El Fondo de Garantía de la ANSeS

La decisión de capitalizar a la ANSeS estatizando la administración de los fondos que manejaban esas entidades financieras de ahorro forzoso llamadas AFJP, fue una de las decisiones más trascendentes que se tomaron en los 7 años de “era K”.

 Muchas cosas se dijeron y se dicen sobre el tema, lo cual nos impulsa a hacer un pequeño punteo.

 Con la decisión el Estado recuperó un stock que en aquel momento era de 90.000 millones de pesos aproximadamente. Este stock estaba repartido en distintas inversiones: más de la mitad eran títulos públicos, y el resto se repartía entre plazos fijos constituidos en el exterior y acciones u otros activos financieros (las inversiones menos conservadoras, digamos).

Por el otro lado, la otra pata del asunto es el flujo, que podemos dividirlo en dos, de acuerdo a las fuentes de donde proviene: por un lado, están los aportes de la población activa, y por otro lado, los rendimientos de las inversiones que mencionábamos cuando hablábamos del stock.

 El cambio de sistema (de capitalización a reparto) significó una modificación esencial de tipo financiero. Simplificando mucho, decimos:

En el sistema de capitalización, el stock se ve potencialmente afectado al pago de jubilaciones, mientras que el flujo es el dinero disponible en el corto y mediano plazo para la inversión.

El sistema de reparto cambia esa concepción: le sustrae al (mini) mercado de capitales el flujo (que se usa para pagar jubilaciones actuales, por lo cual ya nadie financia con esa plata, digamos…, al Grupo Clarín comprando sus acciones), y deja disponible el stock, que se ve liberado de obligaciones futuras. Esa guita es la que constituye el llamado Fondo de Garantía.

 Esta situación ha provocado que cada vez que la ANSeS decide invertir parte de este stock, desde la oposición y algunos medios de comunicación se infundiera la idea de que la plata se va acabando. Esta falsedad queda desmentida, primero, en el hecho de que el Fondo de Garantía hoy es bastante mayor a cuando se realizó la estatización (150.000 millones de pesos). Esto se debe a varias cosas: las inversiones realizadas van rindiendo (los plazos fijos pagan intereses, etc.), muchos títulos y acciones se encontraban deprimidos en su cotización en aquel momento y la han mejorado (esto es meramente contable por lo pronto, digámoslo también), etc.

Y el otro elemento que desmiente la idea falsa es que en el cálculo de la ley de movilidad jubilatoria por la que se dan dos actualizaciones anuales de las jubilaciones, se incluye como uno de los componentes el resultado financiero de ANSeS. Si el Fondo de Garantía se fuera licuando, si las obligaciones de ANSeS crecieran más que sus ingresos, los aumentos del 25% anual (de 2010) serían imposibles (a ver, no es solamente que no se podrían pagar, la ley está pensada justamente para que, si no se pueden pagar, directamente no existan).

 El proceso que la ANSeS está haciendo con el Fondo de Garantía, entonces, es el de ir aumentando la proporción de inversiones en actividad productiva. Este tipo de inversiones tienen un retorno “doble” para la ANSeS: una parte, a través de la simple devolución del préstamo por parte del prestatario, al interés estipulado (en general menor al del mercado), y otra parte (que compensa el subsidio de tasa), a través de engrosar los aportes que ANSeS recibe por los nuevos trabajadores que su financiamiento de actividades productivas vaya generando.

 Este proceso será lento, pero la decisión está tomada. Los ahorros argentinos irán dejando de financiar las hipotecas subprime norteamericanas, o las operaciones financieras de grandes grupos económicos cuyas acciones cotizan en bolsa, para pasar a ser una fuente de financiamiento para la generación de empleo.

Lógicamente, no todo el Fondo podrá afectarse a esas inversiones, sino que una buena parte permanecerá en papeles más seguros.

Pero lo mejor de todo el proceso es que hay condiciones para mantener la virtuosidad del círculo.

2 comentarios en «El Fondo de Garantía de la ANSeS»

  1. Un par de comentarios:

    – A la pata que llamás Flujo le falta considerar el (alto) componente impositivo, independiente de los aportes previsionales

    – Cuando hablás del fondo de garantía insinuás que habría crecido. Con el 20% de inflación de los últimos años no creo pueda decirse eso, a lo sumo diría que por suerte no se achicó demasiado. Resalto eso porque escuché a varios opositores decir que el financiamento de lo que proponen como 82% móvil en parte vendría no del fondo en sí sino de su rendimiento financiero, y me preocupa que no veo que estén considerando la desvalorización de ese fondo. Con suerte los intereses hacen mantener su valor

    Saludos

    1. Alejandro:

      -el primer punto sí, es cierto, un 40% más o menos de la plata que recauda ANSeS proviene de impuestos (combustibles, ganancias), pero me parece que tomarlos en cuenta no modificaría mucho lo expresado sobre el resto.

      -El Fondo de garantía a datos de abril de este año era de algo más de 148.000 millones de pesos. En el momento de la estatización, era de alrededor de 97.000 millones. Y con parte de ese flujo se paga parte de la asignación por hijo. Entiendo lo que decís, en «neto» el crecimiento no sería tal (o sería menor a lo que parece). Es lo lógico. Algo creció por cuestiones coyunturales especiales (papeles deprimidos que rápidamente se revaluaron, por ejemplo), pero si te morfás todo el rendimiento de las inversiones, el Fondo se licúa. O sea, lo que dice la oposición no sería sustentable en el tiempo.

      Un abrazo.

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