Carta a los kirchneristas Apeianos acerca de Kirchner, Duhalde y el Escriba

Lunes 29 de diciembre de 2008, 2:01 AM.

 

Recién termino de leer los comentarios al post de Escriba sobre Duhalde y quería dejarles una opinión de amigo a los kirchneristas de AP, de alguien no tan kirchnerista como ustedes.

En primer lugar, quería decirles que me resultó muy bueno el debate. Soy un lector de AP desde hace varios meses y les confieso que habitualmente los posts no salen demasiado del microclima kirchnerista, y eso les quita interés. Esta vez no.

Todo comenzó cuando el Escriba contó la buena impresión que le causó una larga entrevista al matrimonio Duhalde en Crónica TV (entrevista que también vi y que me causó la misma impresión), donde criticaban a los Kirchner con 2 argumentos básicos: la soberbia política y la insensibilidad hacia la pobreza. Llamó la atención que alguien que no tiene que rendir examen de kirchnerista en AP, rescate y defienda una opinión de los Duhalde (tan sólo una opinión, no su persona ni sus intenciones). Justamente de Duhalde, el satanás del kirchnerismo. Y se armó el quilombo.

Me parece que esto pasó porque Escriba tocó, sin querer, un nervio sensible de lo que De Ipola llamaría el “enunciado credógeno” de la gente de AP. Si se sabe aprovechar, creo que la apertura de este credo básico puede enriquecer muchísimo las ideas de este espacio. De esta tensión en el discurso y el credo kirchnerista les quiero hablar.

 

Se puede pensar que la militancia y simpatía kirchnerista creció porque la economía anduvo bien hasta hace poco, por su política de derechos humanos o por cualquier otro motivo. Pero a mí me parece que nada de esto es su aporte más singular, más de fondo. El kirchnerismo logró las expectativas que logró en estos años, por algo que de Menem en adelante parecía impensable: que una cantidad importante de personas, sin estar atadas por cargos o beneficios económicos, vuelvan a creer genuinamente en una experiencia y en un gobierno que hiciera posible que la política y el Estado sirva nuevamente para cambiar la vida de la gente. Pudo simbolizar una vuelta de página a la cultura de los ´90 e insinuar un retorno a algo de la cultura de izquierda juvenil nac & pop que se inició después de la noche de los bastones largos.

Esa creencia logró que se acerquen a la política varios ex-militantes de aquel entonces y otros a los que la edad no nos permitió vivir los ´70 pero que nos socializamos políticamente con los relatos de esos días. Para nombrar algunos, logró que las Madres y Abuelas, muchas organizaciones piqueteras, grupos de izquierda no peronista como los Libres del Sur, buena parte de la CTA, Verbistsky, mis tíos, mi papá y algunos amigos, además de un montón de gente que no conozco pero veo en las marchas, vuelvan a creer que la militancia podía servir de algo. Esa experiencia permitió crear el Frente para la Victoria, ganarle a los Duhalde en el 2005, habilitar las listas colectoras y reinsertar en el peronismo personas y discursos que el menemismo parecía haber sepultado definitivamente.

Pero el problema es que los años 2000 no son los ´70 y que esos treinta años no pasaron en vano. El peronismo ya no es lo que fue, ya no puede volver a serlo. Como toda identidad política verdaderamente significativa, se institucionalizó en un partido. Esta organización, como sabe cualquier estudiante de ciencia política, a medida que se consolida va teniendo la necesidad básica de reproducirse a sí misma. Esta necesidad alcanza para explicar buena parte de las cosas que habitualmente denostamos, como ser los barones del conurbano, el clientelismo, la corrupción al servicio del aparato político, etc. El peronismo post-perón tuvo y tiene, además, un quilombito propio que resolver: muerto Perón, no pudo recrear un proyecto político programático que haga de la justicia social, la independencia económica y la soberanía política algo más que banderas y símbolos. Como sustento pobre de esas cosas, quedan la presencia en los barrios y la asistencia social, tal cual la reivindica Omix cotidianamente y que tan bien expresan Duhalde y la Chiche.

La imposibilidad del kirchnerismo, la tensión que sin querer marca el Escriba y que toca la fibra K más sensible de todas, es que tampoco sabe (quiere o puede, da lo mismo) como resolver este problema, a saber: recrear al peronismo en una nueva identidad y un nuevo proyecto político popular propio de las peripecias del siglo XXI. Los símbolos siguen siendo los mismos, pero hoy nadie sabe cómo llenarlos de contenido. Y termina pasando, como en el 18 brumario, que se sacan a relucir las palabras, ropajes y armaduras de otra época, y lo que fue tragedia no puede evitar transformarse en farsa.

Para decirlo más fácil, el problema con el post del Escriba es que muestra que, en el fondo, el kirchnerismo querría ser mejor que el duhaldismo pero no sabe cómo. Su propuesta económica no va mucho más allá del acierto económico de Duhalde de salir de la convertibilidad, y en lo político no va más allá del partido justicialista, con las mismas prácticas y los mismos personajes. El resto son discursos, gestos y símbolos, pero eso sólo, no alcanza para transformar demasiado las cosas. Quizás ni siquiera alcanza para llegar a un tercer mandato.

Por último, todo esto me preocupa. No porque les tenga afecto a los K, seguro que menos que la mayoría de ustedes. Me preocupa porque creo que si no aparece alguien que resuelva la cuadratura del círculo y recree los valores del peronismo en la sociedad y la política actual (no creo que el PJ, Duhalde, los K ni Omix lo logren), estamos al horno. Porque los que están del otro lado (la derecha, se diría, aunque a mí el eje derecha-izquierda me suena superficial) se está organizando y está generando nuevos referentes políticos con discursos bastante claros. El neogorilismo de Carrió, está siendo perfeccionado día a día por Macri, Michetti, De Narvaez, Cobos y, quizás, Scioli. Y si no nos apuramos y un día se juntan, vamos a tener que esperar como 10 años más.

24 comentarios en «Carta a los kirchneristas Apeianos acerca de Kirchner, Duhalde y el Escriba»

  1. Brillante el post, da para reflexionar.
    «La imposibilidad del kirchnerismo, la tensión que sin querer marca el Escriba y que toca la fibra K más sensible de todas, es que tampoco sabe (quiere o puede, da lo mismo) como resolver este problema, a saber: recrear al peronismo en una nueva identidad y un nuevo proyecto político popular propio de las peripecias del siglo XXI.»
    Esta analogía con la revolución francesa es notable, sabe que el peronismo, como el pueblo árabe, necesita de un Israel que ponga de relieve esa identidad perdida. Tal vez Nestor la buscó sin encontrarla y el Escriba justo metió el dedo en la yaga.
    Muy buen post

  2. Vengo de comentarle a W. Bezuzo sobre eso sobre el conflicto árabe israelí. El estado Israel le confiere identidad al pueblo palestino, o mejor dicho unifica palestina en una identidad común anti-israelí.
    Nestor buscó esa confrontación con la oposición, para aglutinar los propios y apropiarse de la identidad peronista, la que sin duda debe hacerse cargo de los pobres. En el intento se extravió.
    Esa es la herida abierta que hace sangrar el Escriba y que Ud. rescata.
    Con respecto a la revolución Francesa debo decir que algo similar intentó Robespierre, pero no llegó a concretarlo por morir en el intento. El 18 brumario marca el fin definitivo de ese intento, el de la fraternidad, el de la democracia, que era el gobierno de los pobres.
    Nadie quiere a Robespierre, yo lo banco, y rescato de su política la pelea por los derechos del ciudadano. Sus métodos fueron violentos y no sirvieron para establecer lo que la primera revolución quería, el triptico revolucionario.
    La divisa de la fraternidad es puesta de lado y archivada definitivamente en 1848. Miestras tanto la burguesía se establecía como poder alternativo al rey, gracias a la revolución de los Robespierres, Dantones y todos los que fueron boletas en ese primer intento de equiparación de los derechos del hombre y de los ciudadanos.
    Nunca había visto esta analogía hasta que Ud. la insinúa.
    ojo que estoy pensando en voz alta

  3. Hay muchas partes del post que comparto

    Pero voy a marcar una diferencia

    Son mas algo que banderas y simbolos.

    El caso de las AFJP es el caso paradigmatico por excelencia. Recuperar los fondos en manos privadas, para hacer funcionar el estado y la obra publica.

    Duhalde jamas se hubiese enemistado, con ningun banquero, ni con ninguna AFJP, el tipo siempre esta ahí para servirles.

    La gran diferencia pesificación de deudas. Estatización de AFJP.

    ¿Se hubiese animado a Aerolineas? ¿Se hubiese animado Duhalde a chocar con la Sociedad Rural? ¿Con Clarin? El tipo siempre firme como rulo de estatua defendiendo sus intereses.

  4. Muy interesante, Bombita. Y enriquecen mucho los comentarios de Charly.
    Me quedé pensando si esa identidad es posible de cerrar en un tiempo presente (no sólo por las dificultades, abreviando, de tipo posmodernas actuales) sino que siempre es un relato del pasado, lo que le da sustento a una utopía. De hecho, si quitás las nociones de peronismo (y el ejemplo Palestino y Francés tienen esa fuerza)es decir, si le quitás las mismas tensiones pero ya reescritas, si le quitás el pasado, te queda ese vacío, esa precariedad. Que en el futuro, quizás, se reescriba como el Manual de Certezas que vos, al costado de la historia porque sos más vivo que yo, ves en los Kirchneristas, que nunca existió, y el Escriba se insinuó a nombrar.
    Porque lo que sí existe es un campo de disputa, con ciertos acuerdos simbólicos.

  5. Estuvo un poco zafado lo de quedarse al costado de la historia, el problema es discutir desde una identidad cuando el otro no se arroga ninguna, sino una singularidad de la cual, quien porta una identidad, se supone que carece.

  6. Charlie, yo creo que el eje del post pasa por aca:

    «El resto son discursos, gestos y símbolos, pero eso sólo, no alcanza para transformar demasiado las cosas. Quizás ni siquiera alcanza para llegar a un tercer mandato.»

    En este parrafo se condensan sus creencias y es la consideracion que el colega Bombita tiene acerca del kirchnerismo,(discursos, gestos, simbolos) mas que el mismo post del Escriba,utilizado en este caso como objeto antropologico, cosa que celebro.
    Tambien celebramos -los K -que haya otras voces,porque nos traen otros discuros, otros gestos, y otras cargas simbolicas.
    Sabemos que con eso solo no alcanza. Y no todos los kirchneristas de AP leimos el post Escriba de la misma manera.
    Feliz año.

  7. Charlie, los palestinos no tenían ninguna «identidad perdida» cuando se fundó el estado de Israel sobre su tierra. Esa es una de las mentiras fundantes de la mitología sionista que repetís como un loro.

    Mejor dedicate al guitarreo sobre la «identidad» de las mafias peronistas.

  8. Hola a todos! Respondo.

    Muy interesante lo tuyo Charlie, y estoy de acuerdo. Creo que la analogía que ves puede entenderse cuando ves a la política como antagonismo, donde la identidad política precisa de un «otro negativo» que la constituye (Laclau, Schmitt, De Ipola también). En tu caso, los musulmanes precisarían al Estado de Israel como exterior constitutivo para afirmar su propia identidad. Para el análisis discursivo de ese otro está bueno un texto de Verón muy cortito y simple que se llama la palabra adversativa.
    Es muy interesante tu analogía. Todos estos tipos dicen que sin ese otro negativo no hay política, adhiero. Pero me preocupa que, a veces, la construcción de ese otro me suena un poco artificial o exagerada. Y ahí hay un problema, porque si es necesario exagerar la maldad del otro es porque no sos tan diferente y, peor aún, no tenés muy claro qué sos o adonde vas.Temo que el kirchnerismo hace esto seguido, por ejemplo, con Duhalde y, en parte, con la 125. La diferencia con los dueños de los campos era real, pero el kirchnerismo eligió el camino de exacerbar el conflicto creo, para afirmar una identidad que siente débil. Me gustaría que elijan algún camino un poco más difícil y más jugado que el de exagerar las diferencias con enemigos circunstanciales. Ahí sigo…

  9. Sindioses,
    Si y no con lo que decís. Comparto que los K fueron un poco más allá con las medidas que decís. Especialmente la de las AFJP no es nada superficial, bueno, esas son el tipo de medidas que creo que hacen más falta. Te planteo algunos interrogantes para que veamos si las diferencias son tan importantes.
    Hace poco un amigo me dijo, y creo que tiene razón, que la que dictó la primer medida para que los de las AFJP puedan pasar al estado fue Cristina Caamaño; sí, la misma, la sra. de Barrionuevo, ministra de Tachuela. No le quito mérito a los K por ello, pero tampoco es para decir que son las antípodas de Duhalde. Si lo son de Menem.
    Después, no entiendo bien lo de la pesificación de las deudas, ¿no lo había iniciado Duhalde eso? Es verdad que destinó mucha guita a salvar bancos, aunque no sé si en esas circunstancias los K no hubieran hecho algo parecido (es historia contrafáctica).
    Lo de Aerolineas, ¿no fue con Duhalde que se la sacaron a Iberia? ¿no fue con el acuerdo de Basteiro, los aeronavegantes y demás?
    Con la SRA y Clarín… qué se yo… creo que primero hubo cierto idilio con ambos. Seguro que lo hubo con Grobocopatel y cia que, hoy por hoy, son más importantes que la SRA. Con Clarín siempre pasó lo mismo con todos los gobiernos. Que a Néstor le agarre la rabieta cada tanto no demuestra que el suyo sea un proyecto realmente más transformador.
    En síntesis, creo que los K radicalizaron un poco más el camino que Duhalde abrió con la caída de la convertibilidad, no mucho más. Y creo que la diferencia más importante entre ambos es quién manda (en el PJ y el resto de las cosas).
    Abrazo!

  10. Lucas,
    Todo bien con lo de afuera de la historia, me paro ahí nada más que para mirar las cosas con más distancia, después vuelvo al mundo de verdad.
    Sí, de acuerdo. Pero sabés qué? les exijo más a los K. Si es que quieren liderar esa nueva identidad. Tal cual, el futuro se construye con un pasado (arando el porvenir con viejos bueyes) y las disputas se dan en un campo simbólico. Pero resulta que me tiene un poco los huevos al plato que todo sea tan simbólico. Yo nací y crecí peronista, pero no tanto por los acuerdos simbólicos, sinó porque Perón defendió con medidas reales a los pobres y laburantes, por el fifty-fifty. Y creo que lo que hacía era justamente al revés: le metía la mano en el bolsillo a los ricos, y les sonreía y les decía que así era mejor porque sino podían venir los comunistas (chamuyo a los garcas y guita a los pobres, como sugiere hoy Mendieta). A los K los veo que apenas se animan a tocarles algo a los ricos, y arman un quilombo bárbaro como si fueran Fidel. Y para peor, les sale mal.
    Por tu reclamo de lealtad en la discusión, te diría que mi identidad anda más bien por el lado de Sabbatella, Yaski, los Libres del Sur y los que se sumen (asi me podés pegar ahora). Y te confieso que mi preocupación no es sólo con los K, es con todos. Me parece que todo el espacio que está de Binner a la «izquierda» (Pino, los K, los SÍ, nosotros, etc) tiene el mismo problema: todos hablamos mucho pero nadie termina de ponerle contenido a la cosa. Y me preocupa que lo que está de Giustinniani a la «derecha», sí lo empieza a hacer. Abrazo!

  11. Sí, me enojé. Es que a Charlie le falta citar a Golda Meir o algún genocida sionista de semejante calaña para apoyar esa mentira de la inexistencia de una identidad palestina (de los palestinos como pueblo, en definitiva) previa a la fundación del estado de Israel.

    Y vos, Bombita, antes de usar al pobre Carl para justificar las bravuconadas intemperantes K, leelo: es muy explícito en rechazar una determinación del enemigo político según la religión, ideología, raza o clase.

    Y es cierto que todo este palabrerío vacuo sobre lo «simbólico» busca compensar lo que realmente importa: las políticas de estado CONCRETAS, que ganan adhesión por los intereses CONCRETOS que sirven. La concepción esencialista de las identidades políticas es reaccionaria: en este caso convierten al peronismo en una superstición política dejando de lado su historia y sus contradicciones.

  12. Bombita Rodriguez: le pongo mi firma a su carta, la comparto plenamente.
    No se entiende de otra manera el bolonqui que se armo en el espacio virtual K, ante una reflexión sobre los mensajes que envía el otrora gran elector K, luego denostado «padrino», ¿no era que la «madre de todas las batallas» había permitido el nacimiento de la «nueva política»?.
    Seguimos dando vuelta arriba de la calesita.
    Saludos Cordiales.

  13. Laura,
    Tal cual con tu último párrafo, es eso lo que quería decir. El peronismo «esencialista» ritualizado que tenemos no es muy agradable, es Duhalde y los intendentes.
    Creo que la onda es construir una identidad renovada de eso, que incluya tambien otras experiencias políticas «de izquierda» y «populares, digamos. Y sobre todo, ponerle políticas CONCRETAS como bien decís. Ese día, querida Laura, la Patria será grande y el pueblo volverá a ser feliz y nosotros nos encontraremos festejando en la plaza!
    Lo de tu amigo Carl, sí, no leí tanto. Pero, me parece que no es así como lo decís vos. Lo que rechaza es un principio «no político» del antagonismo político, un esencialismo concreto que definiría a los sujetos por fuera de la política (leasé, la política es superestructura determinada por la propiedad de los medios de producción entre burgueses y proletarios, etc). Pero cuando defiende la democracia (era también un demócrata, pero al estilo Rousseau) en el libro sobre constitucionalismo (que no me acuerdo el nombre), la construcción del «pueblo», de la identidad política, es metonímica y aleatoria. Tranquilamente (y lo dice explícitamente) el «pueblo» puede ser el proletariado, es el caso de la URSS. Los que no son proletarios, no son pueblo, son el enemigo.
    Bueno, dejémoslo acá que se hace tedioso, más lindo discutir de política. Beso!

  14. A Laura, me olvidaba!
    En lo de construir la nueva identidad y ponerle políticas concretas… creo que los K lo insinúan, alcanzan a verlo y les gustaría. Pero no saben cómo y terminan enredados en el PJ, las declamaciones de Cristina en política internacional, pagarle al club de París, el plan Ahí, etc. Todavía se arman una ensalada bárbara, a veces con buenas intenciones.
    Tal cual Florencio, tal cual.
    (Ah, el del EDE soy yo que me equivoqué de nick)

  15. No es chiste, che: alcanzar a ver lo NO CONCRETO (mayúsculas del original) es sin lugar a dudas un don misterioso de la naturaleza, pero además, si se puede alcanzar a ver ese NO CONCRETO y negarlo por su falta de CONCRETIVIDAD creo que estamos hablando de una nueva filosofía.

    Seamos CONCRETOS, lo demás no importa nada.

    Saludos.

    Felíz Año!

  16. Me gusta lo de la filosofía del concretividad… podríamos llamarla concretismo o concretalista.
    Concretamente, creo que los K hace mucho ruido y pocas nueces. Claro que los demás ni nueces, pero no es para rasgarse las vestiduras y salir a defender con el cuchillo entre los dientes las listas de impresentables y esas cosas
    Feliz año!

  17. Esta nueva filosofía no sería demasiado novedosa, sino puro peronismo ortodoxo (parece que ya olvidado): mejor que decir es HACER.

    Lo «concreto» son simplemente las políticas de estado, los cambios que se impulsan a partir del ejercicio del poder, los beneficiados «específicos» (con nombre y apellido) de esas decisiones u omisiones. Justamente porque el peronismo tiene acceso a dicho ejercicio, las elucubraciones sobre su identidad política que no tengan en cuenta las adscripciones logrables desde ese lugar me parecen puro palabrerío.

    Saludos Bombita, que pases un feliz año nuevo.

  18. Recuerdo que la «Filosofía de lo concreto» ya existe. Su autor: Karl Kosic.
    Me cuesta entender el desprecio por el»palabrerio» en un espacio como éste, en el que sólo hay palabras. Y más todavía, si es a propósito de las declaraciones de Duhalde (¿o esas no son palabras huecas?).Habría que escucharlas como una amenaza y no elogiarlas ni dejar de lado sus intenciones y las de la Chiche.

  19. No lo leí a Kosic, gracias por la sugerencia.
    ¿Saben qué? también venía pensando lo que dijo Juan, al final criticamos el «palabrerío» y nosotros estamos haciendo eso también. Se me ocurrió que algún día podríamos ponernos las pilas y empezar a proponer cosas concretas para que hagan los que creemos que deberían hacerlo. Si al peronismo/proyecto nacional y popular/progresismo no blanco, etc, le falta un nuevo «contenido», nosotros, que nos gusta escribir, podríamos aportarle propuestas. Algún día lo diré…

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