El subsuelo de la patria sublevado

En los últimos días escuché dos frases que, a pesar de su simpleza y, hasta podríamos decir, su evidencia, no dejaron de aportarme una cuota de luminosidad, una manera sutil de mirar lo real desde otra perspectiva.
La primera la dijo Rafael Bielsa en su programa “Café las palabras”, al hacer referencia a un personaje televisivo cuyo único mérito parece ser , ostentar el valor de sus relojes y los gastos desmesurados que realiza en una noche de juerga. Bielsa señaló: “A nosotros nos molesta porque venimos de una cultura política a la que le duele la pobreza”. Entendí que en ese nosotros no sólo incluía a sus compañeros de mesa de café, Artemio López y Eduardo Valdez sino al grupo (que imagino no muy numeroso) que cada viernes disfrutábamos de ese programa. Todos los días comprobamos que existen muchísimas personas a las que la pobreza no les duele. Los que venimos de una militancia de izquierda o peronista, muchas veces caemos en la ingenuidad de creer que ese es un estado natural de cualquier sujeto. Tal vez debería serlo pero no lo es. En estos momentos estoy leyendo un libro que se llama “Retórica especulativa” donde su autor, Pascal Quignard, sostiene que el hombre, ancestralmente, se identificó con el predador a quien temía y se volvió predador para no ser presa. Quignard, asegura con una escritura deslumbrantemente poética pero no por eso menos hiriente, que no hemos avanzado en nada, que negamos ese pasado, ese origen y que queremos taparlo pero permanentemente hacernos referencia a él. La característica del ser humano es que puede ser inhumano, escribió Primo Levi.
En momentos como este donde la falta de dolor hacia el padecimiento del otro resulta inexistente para buena parte de la población, lo que se pone en juego no es sólo una política de seguridad o inseguridad, sino una definición de cada uno de nosotros como sujetos.
Y aquí voy a sumar la segunda frase.
Estaba mirando el primer video que editó Página/12 sobre las clases de José Pablo Feinmann y, frente a una de las preguntas del auditorio, Feinmann arriesgó una hipótesis que no es muy novedosa pero que tal vez fue formulada de un modo que me despertó muchísimas ganas de seguir indagando en esa suposición y en sus consecuencias. Ante a la pregunta de si el marginado, el desclasado, el piquetero podía ser el nuevo sujeto social, Feinmann aseguró que eso era perfectamente posible y que por esa razón la clase media le tiene tanto miedo a lo que ella llama “los negros”. Esta sociedad no sabe que hacer con ellos, continua Feinmann, pueden tratar de aniquilarlos con el paco como hizo Giuliani pero no creo que pueda. La lectura de Feinmann es que aquello que los medios designan bajo el nombre de inseguridad no es más que la rebelión de los descalzados. Detrás del robo, de las ganas de conseguir dinero ( y esto ya corre por mi cuenta) estaría el deseo de vengarse de una sociedad que los desprecia, ese es el modo no organizado, no politizado de la revuelta, un modo que no puede contener a la izquierda sino que es sólo de ellos, de los desclasados, desplazados y oprimidos. “Eso sí, nos van a matar a todos”, sentenció Feinmann. En su odio, en sus ganas de venganza no van a diferenciarnos por ideologías.
Tal vez la derecha entienda esto con mucha más claridad que nosotros, con menos pudor, por eso llama a reprimir, por eso no siente piedad porque es su vida o la de ellos.
Si lo que Feinmann piensa fuera verdad el dilema como sujetos se multiplica. Vivir en una sociedad implica asumir responsabilidades y consecuencias. Ninguno de nosotros es inocente sobre la historia que construimos como país. Los crímenes de la dictadura, la masacre como nación que sufrimos en los noventa, la bancarrota del 2001, no pueden ser superadas sin que tengamos que pagar un precio, un costo como sociedad. Hemos herido a muchos seres humanos con distintas cuotas de responsabilidad. Pasar por una crisis profunda siempre deja alguna secuela. Aquí se pretende desligarse del pasado en cada nuevo trazo histórico. La ideología del olvido no sólo es desplegada por los represores o por Abel Posse para eludir consecuencias, es una estrategia a la que toda la sociedad argentina recurre cuando no quiere hacerse cargo de sus complicidades, de sus silencios, de su falta de solidaridad, de ese individualismo que demonizó a los piqueteros en cuanto el kirchnerismo le permitió a la clase media recuperarse.
Yo creo que si o que Feinmann supone es el destino que nos espera elijo cuidarme, elijo ser precavida, ser realista pero no elijo entrar en la lógica asesina que no propone la derecha como refugio. No podría irme a vivir a un barrio cerrado, no quisiera un micro mundo artificial, ficticio. No me interesa negar los riesgos de esta sociedad porque creo que vivir en sociedad, pertenecer a un país y a una historia implica riesgos. No acepté irme del país en el 2002 cuando la moda era irse, cuando lo lógico, lo políticamente correcto era irse porque creo, con el peligro de sonar ridícula, que no hay que dejar el país cuando las cosas están mal sino cuando se normalizan porque uno no abandona a su familia en plena tempestad. Pertenecer a este país y a esta realidad es una parte sustancial de mi vida y quiero asumirla con todo lo que esto implica. No se trata de inmolarse, ni de tomar una pose.
Algunas personas creen que merecen vivir una vida donde no existan los pobres, ni las amenazas, donde, como en el personaje de Capusoto, al menos ellos no los vean porque afean el paisaje. Pero tal vez se trate de otra versión. Tal vez ellos ven más descarnadamente lo que nosotros atenuamos con nuestro discurso progresista. Donde nosotros vemos a una persona a la que el sistema la ha despojado de oportunidades y busca en el delito una forma de supervivencia, ellos ven la guerra descarnada. Saben que lo que tienen es producto de esa desigualdad y quieren esconderse para que no se los quiten, para que no los maten. Hay una cuota de fatalidad en todo esto que vuelve al tema mucho más difícil de resolver porque la ideología del odio que la derecha propagandiza cada vez con más descaro es incontenible e inmanejable. Soltar el odio es como soltar una peste, se vuelve irracional, se vuelve contagiosa, se vuelve inmanejable y pierde toda estrategia. Es en sí misma, invade a los sujetos y puede ser incurable.

29 comentarios en «El subsuelo de la patria sublevado»

  1. «al hacer referencia a un personaje televisivo cuyo único mérito parece ser , ostentar el valor de sus relojes y los gastos desmesurados que realiza en una noche de juerga»

    me imagino q se referiran a fort,pero no eran ustedes quienes defendian las carteritas loui viutton y pañuelitos hermes de la presidente? digo,no es OSTENTAR eso tambien? las mansiones de lujo,los minicooper para la nena etc…no es ostentoso tambien? (aunque no es lo mismo,en el caso de fort SI SABEMOS de donde salio el dinero,en el otro no estoy tan seguro).

    «“A nosotros nos molesta porque venimos de una cultura política a la que le duele la pobreza”.»

    ahhhh con razon,asi se explica a jaime y sus avioncitos privados,los palacetes de lujo de albistur y los secretarios de cristina,los dptos en puerto madero de la mitad del funcionariato,etc…por q a USTEDES les duele la pobreza,se nota como les duele.

    «Esta sociedad no sabe que hacer con ellos(los negros), continua Feinmann, pueden tratar de aniquilarlos con el paco…»

    disculpame,pero me vas a hacer creer q las cocinas de paco q abundan como hongos en el conurbano son un producto de la clase media? no crees q hay un gobierno federal con competencia en el trafico y produccion de drogas q no ha actuado,digamoslo para ser condesendientes, «adecuadamente» por lo menos?

    te parece una «casualidad» q a un gobierno relacionado con empresarios narcos (efedrinicos) se les haya piantado el tema de las cocinas de paco? casualidad o CAUSALIDAD?

    «La lectura de Feinmann es que aquello que los medios designan bajo el nombre de inseguridad no es más que la rebelión de los descalzados».

    o sea,un pendejo o un mayor de edad q sale de caño para conseguir guita facil,para comprarse falopa,ropa de marca,gastarse 5 lucas en un cabarute etc,no es un HDP,es en ralidad un REVOLUCIONARIO no consiente de su revolucion?

    hablaste con un chorizo alguna vez? pero no uno q este en la gayola y q te «seduzca» con su historia de «victima» de esta sociedad enferma,hablalo con los q estan afuera,te vas a llevar una sorpresita,vas a escuchar como dsifrutan de su «trabajo». (en donde vivo hay unos cuantos,te puedo asegurar q esa vision utopica q tienen de los chorros,es una de las payasadas mas grandes q escuche y lei en mi vida).

    «Tal vez la derecha entienda esto con mucha más claridad que nosotros».

    en esto coincido,si no,preguntale a la concertacion chilena por q tema fundamental (la inseguridad) se les infiltro un candidato de derecha (y eso q la concertacion no goberno nada mal q digamos).

    «Ninguno de nosotros es inocente sobre la historia que construimos como país.»

    un clasico,SI TODOS SOMOS RESPONSABLES,AL FINAL,NADIE LO ES.

    (me hace acordar al ex menemista (hoy K) yoma,q sostenia q los politicos eran corruptos por q provenian de una sociedad corrupta,si seguro yoma,el tipo q se levanta a las 5 de la mañana para laburar,es responsable de lo de IBM-banco nacion o de los terrenos del calafate,maldito obrero corrupto¡¡¡¡¡).

    «Aquí se pretende desligarse del pasado en cada nuevo trazo histórico. La ideología del olvido no sólo es desplegada por los represores o por Abel Posse para eludir consecuencias»

    posse nada mas? pufffffffffff sabes cuantos podemos nombrar de los q se «olvidaron» de su accionar durante el menemato,especialmente un matrimonio q no recuerdo como se llamaban (hay «olvidos» y «olvidos» segun parece).

    lo q escribiste despues en hacerte cargo del pais en donde naciste,lo comparto plenamente.

    pero el post engloba como un tufillo medio rancio ideologico,estoy seguro q a vos te DUELE la pobreza,no me cabe la menor duda,pero bombon,eso de equiparar POBREZA=ASESINOS la pifiaste y mallllllll.(“Eso sí, nos van a matar a todos”).

    nadie q conozca verdaderamente la pobreza,puede opinar de esa manera ya sean clasemedieros de derecha o progres.(los pobres son PERSONAS,no son animalitos q actuan por instinto,si hay hijos de puta q eligen «la facil»,como los hay en otras clases sociales,pero no generalicen para sostener posturas ideologias pseudoperfectas)

    yo entiendo,se pueden aprender muchas cosas leyendo a feinmann o a primo levy,pero hay cosas q no se APRENDEN leyendo libros,se aprenden en otro lado.

    de onda.

      1. qué respeto? si no ponés un solo argumento e insultás. Ni siquiera sos un idiota útil. Cuando puedas rebatir los argumentos de Gabriel, posteá.

      2. Igualitos a Gabriel argumentando.
        Muchos párrafos, cero insulto, sin el falso pudor de «disculpame», «con respeto», y con muchas fundamentaciones y refutaciones. Bien Kirchnerista

  2. Es una falacia que los pobres roban o matan. Solo es un 0,1%, como mucho. No es un porcentaje suficiente como para considerarlo un emergente social ,en vez de la suma de decisiones individuales de un pequeñísimo número de desviados.
    Lo que si proyecta la justificación de estas tropelías, son los valores del que tiene esos juicios.
    En realidad nos estan diciendo «Si yo no tuviera plata, yo robaría, o torturaría a la jubilada de 5ºC para que me diga en que lata guarda la platita» «Si no tuviera novia secuestraría a la vecinita». De ahí viene la comprensión o la solidaridad ante el delito atroz.
    Pero la gente humilde nos demuestra cotidianamente que más allá de los prejuicios de clase de los burgueses culposos, todos eligen lucharla sin hacerle daño a nadie.

    1. Yo no creo que ser pobre implique convertirse en delincuente ni tampoco creo que la mayoría de los delitos sean cometidos por pobres. Delinquen todas las clases sociales y en la clase alta existe un nivel de violencia que asusta. Lo que pasa es que esa clase de delitos se tapan. Lo que yo planteaba en el post y que, creo tiene que ver con lo que quería decir Feinmann, es que esa clase alta que está tan asustada en su miedo está reconociendo el daño que le hace a los sectores bajos y por eso le teme a su posible revelión. Feinmann lo decia como visualizando un nuevo sujeto social que si no era contenido podía desencadenar una nueva forma de conflicto o podía ser usado como es usado Castells que demuestra ser una figura totalmente complementaria al discurso golpista de Biolcatti.

  3. Hay una sed imparable por la guita y la vida fácil, que hace que los «clasemedieros renegados» (como los kirchneristas que putean día y noche a su clase media, de donde vienen, para alabar a la clase baja -a la que jamás caerán, y terminar ascendiendo a la clase alta -mini cooper y puesto de acomodo en el Estado incluido) justifiquen todo aquello que destruye el «estabilismo social».
    Porque en el fondo lo que atacan no es a la clase media, sino a PERMANECER voluntariamente en ella. Es su terror, terminar siempre viviendo como clase media (cuando todos sabemos que se van para la alta, y ninguno regala todo a los pobres y se va para abajo gustosamente). La maldita clase media es culpable de que el pobre no ascienda, y de que el clase media tampoco. Y que haya muy pocos ricos y haya que mirarlos de afuera. Y es culpable porque salen a romperse el lomo para mantenerse, a ellos y sus familias, en la cornisa de un status que ligaron de sus padres (q también se rompieron el lomo laburando para ello) y no tienen tiempo para la revolución que nos traería guita y felicidad a todo el mundo. Revolución que obvio nadie sabe cómo hacer, salvo Cristina Kirchner y sus seguidores que sí saben y están realizando hace 2 años (y Néstor que la realizó casi completa en sus 4 años). Y que por supuesto hay que dejar en manos de ellos todos los resortes del poder para que «la redistribución» se haga. Especialmente con la guita de los perejiles, que ojo no llega muy seguido a la clase baja (salvo la asignación universal que ni siqiera está todavía implementada y no cobraron ni el primer sueldo de allí), pero llega muy seguido a manos de los pillos que viven del Estado -como lo muestra los balances de aerolíneas, como era el PAMI pre-Ocaña y es el ANSES hoy, como es la salud en manos de corruptos como los sindicalistas de Zanola, Moyano y amigos; como es Albistur, De Vido, Jaime, o los secretarios de Cristina (o la misma pareja presidencial que la revolución la dieron hace rato, desde el `76 cuando hacían guita de la clase media con la ley militar, mientras otros eran chupados y torturados para atacar al régimen).
    El subsuelo no se sublevó en todo este tiempo, pero el kirchnerismo se cree con el monopolio de su representación. Es más, no perdieron las elecciones debido a que no los votó ni la clase baja del conurbano. No, hay una revolución que todos los blogs k muestran, con «el pueblo» y contra «la gente». Y que Página 12 nos anuncia. Las masas desheredadas se matan por ir a tocar a la santa evita Cristina, tal como muestra Feinmann. La oposición se interpone ante el avance del futuro feliz, que toda la clase baja tendrá manteca para tirar al techo, y la clase media no quiere compartir porque son malos (sucios y feos).
    Qué buen cuentito, aunque no sé si de humor o de terror.

  4. Alejandra: Complemento esta visión con el hecho de que el miedo es el lubricante con el que pretenden volver a quedarse con todo. Una sociedad aterrorizada («la inseguridad») entrega más facilmente lo ganado en estos años. No al pedo el tío Bush centró su taladro en su infame «war on terror». Una sociedad aterrorizada cede todo con tal de que dejen de aterrorizarla. Y en ese contexto, no me extrañaria que mañana vuelva a aceptar un Cavallo o un Martínez de Hoz que le vuelva a llever otra vez lo que podía haber logrado avanzar. Orden y seguridad, aunque venga acompañada de saqueo. Todo sea por vivir tranquilos. El miedo como lubricante de lo otro. Lo que en condiciones normales resulta inaceptable, en otras condiciones no lo es.

    Creo asimismo que las patronales están tratando de reproducir el escenario setentista con los protagonistas cambiados: Sus propios medios reemplazaron a los milicos en su función de «tutelar gobiernos», y el pobrerío desideologizado en el rol de «la subversión» como generador de miedo en el tilingaje cacerolero.

    Con este escenario de viejas chotas entre aterrorizadas e «indignadas» (que se sintetizan en la famosa «crispación»), mas pobrerío y clases medias desideologizadas, se torna tierra fértil para que aparezcan los jurásicos Posse (+Mirta, Susana, Tinelli, Manzanita Duhalde, etc.) a pedir «orden y seguridad», aunque sea a costa de lo que se pudo recuperar del saqueo noventista.

    Reitero el núcleo: El terror usado como lubricante para un nuevo saqueo consentido.

    1. Eduardo

      ¿Quién se quiere quedar con todo?
      A vos te parece que Pancho o Gabriel tengan en este momento un pedazo de la torta más grande que los hijos de Recalde, Moyano, Kirchner, etc.
      Estás del lado de los burgueses, aunque se disfracen de ovejas.

      1. ¿Por qué no tratamos de salir un poco de ese esquema de judicialización de la política que nos proponenen los medios? Limitar la política a la corrupción implica descreer absolutamente de todo. Todo es mentira porque los kirchner son millonarios. A mi no me importan los kirchner en sí sino las situaciones políticas que propician y que tenemos que profundizar. Ahora, una pregunta ¿por qué no mencionan a las personas que se hicieron millonarias a costa del estado argentino como Macri y De Narvaéz ya que les molesta tanto el patrimonio de los políticos? ¿Acaso ser pobre equivale a ser mejor estadista? ¿De qué vive Elisa Carrió?

      2. Macri y De Narváez TAMBIEN son chorros.
        No se de que vive Carrió, pero si es de guita malhabida a partir de negocios con el estado (¿eso es lo que insinuás?) que la metan en cana.
        Lo que exaspera es la apología de los Kirchner (que hace más de 20 añs que viven de la política y son cada vez más millonarios) y se la pasen haciendo circunloquios
        ¿Queda tan feo decir «roba pero hace»?

  5. Me interesò el texto particularmente cuando hablàs del sentimineto de venganza que existe en la clase baja Argentina. Yo no estoy de acuerdo en que exista tal cosa. La clase baja no llegò al punto de tener conciencia de cuanto la han cagado, si asì fuese y realmente existiese un sentimiento de venganza, los actos delictivos y violnetos serìan muchisimos màs. Tampoco existirìa la verdadera guerra de pobres contra pobres. Es màs, puede ser que muchos pobres justifiquen y acepten su pobreza como algo casi natural, sin ni siquiera pensar porque son pobres o quienes son los responsables de que lo sean.
    Muy bueno el texto, saludos.

  6. No creo que todo sea mentira porque los Kirchner sean millonarios… todo es mentira porque son corruptos.

    Así como vos sos absolutista y de un lado está la «derecha» y del otro las fuerzas de la luz. Yo divido a la clase política entre ladrones y el resto. Los primeros nada tienen que decirme.

    Pero no estoy de acuerdo en judicializar la política. Si me parece absurdo que alguien descalifique a la oposición como una entidad «que se quiere quedar de nuevo con todo», cuando ninguno de los líderes de su espacio es menos de varias veces millonario.

    1. La mayoría de los líderes de la oposición son millonarios pero no sale en los medios.
      Sobre este tema de la política reducida a la oposición voy a escribir otro post para explicar bien lo que pienso porque creo que no hay que eludir el tema

  7. No todo es lo mismo en empresarios tampoco.
    Una cosa son los que trabajan o trabajaron siempre con el estado, como la familia Macri, o los que estan ahora de parte del gobierno porque se siguen enriqueciendo con él, y otra de Narvaez que viene de la actividad privada real.
    Y viene bien para aclarar que hay delitos en todos lados.
    Pero el discurso de que hay que aguantarse las muertes hechas por los delincuentes esconde un secreto deseo de punición. La víctima sería así como ofrecida en sacrificio por las faltas de la clase media. Por supuesto la clase alta queda excluída de este pago. Y el pequeño detale de que la mayoría de las víctimas de la inseguridad son pobres también.
    No lo escondan más, cuando hay un suceeso de estos algunos resentidos, también de clase media, piensan «te lo tenés merecido».
    Ante eso lo que más les incomoda del discurso de la inseguridad es que es compartido por la clase obrera y los pobres, y que los progres se ven obligados a ponerse del lado de enfrente de los desposeidos. Cómo perderse de provocar semejante incomodidad?

    1. Mariano,
      Está claro que quienes más sufren la violencia, y de manera cotidiana, son los más pobres. No es lo mismo correr el riesgo de que un día te asalten que vivir en un medio violento por definición.
      Los peroprogres son en su mayoría de clase media con aspiraciones de ricos (como sus ídolos: ayer Menem, hoy Kirchner y Moyano, todos tipos repodridos en guita) pero que lo viven de manera vergonzante y por eso se la pasan hablando de «los pobres» como ideales de pureza.
      Salgan de la Unidad Básica (real o virtual) y pregunten en una villa qué es lo que harían con los pibes chorros, traficantes de paco y demás héroes del chetoperonismo y después me cuentan cómo es eso de la «clase media fascista».
      Si en el delito hacia la clase media hay un deseo (no tan secreto, diría yo) de punición (por gorila, obviamente), en el ensalzamiento de los políticos millonarios hay también un indisimulado trasfondo de «querer ser».
      Saludos

    2. No existe un empresario que se haya hecho millonario sin el estado. Eso te lo aseguro.
      Yo no estoy hablando de inmolarse. Creo, estoy convencida que el fascismo no es el sentimiento de una clase en particular. Mirá la película Dogville. Creer en la pureza ideológica de las clases bajas es una ignorancia política de la que no formo parte. Yo estoy hablando de la existencia de un riesgo y, frente a ese riesgo, yo elijo cuidarme pero no reproducir la lógica asesina que implicaría pedir mano dura.

  8. Alejandra, decís “(… frente a una de las preguntas del auditorio, Feinmann arriesgó una hipótesis que no es muy novedosa pero que tal vez fue formulada de un modo que me despertó muchísimas ganas de seguir indagando en esa suposición y en sus consecuencias. Ante a la pregunta de si el marginado, el desclasado, el piquetero podía ser el nuevo sujeto social, Feinmann aseguró que eso era perfectamente posible y que por esa razón la clase media le tiene tanto miedo a lo que ella llama “los negros”.
    José Pablo Feinmann, en vez de volver a tratar de encontrar el sujeto “social”, el “sujeto de la historia”, como se lo llamaría en los siglos XIX y XX, debería recordarse a sí mismo, cuando en uno de sus mejores trabajos –La sangre derramada- ya habría resuelto el problema que ahora no hace más que replantear, dictaminando con toda fuerza –y disculpen lo extenso de la cita, pero entiendo lo vale- que:
    “Este libro está escrito, entre otras cosas, para refutar los garantismos metafísicos, las utopías aseguradas, los sentidos inexorables. No sólo son inadecuados para una lúcida praxis política, sino que desde ellos se han exaltado, justificado y practicado ejercicios de violencia. Todo aquel que se siente históricamente instalado en una utopía garantizada concluye que –desde esa posición- tiene el sacralizado derecho de ejercer la violencia contra el Otro, es decir, contra quien impide la realización del garantismo.” “El gran relato del marxismo es una ontoteología: sociedad primitiva, sociedad burguesa, revolución proletaria, dictadura del proletariado, sociedad sin clases. Es la narración del ser (identificado aquí con la historicidad) desde un estadio primitivo de injusticia hacia un estadio de plenitud, desde la necesidad a la libertad. Observemos como lo absoluto se realiza en la historia por medio de un agente privilegiado: el proletariado redentor. Observemos también –desde el punto de vista de la temática de la violencia- que el haber depositado la realización de lo absoluto en una clase legaliza toda violencia que esta clase –o quienes actúan invocando su representación- pueda ejercer sobre otras clases. De aquí a Stalin no hay ni siquiera un paso. Stalin sería, así, el fruto maduro de la ontoteología marxista”. (págs. 329/330.-)
    Como vos bien decís el tema no es muy novedoso.-

    1. Lo que no estás entendiendo es que Feinmann no lo plantea como una propuesta, él no está a favor de que los pobres salgan a matar a la clase media, sino como un riesgo. Se trata de una descripción, una posibilidad que sería terrible. No está diciendo que eso es lo que debería pasar sino que vivimos en una realidad donde eso podría ocurrir y sería trágico.

      1. Alejandra:
        Feinmann es un filósofo y cuando el filósofo habla del nuevo sujeto social,se está refiriendo al sujeto de la historia, al portador de la verdad, etc. En todo caso habría utilizado mal la expresión y todo no pasaría de ser una expresión de deseos de que no ocurriere una tragedia, expresión que en tal caso todos debemos compartir.-

  9. Mi opinión, humildemente, es que en este tema se da lo que en varios otros.
    Los anti-K (aunque con ayuda de los K, a veces) no son capaces de conceptualizar los problemas con una visión más lejana que la que llega hasta Kirchner. No pasan de ahí.
    La inseguirdad, y el problema que acarrea, es de tan difícil solución, y aún tan difícil de comprender en todas sus aristas, que es muy pero muy limitado reducirlo a la discusión K vs. anti-K.

    Alejandra, me parece, busca por ese lado: ver un poco más lejos. Los K, por supuesto, son parte integrante de la sociedad que concebimos TODOS en estos últimos 35 años, en una posición de responsabilidad máxima en estos últimos años, y por lo tanto son responsables en buena parte de algunas de las cosas que pasan en este asunto. Pero no solamente ellos.
    Lo que creo percibir que Alejandra intenta plantear es que nos está pasando algo que TODOS contribuimos a formar, TODOS en mayor o menor medida, consciente o inconscientemente. Las consecuencias de ese algo que se nos formó, a favor y en contra de nuestra voluntad conjunta, no son justas. Son muy injustas. La mina que recibe un tiro en la cabeza de un «motochorro» es un chivo expiatorio. Nadie merece ese lugar. NADIE. Ese tiro en la cabeza, para que las consecuencias fueran justas, debería distribuirse en partes proporcionales al nivel de responsabilidad entre todos y cada uno de los que formamos parte de nuestra sociedad. Lo que pasa es que la realidad no suele prestarle demasiada atención a las discusiones sobre matriz distributiva.
    Pero al mismo tiempo, Alejandra nos llama la atención acerca de la inevitabilidad de que este conflicto tenga consecuencias injustas. De parte de un chorrito que le pega un tipo a un pibe para sacarle el celular, de parte de un policía que mata a un chorrito en un episodio confuso, de parte de la nena que jugando en la vereda recibe una bala perdida, de parte del señor que queriendo hacer justicia por mano propia mata a un vecino (o a un familiar).
    Es triste que estas cosas pasen, pero pasan. Nos podemos enojar, putear, lo que queramos (cada uno maneja su neurosis como puede). Pero pasan, y van a seguir pasando.
    Los Kirchner tienen hoy una responsabilidad institucional en la administración de estas consecuencias. Pero el problema de fondo los trasciende, y los trascenderá en el tiempo.
    El problema lo heredarán también los que vengan después, del mismo modo que los Kirchner lo heredaron. (Digo, no nos olvidemos que cuando a Ruckauf se le ocurrió la idea de la mano dura, Kirchner era gobernador de Santa Cruz, y la «inseguridad» ya existía; Néstor hizo muchas cosas, pero no inventó la inseguridad).

    Respecto a la cuestión de cómo se hace política, los felicito por el descubrimiento: para hacer política hace falta plata. Algunos la sacan del Estado, otros del lavado de dinero de actividades ilegales, otros lo reciben de fundaciones formadas a tales fines por empresas de los países centrales con el objetivo de, de paso, tener «amigos fiables» en la conducción de los destinos de los países donde hacen negocios, otros cobran pensiones por haber sido funcionarios durante gobiernos anteriores (pensiones irrenunciables, por eso nadie denuncia a nadie por este tema).
    Por supuesto, ninguno de estos mecanismos es excluyente. El mismo tipo puede ser parte de varios.
    Es así en Argentina y en el resto del mundo capitalista.
    Saludos

    1. Estoy de acuerdo con lo que decís. Ya lo escribí más adelante. Las clses mas desposeídas pueden ser terriblemente fascistas. Tal vez elerror sea pensar el problema desde una perspectiva de clases y no desde un proceso de desidiologización que se dio en toda la sociedad

  10. Feinmann lo piensa como un sujeto social pero en el marco de una discusión donde ese mismo concepto se pone en tela de juicio porque el proletariado no pudo crear un sistema superador, por lo tanto, la hipótesis de que ese nuevo sujeto social pueda llegar a crear una instancia superadora también está puesta en duda. Igualmente no soy una exégeta de Feinmann.
    Pensaba por qué nos detenemos tanto a hablar de la clase media y mi conclusión es que vivimos en una sociedad tan elitista que todos damos por sentado que la clase media influencia con su accionar al resto de la sociedad, por eso nos preocupa lo que hace, como se manifiesta. Por otro lado sabemos muy bien que el pobre o el marginado no influencia a los otros sectores, por eso lo analizamos con otra perspectiva y creo que, en este sentido, tendríamos que hacernos una autocrítica todos.

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