaco y el ajustador Guiness López Murphy. El enigma Carrió (a quien su compañero de fórmula ya deschavaba) y el defaulteador de los llanos. Yo, como fue tradición hasta entonces, votaba OTROS.
Recuerden ese panorama inhóspito de un país que venía de los 90, del 2001, de Kosteki y Santillán. Y en el quinto casillero, el candidato que pusiera Duhalde. Pudo haber sido Reutemann o De la Sota. Recordarlo da vértigo, ¿no? La ruleta de Banfield terminó favoreciendo a un interesante gobernador patagónico. Por una hendija entró Néstor en ese cuadro. Hay que acordarse. Aunque asuste por lo que podría haber sido.
Después lo fuimos escudriñando de a poco. Con el escepticismo que supimos conseguir. Algunos viejos amigos nos mirábamos con asombro. ¿Y esto? Y casi sin darnos cuenta, un día estábamos en la ESMA. Escuchando hablar a un presidente en vivo después de tanto tiempo. Pero no quiero decir “tanto”. Quiero ponerle fecha: desde la Pascua de 1987. Esa tarde, mientras volvíamos a casa con mi hermana casi sin hablarnos, golpeados por la decepción, sabía que Alfonsín me había expulsado de la política. De la fe en la política, al menos. Y tuvieron que pasar casi 20 años para poder aplaudir un acto de gobierno.
Salimos mil veces a la calle en ese tramo, pero siempre para putear, para quejarnos. Desde un lugar de fisura cívica que en los 90 se volvió religión.
¿Qué hicimos para merecer a Néstor? No lo sé. Él expresó la lucha silenciosa de muchos, claro. Pero uno no tiene la impresión de que hayan sido ellos los que lo pusieron en la Casa Rosada. La sensación es la de una moneda al aire que cayó del lado correcto. O de canto, qué sé yo.
Y aquí estamos ahora. Con los ojos rojos. Contaba ayer en algún lado que yo tenía 6 años cuando murió Perón. Que no entendía bien lo que estaba pasando. Que la indiferencia de mi vieja no hacía juego con la tristeza de la piba que trabajaba en casa llorando en la cocina. Y que yo me recuerdo yendo de un lado al otro sin saber si debía estar triste o no. Y que ayer, tuvimos que explicarle a Lucas y a Fede, de 6 años, por qué mamá y papá estaban llorando.
Me fui con esa pena al laburo. Porque no hay censos ni feriados en la tele. Ni se cierra por tristeza. Y menos si hacés un programa que sale esa noche y que hasta muy entrada la tarde no sabés ni siquiera si va a salir y con qué. Me pasé la tarde leyendo a conocidos y desconocidos desplegar su pena en las redes sociales. Y viendo material de Néstor. Notas del 2002 a la semana pasada que lo devolvían humano, jodón, pícaro.
Volví a casa pensando estrategias para convencer a Adriana de ir a la Plaza con los chicos. Y no hizo falta ninguna. Vamos, dijo. Sin dudar. Y allí estuvimos los cuatro. Encontrando amigos en una noche de abrazos. Simplemente estando. Pasando. ¿Qué más? Y volviendo a casa temprano porque mañana hay escuela. Mañana. Qué fuerte suena esa palabra ahora.
Se dijo mucho, se dirá. Ya sabemos que vendrán caras extrañas, quién no lo sabe. Los más hipócritas ensayarán las palabras de ocasión. Los más fríos no podrán sostener el cálculo, la ilusión de que el viento vuelve a soplar para su lado. Desestabilizadores precoces. Por eso conmueven más los balbuceos anónimos que los discursos armados.
De todas las cosas que escuché y leí, ya elegí cuál es la frase que más le hace justicia al muerto. La que más le hubiera gustado escuchar, no tengo dudas. La dijo Guillermo Mondino, jefe de asesores de Cavallo durante el 2001. Señaló: “Kirchner era visto como un obstáculo a la inversión y una mayor participación del mercado”. Nadie podrá decir nada más elogioso sobre la figura de Néstor Kirchner.
Estos son momentos en los que a uno le encantaría creer en la existencia del cielo. Si esa absurda ilusión llegara a ser cierta, allí estará él disfrutando de esta sentencia. Sabiendo que si los turros te odian tanto, al punto de celebrar tu muerte, algo hiciste bien.
Mi recorrido es singularmente similar al tuyo, incluyendo el trauma de semana santa. Te mando un abrazo, MEC.
Misma historia, con el agregado de la picadora de carne de la Alianza.
Hoy nos quejamos por un decreto que debería ser una ley, por el no respeto de un reglamento o la falta de dial fino. Gracias a un presidente inesperado, hoy gozamos de las ventajas de la letra chica, algo insólito en un país como el nuestro, generoso en catástrofes mayúsculas.
Un abrazo,
r.
Me siento muy representado en lo que escribiste Alejandro.
Y hace mucho que en cada discusion resalto lo que dice Rinconete.
Estamos discutiendo minucias en comparacion a lo de diez años atras.
Años después de haber compartido un aula, encuentro que todavía tenemos similitudes. Gracias por tu reflexión.
A mí me alegra mucho comprobarlo. Un beso.
Muy bueno, che. Yo tengo algunos años menos, mi ingreso a la vida política fue durante la década menemista. Es decir: no ingresé porque no había vida política alguna, salvo en algunos pocos y exóticos focos combativos que evidentemente supieron ver antes que nadie la tierra arrasada que nos dejaría el turco. Y voté a la Alianza porque me vendieron -como a muchos más- que lo más importante en política era «no chorear». Y salí a cacerolear, y en el 2003 voté a Néstor porque mi viejo me convenció diciéndome que sino se venía el balottage entre Mëndez y el Bulldog. Aún no sé si eso era cierto o un rumor emitido por la usina duhaldista (Duhalde y Kirchner juntos! parece que eso fue hace mil años), pero a la distancia me enorgullezco de haber puesto esa boleta con ese apellido tan difícil de pronunciar (y parecido al de mi mamá, ahí debe haber jugado el inconsciente también) en la urna. Y desde el 2003 hasta ahora, si hay algo que le debo agradecer a Néstor es el devolverme la fe en la política como herramienta transformadora y el permitirme ver más allá de la dicotomía «corrupto/no corrupto» que termina siendo funcional a los que quieren aplicar las mismas recetas de siempre pero con una pátina de supuesta honestidad que ni siquiera pueden sostener por mucho tiempo. Ver que un presidente mandaba a descolgar el cuadro de Videla fue increíble, hermoso, pero lo mejor de todo es que fue sólo el principio. Y que aún queda mucho más por hacer. Ahí estaremos, apoyando a Cristina, miles y miles de jóvenes que como yo, hasta el 2003, pensaban mal de los políticos, sólo por serlo. Ahora pensamos mal de los que realmente hay que pensar mal. Eso también lo hizo Néstor. Gracias.
«algo hiciste bien». Pues claro que sí!
Muchas veces hay que ver quien y que te critican. El de afuera generalmente ve mejor que el de adentro, pero si el de afuera es el mismo que critica siempre cuando no manda… PUCHA QUE HICISTE ALGO BIEN COMPAÑERO!
Ver sino… te odia la SRA, la oligarquía, la UIA te mira de reojo, la SIP te condena, los medios te llenan de tapas macabras, la Iglesia te excomulga, te imploran volver al FMI, los milicos buscan tanques, las cacerolas del medio pelo argentino están a la orden del día…
Pero así y todo, no es para nada poca la gente te acompaña, que te despide y que te va a seguir luchando. Suenan cada vez más voces…
Ah! A mi me también me devolviste a la política, me sacaste del letargo… y eso que yo tampoco te voté
Buena la crónica!
Con mi mujer ayer recordabamos lo que decíamos en el 2003 (los dos lo votamos convecidos por algún amigo sureño que hacía tiempo que trabajaba en el espacio de Kirchner)
«si este tipo logra hacer una partecita de lo que esperamos, el país va a ser otro».
Y el país es otro. Los pisos de discusión se han elevado. Coincido plenamente con lo que decis.
Hoy lloré adelante de mi hija mayor (10 años) nunca me había permitido llorar adelante de ella; que se yo algo de protección se le dice?, y le conté porque creía, que había que recordar a este hombre como el mejor presidente desde que tengo conciencia (tengo cuarenta y tantos).
HLVS
no tiene nada que ver pero me causan tanta gracia los «peronistas de perón» que estaban en contra de Néstor,agarrados a una ideologia inexistente, porque quieren tapar simplemente que son de derecha, tipo el gilastro ese de todos gronchos. Banquensela muchachos
porque «peron no dividia al pueblo» ¿perdon? ¿estan locos chicos? eso era exactamente lo que hacia (y sus opositores tambien)¿o se agarran del añito que volvio del exilio?
Nestor crispaba? Peron crispaba el triple.
impresentables.
Alejandro, tengo más o menos tu edad y me suenan familiares tus recuerdos. Pero quiero señalar algo: a mí Alfonsín no me expulsó de la política. Más bien me metió de lleno en ella. Y no –o no sólo– en el 82/83, sino precisamente en el 87,cuando hubo que tragarse el sapo de Semana Santa. Cuando empezó a ponerse brava la cosa, cuando se acabó la fiesta y hubo que sostener los valores como se podía, weberianamente, digamos.
Creo qque hay algo contradictorio en los elogios a NK que se apoyan en su rasgo de político de raza: a la vez, no destacan una solo acto de ética de la responsabilidad, sino que lo dibujan impoluto. Quiero decir que alguien es un político de raza cuando se banca plegar las velas y volver a intentarlo más adelante, no cuando tiene el viento a favor. Creo que eso es lo que une a Alfonsín y a NK, a pesar de sus diferencias: fueron políticos de raza porque hicieron posible lo que parecía improbable en sumo grado y porque también recularon cuando no pudieron avanzar más. Me falta esa parte del NK político. Quizá no sea el momento, pero me gustaría ver un retrato más… político de él.
Lo mejor de la democracia recuperada son estos dos tipos que devolvieron la dignidad a la tarea política, que politizaron, que ganaron y perdieron haciendo política hasta la muerte, literalmente.
Entiendo que la política tiene una dimensión (o todas…) afectiva que hace imposible franquear barreras (yo tampoco lo voté…), pero recuerdo que NK descolgó los cuadros porque antes había habido un Juicio que había condenado a los retratados. No lo digo para favorecer a unos y denigrar a otros, sino para ver que ése es también un punto de encuentro entre dos tipos que, quizá no casualmente, representaron el ala progresista de los dos movimientos nacional-populares argentinos. Y ese amor a la política es sin duda parte del adn progresista.
Muy bueno Alejandro, y también los comentarios, siempre me parecen productivos los ejercicios de memoria y ver los distintos trayectos políticos para contextualizar bien el presente. Aporto mis recuerdos y mi propia trayectoria de votos, que es un poco diferente.
Yo sí lo vote, desde joven me sentí representado por el peronismo de izquierda, aunque esto no siempre era fácil de encontrar en oferta y en algunas épocas me describía como independiente de izquierda. Había votado a Menem en el 89, decepcionándome rápido, a Bordón en el 95, a De la Rua en el 99 siguiendo a Chacho Alvarez y el Frepaso.
Recuerdo perfectamente la situación que comentás del 2002. Duhalde tenía que elegir candidato, que con bastante probabilidad sería el que disputaría con Menem y probablemente ganaría en segunda vuelta. Su elección era Reutemann y allí sí nos jugó a favor la suerte, Reutemann no quizo, vaya a saber por qué. Si hubiera querido, hubiera ganado.
Entonces Duhalde eligió a De la Sota. Sí, no hay que olvidarse que el primer candidato de Duhalde mucho más acorde a su ideología, fue De la Sota. A De la Sota fueron las encuestas las que lo sacaron de carrera, no pasaba del 1 o 2%. Eso fue, más o menos, entre agosto y noviembre del 2002. Kirchner ya se había largado. También se habían largado, dentro del peronismo, Romero de Salta (terminó yendo de vice de Menem) y Rodriguez Saa de San Luis. En el 2001 hubo tres provincias que pedían negociar acuerdos diferentes con el gobierno en temas de deudas y coparticipación, ya que eran las únicas 3 provincias que tenían superávit: Salta, San Luis y Santa Cruz. Es decir, los 3 candidatos del año siguiente. Que importante la economía en la política, ¿no?
Mientras De la Sota no arrancaba, Kirchner tenía un 7% de intención de voto. Kichner ya representaba el peronismo de izquierda, orgullosamente puedo decir que me contaba en ese 7%, comenté a algunos amigos, «lo voto a Kirchner, aunque no puede ganar». Conocía más bien a Cristina, que desde el congreso tenía más aparición mediática que Néstor como gobernador.
Allí se empieza a hablar de que Duhalde lo deja a De la Sota y busca otro. Recuerdos en los primeros rumores de que podía ser Néstor, que Duhalde no confiaba en él porque lo veía demasiado de izquierda. Pero Duhalde en ese momento priorizaba ganarle a Menem y terminó aceptando el candidato, que con ese módico 7%, le sumaba a lo que el mismo Duhalde le iba a aportar en Pcia de Buenos Aires y otros apoyos del resto del país. Allí empecé a ver que mi candidato podía ganar perfectamente. Esa suma alcanzó el 22%, suficiente para llegar a la segunda vuelta y captar todo el voto anti-Menem.
Por supuesto yo también me sorprendí de lo bien que había salido mi voto. ¡Los dos míos anteriores que habían ganado eran Menem y De la Rua! Se pueden imaginar cuánta confianza tenía en que lo que elegía, terminara conformándome.
La cantidad de cosas buenas que se pueden mencionar de los gobiernos de Néstor y Cristina, es incomparable con ningún otro gobierno que yo haya vivido. Personalmente creo que la muerte de Néstor va a servir para que muchos de los que apoyaron primero y se fueron cuando llegó la supuesta «crispación», vuelvan a pensar en estos años y vuelvan a apoyar a Cristina más que nunca.
Un abrazo.
Abrazo. Muy bueno.
Un abrazo, Ale. Gracias.
el articulo de A.Turner,mas alla de su emotividad,refleja la evolucion politica de buena parte de la clase media argentina.
Aunque estoy de acuerdo con el fondo de la cuestion y de verdad me conmueve el dolor y las lagrimas del pueblo, los memoriosos van a recordar la cercania de NK con Cavallo primero durante el menemismo, del que era entonces el mejor alumno, y despues, incluyendo consejos sobre el mejor destino de los famosos millones por las regalias de Santa Cruz.
Pero mas alla de ese detalle, cuando pase todo esto (si es que alguna vez pasa), alguien tendra que encarar en serio el examen del argumento que «si los turros no te quieren» eso te da patente de bueno.
El argumento de elegir a los amigos por el demerito de sus enemigos es falaz. No me convertiria al judaismo por las atrocidades del nazismo o del fundamentalismo musulman. No tiene sentido, no se llega a esa conclusion a partir de esas premisas. Tan falaz como seleccionar enemigos sobre la base de los amigos que esos enemigos tienen (recuerdo a Maradona diciendo que Bianchi es un mal bicho porque Bianchi cena con Coppola). Alguien alguna vez debera desempolvar los manuales de logica y descartar razonamientos del tipo «los amigos de mis enemigos son mis enemigos», «los enemigos de mis amigos son mis enemigos», «los amigos de mis amigos son mis amigos», «los enemigos de mis enemigos son mis amigos». Por falaces.
Creo que a esta altura no debería ser necesario aclarar que los que apoyamos este proyecto no lo hacemos solamente por sus enemigos. En todo caso, tiene más que ver con las iniciativas que llevaron a cabo y que les hicieron granjearse esa clase de enemigos, y no otros. No queremos a Néstor porque los militares no lo quieran; lo queremos porque hizo bajar un cuadro de Videla, reabrió los juicios,etc. Y los militares no lo quieren por eso. Puede parecer infantil la explicación, pero no más que tu planteo. Por otro lado, estoy harto de leer que NK fue menemista cuando era gobernador, y entonces todo lo que vino después se anula, y bla bla bla bla… Lo que me importa es lo que hizo cuando llegó a la presidencia, y no antes. En todo caso, eso será un asunto de los que vivieron en Santa Cruz bajo su gobernación. Y por las imágenes que se vieron de su despedida, no estaría tan mal conceptuado en su tierra natal, me parece.
Siempre que votamos lo hacemos con una mezcla de duda y esperanza. Nunca fuí tan agradablemente sorprenido. Nestor fue mucho, muchísimo más que lo esperado. Fue la flor que sembraron Evita y el General.
Es una pavada eso de ajustador Guiness de López Murphy. El ajuste era solo del 0,6% de PBI. Era mínimo en comparación a la devaluación, pesificación, default y demás políticas que hicieron Duhalde y compañia. Sacate las anteojeras ideológicas, porque en europa, los socialdemócratas están haciendo un ajuste 20 veces superior al de López Murphy. El resto de la nota me pareció interesante. Nestor fue vivo, creo su propio imaginario, borró de un plumazo su pasado con la dictadura y con el menemismo, compró el discurso progre que es muy vendible, dividió al país entre buenos y malos, y ganó, hasta el momento, la batalla cultural: tiene a la juventud militando en las calles, mientras que la mayoría está en su casa viendo a Tinelli. Espero que Cristina no vaya a funde, no se fundamentalice, porque de hacerlo no tiene chances de ganar la elección.
Muy bueno, Ale!!!
Gracias a todos por leer y compartir. Bueno, a casi todos.
Abrazos.
Tus palabras son como una caricia en el alma, en este momento de tanta tristeza. Gracias, lungo!!!
Gracias, querida. Un beso.
En el 2003 voté por primera vez. Lo hice por él, en un voto conservador de clase media: elegir al menos malo del único espacio que garantizaba no chocar (definitivamente) el barco. Me acuerdo las gastadas cuando me decían que al que había votado era a Duhalde.
En el 2007, no. Ya sabía que ganaba, queria darle mi apoyo a algún tipo distinto que pudiera aparecer por fuera del peronismo, lo voté a Solanas…
La segunda presidencia, la de Cristina, me hizo volcarme sin fisuras a los K, valorarlos a ellos, a este proceso.
Desde hace casi dos días, ahora, no puedo ni explicarme cómo me cuesta no llorar, no bajar la cabeza..
Hola Alejandro, realmente me arrancaste algunas lagrimas, despues de tanto tiempo. Pero aun sigo buscando y leyendo sobre este lider que le costo al pais 50 años de vida,se que hay muchos mas como el, este proyecto no tiene retorno.
Queria saber si eres el hijo del ex intendente de Lomas, TURNER, a quien le hicieron desaparecer para que Duhalde acceda a la intendencia de esa comuna.Y si es asi, mi mas sentido pesame para ti y toda tu familia.Desde ya muchas gracias.