Enseñar el miedo

 

 

                   Por Alejandra Varela

                                     El terror es un componente privilegiado de la política. Ya Aristóteles, en su “Poética” sostenía que la tragedia, a partir de la piedad y el temor generaba la descarga y contención de la emoción. La tragedia era, en la Grecia del siglo V antes de Cristo, un instrumento de adoctrinamiento político para los ciudadanos. Su carga didáctica buscaba señalar que si se atrevían a enfrentarse, tanto al poder divino como al poder terreno, las consecuencias que sufrirían serían fatales. El temor era un elemento clave para lograr la contención social, por lo tanto cumplía aquí un rol absolutamente político.

                                    Esa lucidez aristotélica para identificar los dos elementos que hacían posible la empatía entre el espectador y el héroe fue adoptada por Nicolás Maquiavelo para asesorar al Príncipe y desde allí pertenecieron a la teoría política.

                                    Mucho del espectáculo mediático que padecemos por estos días, disparado por la diva Susana Giménez, no habla sino de los variados usos del terror que pocas veces se alejan de su siempre fiel compañera, la piedad.

                                    La inseguridad, que es presentada en los medios desde una mirada despolitizada pero que, a su vez, encierra una fuerte estrategia política, es contada desde la emoción más cruda. Más allá del estallido histérico de Susana Giménez (una persona que ha perdido los límites entre la actuación y la verdad) el dolor legítimo de una persona ante la muerte de un ser querido o ante la experiencia traumática de un robo, pareciera justificar cualquier cosa. Allí se busca la empatía con el espectador de un modo casi idéntico al relatado por Aristóteles: se siente piedad frente al que sufre injustamente y temor ante la posibilidad de que a mi también me ocurra lo mismo. Esta identificación busca ser acrítica de la situación expuesta. No estamos hablando de política, sino de sentimientos, podría decir el movilero de turno, pero esos sentimientos están predeterminados por lo político.

                                    Pero volvamos a Susana Giménez cuyo derrape no puede dejar de leerse en el actual contexto político, esa piedad que ella exige, que la imagen mediática exige hacia la víctima y sus familiares, desaparece cuando se piensa en los delincuentes. Por supuesto que toda persona que delinque tiene que sufrir una sanción pero esto no significa, necesariamente, la eliminación de la piedad hacia el victimario. La saña con la que la conductora se refiere a los menores, al asesino que debe morir y a su hartazgo por los derechos humanos, habla de otra cosa. Porque lo que más asusta aquí es la pérdida del pudor. Que personajes públicos hablen de mutilar a quien delinque y que ciudadanos anónimos se sumen casi legitimados por estas figuras de la farándula, delata un odio, una necesidad de venganza, propia de una sociedad que se ha vuelto oscuramente racista, llamativamente intolerante hacia un mal que ellos identifican como  la inseguridad que vendría a quitarle su paz y bienestar individuales. Aquí asoma fuertemente un componente de clase. Alguien ha dicho alguna vez que hay que tenerle miedo a un burgués asustado.

                                         Me animo a decir  que este comportamiento está en sintonía con esa otra pérdida del pudor que se observó el día del primer cacerolazo de la patronal agropecuaria, cuando los medios no tuvieron el menor reparo  en diferenciar a los ciudadanos de los piqueteros. Los primeros eran personas civilizadas y pacíficas que ejercían su derecho a la protesta y los segundos eran bárbaros, provocadores que asustaban a la oligarquía con su sólo porte de clase trabajadora.  

                 No se trató de una casualidad, los medios habían percibido ese racismo ya instalado en los sectores medios y sabían de la permisividad de la sociedad, así como Susana Giménez sabía muy bien que su diatriba no iba a dañar su imagen. Lamentablemente la derecha del siglo XXI (que me niego a definir como “nueva derecha”) ha encontrado una manera más efectiva de llegar a los ciudadanos  que su principal contrincante, Cristina Fernández.  

                    El catolicismo que impregna a la mayoría de estos fachos siglo XXI no es para nada un freno. La iglesia católica es partidaria de la tortura y la pena de muerte como lo señala, ni más ni menos que su mito fundacional. Jesucristo se hizo hombre para ser torturado y morir en la cruz, todo lo demás, su prédica, sus valores, su comportamiento, no fueron sino una excusa para ese final  que Mel Gibson muestra en su film de un modo absolutamente dogmático y sincero. Si ese el destino que el Supremo le reservó a su propio hijo ¿que quedará para nosotros?

                   El nivel de politización de los medios es tan alto como el nivel de despolitización de su discurso. Porque ellos apuntan a esa ciudadanía despolitizada que no ve la inseguridad desde una perspectiva social sino como un hecho aislado. Cuando declara Susana Giménez “hay mucha gente que piensa como yo” está demostrando que ella sabía que ese era el momento justo para soltar esa bomba. Una aplanadora emocional muy básica que compite con el brillante discurso de Cristina Fernández en el congreso. Parece que cuanto más demuestra la Presidenta que puede enfrentarse a sus enemigos, éstos buscan en sus aliados mediáticos nuevas estrategias porque la descarga de Susana Giménez no es inocente ni fruto de un momento de angustia. Ella representa a una clase, a un sector social y no la creo para nada ajena a estos reagrupamientos de la derecha.

                    Su palabra (aunque sea triste decirlo) funciona como una propagandización de valores. 

                    La despolitización es un mecanismo que actúa conjuntamente con la desubjetivación. Entre sus muchas formas una de ellas se expresa a través de la idea  de que no hay contenidos, valores, convicciones ni sentidos  sino sólo intereses. Cada persona se movería por su conveniencia y tendría como único objetivo el triunfo. La preservación de los intereses individuales lleva a defender la renta del campo como la pena de muerte. El mundo es sólo mi realidad más cercana, cualquier razonamiento que me permita afirmarme en mis intereses será mi bandera.

                    Cuando una sociedad se siente invadida por el terror se inclina hacia la derecha. Es interesante ver como Cristina Fernández apuesta a un discurso racional, de tono casi pedagógico con sus explicaciones y la derecha apunta a la irracionalidad. A reducir a los sujetos a seres descreídos de todo, que ven conspiraciones, delincuentes, políticos que quieren hacer caja y terminan agrandando el monstruo de la mano dura. Porque ese ciudadano irónico frente al kirchnerismo no duda de una animadora televisiva que delinquió con la compra de autos y el fraude de sus concursos mediáticos.   

                  Cuando Estela de Carlotto le responde a Susana Giménez diciéndole  que ella, que sufrió la desaparición de hija, no pidió jamás la pena de muerte ni salió a vengarse, está hablando de la posibilidad de plantarse frente al dolor de un modo no previsible. Las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo son una excepcionalidad. La despolitización busca que no haya excepcionalidades que los sujetos encuentren frente al televisor la manera correcta, aceptable de actuar  para no quedar como un desubicado frente a su vecino. ¿O acaso se puede discutir con alguien  que asume ese tono histérico de Susana Giménez donde el mínimo atisbo de disidencia ya estaba fulminado con sus gritos?

                   Ellos saben perfectamente que con la pena de muerte no se termina el delito pero lo que buscan es otra cosa: Hacer apología del odio, una sociedad que odia no sólo pierde la solidaridad sino los límites entre lo lícito y lo ilícito que es el componente ideológico  de base de la pena de muerte: asumir la lógica del asesino.  

                      El uso de la clase media  como masa de maniobra que hace la derecha en este momento, recuerda a los ejemplos más llamativos del fascismo del siglo XX. Busca su legitimidad en la manifestación popular para instalar los valores más regresivos.

                      

    

                     

 

 

10 comentarios en «Enseñar el miedo»

  1. Me gustó mucho todo excepto este párrafo (que tal vez yo no entienda bien):

    «La despolitización es un mecanismo que actúa conjuntamente con la desubjetivación. Entre sus muchas formas una de ellas se expresa a través de la idea de que no hay contenidos, valores, convicciones ni sentidos sino sólo intereses. Cada persona se movería por su conveniencia y tendría como único objetivo el triunfo. La preservación de los intereses individuales lleva a defender la renta del campo como la pena de muerte. El mundo es sólo mi realidad más cercana, cualquier razonamiento que me permita afirmarme en mis intereses será mi bandera.»

    La frase inicial me parece bien, después tal como yo lo entiendo lo que sucede con la despolitización y la desubjetivación es exactamente lo contrario: quedan los contenidos, lo valores, las convicciones, lo que desaparece es lo subjetivo de estos. Y lo que «no se entiende» es el conflicto. Ese es el componente fascista que surge y que permite las expresiones desde el embanderamiento en colectivos de dudoso significado (¿los significantes vacíos de Laclau tal vez?) como «el pais», «la gente», «la Patria».

    Lejos de la concepción de Georgie de que «nadie es la Patria, pero todos lo somos».

    Lo que surge es Yo Soy la Patria (lo que digo es lo que la Patria es) y algunos lo somos,

  2. En la actitud popular (para no decir de «la gente») frente al delincuente violento no hay necesariamente racismo ni clasismo. Cuánto más descendés en la escala social y cultural, más vas a encontrar partidiarios de la pena de muerte, y si escarbás un poco diría de la pena de muerte con dolor atroz. Ese no es un fenómeno argentino, sino mundial. La «piedad» hacia el delincuente es bien burguesa, es el complejo de culpa del burgués con sensibilidad social.

  3. Me parece que no hay «actitud popular», sino expresión de miedo de la clase media/alta, manifestado en la violencia y falta de ética en sus declaraciones.
    Yo no hablaría de escalas sociales y culturales, hablaría de escala humana, esa es la importante, y en ella no hay burgueses ni proletarios. Los que vos decís que están en lo alto de la escala social/cultural, para mi estan cada vez más bajo en la escala humana.
    Complejo de culpa..? Freud diría que eso es transferencia…

  4. Parece que para Mariano T.la famosa Susana no es nada burguesa pues no tiene piedad por los delincuentes.Claro que vive como burguesa,¿no cierto?..
    La propuesta de A.Varela es valida y cierta.Lo unico que yo diferencio cristianismo de catolicismo.Rescato el humanismo de Jesus y observo el papel conservador de la Iglesia en politica,que me indigna a veces.
    A Ignatius trato de ayudarlo a entender que lo que dice Varela es que los medios,al despolitizar homogenizan las opiniones de la gente,anulando su subjetividad.»POR LO MENOS,ASI LO VEO YO»,y si no que Alejandra lo explique mejor.

  5. muchachos,dejen de colgarse de las «boobies» de susana gimenez para mantener el «relato».

    q politico importante de la oposicion hablo de pena de muerte???…q politico de la oposicion dejo planteado su posicionamiento hacia la inseguridad siquiera???…NINGUNO (salvo de narvaez y su mapita cualenque).la unica q hablo algo del tema es la gorda carrio,y oops¡¡¡,sono bastante parecido al discursito de la «brillante» presidenta.

    se habla de la iglesia catolica,justamente una de las instituciones q primera salio a desautorizar los dichos de la «su».

    se habla en el post de q «mucha clase media piensa como susana»…eso es verdad,pero me pregunto,nunca se pusieron a pensar q opinan los pobres de las villas por ej.???…por q el discurso «sofisticado progre» eso seguro q no tienen.

    les pongo un ejemplito,a ver si les queda claro,se habran dado cuenta por las noticias q en los ultimos años,ante personas «sospechosas» de haber abusado de niños en barrios pobres,los habitantes de estos como primera medida incendian su casa y toda sus posesiones (ni siquiera culpables,si no simplemente sospechadas)…a q se debe esto???…simple,al igual q grandes franjas de clasemedieros burgueses,muchos pobres tampoco confian en la JUSTICIA¡¡¡.

    y ni q hablar de las villas copadas por el narcotrafico,y en el q los ciudadanos honestos,deben pagar «peaje» hasta para ir a comprar pan…o salir a laburar sin temor a recibir un puntazo por la espalda…pero claro estas «situaciones» no figuran en el discurso sofisticado de la progresia argentina.

    se dice algo cierto en el post,cuando la sociedad se siente insegura se corre a la derecha.y mas se corre a la derecha cuando un supuesto gobierno de centroizquierda se hace el desentendido de la materia,q es por otra parte,de su exclusiva competencia.

    segun la «brillante» presidenta,el problema es q la prensa «repite,repite y repite» las notas de inseguridad,principalmente homicidios…facil,ya q tienen internet,fijense en el ultimo mes cuantos homicidios salieron por la prensa,y cuantos de estos se repitieron asiduamente para dar la «sensacion de inseguridad» (eso si,no hagan trampa…y solo vean los titulares de pagina12 o el informativo de radio nacional).

    (ahh,siempre y cuando consideren como aceptable q la prensa brinde esta clase de informacion…digo,como segun la «brillante» mandataria solo hay q enfocarse en las «buenas noticias»)

    vamos chicos,ustedes q leen a la clau,forster,feinmann etc…se van a poner a la altura de la q dijo «un dinosaurio…pero vivo???»…se le solto la cadena a la «su» ante un hecho descarnado q la toco muy proxima a ella,punto.

    en realidad la gente,tanto clasemedieros «burgueses» como pobretones de las villas,no quieren pena de muerte,simplemente quieren un minimo de seguridad…un minimo de JUSTICIA si quieren…pero nada mas.

    no le busquen la quinta pata al gato…ustedes son intelectuales progresistas…cuando se van a dar cuenta q estan para MAS???…y no para mantener un discursito berreton q no tiene sentido.

    de onda.

  6. Creo que lo de muchachos no me incluira,pero anoto dos cosas:lo de la SU(de quien es la primera vez que me ocupo por obra de Leandro) solo sirve como ejemplo de lo que piensan los que sueltan el enanito facista por indignacion,que los hay,y si la Iglesia se opuso a la pena de muerte es porque Dios da la vida y El la quita,y no por la piedad que nos atribuyen a la clase media que tambien se puede leer como humanismo que tanta falta hace.

  7. Voy a agregar que vivimos en una sociedad del miedo,fomentado por los medios que responden a los intereses de las clases dominantes,porque el miedo es la mejor forma de dominacion.La inseguridad contribuye a su vivencia,solo que a veces se la exagera,y es ecidente que la represion no la soluciona.Se suma en nuestro pais el terror sembrado por la dictadura militar y la necrofilia.Vean si no la cuestion de la muerte de Alfonsin,que,con todo el respeto que merece,suscito un fenomeno masivo fuera de lo comun.Se sumara al culto de Gardel,Peron,Evita,etc.que nos sume en el pasdo lacrimogeno(tambien presente en el tango)y me deja la duda sobre como resolvemos el presente-

  8. Estimada Alejandra: debo confesarte que generalmente sigo tus articulos porque me gusta como escribis y como lo fundamentas. Recien hoy estoy leyendo este, sobre «Enseñar el odio». En general acuerdo con el articulo, salvo esa critica al boleo del catolicismo, y como todo fundamento das el film de Mel Gibson. Decis que: «Jesucristo se hizo hombre para ser torturado y morir en la cruz, todo lo demás, su prédica, sus valores, su comportamiento, no fueron sino una excusa para ese final.» El fundamento del cristianismo es el amor, quizas suene cursi, o acaso no hay amor mas grande que dar la vida por los demas. Podriamos acordar que durante su historia de dos mil años el cristianismo o su autoridades recorrienron caminos que negaban su origen, como la inquisicion, las cruzadas o el apoyo a las dictaduras o ser la cruz en la conquista. Pero hay abundantes ejemplos de quienes si se mantuvieron fieles a ese principio del amor y pagaron con su vida mantener esos ideales. Tambien acuerdo que quienes seguimos el ideal de un maestro que muere crucificado, no podemos esperar mejores tratos a causa de seguir sus ideas. Esta aclaracion lo hago en memoria de todos aquellos obispos, sacerdotes o laicos que murieron a causa de seguir el mito fundacional del cristianismo. Esta aclaracion tiene ese cometido:no generalizar. En algun momento pense en contactarte, pero no figura tu email o no lo pude encontrar, para escribir un articulo sobre el Kirchnerismo. Si lees este comentario esa propuesta sigue en pie.
    Saludos

  9. Por supuesto que no me refería en mi comentario a todas aquellas personas que con su militancia y su vida le dieron un sentido político y social al cristianismo. Me refería puntualmente a la ideología de la iglesia católica como institución, a su discurso como poder, por eso usé la película «La pasión de Cristo» que fue bendecida por el Papa. Creo que a la iglesia católica le importa menos la predica de Cristo y mucho más el sometimiento del cuerpo, la flajelación, creo que son propagandistas y ejecutores de la tortura. No me refería ni al padre Mujica ni a Jaime De Nevares. Mi mail es alejandrapaulavarela@yahoo.com.ar y con muchísimo gusto escribiría una nota sobre el kichnerismo. Alejandra Varela

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