Desprecio

(Lo que sigue es nada más que un sentimiento)

A veces las cosas ocurren en forma aislada, y entonces cuesta más prestar atención al sentido de las mismas. Pero, últimamente, se me han venido prendiendo una catarata de luces amarillas: la indiferencia general frente al descubrimiento de empleo esclavo en el “campo”; los agravios que sufrió Milagro Sala porque fue al recital de Charly en el Conrad de Punta; Elisa Carrió acusando que a las exequias de Néstor Kirchner sólo concurrieron extras del grupo Fuerza Bruta haciendo como que lloraban; José Ricardo Eliaschev vomitando que “le da nauseas” el hecho de que exista un restaurant que evoca al folklore peronista.

Me costó, primero, determinar que pudiera existir un espíritu común que hermanase todo esto. Luego, me fue cayendo la ficha: el desprecio por el otro. Pero no por cualquier otro, claro.

¿De qué otra forma se explica que todos aquellos que, en su momento, y sin tener la más mínima noción de lo que había en juego en la disputa, salieron a bancar, cacerola en mano, el reclamo de los mismos que hoy miran para otro lado frente a la evidencia de personas a las que las somete a situación de esclavitud en distintos enclaves agropecuarios, no se calienten con similar nivel de exasperación que el demostrado aquella vez frente a esto?

Porque de La Nación se sabe qué intereses defiende. Y, de última, negando lo indiscutible o intentando justificar o racionalizar lo injustificable, hace su juego, el mismo que ha hecho desde que fue fundado para disfrazar lo que fue una de las mayores vergüenzas de nuestra historia, sino la mayor: la participación argentina, junto a Brasil y Uruguay, en el genocidio del pueblo paraguayo en la Guerra de la Triple Infamia, digitada y financiada por Inglaterra para: destruir a la que, por entonces, era la mayor potencia sudamericana, a modo de demostrar lo que le podía ocurrir a los que intentasen un proyecto de desarrollo autónomo y soberano; a más de promover la división entre las naciones sudamericanas en función de facilitar los proyectos de coloniaje que los ingleses extendieron en el subcontinente hasta bien entrado el siglo XX.

Digo, ya alguna vez fueron capaces, en LN, de sostener que no tenía sentido que Perón le mejorase la vida a los pobres, pues ellos no sabrían apreciarla, para luego, a renglón seguido, elaborar fábulas del tipo del asado al parquet, que hoy día son graciosamente evocadas por el restaurant “Perón-Perón”, situación que provoca asco en Eliaschev, pues, dice el periodista, huele mal. Debería tener en cuenta, el columnista, que lo que huele mal del pasado son las acciones de muchos en cuyo mismo ideario él abreva (como los que participaron de la arriba mencionada Triple Infamia), lo que habilita sospechar que prefiere olvidar porque no tiene cómo hacer frente a ese pasado.

Pero el pasado invade solito cuando una Carrió que, Ok, quizás furiosa por saberse una fracasada tiempo completo, desciende a lo subterráneo y se mofa de lo que fue auténtico dolor cuando el velorio de Néstor. Y es la falta de voluntad en la comprensión del pasado la que impide explicarse que la Plaza de Mayo de vio desbordada ya desde la noche anterior a la llegada del cuerpo a la Rosada (cuestión que también fue –miserable, vil, asquerosamente- puesta en duda), antes de que hubiese tiempo de “armar” nada (y ojo que la espontaneidad, el “a esta gente no la lleva nadie, va sola”, no son, precisamente, mis fetiches favoritos, ni por asomo, siempre he dicho que veo con muy buenos ojos lo, digamos, aparatoso). Y el pasado, que, como no se quiere comprender, genera rencor, tiñe de odio el razonamiento del hoy, bloquea, nubla a la hora de enfrentarse a fenómenos complejos, y de ahí que te lleven a discutir pelotudeses tales como si estaba o no el cuerpo de Kirchner en el féretro.

Sentencias, eslóganes. La profundización, en cambio, o el “darle largas”, los irrita e incomoda. Y es que nada es fácil. Queda evidenciado lo complejo una vez que se advierte que la “Mesa de Enlace”, parece (sólo eso) cometer un grueso error político cuando no se pone al frente, siquiera por mera conveniencia, de la lucha frente a un flagelo que, a primera vista (de nuevo, solo eso) no los tiene como máximos responsables. Hay que rascar para develar una trama complejísima de intereses, que llega hasta el Grupo Clarín, que por eso mismo no dedica al tema más que media carilla (encima hueca, que dice la nada), perdida en el fondo de un diario que es inmenso en razón del papel barato que se sirve del Estado bobo desde que la dictadura genocida, en cuya confección, impulso y sostenimiento operó fuertemente el sujeto agrario (entre otros, cierto). Miren las idas y vueltas.

Ahora bien: ¿con qué se come que nieguen o justifiquen lo probado (hay fotos y videos de lo que denunció, primero, Página 12) quienes con esa actitud nada ganan? Mismo en Artepolítica han habido (hay) varios (demasiados) sosteniendo, sueltos de cuerpo, que todo se trata de “una nueva mentira de los K”. O que “y, bueno, es así allá”. Me resulta, de verdad, imposible de creer.

En la simplificación, la reducción del otro a una frase o concepto vago, quitándole profundidad, hay un trasfondo de desprecio. De que el otro no puede ser portador de todo lo que conlleva la complejidad (“los blogueros y las juventudes K hacen lo que hacen por guita o cargos en el Estado”, ponele). O, al menos, eso creo yo.

Milagro Sala, mucho mejor que yo lo dijo Sandra Russo, debería explicaciones por su decisión de acompañar la lista del aliado del ruralismo y la Iglesia católica, truchador de elecciones, Pablo Micheli, y no por haber ido ¡a ver un recital de Charly García!, por más que ese haya sido en Punta del Este. Nada aporta lo segundo, sí tal vez lo primero, acerca del volumen político de una inmensa dirigente social –claro que no exenta de contradicciones- como lo es Milagro. Por decir algo, a mí me gusta vestir con ropa y zapatillas de marca, detesto comer afuera, amo ver horas de fútbol y leer todo lo que pueda sobre política, sociología, economía y filosofía, y también ver, y, sobre todo, discutir de, Gran Hermano. Soy bielsista e hincha de Independiente. Me gustan Lola Ponce y Carla Conte. Escucho mucha música romántica y cumbia santafesina. Me gusta mi laburo y adoro estudiar. ¿Y? ¿Algo de todo eso dice algo sobre mis afinidades políticas? ¿Tan coherentes son los que vienen apuntando con el dedito índice al mínimo gesto de, digamos, excentricidad que encuentran en los que se atreven a decir que apoyan al Gobierno de Cristina? ¿Suponen que con eso la/nos pueden poner en aprieto? Pues van muertos, les aviso.

Esto, todo, es más viejo que la injusticia. Las oposiciones al peronismo se han valido siempre de la apelación a la supuesta incapacidad de raciocinio de que adolecen los adherentes al mismo. Pero a poco de indagar un poco uno advierte que son en realidad las banderas que esos detractores han levantado siempre las que portan una simplicidad tal que resulta imposible de creer que puedan ser sostenidas si no por personas que tienen graves defectos de comprensión de fenómenos complejos, de los que en política son regla y nunca, jamás, excepción.

Ya mencioné la del asado al parquet, otra mentira que rondó durante el primer peronismo fue la de la niñera que cocinaba al bebé de la parejita que se iba al cine y la dejaba cuidándolo. Yo he tenido que oír en persona, hace cosa de un mes, que a Néstor, en realidad, lo asesinó Cristina de un tiro en la sien, y por eso el cajón cerrado. Claro, esta salvajada fue dicha en el contexto de un asado de entrecasa: acá lo grave es que cosas similares se oyen a diario en mesas de análisis pretendidamente sesudo de la realidad (Mirtha Legrand decía hace poco que en los restaurantes la gente no hablaba mal de los Kirchner si no en voz baja).

Y la sensación que da es que todo se trata nada más que de tipos que, en realidad, se están mirando al espejo. Pero ¡cuanta paciencia que hay que tener para no reaccionar y que, por eso, te llamen autoritario!

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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55 comentarios en «Desprecio»

  1. Si recuerdo bien, Paraguay le pidió permiso a Argentina para invadir Brasil pasando por territorio argentino.

    Argentina se negó, ya que no se puede ser neutral y dejar que pase uno de los dos ejercitos por tu territorio, y entonces Paraguay invadió y ocupó Corrientes.

    Tal vez los nacionales y populares piensan que estaba bien que Paraguay invadiera Corrientes, después de todo en Corrientes hablan Guaraní, no? Y que Misiones, Formosa y Chaco sean de Paraguay, no?
    Nada más nacional que no defenderse de una invasión y achicar a la patria. Tal vez tendríamos que haber dejado que Paraguay nos conquiste completamente, algo definitivamente nacional y popular, no como la expedición de Belgrano para someter al Paraguay a los malvados porteños.

    1. Lopez era aliado del gobierno uruguayo, derrocado por Brasil con el apoyo de Argentina. El casus belli, para Paraguay, fue la ruptura del equilibrio del Plata. Suponer que se trataba de un intento de expansión territorial paraguayo es bastante absurdo, y admito que es la primera vez que me entero de la existencia de esa tesis (ni a Elizalde se le habría ocurrido).

      La guerra del Paraguay implicó graves pérdidas humanas. Desde ya para Paraguay. Pero también para argentina. Implicó desguarnecer las «fronteras interiores» durante casi una década. Implicó levas masivas que, en algunos casos, debieron hacerse efectivas llevando guardias nacionales encadenados por las constantes rebeliones. Fue una de las causas centrales de la revolución de los colorados, entre otros levantamientos menos conocidos. Hay que tener en cuenta que para un riojano de 1867 un paraguayo era tan extranjero como un porteño, e incluso menos. Es probable que también haya sido causal de la epidemia de fiebre amarilla.

      Un efecto positivo, sin embargo, fue la consolidación de un ejército nacional con un escalafón más o menos adecuado pero inmensamente más moderno, disciplinado y organizado que el que existía hasta el momento. Curiosamente, de ese mismo ejército provino el final de la hegemonía porteña, 10 años después de la guerra, y la consolidación definitva del país.

      No me parece que haya que renunciar a provincias que son argentinas desde hace más de un siglo, pero francamente no veo el sentido de justificar algo injustificab

      1. A los jerarcas nazis en Nuremberg también les tocó defender las causas de su agresión. Lástima que no te conocieron porque «la ruptura del equilibrio» es muy buena defensa.

        Ironías aparte, lo que hizo Lopez es lo mismo que hizo Japon en la Segunda Guerra Mundial. Japón no sabía con seguridad si, ante su expansión en Asia, Estados Unidos iba a reaccionar. Prefirió arriesgarse con certezas y atacar a Estados Unidos antes que este pudiera reaccionar. Cambió un enemigo incierto por uno cierto. Y los historiadores coinciden, a esta altura, que Japón hizo lo único que verdaderamante aseguraba que EEUU entrara a la guerra: atacarlo. Hasta entonces el pueblo americano era indiferente a lo que sucedía en la lejana Polonia o en la lejana China. Lopez hizo exactamente lo mismo. Quiso ganar de un golpe de mano cuando «el enemigo está en cama» (sus palabras), con un ataque sorpresa.

        ¿Argentina hubiera sido parte de la guerra si la invasión de Corrientes no hubiera sucedido? La verdad, nunca lo sabremos pero le hubiera sido dificil a Mitre -si como Pablo pensamos que era siniestro- para lograr tal consenso sin la agresión Paraguaya.

        Ahora, me gustaría que vos te pongas en los zapatos de Mitre y me digas que hubiera hecho vos el 14 de septiembre de 1865 cuando te informan que la ciudad de Corrientes fue ocupada por un ejercito extranjero.

        Y otra cosa. López no se molestó en justificar su ataque con un «Casus Belli» (leo esto y me río). Primero atacó y después justificó su ataque.

      2. Más ridículo es pensar que Paraguay iba a declararle la guerra a Brasil y Argentina por pura simpatía a la soberanía Uruguaya sin pensar en beneficiarse territorialmente.

        Tanto la unificación alemana como la italiana habían sucedido hace poco, Solano López era un nacionalista romántico del siglo XIX que llevó a cabo una guerra de conquista, Paraguay quiso ser Prusia y le salió mal.

        Paraguay nos invadió, si quería tanto atacar Brasil , que es dificil atacar Brasil por el Matto Grosso no es excusa, a Hitler también le resultó más fácil invadir Francia cruzando Bélgica y Holanda.

      3. Mitre no logró ningún consens para ir a la guerra con Paraguay. Más allá de las constantes rebeliones que mencioné antes, de las deserciones masivas que acompañaron a toda la campaña paraguaya, etc. la guerra tuvo como resultado la ruptura definitiva del partido liberal (base del poder mitrista), justamente por su impopularidad. A Mitre le costó la presidencia de su delfín (Elizalde) y el comienzo del fin de su carrera política, que se efectivizó en 1874 cuando fue derrotado en un intento armado por dar vuelta el resultado de una elección que perdió contra los autonomistas, feroces críticos de la guerra del Paraguay.

        El lurker, quien llevó una guerra de unificación a la prusiana fue Mitre, no por nada líder de la facción nacionalista del partido liberal. También era Mitre el romántico (Solano no estaba tan a la moda).

        Lean a Alberdi.

      4. Francisco, la pregunta está mal planteada. Supone que un buen día un sorprendido Mitre descubrió que tropas paraguayas estaban cruzando el río Paraná. No es así. Entre los historiadores (y no me refiero a los revisionistas, esa discusión de la década del 60 está fundamentalmente superado desde hace 30 años, ahora se discuten otras cosas) se discute si la intervención argentina fue resultado de un acuerdo previo con Brasil para repartirse territorio paraguayo, o bien Mitre decidió intervenir junto a Brasil de manera tal que un (seguro) triunfo brasileño (que hacía rato venía avanzando por territorio formalmente guaraní) derive en una hegemonía brasileña sobre el sistema del plata. La segunda versión deja mejor parado a Mitre, la primera lo deja un poco peor. Pero NADIE que tenga algún contacto con la historia se hace preguntas que parecen más apropiadas para interpretar el accionar de un personaje de la telenovela de las 14 que para intentar entender la historia.

        Ahora, si realmente te interesa que proponga una ucronía, yo habría buscado una alianza con Lopez y con el resto de las elites del interior para fortalecer un proceso de consolidación nacional en un sentido que favorezca de manera más equilibrada al litoral, a buenos aires y al interior. Habría movilizado tropas hacia la frontera con Brasil y apoyado el retorno de la elite uruguaya no lusófila al poder, con la intención de llegar a un acuerdo de no agrasión. Habría continuado la política de acuerdos con los indios (en la que BM continuó a Rosas, luego de un corto y fracasado desvaría) buscando la titularización de grandes extensiones a su nombre y promoviendo una expansión progresiva y pacífica de la frontera. Habría intentando que las bases del régimen consistan en acuerdos variables y flexibles con la mayor parte de los sectores populares posibles en lugar de una sangrienta guerra de policía. Etc. Pero probablemente haya muy buenas razones para que esa (u otra) ucronía no hayan sido posibles.

        En todo caso, la existencia de circunstancias, digamos, deterministas, no se observan de la mejor manera en base a interpelaciones del tipo «si vos sos Mitre que hacés, eh, eh». Uno puede intentar comprender el sentido del accionar de Mitre, y hasta asumir que los límites entre los que se movía eran sólidos. Es más, debe hacerlo.

        Pero de ahí a recitar SU autobiografía cantando loas a vaya a saber que, yo paso.

  2. El revisionismo tuvo algunos hallazgos y rescates interesantes. Y bajó del pedestal de un hondazo a alguno que no se lo merecía, y trató de bajar a otros sin motivo. También tuvo un montón de imbecilidades sin más fundamento que las ganas de contarla al vesre y hacer bardo.
    Una de esas idioteces fue lo de la guerra del paraguay. No era el país más avanzado del barrio, Solano Lopez no era un tipo con los patitos en fila, más vale era un gadafi. Y nos invadieron ellos a nosotros. Así que en líneas generales en ese momento se hizo lo que había que hacer. De hecho ningún vecino nos invadió más desde entonces. Y aclaro que mi bisabuelo era paraguayo.

    1. No, no es cierto. Solano pidió permiso para pasar por Corrientes. No se le cedió, pero sí a Brasil para que pase a Paraguay. Esa fue una guerra fraticida, inútil, innecesaria, violenta. Y que audaz que sos, que te animás a discutir a Alberdi, el más crítico con esa salvajada que hizo Mitre como perrito faldero de los extranjeros que era. Y si tu abuelo no fuese paraguayo no habría ningún problema, no se para qué la aclaración.

      1. Claro, en las guerras mundiales los chotos fueron los belgas que no dejaron pasar a los alemanes «a las buenas» para invadir Francia por el norte.
        La Argentina no dejó pasar ningún ejército brasilero por tierra nacional, y es algo inaceptable que un ejército extranjero pase por un país neutral, no existe.
        Los ríos tenían libre navegación, tanto para paraguayos como brasileros.
        En cuanto a Alberdi, esos comentarios solo fueron parte de la crítica política y pasiones políticas de la época. Nadie razonable puede pretender que un país soberano se deje invadir. O que una vez invadido y ocupado no busque recuperar el territorio. O que una vez ocupado el territorio no busque un escarmiento del agresor que disuada nuevas aventuras de terceros.
        En mi opinión lo más desafortunado corrió por parte de Sarmiento, porque la tajada de Paraguay que se debió haber sacado debería haber sido mucho mayor, como hicieron los brasileros, que se quedaron con lo mejor, y nosotros con Formosa.

  3. 1. Lo que dijo Lurker sobre la Guerra del Paraguay. Ellos dispararon el primer tiro por lo que si Inglaterra digitó está guerra, la digitó con Paraguay. No te entiendo a veces, Rosas fue un patriota por defendernos de los ingleses y Mitre un garca, por hacer lo mismo pero con los paraguayos.

    2. ¿Me podes pasar una cita al diario La Nación que diga algo parecido a «no tenía sentido que Perón le mejorase la vida a los pobres porque ellos no sabrían apreciarla». Honestamente, es la primera vez que leo esto.

    3. En las exequias de Nestor hubo mucho de pasión popular y mucho de armado de punteros. No necesito que me lo diga la Carrio: trabajo a 3 cuadras de Plaza de Mayo ¿Eso invalida en algo la figura de Nestor o la pasión popular? En nada, pero no me digas que todo fue espontaneo porque no lo fue.

    4. Lo de Milagro Salas es indefendible. La gente que critica a la oligarquía, al capitalismo y a ngarcas haría bien de no entrar al máximo símbolo de estos en america del sur. Creo que sos el único del campo Nac&Pop que defiende esto, que es indefendible.

    5. A lo del asado en el parquet, o la niñera que cocina al bebe de la pareja (de nuevo, primera vez que lo escuchó), te podría responder con «Mitre cipayo» «Agrogarcas», «El yuyo crece solo» y tantas otras falsas verdades Nac&Pop.

    1. Sólo voy a contestar sobre los puntos 3 y 4. El resto no tiene sentido discutirlo, no vamos a llegar a nada, ni tenemos por qué llegar.

      En las exequias de Néstor, sí, claro que hubo despliegue del armado. Y yo no repugno de eso, todo lo contrario. Sindicatos, intendentes, organizaciones sociales y piqueteras. Yo también laburo en el centro, pasé el día que llegó el cuerpo pero antes de eso, tipo ocho; y al día siguiente, en horas de la tarde. Lo que digo es que el día que murió, miércoles, antes de que el cuerpo viniese a la ciudad (siempre y cuando creamos que vino el cuerpo, ¿o eso también está en duda?), mientras se desarrollaba la despedida íntima en Calafate, y cuando ni Moyano ni ninguno de los mentados «punteros» habían hecho, todavía, nada, primero, ya desde bien temprano, a poco de conocida la noticia, fue llegando gente por la propia; y para la noche, ya estaba todo desbordado, Tognetti transmitió en vivo y las imágenes fueron contundentes. He dicho varias veces que mi viejo es bastante gorilón, y cuando esa noche abrió Tognetti DDD, él mismo me dijo «¡Por Dios, que kilombo! ¿Cómo van a hacer para armar todo para mañana cuando llegue el cuerpo». Eso quise decir. De todas maneras, una cosa es hablar de despliegue punteril, y muy otra decir que Fuerza Bruta estuvo involucrado en todo eso.

      No soy el único que defendió a Milagro, estás equivocado. Aparte, ella no fue a vacacionar a Punta, sino a Maldonado, al Conrad fue solamente a ver a Charly. No tiene nada de malo ir a Punta, lo malo es tener en eso una filosofía de vida. Al menos para mí hay una diferencia. Yo soy de Independiente: si la fiesta por ser campeones de la Copa Sudamericana la hacían en Punta, ¿no puedo ir porque hablo de la oligarquía? Me parece que no.

      1. Pablo,

        No funciona así. Si vos decis que La Nación dijo “no tenía sentido que Perón le mejorase la vida a los pobres porque ellos no sabrían apreciarla”, no hay nada en que «ponerse de acuerdo». O lo dijo, o no lo dijo.

      1. Es poco serio ponerlo en una nota como verdad revelada y después decir «Se lo escuché a Julio Piumato». Después nos quejamos de Clarin.

    2. No tengo por qué dudar de Piumato. Máxime cuando hace poco LN sacó un editorial difamatorio del peronismo en el que se lo equipara al fascismo. Pedirme que te ponga una cita de un diario del año 40 y pico/50 y pico, es medio meter el gol con la mano. Recuerdo que Agustín Rossi exhibió, él sí -con mayores posibilidades que yo, claro-, el día del debate de la Ley de Medios en Diputados, un LN de 1980, del día siguiente a la sanción del decreto ley de radiodifusión videlista, en el que se memoraba como si se tratase de una gesta patriótica, el golpe de 1955. Con lo cual, con ese prontuario no me extrañaría que sea cierto lo que dice Piumato, y aparte yo siempre dije que a mí no me molestan las cosas que dice LN, ya que tiene la valentía de asumirse «tribuna de doctrina» y no «independiente/neutral/objetivo/que ve lo bueno y lo malo/etc.». A mí me molesta, ya lo dije, los que se paran desde la pretendida nada cuando en realidad sostienen un discurso bien ideológico o del interés propio. Si LN cree sinceramente en lo que Piumato dice que dijeron, por mi parte fenómeno. No tengo por qué reprochárselos. Sí marco que están en ese campo de ideas y sobre esa base trabajan, siempre. Nada más que eso.

  4. Pablo, que manera de darte manija solo! Estás para un personaje de David Lynch.

    Más allá de todos los cliché kirchneristas de este post (que aburren), rescato la indignación por la indiferencia hacia el tema del trabajo esclavo. Ahora bien, si a los kirchneristas realmente les importa luchar contra el trabajo esclavo, entonces háganle un favor a las víctimas, y háganse un favor usted como ciudadanos, tomen el tema en serio y no como otro instrumento partidario: hablen de trabajo esclavo, no de “los esclavos del campo”.

    En Argentina existe muchísimo trabajo esclavo, y la gran mayoría está fuera del campo y dentro de las ciudades, en fábricas clandestinas, la mayoría de ellas en el conurbano bonaerense, y muchas incluso en Capital Federal.

    Si les interesa honestamente el tema, me pone feliz que quieran hacer algo al respecto. Si sólo quieren otra fusta para darle al campo, es una lástima, una vez más le darán pretexto a algunos sectores para tapar el tema y lograr que se diluya. Mientras tanto, los esclavos de todo el país siguen siendo esclavos.

    1. Absolutamente de acuerdo con vos. Les resulta màs ùtil que eistan casos para denunciar que trabajar en serio para eliminar esa peste del trabajo en negro y/o esclavo, que la tenès recontra reproducida a metros de la estaciòn Floresta, pero como no se trata de agrogarcas no resulta de interès publicitario.
      Evidentemente, el siniestro Raul Apold dejò escuela. (vaya si lo sabrà Martincito Garcìa)

  5. Pablo D:
    Algo sobre la «Guerra del Paraguay», tan livianamente tratada por la Presidenta en ya varias ocasiones.
    Sin olvidar que no es un episodio que pueda recordarse con orgullo, puesto que fue una de las tragedias más cruenta, larga y dolorosa de la historia de América, pero tampoco debe deformársele ocultando que en gran parte constituyó el punto final del proceso de liquidación del Virreynato del Río de la Plata y consolidación de los estados nacionales de la cuenca de dicho río iniciado en 1810.-
    Esta visión que olvida la historia comenzó a divulgarse a partir de la década de los sesenta, necesitando para ello denostar a los países de la Triple Alianza y reivindicar la figura del Mariscal López.-
    La historia de la guerra fue “retrabajada” por el revisionismo populista en las últimas décadas del siglo XX, creándose el mito del Mariscal López como un gran jefe militar y, más absurdamente líder antiimperialista, versión que fue fortalecida por el presidente paraguayo Alfredo Stroessner quien la convirtió en ideología oficial del Estado, al punto de detener y forzar al exilio a aquellos que no la compartiesen. La apología de la dictadura lopizta sirvió así para legitimar la opresión y justificar su régimen.
    Puede ser que también existan coincidencias entre ese Paraguay mítico y la actual Argentina, puesto que es errónea la idea de un Paraguay como un Estado donde existirían igualdad social y educación avanzada: La realidad era otra, y había una promiscua relación entre los intereses del Estado y los de la familia López, la cual supo convertirse en la mayor propietaria “privada” del país mientras estuvo en el poder. Los otros núcleos económicos dependían directamente del aparato del Estado para apropiarse de parte del excedente generado por la economía, como era el caso de la naciente burguesía rural.No había libertad de prensa, existiendo un solo y oficial periódico.- (*)
    Las distintas interpretaciones de la Guerra del Paraguay ya se habían reflejado en la polémica sostenida en las páginas del Boletín del Instituto Juan Manuel de Rosas en el año 1969. En la misma Juan Pablo Oliver considera que la exaltación del Mariscal López y algunos caudillos del siglo XIX de nuestro país, en realidad buscaba legitimar las nacientes actividades guerrilleras, dándole un fundamento histórico en nuestro pasado.
    Le responden Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luís Duhalde, haciendo hincapié en que fue Inglaterra la promotora de la guerra, no sólo por su tradicional política de dividir para gobernar, sino debido a sus necesidades de proveerse de algodón, ante la imposibilidad de hacerlo en los Estados Unidos por la guerra de secesión.- (**)
    En una obra anterior estos últimos autores, considerándose como “voceros de las masas populares” habían iniciado la tarea de darle un carácter nacional y popular a las acciones revolucionarias, que a semejanza de Cuba, pronto comenzarían en la Argentina, aclarado que: “Hacia la década comenzada en 1860, el Imperio Británico intentó apoderarse del Continente Sudamericano definitivamente, eliminando las resistencias nacionales y la competencia internacional que pudiere encontrar al respecto. La clave central para comprender tal apoderamiento, resulta de advertir que se trató de una típica maniobra imperialista. Este último concepto es entendido en el libro, a la luz de la interpretación marxista de la historia, sin la cual la tesis resultaría ininteligible”.(***) Interpretación marxista o no, la tesis resultó ininteligible por no coincidir con la historia, configurando nada más que una táctica de la militancia.-
    (*)Doratioto, Francisco. Maldita guerra. Nueva historia de la Guerra del Paraguay. Emecé. Bs. As. 2004. Págs. 16/28.-
    (**)Boletín del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas. Nº 4, abril 1969, Págs. 23/30; nº 5, mayo 1969, Págs. 22/27 y nº 6, setiembre 1969, Págs. 24/43.-
    (***)Ortega Peña, Roberto, Duhalde, Eduardo Luís. Felipe Varela contra el imperio británico. Sudestada. Bs. As. 1966. Pág. 9.-

  6. Yo me defino como humanista. No soy peronista. Entre las tantas cosas que no paran de sorprenderme de las distintas vertientes del peronismo es su inagotable capacidad de autovictimización. Si hay algo que la vida me enseñó es a no creer en las victimizaciones de los poderosos. No creo en la generación de empatía a través de ésas vías; no creo en el millonario que dice «¡Pobre de mí, tan bueno, tan pulcro, tan honesto, tan luchador!» cuando algo no le sale como quiere (y no como debe).

    Me han dicho gorila, no muchas veces, a lo sumo una o dos. La primera vez me indignó; la segunda, me causó gracia, porque no tenía sentido. Si hay algo que debería aprender el peronismo es que, a veces, tanto orgullo puede obnubilar.

  7. La sintesis de la charla la pueden seguir a traves de la lupa del General Peron en el sitio …Luego de la conferencia que el companero Stallman compartio con el concejal Walter Rojas la descamisada Beatriz Busaniche y el grasita la comitiva oficial se traslado en el Cadillac presidencial hasta la en el peronista barrio de Carapachay en el que el padre del software libre fue recibido por la abanderada de los humildes en nombre de todo el pueblo peronista y linuxero… Hacer un mapa para que denuncies a todos esos imberbes que usan Linux y no respetan a la propiedad privada.

  8. Pablo, lo «piola» , sería que escribas para convencer a los que estan en la otra vereda (Pssst!!, insultarlos no es buena estrategia), y no que escribas de modo tal que repetís mantras para convencerte a vos mismo.

    Saludos.

    PD: AP, ya es oficilista.

      1. Pablo, hacerte el gil no te queda bien partiendo del hecho que no lo sos, insultar no es solamente decirle «tonto» a alguien.

      1. A, ver trato de explicarme, sin garantias de que salga, eh!.
        Pablo: Algunas veces «insultar», tomar por bobo al que tenés enfrente (como quien dice, insultar la inteligencia),eso a algunos los enerva bastante (algo así como cuando lees un titular, con una dosis de verdad , pero sesgado del «gran diario argentino»).
        La mayoría, creo, de los que pululan en AP, poseen una dosis razonable de inteligencia, ya que «leen», miran tambien, escuchan tambien, pero sobre todo leen (lo que implica un proceso cognitivo mayor, que las otras foemas de adquirir conocimiento e información). Por ello, toda vez que referis a lugares comunes de «los otros», desde un monton de lugares comunes «del Palo», o toda vez que tu texto subyace el mismo desprecio que te sentis victima hacia tu victimario.
        Se que sos una buena persona, por más que tengamos visiones de la realidad distintas (por que en las visiones de la politica y del pais que queremos te aseguro que casi toda AP «los del palo» y «los otros» estamos de acuerdo).
        Entonces, si querés , sería bueno que ajustes las clavijas en tus textos, ya que más a allá de acuerdos o no, insultar la inteligencia de tus lectores te lo tira para atrás, sobre todo cuando, supongo, querrás intetar convencer a alguien.
        PD: ¿Que diferencia hay, entre la historia del parquet, y la historia del supuesto editorial de La Nacíon?

    1. Sobre el editorial, arriba podrás ver lo que le contesté a Francisco. Por lo demás, y creeme lo que te digo, me gustaría que me digas en que parte del post sentiste eso que me decís, porque yo sinceramente no creo haber incurrido en ello.

      1. Bueno, Pablo.
        Lo del editorial es solo un ejemplo, solo que como siempre te empecinás en contestar lo puntual en vez del cuadro general que te estoy planteando.
        Seguarmente es culpa mia , como casi siempre, tengo asumido que escribo mal,asi que me lo banco.
        Y si siento mi inteligencia insultada, desde que sostenes alegremente cosas tales como

        «..En la simplificación, la reducción del otro a una frase o concepto vago, quitándole profundidad, hay un trasfondo de desprecio..»

        «..banderas que esos detractores han levantado siempre las que portan una simplicidad tal que resulta imposible de creer que puedan ser sostenidas si no por personas que tienen graves defectos de comprensión de fenómenos complejos, de los que en política son regla y nunca, jamás, excepción..»

        ¿Como es?
        Si estas de acuedo conmigo, entendes las «complejidades», (que es un curro dialectico bastante parecido a lo de «movimiento pendular»).
        Ahora si no estas de acuerdo, no comprendés la realidad sos un simplificador y lo unico que te queda como idea/ideologia es el mero «Desprecio».

        ¿Que hay gente asi?, sin duda viejo!!, (y te estás acercando peligrosamente).
        Ahora, de allí a dejar entreveer (dije entreveer, sos lo suficientemente pillo, para no ser categorico), que la unica realidad/visión/opinión es la oficial y equiparar a toda voz en contrario con el más energumeno de los primates y mandarlo al inframundo, no solo es demasiado, sino exactamente lo mismo de lo que te lamentas.

        Saludos

    2. Quiero decir que el oficialismo tiene cierta tendencia (hay excepciones) a las argumentaciones largas y profusas. A mí me han dicho muchos no oficialistas a los que les he ofrecido mis textos que «son demasiado largos». Y no vamos a negar que desde gran parte de las huestes opositoras suelen sostenerse argumentos tales como el otro día oí respecto del anuncio de la presidenta de la extensión de la AUH a embarazadas «¡Ah! ¡Ahora van a cojer como conejas para cobrar mas asignaciones!». En el libro de José Natanson, «La Nueva Izquierda», el autor se toma buena cantidad de páginas para explicar los por qué de tal medida, para desarmar argumentos como ese que yo escuché. A eso me refiero, las cosas son más complicadas que las consignas típicas del antiperonismo. ¿O miento si digo que Macri suele sobre simplificar cuando vemos que apenas se tomó veinte minutos para abrir las sesiones ordinarias de la Legislatura porteña? O Mariano Grondona, que dice que el kirchnerismo los seguidores que tiene los tiene porque son pobres rehenes del Estado. A eso me refiero. Claro que hay excepciones: Beatriz Sarlo. ¿Cuántos más?

      1. Lo de Mariano Grondona es una forrada si se generaliza. Pero lamentablemente existe un sector de la sociedad (generalmente pobre o muy pobre) que es rehén del estado. Aquellos que inevitablemente lidian con punteros.
        Sucede con todos los gobiernos que se han sucedido en democracia. Lamentablemente esto no ha desaparecido ni mermado, y no veo voluntad para que ello suceda.

      2. Pablo, vos circunscribìs el universo a un puñado de opinadores mediaticos, y periodistas. Y los consideràs màs representativos de lo que son (casi tanto como ellos mismos), lo mismo hacen los propaladores oficiales, los mediaticos claro estàs. Ahora porque el resto de la gente tenemos que «fumarnos» esas guerras de egos, se supone que espacios como AP son para eso.
        Ademàs insistis con lo mismo, «-Señorita mire al niño fulano!!!», porsupuesto que no mentìs, pero el punto es lo que pensamos «nosotros» que no somos ellos.
        PD: Vos y yo somos parte de nosotros.
        Un Abrazo

  9. Sobre la guerra contra el Paraguay:
    «La política actual del general Mitre no tiene sentido común si se la busca únicamente por su lado exterior. Otro es el aspecto en que debe ser considerada. Su fin es completamente interior. No es el Paraguay, es la República Argentina. […] No es una nueva guerra exterior; es la vieja guerra civil ya conocida, entre Buenos Aires y las provincias argentinas, sino en las apariencias, al menos en los intereses y miras positivos que la sustentan.»
    […]
    «Hablemos del objeto ostentado, la libertad, no del objeto oculto, la conquista. Llevar la libertad interior al Paraguay, era suponer que el pueblo de ese país se consideraba tiranizado por su gobierno, y que bastaría en esta hipótesis, dar a la guerra por objeto la destrucción del gobierno tiránico de López, para esperar que el pueblo paraguayo se adhiriese al invasor. […] A las ofertas de una libertad interior, de que el Paraguay no sospechaba estar privado, su pueblo ha respondido sosteniendo a su gobierno, con más ardor y constancia a medida que le veía más debilidad y más desarmado de los medios de oprimir, y a medida que veía a su enemigo más internado en el país y más capaz de proteger la impunidad de toda insurrección. El Paraguay ha probado de este modo al Brasil que su obediencia no es la del esclavo, sino la del pueblo que quiere ser libre del extranjero. El Paraguay cree defender su libertad exterior, y, en efecto, la defiende, pues pelea por su independencia. Es la única libertad de que tienen idea los pueblos jóvenes. Ser libre para ellos es no depender del extranjero. […]
    El Paraguay representa la civilización, pues pelea por la libertad de los ríos contra las tradiciones de su monopolio colonial; por la emancipación de los países mediterráneos; por el noble principio de las nacionalidades; por el equilibrio no sólo del Plata, sino de toda la América del Sud, pues siendo todas sus repúblicas, excepto Chile, países limítrofes del Brasil, cada victoria del Paraguay es victoria de todas ellas, cada triunfo del Brasil es pérdida que ellas hacen en la balanza de poder americano.
    La campaña actual del Paraguay contra las pretensiones retrógradas del Brasil y Buenos Aires es la última faz de la Revolución de Mayo de 1810. Levantando el estandarte y haciéndose campeón de las libertades de América interior, esta joven república devuelve hoy a las puertas del Plata la visita que le hizo Belgrano en 1811.
    […]

    Estas líneas son algo anteriores a 1969 y a los textos revisionistas de José María Rosa y Fermín Chávez. El autor es un tal Juan Bautista Alberdi y las escribió durante la guerra, esa guerra en la que la «democracia republicana» mitrista, el imperio esclavista del Brasil y el «gobierno» de su subordinado Venancio Flores liberaron al Paraguay del Atila de América.

    1. el_eternatuta:
      No hay que olvidar, que en los años previos a la guerra del Paraguay, se atizaba la posibilidad de que el general Urquiza se levantare contra Buenos Aires y esta provincia se separase de la Confederación, en tal sentido:
      «El caso está próximo a suceder y aunque no contamos aún con ningún disidente, porque el General Urquiza ha faltado a sus espontáneos ofrecimientos, si la guerra se hace inevitable con ese país, contaría con la decisión y entusiasmo de mis compatriotas para llegara buen triunfo. Util también es la relación del Dr Alberdi, a quien HARA SERVIR NUESTROS INTERESES COMO HALLE MAS OPORTUNO, en la inteligencia de que estallada la guerra, HA DE ENCONTRAR SU INTERES, DE NUESTRA PARTE». Carta del Presidente Solano López al encargado de negocios paraguayo en Europa, Cándido Bareyro, del 26 de febrero de 1865.
      Así Alberdi se convertirá en «agente secreto y encargado principal de la propaganda del gobierno paraguayo; informante de la política y movimientos revolucionarios preparados contra el gobierno argentino; en consejero y abogado de la legación paraguaya en París y Londres; gestor de las mismas ante particulares: astilleros, fabricantes de armas, periódicos ante los gobiernos europeos..», nos cuenta Juan Pablo Oliver en El verdadero Alberdi. Génesis del liberalismo económico argentino. Dictio. Bs. As. 1977. págs. 527 y sgts.
      La opinión de Alberdi, en cierta medida, resulta contaminada por el papel que desempeñó en esa contiende, papel que en gran parte asume por su odio a Mitre.-
      Saludos.-

      1. Daio: este cuatrimestre que acaba de pasar en la facultad cursé Historia Política Argentina, a cargo de Marcelo Koenig. Él, aparte de coincidir en todo con la descripción que yo hago de la guerra de Paraguay, comentaba que la táctica inglesa fue, siempre, la de generar divisiones entre los países de Sudamérica, porque de esa forma era más fácil solidificar su dominio sobre los mismos a partir de los negocios comerciales que entablaban. Así las cosas, comentó que cierta vez Sucre fue a preguntar a Rivadavia por su opinión acerca de la independencia boliviana y Rivadavia le contestó que «perfecto», como que «no tenía ningún problema». Acusando, obviamente, a Rivadavia de estar en connivencia con los intereses de la corona inglesa en este continente, algo que, por cierto, no es a Koenig al primero que se lo oigo.

      2. Pablo D:
        Esa es una estrecha y discutible visión economicista, que ignora el secular diferendo limítrofe entre España y Portugal y el proceso revolucionario iniciado en mayo, se entiende que “La guerra paraguaya puede considerarse mejor como parte de la integración de la cuenca del Río de la Plata a la economía mundial británica: Argentina, Uruguay y Brasil, con el rostro y la economía vueltos hacia el Atlántico, obligaron a Paraguay a apearse de la arrogancia en la que, gracias al dominio original de los jesuitas, se había mantenido durante tanto tiempo la única región latinoamericana en la que los indios se opusieron eficazmente al establecimiento de los blancos”, como sostiene por ejemplo Eric Hosbawm, en: La era del capital, 1848-1875. Crítica. Barcelona. 1998. Pág. 89.-
        Esa visión soslaya el plan de Solano López, que era el de convertirse en un especie de guía de los países sudamericanos, y tanto él como su padre apoyaron todos los intentos extranjeros, especialmente de Gran Bretaña y Francia para debilitar al Brasil y la Argentina, fomentando las rebeliones de los caudillos locales del Sur del Brasil, nuestro Litoral y el Noroeste del país.
        Yo creo que en estos temas siempre conviene estudiar un poco los intereses de la política interna y nuestros vecinos, sin dejar de lado los de las grandes potencias.
        No debe olvidarse el papel también disolvente que juega Chile cuando la guerra, alentando la invasión de Felipe Varela, según lo narra Alberto J.Masramón.Urquiza y la Guerra del Paraguay. Ediciones Ronda Literaria. Bs. As. 1994. pág. 13.-
        Saludos.-

    2. Daio, la «separación» de Urquiza, en rigor, sería la negativa (con cierto predicamento en el interior) a aceptar la derrota impuesta en Pavón por los estados que habían participado de la convención constituyente. Es decir todos menos Buenos Aires.

      A diferencia de otros comentaristas, yo también tengo algunas dudas sobre la importancia que a veces se le atribuye al rol de la diplomacia inglesa. Pero, justamente por la existencia de esa rivalidad secular luso/hispánica que vos mismo mencionás, sumada la rivalidad entre los estados republicanos y los monárquicos (que para esos años estaba aún presente en el discurso político) me parece bastante aventurado ver en el Mitre de la triple alianza a una especie de líder nacionalista. Jugó como vasallo del Imperio brasileño. Más arriba, en una respuesta a Francisco le señalaba que existe cierta discusión sobre si la lusofilia en la G3A se trató de una forma de limitar la expansión brasileña, favoreciendo la vigencia de una independencia condicionada del Paraguay como tapón, o si significó lisa y llanamente actuar como empleado de Brasil (que es lo que sostenían la rama alsinista del partido liberal y, por supuesto, los restos del federalismo).

      Claro que hay un sentido en el que sí tiene sentido ver a Mitre como un caudillo nacionalista. Y es el sentido que trae a colación el eternauta: la guerra del paraguay tuvo causas esencialmente internas, contribuyó a continuar y profundizar la guerra de policía. Las levas masivas y la conformación, por primera vez desde el ejército de los andes, de una fuerza armada moderna, entrenada, organizada en base a un escalafón (y no discrecionalmente en base a redes facciosas) y realmente nacional (ya no el ejército porteño, que es el que venció en Pavón, sino una oficialidad de elites de todas las provincias) es sin duda una de las bases de la consolidación definitiva del estado. Y, paradojicamente, es de donde salió la elite que terminó con la carrera política de Mitre (Roca, Arias, vencedores de la última rebelión armada mitrista eran veteranos del Paraguay).

      Decía que es nacionalista en el sentido que le da a la expresión Antonio Gramsci pensando en la unificación de Italia: En un país dependiente y desarticulado por las luchas facciosas de elites locales poco interesadas en un destino común, las únicas fuerzas políticas genuinamente nacionales (cuyo objetivo es unir pedazos preexistentes en una unidad de nuevo tipo) suelen ser…aquellas más claramente identificadas poderes extranjeros.

      1. Guido:
        Muchos autores revisionistas, de izquierda a derecha, están afectados por lo que llamaría el drama de Caseros y no vislumbran que la Argentina de los cincuenta (1850) no era la misma que la de los sesenta (1860). En aquella la Confederación era una nación integrada, que había solucionado satisfactoriamente sus problemas con Francia y Gran Bretaña, y se encaminaba a solucionar el secular conflicto con el Brasil, la defección de Urquiza lo impidió. En cambio la Argentina de Mitre presentaba un cuadro de provincias sometidas por la fuerza, y por ello si Urquiza se hubiere aliado a los paraguayos, el país probablemente se hubiera desintegrado: Buenos Aires sería un estado independiente y probablemente también la Mesopotamia, con lo que se hubiere cumplido el sueño de Florencio Varela.- Nunca me gustaron ni Mitre ni Urquiza, pero López no le dejó otra opción.-
        Saludos.-

      2. No entiendo la referencia a los revisionistas (sea lo que sea que metés dentro de esa categoría) y su relación con lo que estamos hablando. El cuadro que trazás de la etapa mitrista va en el sentido de reforzar el argumento de el eternauta (el paraguay como guerra interna más que externa). En caso contrario, no entiendo lo que querés decir.
        saludos.

      3. Guido:
        Los revisionistas, y con relación específica a la guerra del Paraguay, me estoy refiriendo a los que elevaron a Solanos López al nivel de un gran caudillo americano, y llegaron a identificarlo con Bolivar, entre los cuales ubico a José María Rosas y Atilio García Mellid, dentro del rosismo y a Roldofo Ortega Peña y Eduardo Luís Duhalde, dentro de lo que podría llamar el marxismo nacional, si es posible hablar de lo nacional con relación al marxismo, tema tan discutido, pero que aquí se utilizó más bien como entrismo, no dejaron de consideran como grandes culpables de la tragedia a Gran Bretaña, tragedia en la que Mitre y Urquiza hicieron de agentes nativos del imperialismo.
        Fue una guerra interna dentro de lo que antes había sido el virreynato del río de La Plata y lamentablemente no fue la diplomacia la que solucionó el enfrentamiento como debió haber ocurrido.

  10. (El mensaje anterior no va, se «despachó» solo)
    Oliver, pese a su «revisionismo», se asume como mitrista, al atribuirle a don Bartolo la defensa de «la nación» (la patria, no el diario). La opinión de Alberdi (un liberal no comprometido con los manejos del mitrismo) no hace más que reflejar cuál era el sentir de la Confederación frente al mitrismo, representante de los intereses de las burguesías porteña y bonaerense e incondicional defensor del librecambio, o sea, de los intereses británicos, en esa época principales beneficiarios e impulsores de las políticas aperturistas a nivel mundial.
    Prácticamente todo el interior rechazó en forma activa, con deserciones masivas y levantamientos, la guerra contra el Paraguay, a tal punto, que el duque de Caxias, comandante general del ejército brasileño, le escribía al emperador en 1867: «En cuanto al general Mitre […] se ha convencido que SIN PUEBLO y SIN SOLDADOS debe no solamente someterse a cuanto V.M. halle por bien disponer, sino más aún, de SER LAS ARMAS IMPERIALES A LAS QUE DEBE ACOGERSE BUSCANDO EL ÚNICO AMPARO QUE DEBE BUSCAR. El general Mitre está resignado de lleno y sin reserva a mis órdenes; él hace cuanto yo le indico, como ha estado muy de acuerdo conmigo en todo, aún en cuanto a que LOS CADÁVERES COLÉRICOS SE ARROJEN A LAS AGUAS DEL PARANÁ […] PARA LLEVAR EL CONTAGIO A LAS POBLACIONES RIBEREÑAS, PRINCIPALMENTE A LAS DE CORRIENTES, ENTRE RÍOS Y SANTA FE, QUE LE SON OPUESTAS […] EL GENERAL MITRE ESTÁ TAMBIÉN CONVENCIDO QUE DEBEN EXTERMINARSE LOS RESTOS DE FUERZAS ARGENTINAS QUE AÚN LE QUEDAN, PUES DE ELLAS NO DIVISA SINO PELIGROS PARA SU PERSONA».

    La guerra contra el Paraguay ya estaba preparándose desde varios años antes, solo cabía buscar el momento adecuado para llevar al gobierno paraguayo a una encerrona. Sarmiento -el gran pedagogo- escribía en «El Nacional» el 28 de septiembre de 1862: «…si queremos salvar nuestras libertades y nuestro porvenir, tenemos el deber de salvar al Paraguay, obligando a los mandatarios a entrar en la senda de la civilización». Ya sabemos cómo llevaron a cabo nuestros próceres esa tarea civilizadora. La neutralidad mitrista quedó en evidencia con el apoyo material al golpe de estado que su subordinado Venancio Flores dio al gobierno blanco.
    Cuando ya había estallado la guerra entre Paraguay y Brasil, el 30 de diciembre de 1864 (dos meses y medio antes de la declaración de guerra de Solano López al gobierno de Mitre) la neutralidad argentina quedaba de manifiesto en una carta que enviaba Rufino de Elizalde (ministro de relaciones exteriores) a Lagraña (gobernador de Corrientes): «Los agentes de Brasil en esa provincia pueden necesitar enviar algunos oficios a sus superiores en ésta. LE RUEGO LOS DIRIJA BAJO MI NOMBRE, por expresos, sin pérdida de tiempo.[…] Los agentes quedan prevenidos de ocurrir a Ud.» Otra carta de Elizalde (de pascua del 65) pone al desnudo la política mitrista: «López pisó en la celada, nos llevó los vapores de Corrientes. Nada de reclamaciones, la bofetada que esperaba Rawson ya está dada, tendremos guerra. CAMBIAMOS DOS CASCOS VIEJOS POR MEDIO PARAGUAY. El oro del Brasil derramárase a raudales en su tránsito por nuestro territorio».

    1. Me parece que Juan P. Oliver es bastante claro en que no está elogiando a Mitre y dice que «Nada hace que en la emergencia gobernase Mitre, quien merecía entonces la oposición de la mayoría y hoy la del juicio histórico del revisionismo. Y nada hace porque el derecho de oposición política cede ante el deber de defensa común y, por lo tanto, ante el premioso caso de un ataque del exterior no cabe dejar librado al sentimiento individual la determinación de rechazar o favorecer al atacante, pues si así fuere no habría patria, no habría nación. Ante el hecho del ataque sólo cabía la respuesta de la fuerza. Por eso me limité a decir y lo ratifico que Mitre al rechazar la invasión y los argentinos que lucharon por lograrlo, cumplieron con su deber nacional…» concluye. Citado del autor en: «Rosismo, comunismo y lopismo. Boletín del Instituto Juan Manuel de Rosas. Nº 6. págs. 24 y sgts.-
      Una vez invadido nuestro territorio por López, no había otra opción en esos tiempos que defenderse, pensar en una alianza con López para luchar contra Mitre era ilusorio y mucho más lo era que Urquiza encabezaría esa alianza. Lo que Urquiza hizo fue vender la caballada, imprescindible para movilizar un ejército y sentarse a contar los patacones que había conseguido con esa operación.-

  11. Pablo D, No sé porqué tenés una vocación tan fuerte para mitologizar a esta sociedad en la que, creo, vivimos todos los que leemos éste blog. No hay plafón para sembrar esa semilla. Te agarrás de cualquier cosita que escuchás por ahí en contra del kirchnerismo y de eso hacés un quilombo que daría cada una para una novela por la imaginación invertís. No dudo que convivamos con personas que durante los últimos meses hayan arrojado esas frases que vos ponés ahí en este post y que la mayoría yo nunca las escuché ni siquiera aquellas que citás de los personajes famosos, pero lo que sí puedo decirte es que vos te tomás de ellas como si fuesen ladrillos con los que vas construyendo tu catedral en la que querés que se termine rezándole a esta mitología que tenés en la cabeza. Todos vivimos acá, cuando el kirchnerismo provocó entusiasmo no fue gracias a la mediación de Sandra Russo, eso sabelo. Ese discurso resta. ¿Quién dijo que Cristina le había pegado un tiro en la cabeza a Néstor? ¿Fue alguien que no estaba borracho en la sobremesa de un asado?
    El mito tomado en serio genera miedo, y eso tiene el poder de hacer bajar la voz, en un restaurante, claro, cómo no, tranquilamente un contadorcito que tiene un carguito técnico de 1500 dólares en un Ministerio pudo haber sentido eso a lo largo de su médula espinal en una cantina de Palermo un viernes cualquiera de la primera década del segundo milenio. El cuerpo estaba en el cajón, claro, nadie lo puso en duda; la gente fue a dar la vuelta a la Casa Rosada para romper las bolas, cómo se dice, para entrar una vez en la vida. No había pleitesía, era una cola tranquila. Muchos iban saliendo de los laburos y se sumaban a lo que pasaba para cagarse de risa un rato. Para formar parte de la historia de alguna manera, para contar que estuvieron. El momento será después. De hecho no había clima de tristeza esa tarde. Era como que todos ahí hacían la ronda para llevarse un pedacito de Néstor.
    Después vinieron a cagar todo oficializando hermenéutica de Estado -es decir Sandra Russo, 678 y todo esto que vos ya conocés muy bien – y de ahí en más la figura es la de un tobogán.

  12. La actual sociedad argentina es muy difícil de interpretar, como lo es desmenuzar su historia. Pensar que nos mienten desde las revistas de niños…

    Si tienen alguna duda de mis dichos, doy unos ejercicios caseros, sencillos, y por demás demostrativos

    a) agarrar un mapa de la Capital Federal y mirá las calles -ubicación, longiutud- y fijate que lugar «se les dieron». Y que rol cumplieron en la misma.

    b)preguntate porque es feriado el día de la muerte de un prócer, y que próceres se conmemoran, y cuáles no.

    c) Otras preguntas… porque Rosas y San Martín mueren en el exhilio, como mueren Moreno o Urquiza o porque Artigas «funda» una República Oriental en la parte más occidental del mapa.

    d) Porque Perón e Yrigoyen tienen en común la misma cárcel

    e) más moderno… que hicieron todos los que se escaparon de la cárcel de Trelew hacia Chile

    f) y por último quienes ocupan los billetes más importantes (el de $ 100, el de $ 50, $ 10 etc.)

    Bueno, me zarpé con las tareas, perdón

  13. Al margen de lo que diga Oliver, interesa determinar si realmente el mitrismo llevaba a cabo una política nacional o, por el contrario, facciosa al servicio de un proyecto de país impulsado por los grupos hegemónicos de Buenos Aires (y en total ensamble con las políticas protoimperialistas del Imperio Británico) que entraba en un conflicto irresoluble por vías pacíficas con el resto del país, porque significaba condenar a la opresión y la miseria a casi todo el resto (salvo quizás al litoral).Por ese motivo, para el interior el enemigo, con fundadas razones, no era Solano López, sino la política de Buenos Aires, cuya cabeza más visible, pero no la única, era Mitre.
    Sólo así se explican las innumerables rebeliones que se produjeron durante el transcurso de una guerra totalmente impopular desde sus comienzos. El 25 de mayo de 1865 (a un mes de la invasión del ejército paraguayo) el coronel Charlone, un italiano que pelea para Mitre, escribe a Gelly y Obes, jefe del estado mayor del ejército argentino: «La ciudad de Corrientes y aún todo el país no tiene el entusiasmo que se tiene en Buenos Aires y por el contrario no hay espontaneidad y amistad seria hacia nosotros». Es notable como los usos del lenguaje dejan trascender lo que a veces no se muestra abiertamente. «Nosotros» es Buenos Aires, frente a «todo el país». El 2 de julio el general Paunero le comunica al ministro de guerra que al general Hornos, le «desertan a bandadas los nobles correntinos, con jefes y oficiales a la cabeza». El 1º de septiembre, Hornos le escribe a Mitre: «No hallo palabras para explicarle lo desordenados y ladrones que son, ya le he dicho que son iguales en todo y por todo a los indios Pampas». El 3 de enero de 1866, Evaristo López a Mitre: «el desbande de la división Uruguay… se debe al coronel Renguera, que maltrata y acobarda a la tropa», pero también «el desbande de la División al mando del excelente coronel Payba ha sido debido a las intrigas del coronel Renguera». El 26 de agosto el general Cáceres a Mitre: «…las filas desertadas se componían a su cabeza de Jefes de valor y prestigio…».
    Esto, en Corrientes. En las demás provincias el cuadro se repetía. El 3 de julio a Urquiza se le desbanda un ejército de 3000 soldados concentrado en el arroyo Basualdo. El 8 de julio el coronel Ramiro le informa al ministro de guerra sobre el «espíritu antinacionalista (sic) que reina EN LA MAYOR PARTE DEL PUEBLO porque no quieren hacer causa común con los porteños».
    Debido a esta situación, Saraiva, ministro brasileño, el 22 de julio le hace un llamado de atención a Mitre: «Ha causado desfavorable efecto la dispersión de las fuerzas del general Urquiza. Esto indica que los jefes nada pueden hacer muchas veces contra los prejuicios del pueblo. Preferiría ver sustituidas esas fuerzas por gente de Buenos Aires y provincias vecinas, porque tengo para mí que los Blancos tienen pervertido el espíritu del pueblo de Entre Ríos.»
    (Saraiva, una figura clave de la diplomacia brasileña, también intervino en la firma del Tratado de las Puntas del Rosario del 18 de junio de 1864, del que escribió:
    «…la Triple Alianza “no surgió después de la “agresión” paraguaya a la Argentina en abril del 65, sino en las Puntas del Rosario en Junio del 64. …dichas alianzas empezaron el día en que el ministro argentino y el brasileño conferenciaron con Flores en las Puntas del Rosario y no el día en que Octaviano y yo, como Ministros del estado, firmamos el pacto.» Otra prueba más de la neutralidad mitrista).
    El 11 de agosto Urquiza le confiesa a Mitre: «Temo que sean estériles mis esfuerzos y mis sacrificios para concurrir a la guerra de una manera honrosa para esta provincia.»
    Etc, etc, etc.
    El «nacionalista» de derecha Oliver, de haber vivido durante la guerra de la triple infamia, no hubiese encontrado mucho eco en su prédica para la defensa de «la nación» en manos del mitrismo.

    1. No vamos a discutir que la guerra fue impopular, sin olvidar que no existía un ejército regular, por lo que ya sabemos como se conseguían los «voluntarios», eso lo reflejan tus citas.
      Pero los López paraguayos nunca fueron para nada confiables para nuestro país, y siempre anduvieron arrastrándole el ala al Brasil para utilizarlo como cuco contra nosotros.
      Como hace solo unos meses oficialmente se recordó el combate de Obligado, no debemos olvidar que nueve días antes del evento -11-11-45, Carlos Antonio López celebraría con los unitarios de Corrientes un tratado de alianza contra Rosas y el 4-12-45, cuando se entera de la victoria naval anglo-francesa declaró la guerra contra el tirano Juan Manuel de Rosas, y con un ejército de 5000 hombres invadió Corrientes, aplicando una puñalada por la espalda a nuestro país. Una vez que la escuadra invasora arriba a Paraguay celebrará el consabido tratado de Reconocimiento, Comercio, Amistad y Navegación otorgando a los ingleses toda clase de privilegios.
      El ejército invasor de nuestra Patria estaba al mando del Generalísimo Solano López de 18 años de edad. Todo un signo de los tiempos que se avecinarían.-
      Extensa e imbricada trama histórica en la que los angelitos se niegan a aparecer a pesar de las invocaciones.
      Saludos.-

    2. La historia, como disciplina social -me resisto a designarla «ciencia»- es muy compleja y enemiga de reduccionismos e interpretaciones lineales.

      Tampoco existía un ejército regular antes de esa guerra inicua, pero no hubo deserciones y rebeliones con la frecuencia e intensidad con que se produjeron durante ésta. Urquiza, por ejemplo, nunca había tenido deserciones significativas.

      ¿López «invadió» a Argentina en 1845? Rosas se negaba a reconocer la independencia de Paraguay (uno de los motivos de la invasión; el otro, mucho más importante por sus efectos económicos era la clausura de los ríos platenses al comercio paraguayo, con lo que Paraguay quedaba taponado, totalmente aislado del mundo), por lo que, desde la óptica de la Confederación, mal podía interpretársela como «invasión de un país extranjero», sino como parte de la guerra civil que ensangrentaba al país desde casi sus inicios como nación. Tampoco lo visualizaban así sus aliados correntinos, que compartían el idioma guaraní y los valores culturales, con afinidades mucho mayores que las que podían tener con los porteños.
      Pero, además, en esa «invasión», «En compensación por las promesas de Hopkins de mediar ante el gobierno de Buenos Aires y ejercer presión sobre Rosas en pro de la libre navegación de los ríos, López aceptó que las fuerzas que enviaría a Corrientes se limitaran a 4.000 hombres y dispuso que éstos permaneciesen totalmente inactivos a menos de ser atacados, por lo menos durante un lapso de cuatro meses o hasta recibir noticias provenientes de Buenos Aires.» Pareciera que el puñal no tenía filo.
      (Aclaro para que no haya equívocos: creo que el desmembramiento de Paraguay, Uruguay y el Alto Perú fue parte importantísima de la tragedia que sufrieron las provincias (des)unidas del Río de la Plata. Pero la sufrieron no por una maldición divina, sino por políticas concretas de grupos hegemónicos).

      ¿Los López siempre anduvieron arrastrándole el ala al Brasil para utilizarlo como cuco contra nosotros?.
      ¿Qué decir entonces de la efectiva alianza entre Argentina -mejor dicho: entre la oligarquía representada por el mitrismo- y Brasil que aniquiló literalmente, sin ningún tipo de eufemismos (en una guerra que redujo la población al 20%, casi todas mujeres, niños y ancianos), al Paraguay? (al Paraguay, no a Solano López, como bien precisó, con su crudeza habitual, el gran sanjuanino, cuando le dijo a Mrs. Mann “No crea que soy cruel. Es providencial que un tirano haya hecho morir a ese pueblo guaraní. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrescencia humana”).

  14. Que la historia es compleja, vaya que lo es. Que sea o no una ciencia, vaya que siempre se ha discutido, pero sea o no ciencia debe acudir a métodos científicos para la investigación, en su defecto puede convertirse en novela o ficción, novelas y ficciones que inundan nuestras librerías.-
    También la historia puede ser emprendida como un acto de militancia, forma como el revisionismo, en sus distintas ramas, entendió a partir de los 60 la Guerra del Paraguay.
    Dentro de esa manera de hacer militancia, pueden ubicarse las afirmaciones presidenciales que consideran a la Triple Alianza como «la alianza de la triple traición a Latinoamérica, a sus hombres y a sus mujeres». Exaltando también al mariscal Francisco Solano López como «un gran patriota humillado por esa traición». En parte estas declaraciones pudieron considerarse como un tiro por elevación al diario opositor más molesto para el gobierno,en lo que hace a su contenido, el que fundó Mitre, quien como presidente y jefe militar fue protagonista de la Triple Alianza. Certezas que al poco tiempo fueron confirmadas por las declaraciones del expresidente considerando que los anteriores dichos de su esposa aludían a «la continuidad mitrista» del diario que «quiere desgastarnos en cualquier forma».
    La «libre navegación de los ríos interiores» fue una de las metas para cuyo logro el imperialismo utilizó sus cañoneras, y Carlos Antonio López, con su espada sin filo, más bien con su pluma lo aceptó con el enviado de Gran Bretaña que había arribada a Asunción previo cañoneo de nuestras riberas. Unos años más tarde Urquiza se lo concedería también. Ya no estaba Rosas.
    Solano López quiso casarse con una infanta del Imperio de Brasil, el rechazo por el emperador, le hizo cambiar sus planes de alianza, alianza que era contra nuestro país.
    Creo que si Solano López hubiera sido un verdadero caudillo, que interpreta las necesidades del pueblo, hubiera aceptado cualquiera de las propuestas de poner fin a la contienda, por más que estas significaban la rendición incondicional y nunca debió haber permitido el exterminio de su pueblo, en cuyas batallas se disfrazaban a los niños para que parecieren adultos.-
    Las víctimas paraguayas de la guerra, con importantes exageraciones, necesarias para la «nueva historia», están bien descriptas según los últimos estudios en la obra de Francisco Doratioto. Maldita guerra. Emecé. Bs. As. 2006. págs. 435/449.-

  15. El diario «La Nación» fue, desde su fundación, la voz cantante del sector hegemónico de la oligarquía, comprometido en apoyo militante a «su» causa, que identificó, desde sus orígenes, como la causa del país.

    Con respecto a la (supuesta) neutralidad de determinadas corrientes historiográficas, comparto la posición de Feinmann cuando escribe:
    “La historia no es inocente, sino que es política e ideológica. Expresa siempre una verdad: la del que la escribe. El historiador está sometido a una ley que Sartre establece en las Cuestiones de método de su Crítica de la razón dialéctica: “El experimentador forma parte del sistema experimental”. Nadie que haya leído con algún rigor a Nietzsche y a Foucault puede ir por ahí abonando la teoría de la historiografía como ciencia de la objetividad. El objeto no existe, existen las interpretaciones sobre él.”
    La «asepsia» del liberalismo en sus distintas vertientes de la interpretación de la historia generalmente no es otra cosa que una militancia oculta o vergonzante disfrazada de «ciencia». Si es puesta en cuestión la base epistemológica de las ciencias naturales, mal puede hablarse de la objetividad de las ciencias sociales. La «realidad» está inundada de una infinidad de hechos que ocurren en una sucesión continua e ininterrumpida en forma permanente y toda mención a ella implica un recorte y selección, de acuerdo a un marco teórico imbricado de ideología. ¿O, acaso, Mitre en sus libros de historia, o Halperin Donghi o Renán son objetivos? Lo que sí hay que exigir es un “blanqueo de la situación” con la explicitación clara del lugar desde el que se escribe y un no falseamiento u ocultamiento consciente de datos. Pero dos autores, con similar manejo de datos y base ideológica distinta harán lecturas diversas de esos datos.
    Cuando se habla de “método científico” en ciencias naturales se está refiriendo a una determinada metodología de investigación (que incluso ha sido cuestionada desde dentro de la filosofía de la ciencia). En cambio, cuando se habla de “método científico” en ciencias sociales, se entra en un terreno de arenas movedizas.

    La libre navegación de los ríos interiores tenía una significación muy distinta aplicada a Paraguay que al imperialismo inglés (veo que usás un término en general poco utilizado dentro de la historiografía académica, por sus connotaciones políticas).
    Paraguay necesitaba imprescindiblemente la libre navegación porque en esa época la vía fluvial era prácticamente la única forma de comunicación comercial con el mundo exterior. Para Inglaterra era abrir una vía para llevar a cabo en forma concreta el librecambio, o sea la penetración económica a través de su situación privilegiada de primera potencia industrial.
    Con respecto al destino de la flota después de la Vuelta de Obligado (digresión: celebro tu apoyo a la defensa de la soberanía), Ferns escribe:
    “Los resultados políticos y económicos de esa acción fueron, por desgracia, insignificantes. […] En Corrientes, el gobernador se manifestó cordial, pero el pueblo no. En Paraguay, Hotham encontró al primer cónsul López con ánimo hostil o por lo menos dispuesto a mostrarse amistoso sólo si Gran Bretaña garantizaba la independencia del Paraguay. Desde el punto de vista comercial la aventura fue un fiasco. Las ventas fueron pobres y algunos barcos volvieron a sus puntos de partida tan cargados como habían salido, pues los sobrecargos no pudieron colocar nada.”

    Pero además no hay que perder de vista que la guerra del Paraguay se produjo 20 años después de estos episodios, con gobernantes y situaciones políticas distintas.

    ¿Cuál fue la posición de Rosas sobre ese conflicto?
    El 17 de febrero de 1869, redactó el siguiente testamento, referido al “sable de la soberanía”:
    «Su excelencia el generalísimo, Capitán General don José de San Martín, me honró con la siguiente manda: La espada que me acompañó en toda la guerra de la Independencia será entregada al general Rosas por la firmeza y sabiduría con que ha sostenido los derechos de la Patria. Y yo, Juan Manuel de Rosas, a su ejemplo, dispongo que mi albacea entregue a su Excelencia el señor Gran Mariscal, presidente de la República paraguaya y generalísimo de sus ejércitos, la espada diplomática y militar que me acompañó durante me fue posible defender esos derechos, por la firmeza y sabiduría con que ha sostenido y sigue sosteniendo los derechos de su Patria».

    1. Bien por la cita de la donación de Rosas en cuanto es la «espada diplomática y militar», y no el sable corvo que le legare San Martín, como escribiere José María Rosas y lo siguieron Ortega Peña y Duhalde, tratando de darle más entidad al hecho.-
      Por su parte Juan Pablo Oliver, que investigó el tema más profundamente, arriba a la conclusión que no se pudo concretar la manda no por haber fallecido antes López que Rosas, si no porque Rosas, modificó esa parte escribiéndole a José María Roxas y Patrón, su representante local, que quedaba con su esposa «facultados para vender o regalar o colocar donde quieran cualquiera de los enunciados presentes o todos ellos, sin limitación de ningún género en ningún tiempo ni caso, antes o después de mí muerte». Carta del 2 de mayo de 1869. En el Boletín de Investigaciones Históricas del Instituto Juan Manuel de Rosas, nº 6,año 1969, págs.33/36.- Pero la intención estuvo.

      1. El testamento es claro en cuanto a que Rosas le asigna a la espada que dona el mismo valor simbólico que tuvo para él la que recibió de San Martín.

        Por otra parte, en el fragmento citado por Oliver no me queda claro que incluya a esa espada; no tengo el texto completo para poder dar una conclusión al respecto, pero no puedo dejar de notar que, con sólo dos meses de diferencia, habría un cambio en el testamento, una situación no habitual.
        En caso de haber sido así, quizás Rosas se haya enterado de la caída de Asunción, con lo que podría haber supuesto la muerte de Solano López. De todos modos, son sólo suposiciones, aunque no totalmente descabelladas. Si un investigador documentado como Doratioto toma el relato de un adolescente británico que recorrió el país durante 1871 para testimoniar el odio que el pueblo sentía hacia Solano López (¿se imagina alguien cuál hubiese sido el relato de un adolescente bien intencionado, que hablase fluidamente el español, luego de recorrer España en 1940? ¿Cuántos simpatizantes del bando perdedor iban a hablar libremente?), bien puedo permitirme yo (un ignoto lector que pretende tener sentido crítico, aunque muy pocas veces lo logra), hacer inferencias.

        De lo que sí pude enterarme es de la singular (por llamarla de algún modo) visión de Oliver sobre otros autores revisionistas, cuya postura atribuyó a la conspiración marxista promovida desde Moscú, una visión que (ignoro el motivo) me recuerda a Seineldin:
        “Más allá de las consideraciones sobre el conflicto internacional, el autor arreme­tía contra lo que entendía como una nueva expresión de una serie de obras que tergiversaban sistemáticamente los sucesos, obedeciendo a una «táctica comunis­ta de infiltración en las corrientes nacionales de los países que denominan «colo­niales o dependientes»». […]. Para Oliver, esta táctica se promovía desde Moscú a través de un manual de historia de los países coloniales y dependientes con el fin de captar elementos nacionalistas de los países subdesarrollados.” (Julio Stortini, en Devoto-Pagano: “La historiografía académica y la historiografía militante”)

        Con esto doy por finalizada una polémica, que quedó restringida a nosotros dos, en en un post ya sepultado por el fárrago de novedades.
        Saludos

      2. Adhiriéndome al cierre del debate, completo el texto de la carta de Rosas a Roxas y Patrón, que es extenso en el párrafo siguiente al último que cité que aclara tu duda:
        «…antes o después de mi muerte. «La espada conserva el puño macizo de oro, con todas las inscripciones ordenadas en la Ley (*) y también las conserva la hoja».
        (*)Se refiere a la dictada por la Junta de Representantes de Buenos Aires.
        Hasta la próxima.-

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