Elecciones 2009, ¿El fín de Los K?.-

Falta poco para que se cumpla el primer año de gobierno de la Dra. Cristina Fernández. Hasta aquí, no ha brillado aquel arco iris con que se pintaba su arribo en 2007: con una situación económica floreciente y una tendencia internacional que parecía jugar a favor de que se mantuviera, el disciplinamiento de su partido y  una oposición dividida fuertemente. Hoy, a un año de aquel escenario, la situación, aunque no dramática pinta bien distinto: una coyuntura internacional que amenaza la situación económica, la sangría que se produjo en la Concertación que la llevó a gobernar –Cletazo mediante- , tras el conflicto con el “campo” y un Congreso que parece haberse puesto los pantalones y ejerce un papel más autónomo que en los últimos tiempos. Paréntesis: lo mal aprendida que está la democracia en este país, que al correcto funcionamiento de uno de los tres poderes constitucionales, se le llama ´síntoma de inestabilidad política`, desde algunas tribunas del “periodismo independiente”. Luego dicen que los medios no apuestan al caos, ¡no que va! Mamita…

 

Se acerca el 2009 y con el la renovación legislativa que encontrará este nuevo cuadro de situación para los actores de la política en Argentina. Con la cercanía, han comenzado las especulaciones de todo tipo y un mensaje massmediático cuasi unánime: El Kirchnerismo está terminado, se le avecina un golpazo en las elecciones legislativas. Hay algo cierto, negar el desgaste sufrido por el gobierno luego de la situación gauchócrata de comienzos de año, las denuncias por corrupción, el lógico aburguesamiento de un estilo que lleva un buen tiempo en el poder, sería ridículo. Y mucho más, ignorar que esta situación va a repercutir negativamente en el caudal de adhesiones que, más que seguramente, sea menor al de 2007. Pero de ahí, a avecinar una catástrofe para el oficialismo, hay una buena distancia que no debe ignorarse. Los motivos que llevan a esta conclusión radican en la fragilidad de los rivales que le toca en suerte como oposición. Veamos el panorama, respecto del que quedó en 2007 tras las elecciones presidenciales:

 

  • Carrio, la segunda, ha sufrido la baja en sus filas del sector originario de la conformación de su  Coalición Cívica, el del ARI, su original partido y ala izquierda de la Coalición. No es un dato menor, dado que ese sector representaba los votos mas ideó logizados con que contaba la ex candidata presidencial. Carrio nunca se pronunció respecto de esas bajas y parece haberse recostado, discursivamente al menos, en el voto de Capital, el que a fin de cuentas la catapultó a su segundo lugar en las últimas presidenciales. No se puede dejar de marcar esto cómo un error. Hace mal Carrio en apoyarse en un voto que, es verdad, la acompañó en las últimas elecciones, tanto cómo es cierto que es un electorado que se vende muy fácil al mejor postor. Ayer la apoyó a  ella y mañana puede apoyar a su más acérrima antítesis – a excepción del peronismo- porque carece del más absoluto sentido de la pertenencia y fidelidad. En cambio los votos que se le fugaron junto a Macaluse, América González y otros, le pertenecían mucho más genuinamente y difícilmente la abandonarían. Por demás, va camino a pegarse un golpe de insistir en la candidatura de Prat Gay, un candidato poco conocido y para nada carismático; cuestión a la que hay que sumar el hecho de que Carrio no ha demostrado poder generar cuadros convocantes, aparte de ella misma, que puedan sumarle adhesiones por fuera de su excesivo personalismo en la construcción política.-
  • Los terceros, de Lavagna, se han escindido y de la peor forma. Todo acabo pésimo luego que Lavagna decidiera apoyar la llegada de Nestor Kirchner a la presidencia del P.J. El sector de la U.C.R. que bancó su candidatura, se despegó instantáneamente de el y el no ahorró criticas para con ellos. Hoy, Lavagna asoma indeciso acerca de su futuro, por demás incierto. Representa lo más parecido a lo que se puede llamar oposición constructiva, pero no va a llegar muy lejos tan solo. Los radicales están cumpliendo buenos papeles en el parlamento, agitan banderas tradicionales para recuperar mística en la reconstrucción partidaria, pero no parece alcanzarle y encima demora en la construcción de las necesarias alianzas programáticas que deberá realizar para poder aspirar a disputar realmente el poder.-
  •  Tambien el PJ jurásico ha parecido escindirse, visto que Alberto Rodríguez Saá ya lanzó su candidatura y Menem parece querer forzar la suya propia (ridículo pero real).-
  • Por el lado del PRO, Macri no proyecta aún a nivel nacional, enfocado en gobernar la Ciudad de Buenos Aires y se ha terminado la alianza con López Murphy, después que lo abandonó en la campaña para las presidenciales y no estuvo para bancarlo en la derrota. Hoy en día, no hay representantes del sector Recrear en el gobierno PRO.-
  • Por si fuera poco, aparecen en escena nuevos actores que pretenderán, tarde o temprano, disputar protagonismo en las grandes ligas: Binner y Juez, más la reaparición de Duhalde en escena fogoneando un nuevo espacio, “productivo”, donde aparecerían impresentables cómo De Narváez, Juanjo Álvarez, su propia esposa, De La Sota, con, además, el supuesto beneplácito del “campo” o algunos de sus dirigentes, de amplio espíritu renovador, por supuesto. Y a todo esto, sumemos que Solá anda con ganas de ganar una banca “por las suyas”.-
  • Por último, el oficialismo, se quebró tras que el vicepresidente Cobos “no positivo” para el proyecto de retenciones móviles, perdiendose de una parte del radicalismo gobernante que lo acompañaba: el propio Cobos, Colombi, Quiroga, Brizuela del Moral, Katz (conserva a Zamora y Saiz, más buena parte de los intendentes).-

 

Cómo se ve, el escenario está bien partido, peor aún que en el momento de las últimas elecciones presidenciales donde, a más del beneplácito de una situación económica favorable, el oficialismo se vio fortalecido de lo que fue la enorme oferta electoral posibilitada por el fraccionamiento de la oposición, incapaz de atomizar una propuesta programática alternativa conjunta, siquiera cómo estrategia.-

 

El gobierno, por su parte, peleó inútilmente contra el “campo”, donde desgastó rápidamente buena parte del inmenso capital político con que contaba a fuerza de errores más tácticos y estratégicos que en cuanto a lo técnico de la medida en concreto. Con eso, desde los “medios de comunicación independientes” se lanzaron durante y tras el conflicto, buena cantidad de encuestas de dudosa credibilidad en cuanto a la imagen positiva de la presidenta de la república. Tras varios meses de aquel conflicto esas encuestas sitúan a la imagen de Cristina en un 32%, aproximadamente, un 14 o 15 % menos de lo que obtuvo en las presidenciales. Ahora bien, a pesar de la bien ganada dudosa reputación de esas encuestas, tengámoslas en cuenta, para ejercer un análisis compulsado con la situación arriba descripta. La situación, amén de ser menos beneficiosa para el oficialismo, no es mucho más buena para los opositores. Desperdigados cómo están, es difícil que puedan capitalizar los errores y horrores que provinieron del oficialismo desde que asume Cristina. No perdamos de vista que la del año que viene es una elección legislativa, y sin ballotage mediante, ese supuesto 32% puede alcanzarle al oficialismo para alzarse las mayorías de bancas en todas las provincias donde deba renovarlas. Tomemos cómo ejemplo los actos que se realizaron previo al día de la votación en el senado por las retenciones: 100.000 personas juntó el Kirchnerismo en la plaza de los dos congresos, 250.000 el “campo”, en el monumento a los españoles. Mas del doble, a simple vista, para los opositores. Pero los cien mil que fueron a los dos congresos pertenecen íntegramente al oficialismo, en cambio el resto debe dividirse entre los múltiples actores políticos que conforman el escenario Anti-K arriba detallado. Y es que es cierto que el gobierno perdió fuerzas, pero también las perdió la oposición, y mucho más le pesan las cuentas al que arranca peleando de abajo que al que poseía anchas espaldas para recostarse, aún con la paradoja de que el Gobierno, al revalidarse en 2007 por mayor diferencia de votos, achicó su margen de error.-

 

Por otro lado, cabe acotar que tras el “no positivo”, Kirchner se dedicó a reagrupar su base peronista y viene lento pero seguro en esos menesteres: Reutteman, Marín, Busti, todos se vienen re acercando al regazo oficialista, hecho que prueba que la sangría, aunque existe, no es tan inmensa cómo se la quiere presentar desde los medios. De hecho, tras las 125, el gobierno obtuvo rotundos triunfos en cuanto a las leyes de Aerolíneas, movilidad jubilatoria, prepagas y presupuesto.-

 

La oposición no acierta a unirse o ideólogizar una propuesta seria, lo que necesariamente desemboca en la dependencia de que siempre el carismático salga a la cancha a pelear en situaciones adversas. Esto se advierte claramente en la cada vez más cierta posibilidad de que, por ejemplo, Gabriela Michetti sea la candidata Pro de las legislativas, que se avecinan o que Elisa Carrió deba acompañar a Prat Gay en la lista propia. No hay votantes que sigan la “propuesta Pro” o “propuesta Coalición Cívica”; hay votantes que siguen a Macri o a Carrio. Eso, frente al aparato oficialista, aún golpeado, no alcanza, porque eso si es un voto a la ideología, a la mística, al simbolismo. Y podrán desestimarse esos elementos pero son los que deciden la cuestión en política históricamente, guste o no.-

 

Los “medios de comunicación independientes”, decididamente envalentonados contra el gobierno (y esa es otra cuestión que cambió de aquel escenario post elecciones presidenciales), son los que mas apuntalan a la conformación de un arco opositor que pueda erosionar al gobierno, mostrando repetidamente la sangría oficialista pero obviando la de la oposición. Esto es, se muestra la aceptación de Cristina, pero no la de la oposición y, para peor, no es Cristina la que vaya a ser candidata el año que viene, con lo cual nada puede asegurar que los candidatos oficiales no puedan generar una victoria. La estrategia mediática ejerce presión vista la cierta probabilidad de que el gobierno genere una reforma de la ley de radiodifusión aunque sea mínima, por lo cual apuntalan encendidamente a la oposición. Bien que el lamentablemente extinto Nicolás Casullo dijo hace poco que «son el gran partido no constituido de derecha en Argentina». Ese es, precisamente, el poder de fuego legitimado más importante que tiene la oposición hoy en Argentina: los medios. Que, aún de reconocer su poder de influencia, va a ser muy poco visto el sentimiento democrático arraigado en el común popular, además de pelear contra lo siempre inmenso del aparato Peronista.

 

En fin, ese es el cuadro a poco de las elecciones legislativas de 2009. Apenas 10 meses son los que faltan. Suspiro en los tiempos políticos que corren en Argentina. Más aún, para amalgamar el desperdigado mapa que aquí se analizó y por más que se quiera instalar la imagen de la debacle oficialista, lo cierto es que lejos está, por el momento, de asomarse una real alternativa que se posicione frente a la pareja gobernante.-

 

Pablo D. Papini.-

Acerca de Pablo D

Abogado laboralista. Apasionado por la historia y la economía, en especial, desde luego, la de la República Argentina.

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4 comentarios en «Elecciones 2009, ¿El fín de Los K?.-»

  1. Está muy bien el artículo. La ventaja del gobierno es que la Alianza 2.0 se va a tener que eliminar con Macri. Parece que gana la Alianza 2.0 ese duelo. Lo cual no es exactamente lo que más conviene al gobierno, pero de hecho debilita al peronismo disidente. Es un juego de equilibrios dinámicos.

  2. Buen análisis. Como se charló en algún post anterior, creo que el kirchnerismo en el 2009 juega sobre todo contra sí mismo. Para mi es seguro que será el más votado, el tema es con qué porcentaje. Alrededor del 35% me parece el punto de equilibrio, más de eso es victoria, menos, son problemas.

  3. muy bueno el análisis pablo yo también veo así el panorama para el 2009 solamente espero que las ofertas no sean solo electorales y que también hayan candidatos con propuestas y que realmente el poder legislativo sea digno y hagan honor a la representación del pueblo..

  4. hablas de «los votos que le aporto Macaluse a Carrio» como si fuese un dirigente de una importante popularidad. Macaluse va solo a una eleccion y se tiene que despedir de su banca.

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