A la izquierda de la sociedad

Por Sergio Bufano *
En los primeros años de la recién recuperada democracia, el destacado intelectual José Aricó decía a Página/12: “Alfonsín está a la izquierda de la sociedad”. Era una afirmación temeraria porque ya en esa época todos los partidos de izquierda mostraban su furia contra el gobierno elegido en 1983. ¿Era cierta esa frase?
Si echamos una mirada hacia atrás, podemos afirmar que Aricó no estaba tan desacertado. Comencemos por los datos y luego veamos los supuestos. El 40 por ciento de la sociedad había votado al doctor Italo Luder, a sabiendas de que el Partido Justicialista, a través de su dirigente, había aceptado la amnistía general dictada por la dictadura para protegerse a sí misma, vale decir, a todos los genocidas. Salvo que supongamos que los votantes peronistas son cándidos o distraídos, el hecho irrefutable es que ese 40 por ciento votó por la amnistía.
Y vamos a los supuestos: del 52 por ciento que votó por Raúl Alfonsín, ¿cuántos estaban verdaderamente dispuestos a que se juzgara a los responsables de la matanza? Nunca lo sabremos, pero bien podemos suponerlo. Hasta ese momento, los organismos de derechos humanos habían estado solos en su lucha; las Madres de Plaza de Mayo habían desfilado desafiando a la dictadura sin la compañía de la sociedad, que las miraba indiferente y en algunos casos hasta se mofaba de ellas.
Los obreros, proletarios, o como se quiera llamar a los trabajadores del país, no sólo eran ajenos a la lucha de los organismos y de las Madres, sino que ni siquiera participaron de sus movilizaciones. La dirigencia obrera congregada en una de las dos CGT de aquellos años había expulsado a empujones a las Madres al grito de “ni yanquis ni marxistas, peronistas”.
No vamos a hablar de las otras entidades de la sociedad civil, porque no se nos ocurriría pedir peras al olmo. Solamente una mención de bocas cerradas: Sociedad Rural, Unión Industrial, Iglesia Católica, Carbap, Coninagro, CGT.
Nadie, salvo las Madres, los organismos y minoritarios grupos de izquierda parecían estar dispuestos a llevar a los criminales al banquillo de los acusados. No hubo, salvo en la fantasía de nostálgicos que construyen pasados gloriosos, movilizaciones verdaderamente importantes para exigir el castigo.
Y, aunque sea doloroso recordarlo, hubo mucha más gente vivando al dictador Videla en Plaza de Mayo cuando Argentina ganó en 1978 el Mundial de Fútbol que en aquella emocionante marcha de las Madres en diciembre de 1983. Y sigamos con el dolor: una multitud fue la que acompañó al dictador Galtieri el 2 de abril, con la aventura de Malvinas.
Y todavía más recuerdos humillantes: los familiares estaban solos cuando la Comisión de Derechos Humanos de la OEA vino a la Argentina para investigar las desapariciones. El “pueblo”, término que se presta para todo, seguía entusiasmado a un locutor de fútbol que gritaba “los argentinos somos derechos y humanos”.
“Alfonsín está a la izquierda de la sociedad”, decía Aricó, y creo que tenía mucha razón. Porque, aunque las fotografías disimulen, no era una multitud la que acompañó en la Plaza a los miembros de la Conadep cuando entregaron al presidente de la Nación el informe final donde se narraba el desgarrador relato de siete años de tiranía.
Es cierto que la historia contrafáctica carece de sentido. Pero bien podemos preguntarnos: si Raúl Alfonsín llamaba a una consulta popular para decidir si se juzgaba a los militares, ¿cuál hubiera sido el resultado?
Uruguay, Brasil, Chile, Paraguay, todos los países de América latina trataron de tapar, fuera mediante consultas o dejando pasar el tiempo, la historia sangrienta a la que habían sido sometidos. No había antecedentes ni en Latinoamérica ni en el mundo.
En Italia, luego de la caída de Mussolini, fue Palmiro Togliatti, secretario general del Partido Comunista, el que promovió en 1948 la amnistía a los criminales fascistas. En España, cuando murió Franco, Adolfo Suárez impulsó la amnistía general con la aprobación de la mayoría de los partidos políticos.
En todos los casos se decidió “mirar hacia delante” y ocultar bajo la alfombra los trapos manchados de sangre. ¿Por qué? La explicación es sencilla: porque había miedo.
En los años ’80, los hoy octogenarios represores tenían mando de tropa, tenían armas, tenían cuarteles bien abroquelados y tenían a un líder llamado Aldo Rico. No era sencillo juzgarlos y meterlos presos.
Eso, entre otras cosas, reivindico del doctor Raúl Alfonsín: con una sociedad atemorizada –y en muchos casos sospechosa– se atrevió a avanzar con la Conadep y con el Juicio a las Juntas. No está nada mal para la historia argentina, acostumbrada a amnistías y olvidos que dejaron impunes a los criminales.
* Escritor y periodista, codirector de la revista Lucha Armada en la Argentina.

http://jugodemails.blogspot.com

6 comentarios en «A la izquierda de la sociedad»

  1. y si luder tenia razon?

    (aclaro q quien esto dice,nunca voto por un candidato peronista).

    puede una sociedad constantemente estar reviviendo el pasado? (q es muy diferente a «aprender» del pasado).

    por q argentina es uno de los pocos paises,por no decir el unico,q vivio esta situacion especial de condenar a los responsables de estos crimenes.En españa e italia,q se ponen como ejemplos en el post,se aplaude el juicio a las juntas,si es una medida tan loable,por q no hicieron ellos lo mismo?.

    (digamos la verdad completa,no solo se juzgo a las juntas militares,tb se juzgo a las cupulas montoneras)

    son paises con milenios de historia,con guerras,guerras civiles y atrocidades de todo tipo.Sin embargo prefirieron «barajar y dar de nuevo»…q saben esos paises q nosotros evidentemente no?.

    alguien me dira «hay q juzgarlos para q sirva de escarmiento»,pero esto,es taxativamente cierto???
    tomemos como ejemplo los juicios de Nuremberg,q paso despues de esos juicios…un millon de muertos en laos en manos del kmer rojo,un millon y medio de muertos en ruanda,600.000 muertos en los balcanes etc.(por solo citar algunos)…guerras etnicas,limpieza etnica,campos de concentracion,ejecuciones sumarias de civiles,etc etc etc…se ve q mucho no escarmentaron.

    para no irnos tan lejos,pese a las condenas a los militares del proceso y a las cupulas guerrilleras en el 86′,eso no impidio movimientos desestabilizadores,tanto por derecha como por izquierda,en contra de nuestra democracia.las asonadas carapintadas o la toma de la tablada por el MTP…otros q no «escarmentaron» demasiado me parece.

    si a videla le hubiesen dicho q iba a terminar en cana por su proceder durante los años de plomo,no hubiese hecho lo q hizo??? o sera q ante mesianicos como videla o gorriaran merlo,la futura pena de carcel o inclusive la muerte,no los amedrentan demasiado??? precisamente por q son mesianicos y para ellos la «salvacion de la patria» amerita cualquier sacrificio??? (dejando de lado q es la significacion de PATRIA para esta clase de personajes).

    algunos sostienen q cuando se terminen los actuales juicios a los militares,hay q seguir con la parte «civil»…con los «colaboracionistas»,cuantos seran? 5 mil,10 mil,20 mil juicios mas???…y peor aun,,si dentro de unos años tenemos un gobierno democratico de derecha q «reinterprete» todo otra vez,para meter en cana a los del otro «bando»…cuando terminamos todo esto???(convengamos q toda ley esta sujeta a reinterpretaciones y aun a cambios).

    creo q leyendo el NUNCA MAS,no queda otra q desear q todos esos tipos se pudran en la carcel ante el nivel de atrocidades,pero,es asi como funciona todo???…

    no me cabe la menor duda q alfonsin llevo a cabo los juicios a las juntas y a montoneros,con toda buena leche,pero aclarando q estoy hablando «con el diario del lunes»,en restrospectiva…era lo mas aconsejable??? lo sigue siendo???

    como hable mas arriba,APRENDER del pasado si es aconsejable,pero revivir el pasado constantemente no creo q lo sea,sinceramente.(y mucho peor es revivir ese pasado con el unico objetivo de usarlo para el chiquitaje politico coyuntural).

    me sigo preguntando…y si luder estaba en lo cierto???

    por ultimo,un recuerdo para nelson mandela,premio nobel de la paz,un tipo q paso 40 años en una carcel sudafricana sufriendo todo tipo de vejaciones…cuando llego a la presidencia del pais,quien si no el tenia toda la autoridad moral de mandar a medio mundo en cana,por las atrocidades q vivieron el en carne propia y su pueblo???,sin embargo prefirio la «ley de la verdad»,TODOS,los supremacistas blancos y los miembros de los grupos de terroristas de ultraizquierda,debian confesar sus crimenes y luego si,ser amnistiados…MANDELA,prefirio «barajar y dar de nuevo» y asi enfocarse en el futuro de sudafrica…eso si,aprendiendo de los errores del pasado.

    pero bue…quizas nosotros seamos mas sabios q MANDELA…quizas sea asi…

    1. Leandrito, chiqiñín, vos sabés lo que estás diciendo? me parece que no, y te sugiero que agarres los libros pronto. La Justicia, princiìo fundamental de toda comunidad organizada, del Estado de Derecho, no puede sustraerse en función de la dimensión del compareciente. La imagen de la justicia ciega, no tiene qe ver con la simbolización de cierta incapacidad, sino con la representación de la igualdad ante la Ley de todos los seres que estamos sujetos a ella. Si la justicia va a estar mirando la «capacidad de daño» que tiene el delincuente, no es Justicia.
      Si algunos Estados han actuado de esa manera es una desviación, una falla en el principio liberal fundante de la modernidad de «igualdad ante la Ley», no es un principio fundamental.
      Pero me parece que me estoy excediendo con la explicación, no creo que a esta altura pueda yo, con argumentos, esmerilar los sofismas que imperan en tu discurso.

    2. Quizá Mandela haya tenido la autoridad moral para mandar a los jerarcas del régimen del apartheid a la cárcel, pero hay que ver si tenía el poder político necesario, y qué compromisos tuvo que realizar con ese régimen para poder acceder al poder. Alfonsín tuvo la ventaja de que los militares estaban muy desprestigiados por Malvinas y no pudieron imponerle condiciones tan draconianas como las de Pinochet a Alwyn en Chile. Incluso pudo darse el lujo de desairar a Bignone dándole la mano en vez de abrazarlo cuando le entregó la banda…
      En cuanto a los colaboradores civiles, hay que distinguir entre los civiles que simplemente ocuparon cargos públicos entre 1976 y 1983 y los que participaron en los crímenes de lesa humanidad (por poner dos ejemplos, Martínez de Hoz y Von Wernich). No creo que en ese segundo grupo estemos hablando de miles de personas.

  2. Schusscheim (Gómez caería como anillo al dedo)

    Lo que decís acerca del 40% no es tan cierto.
    Y lo que decís del 52% no lo es tanto.
    Convengamos que del 40% peruca la inmensa mayoría queríamos ver encanados a los milicos. Pero a veces esto de gobernar te hace moverte en campaña con el Teorema de baglini bajo del brazo. No creo que Alfonsín que ni soñaba, tuviera esa pesada carga bajo los hombros, volver a la institucionalidad democratica, estabilizarla.

    Demas está decir que no puedo decir si Luder no hubiera hecho algo parecido, finalmente. por que la política de DDHH fué variando conforme a los tiempos y a la correlación de fuerzas, y hoy la podemos llevar adelante por que en realidad triunfó el neoliberalismo que con su estado mínimo (y las FFAA son parte del estado) y sus ajustes y recontraajustes dejó a estos tipos con gomeras en las manos. Cosa que es también una locura, pero bueno asi somos los argentinos, clonazepam dependientes, el dia que el ejército de Islas Caimán decida invadirnos repetiremos el dolor de malvinas.

    Pero si algo tengo que reconocerle a Alfonsín (entre las pocas cosas que un viejo adversario como yo le puede reconocer a ese desastrozo gobierno que hizo) fue el caracter docente, ante la rural, ante el obispo. Se olvidan los que le hacen el homenaje hoy a Alfonsin de los dos demonios.
    Sin ir mas lejos el juicio a las juntas y la condena social a los milicos por el genocidio fueron aciertos (parciales) de Alfonsín que como buen docente machacó y machacó hasta que la sociedad lo entendió.

    Hoy se piensa que las madres eran el centro de la lucha por los DDHH, lo cierto es que eran una organización más. Cada partido y dentro de ellos cada grupo lo tenía, las madres estaban tan solos como el sindicalismo con sus muertos y presos estaban muy solos.

    Por aquellos tiempos pertenecí (peligrosamente muy joven, nací en el 60) a una pgrupación política peronista de Morón cuyo presidente (De Martín) y otros compañeros estaban detenidos desaparecidos por la dictadura. Los habeas corpus los presentaban los doctores Fidel Manisse, Esteban Gomez Villa, el abogado radical de Morón Marcos Di Caprio, conectados con R. Vanossi y el peronista Guido Freytes y un abogado peronista de Rosario que me duele no recordar su nombre.

    Estaban solos, todos estaban solos, las madres, los sindicalistas presos en los barcos estaban solos, no había organización y ¿por que estar bajo el ala de madres?, en todos lados se olía a conspiración, a filtración (recordar el angel Astiz), eso lo recuerdo bien, ni con el espejo se hablaba.

  3. Schusseim dice muchas verdades.German tambien.Claro que la exposicion del primero queda como una verdad parcial,ajustada al principio alfonsinista de que la politica es el arte de lo posible,porque hay que ponerla en uno de los platillos de la balanza.En el otro estarian los errores de ese presidente.

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