¿Anibaladas?

Es una cuestión de actitud, María Marta. Está todo bien, nada mal. La prensa desinforma, mete miedo. Todo lo que se encuentre a la derecha o a izquierda del frente que se quedó con la “V” de la victoria, corresponde a una intencionalidad fascista capitalizada por el corporativismo mediático. Todos están equivocados. Todos. La verdad es una sola, absoluta, revelada y no lleva la cruz de los representantes de Dios en la tierra.

Así, la izquierda que reclama equidad en la distribución de la riqueza es funcional a la derecha y la derecha gana espacio para afectar la institucionalidad democrática, de un proceso de transformación política que tiene la receta del éxito en un modelo guardado bajo siete llaves en alguna bóveda suiza, con el mismo número donde Santa Cruz solía depositar la renta petrolera. 

“La pobre mina me importa un comino”, dijo el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aunque le dedique su tiempo a responderle por fagocitar el clima de inseguridad (mediática). “Mentiste, mentiste”, Nicole Neumann. Igual que Julio César Cleto Cobos. Son actitudes fascistas.

Los medios inventan una violencia social que no existe y el vicepresidente en funciones pasa lista en el Senado para interpelar a quienes no dan quórum. El “traidor” aprovecha la situación de empate hegemónico que el gobierno supo leer para las elecciones de 2007 y, ahora, desconoce por completo. Eran tiempos de romance con Grupo Clarín y de un radicalismo K que intentaba recuperar el tiempo perdido en una suerte onírica de gobierno de coalición.

Sin embargo, el movimiento de los blogger K  tiene la clave del éxito. Allí recaló Aníbal para despuntar su afecto por las nuevas tecnologías. Abrió un perfil de Facebook y una web -en construcción- por haber superado los límites de visitas.

“El asunto está ahora y, para siempre, en tus manos nene”. Aníbal está conectado, tiene seguidores y las “anibaladas” abren a sus fans la ventana de una innovadora fase en la video-política vernácula.

Aunque resulte extraño, Aníbal sigue los pasos de Lilita Carrió y los de Carlos Chacho Álvarez. Tanto la diputada “que tiene los patitos en fila” como el vicepresidente que supo renunciar cuando debía -y que sale con Solita, la conductora de Gran Hermano-, supieron explotar la pantalla televisiva para construir la imagen deseada por el electorado de fines de los noventa.

A falta de plazas llenas. El principal vocero del gobierno nacional acaba de inaugurar con su perfil en Internet un movimientito de masas cibernético. Infiel por no poner el cuerpo, pero comunicado.

Hasta que la estructura corporativa de los medos no se diluya  (o cambie de manos)  los “efectos de red” funcionan para hacer campaña. No importa que la forma tape el contenido y que la vieja política diluya los conflictos sociales en “twiteos” y versiones 2.0 de tonadas ricoteras.

Mientras la oposición siga fragmentada está todo bien. Nada mal. Todo bien. El futuro llegó hace rato. Néstor Carlos ya lo ves.

Acerca de fedecorbiere@gmail.com

Lic. en Cs. de la Comunicación. Especialista en Planificación y Gestión de la actividad periodistica (Fsoc. - UBA)

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10 comentarios en «¿Anibaladas?»

  1. Buen post.
    Lo de Anibal merece, efectivamente, varias reflexiones.
    ¿Es un gran cuadro político, con una enorme capacidad de trabajo, y que instala agenda, que le pone proa a la tormenta y abre la senda por la cual puede escapar el gobierno de su encerrona? O, en cambio, es un lenguaraz que agrava el enquistamiento en que cayó el gobierno, un provocador que asusta más aún a los argentinos que podrían coincidir en algo con el gobierno?
    Es difícil de responder esto, porque creo que Anibal es ambas cosas a la vez.
    Personalmente le admiro el arrojo, la oratoria, y poca especulación respecto de las consecuencias que paga con su propio pellejo cuando la emprende en batallas complicadas. Pero como aquí no se trata de hacer un juicio individual -del cual, podría salir muy bien parado Anibal- sino de medir el efecto que producen las intervenciones de Fernández en la opinión pública, creo que es hora de que el gobierno lo guarde para otras batallas.

    1. Justamente esa es la cuestión en un gobierno que cuenta -por el desgate propio de la gestión y errores innecesarios- con pocas figuras de recambio.

      ¿Correr del estratégico cargo en la jefatura de gabinete a Anibal F. sería una decisición acertada? Esa será la incógnita en las elecciones 2011, ya que se trata de las contadas figuras sobre las que ningún consultor debería cometer un «acto de fe» para garantizar una buena performance.

  2. No me termino de decidir entre si esto es una típica falacia del hombre de paja o si el autor cree realmente lo que escribe.

    1. Si lo cree no puedo saberlo, y en todo caso no importa. Pero procura que lo creamos, y es hábil para conseguirlo. Si uno se lo toma muy en serio, convence. Se le puede discutir, por supuesto, no sin aceptar que la pega en muchos aspectos, porque es inteligente y sagaz, y está muy bien informado, demostrando cuáles son las costuras del tejido mediante el cual organiza todo para favorecer a sus intereses. Y, de paso, reconocer todo lo que es cierto en lo que dice para ver qué se puede hacer para resolverlo. Con esto último, vamos adelante, pero en cuanto al laburo de responderle, replicarle, refutarle, no, gracias, es un trabajo enorme, desgastante, cansador. Lo mejor con estos prolijos locuaces es decirles «sí, tenés razón, ganaste, campeonazo» y seguir trabajando por todo lo que hay que trabajar, mientras gente como este Corbiere sigue embelesándose en sus propias palabras.

      1. Parece ser que el autor del post no es el único «embelesado por sus propias palabras»: usaste 14 renglones para no responderle y para no decir nada.
        En otro lado lo dije. Anibal es rápido de lengua, algo astuto y es lo suficientemente pequeño como para entrar en el baúl de un auto. Y con eso, parece, alcanza para llegar lejos en este país.

      2. Será rápido con la lengua o pequeño para llevarlo a cualquier lado, pero no me vas a negar que los datos que él maneja y las decisiones que toma, muchísimas veces son acertadas mucho antes que cualquiera pueda saber los efectos de las mismas, y eso es mucho más de lo que el gobierno de la Alianza o de Menem tenía. Así que viendo a Anibal a comparación de lo que hubo antes, te digo, que el pasado se quede en pasado y que no vuelvan ni a palos. Por otro lado, creo que si se lo cree, sino no estaría escribiendo lo que escribe… ¿o los periodístas de Clarín no escriben por sus propias convicciones? Creo que con esto volvimos al principio.

      3. Eso de que no dije nada es conclusión tuya, Frencisco: vos no encontraste nada, no está lo que según vos debería estar. De todos modos, no importa, los tipos como vos siempre tienen razón: ganaste, campeonazo.

  3. Por favor, basta de compararse con M*n*m o con la Al*anz*. Cualquiera sale más o menos bien parado comparado con esos esperpentos, hasta «Anímal» Fernandez. Levantemos un poco la puntería muchachos, exijamos un poco más. Nadie puede tomarse en serio a este patotero de cuarta que se cree capaz de incumplir fallos judiciales y salir impunemente a decir «…que me llame el juez que yo le explico…». Nadie puede tomarse en serio a un tipo que cree que gobernar es salir en los medios a polemizar (¡!) con Mirta Legrand y Nicole Neumann. Y por otra parte, será rápido de lengua pero eso no significa nada: su nivel discursivo no supera el de cualquier punterito más o menos entrenado.
    ¿Esto es «un gran cuadro político»? Qué pobreza, por favor.

  4. Lo más patético es que creen tener un Corach y lo festejan, con todo lo nefasto que era, pero solo tienen un Luis Juez del conurbano.

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