… si la jueza no hubiese hecho un mero trabajo administrativo de dictar un desalojo sin tener en cuenta cómo se hace. ¿Esto también es control de procedimientos, no? ¿O sólo vale para el poder político?
… si el gobierno de la ciudad tuviese un plan de viviendas y alguna (no digo un plan integral) política pública hacia los pobres de la ciudad.
… si hubiera más militancia en los barrios pobres, que es donde más se necesita.
… si los italo-argentinos, los hispano-argentinos, los ecuatorianos, etc del Gobierno de la Ciudad, expresaran sólo un 5% de todo su racismo en lugar del 10 %.
… si etc, etc. etc.
Para casi todos los casos tenemos alguna respuesta, mala o buena, practicable o no, más o menos condicionada. Todas las respuestas implican políticas sociales más o menos abarcativas, más o menos practicables, más o menos confrontativas con los poderes fácticos, etc. Pero hay una para la que no sabemos qué carajo decir. Y es el accionar de las fuerzas de seguridad. Leí por todas partes y escribí yo también más o menos en la misma dirección sobre la conducción política de las fuerzas de seguridad. Y no terminamos de saber muy bien qué significa eso o qué implica eso o incluso más, qué va a pasar después de que eso se concrete con el accionar de las fuerzas. Anteayer estábamos con que la policía había reprimido y eso era falta de conducción política de la Federal. Ayer y hoy el gobierno nacional no mandó ni piensa hacerlo a la Federal y eso es conducción política y ya hubo otro muerto. Extremos, represión=muerte; inacción=muerte.
Y pensamos que si estuvieran los que saben Arslanián y Saín, por ejemplo, que inexplicablemente no están cumpliendo funciones, tal vez la cosa estaría mejor. Pero pareciera como una pastilla tranquilizadora. Y sí, claro que sí, yo me siento más tranquilo si a la cana la conducen Arslanián o Saín y no Stornelli o Montenegro, por ejemplo. Pero sé que eso no soluciona todos los problemas ni tampoco pienso que sea una cuestión de dos personas ni estoy seguro de que no habría represión policial o «dejar hacer» bajo una conducción más política. Pero hay que hacerlo, hay que intentarlo.
La cana termina siendo la que llega como última política de estado ahí donde el estado frenó, no llegó, o lo que hizo fue insuficiente para que esa situación no explotara. Es el límite en todos los sentidos porque también en la cana, en la Federal, el estado llegó a un límite que no pasó en estos 27 años de democracia. El instrumento del estado con menos control político termina siendo el último recurso estatal para encarar las consecuencias del límite de resolución de problemas sociales del propio estado. La cana y los pobres.
La peor consecuencia de esto sería que pase lo que está pasando en otras partes y es una solución noventista. Privatización de la represión. Consecuencia no deseada de la especialización. Que vengan con el discurso de los expertos, peor, de la gestión privada. Esto está, tiene que estar, no puede no estar en la plataforma del proyecto de Cristina 2011. El tema seguridad y fuerzas estatales de seguridad debe ser el nuevo debate público.
El tema es la favelización, que hacer si un grupo de argentinos o extranjeros ocupan un parque público para lotearlo y levantar casillas ahí. Decir que el tema es que hacer con la policía es mover el eje del asunto.
Estoy de acuerdo en que ese es el gran problema. Pero aun ahí, en ese gran problema general, sabemos que se pueden diseñar políticas inclusivas, planes de viviendas, hay mucha gente que trabaja en eso y que lo hace bien y si bien no alcanza lo que se hace, creo que hay más gente poniéndole cabeza al tema. Sin embargo, con el tema fuerzas de seguridad (no quiero correr el eje, simplemente marco este punto, esta arista) lo que noto es que hay mucha menos claridad, sobre todo desde el progresismo porque tiene la enorme tarea de dar una respuesta distinta y no la encontramos.
En primer término aplaudir a desparejo por admitir con humildad que apenas si tenemos algunas de las preguntas, y ciertamente no tenemos las respuestas. También es pertinente lo que señala El Lurker.
Si a quienes ocupan espacios públicos (o privados)en reclamo de tierra y vivienda les decimos que sí, no habrá desposeído de esta galaxia que pierda la oportunidad de venir a instalarse en la CABA. Pero eso es el Far West. El estado no puede renunciar al monopolio de la fuerza. Debe ejercerlo con prudencia y compasión. Creo que no podemos avalar las ocupaciones.
El General decía sabiamente que para ser libres debemos ser esclavos de la ley.
lo que acabo de leer corrobora que este resulta ser un gobierno mas bien de centro,que actua cuando las papas queman,que su matiz de izquierda es la falta de represion,pero que,como la inflacion,esta especie de invasion o colocacion por obra de la derecha de una»bomba humana»para seguir conspirando,requiere el maximo de prudencia y cuidado,aplicado a planes de viviendas populares.