Es que no estamos hablando de lo mismo

A ver si puedo encontrar las palabras para decirlo (y ojalá me corrijan lo que digo mal): cuando uno habla de “nueva derecha”, de “acción destituyente” o de “golpismo sin golpe militar”, no está hablando de renta agropecuaria, de derechos de exportación o de la situación mala o buena de los que viven del campo, está hablando de otra cosa. Así que no salgan enseguida a responder con “los padecimientos de muchos pequeños productores” y a mostrar que en No Sé En Cuál Paraje de Santa Fe o de Córdoba lo que reciben por la soja no les alcanza para comprar las semillas. Puede que en algunos casos sea cierto, puede que en muchos casos sea cierto, no estoy en condiciones de desmentirlo ni de confirmarlo, lo que sí sé es que lo que acá está en juego es otra cosa.

Digámoslo así: como suele pasar con los hechos políticos, en la arremetida que los medios llaman “El Conflicto del Campo” se mezclan e intersectan fenómenos diversos. Tal como se dio, en este caso veo por lo menos tres, que deben ser encarados de distintos modos y por razones distintas, aunque confluyan y se respalden mutuamente: 1) la lucha de muchos campesinos, chacareros y terratenientes por mejorar su rentabilidad, con razón o sin razón, por pura angurria capitalista o porque la pasan mal; 2) una operación política de los grandes medios, de unos cuantos partidos y dirigentes partidarios (incluidos del PJ) y algunas entidades empresarias, tendiente a establecer un nuevo poder político real con capacidad de decidir los rumbos del país; 3) la extensión en cada vez más amplios sectores de la población de un sentido común antipolítico, mezquino, berreta, cortoplacista, al que la mejor caracterización ideológica que le encuentro es “cualunquismo” (algo así como la adaptación de la mentalidad fascista a formas democrático-republicanas: buscar en Google).

Dejo al margen a la embajada yanqui y la CIA para que no me acusen de “aferrado a esquemas perimidos” y porque no tengo pruebas sino sospechas y memoria. Y también dejo al margen al PCR con su Corriente Clasista y Combativa, al zapatismo de sainete de las Asambleas del Pueblo, al MST y a los que bailan por un sueño con Castells, porque toda esa farándula no cuenta en realidad: son como esos pececitos parásitos que siguen a los tiburones para ver si ligan algún despojo, y de paso encuentran algún rumbo hacia donde ir. No deciden nada, no inciden, nada más dan tristeza o risa y molestan, como suelen molestar los chicos malcriados cuando patalean o rompen cosas para que algún adulto les confirme que existen.

Lo cierto, lo que importa, es que lo que nos inquieta a muchos y nos lleva a estar alerta no son los reclamos de los productores agropecuarios, justos o injustos, más comprensibles en algunos que en otros, sino todo lo que se puso en marcha a partir de ese reclamo, aprovechando ese reclamo, utilizándolo en función de sus propios intereses políticos, ideológicos y/o económicos, y, por otro lado, la conciencia de que, sea cual fuere el resultado de esta pulseada, si la mentalidad cualunquista sigue extendiendose y afianzándose en el pueblo argentino, vamos a estar bastante peor, en medio de una atmósfera irrespirable, por un tiempo muy largo.

Esta última cuestión es cultural, o político-cultural: una “batalla cultural” paciente, sostenida, a muy largo plazo y en condiciones de notoria desventaja ante el poder de los medios. La cuestión agropecuaria requiere políticas concretas que deben elaborarse con mucho cuidado y discutirse muy bien, como las discusiones que tal vez se habrían dado en el Congreso si la barra brava del Toro Alfredito y los políticos de la Alianza Duhalde-Unión Democrática no las hubieran interrumpido a los gritos. La otra, la que tiene que ver con el intento de aferrar la manija del poder político, es más puntual y urgente, y se resume en una frase que una y otra vez reaparece a lo largo de la historia: que no pasen.

Acerca de balvanera

Daniel Freidemberg. Argentino, nacido en 1945 en Resistencia (Chaco), residente desde 1966 en Buenos Aires, actualmente en el barrio de Balvanera. Más información en el blog "días después del diluvio".

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22 comentarios en «Es que no estamos hablando de lo mismo»

  1. Balvanera, partís de un error. Y cuando el análisis es desacertado de entrada, lo demás es injusto.
    El error es decir: los chacareros & Co luchan por mejorar su rentabilidad, por angurria o porque la pasan mal. Y no es así, luchan por CONSERVAR la rentabilidad que les permite subsistir. Tu frase lleva a una retahíla de conceptos entre los que caben el famoso cualunquismo que parece que practican siempre los de la vereda de enfrente.
    Los chacareros pagan con sus retenciones muchos subsidios que convienen a tu bolsillo: transporte, servicios , combustibles and so on… recordalo. No «comenzaron» ninguna lucha que encubre otros objetivos oscuros, sólo dijeron BASTA. Este es el límite, después de 2 o 3 aumentos sucesivos en las retenciones ¡en 6 meses de gobierno!, que les había prometido no meterse con ellos (¿no viste los videítos patéticos de NK hablando en sus inicios de las retenciones y de lo que pensaba de las mismas?)
    Entonces ¿de qué conspiración, operación, complot, maquinación etc etc estás hablando?
    Quieren convencernos de que hay sectores cuasigolpistas, por reclamar a un gobierno USURERO un poco de racionalidad y apego a las ley. No pueden enfrentar la realidad que debe ser dura, (los argentinos comunes NO sabemos hasta donde), entonces la transforman en una contienda casi épica. Eso es a esta altura un recurso gastado que aburre un poco.
    Pensá que hoy en Tucumán se van a discutir entre otras cosas, el pretendido código aduanero común, con el problemita de que Argentina tiene «titubeos»(y van…)porque es el único país del Mercosur que aplica retenciones.

  2. muy buen post.

    Más aún yo agregaria la forma en que están actuando los medios de comunicación masivos ronda lo perverso. No sólo tratan de posicionarse politicamente (algo obvio, pero que tendría que est, sino que desde lo «politicamente correcto», la anécdota y la simplificación de los hechos tratan de «estupidizar» y de cambiar el eje de la discusión permanentemente (ej justo cuando Aldo Ferrer empezaba su participación en la comisión parlamentaria, crónica pasa a la plaza con el toro alfredito; otro ejemplo es que en ningun diario, programa de tv o radio comenta nada acerca de la ley de radiodifusión)

    Otro fenómeno que no incorporas y que es importante mencionarlo es la falta de «timing político» que tuvo el oficialismo en este último año. Preocupa. Da la sensación que la resolución 125 se tomó muy deprisa (faltó consenso o contensión política interna) y que el dabate de los medios de comunicación se tendría que haber dado 1 año atrás, antes de terminar la gestión de Néstor Kirchner.

    Saludos, Fede SF

  3. Muy de acuerdo, Fede. Lo de falta de timing político del gobierno es pavoroso, flagrante, para no hablar de otras cosas peores que la falta de timing. Algunas de las cuales marca Caroll.
    Pero, Caroll, tu respuesta indica que no entendiste lo que escribí, o no querés entender, o lo dije mal. Podría aceptar, porque -ya lo dije- no conozco el tema, que los chacareros luchan por conservar la rentabilidad que les permite subsistir. Sea. Lo que digo es que, a partir de eso, aprovechando eso, hay sectores que están buscando otra cosa. No digo que sean los chacareros (aunque viendo y oyendo a algunos dirigentes, quién sabe). Si no lo ves, y penás que el conflicto se limita a los reclamos de los chacareros, no entendés un pomo, o entendés sólo lo que te conviene. Dije que sí, que al problema agropecuario hay que resolverlo con responsabilidad y mucho trabajo. Pero que, mientras tanto, a largo plazo y a muy corto plazo, hay otras cuestiones, que no pueden ser ignoradas. ¿Vos te creés de verdad que todo el problema es el de las retenciones? O me estás tomando por boludo o sos un ingenuo, o te conviene serlo. No sé si conocés ese refrán que dice algo así como «la mayor habilidad del Diablo consiste en hacer creer que no existe». Son otros, con interese polìticos y/o económicos muy puntuales, los que dicen estar defendiendo al campo cuando están buscando otra cosa. Otra: ¿quién dijo que el cualunquismo lo practican sólo los de la vereda de enfrente? Más bien digo lo contrario, si leés bien lo que apunté: lo tenemos todos tan metido en los huesos y en la sangre, al menos en ciertos sectores de la sociedad, que sacárselo de encima es una tarea paciente y a largo plazo.

  4. Hablando de cualunquismos, agreguemos definiciones al diccionario cualinquista de Caroll:

    «conservar»: conservar la renta es muy simple. Las retenciones son móviles, cuanto mas gana el productor mas paga. No sólo conserva, sino que incrementa su renta.

    «usurero»: el gobierno no presta dinero a los productores a tasas astronómicas («usureras»). El Estado, de hecho, no le esta prestando nada a los productores. Le esta cobrando tasas de exportación.

    «ley»: apegarse a la ley es cumplir la ley. La ley dice que el Estado impone derecho de exportación a su antojo. Por lo tanto, imponer tasas de exportación es «legal», es decir, se «apega a la ley». Protestar contra las leyes es legal. Prohibir arbitrariamente el transito por todas las rutas argentina es ilegal.

  5. El gobierno tiene necesidad de obtener recursos de cualquier lado. Acá no hay planes de gobierno ni redistribución entre pobres. Hay que mejorar la caja que no da para nada. Y por supuesto, las resistencias de los que tienen que poner los recursos se deben transformar en teorías y palabras que explican largo y sesgado, poniendo culpas y elaborando «asonadas».
    Diría que proliferan los «elaboradores de teorías para reparar errores». ¿Por qué no reparan los errores? ¿no es mas simple?

  6. Daniel:

    No seas maníqueo viejo…. ¿Qué te pensás qué estás ante votantes de Vilma Ripoll? ¿O ante enceguecidos por la figura del pequeño productor?

    No, no y no. Daniel, sos un tipo de izquierda, no hagás lo que la izquierda siempre hizo bien(«macartismo»).

    «Golpismo sin golpe militar» Erro. Esto es un apriete y es una extorsión, pero golpismo no hay. Solamente buscan minar las capacidades estatales y hacer que el Gobierno se agache, si hace eso no extorsionan más. Los golpistas te tiran al Gobierno, no te lo agachan.

    Ah, yo veo mucho de «nueva derecha» en el kirchnerismo, empezando por Scioli. No sé, a Danielito lo eo más afín al Mauri o a De Narváez que a Estela de Carlotto.

    Te cito: «3) la extensión en cada vez más amplios sectores de la población de un sentido común antipolítico, mezquino, berreta, cortoplacista, al que la mejor caracterización ideológica que le encuentro es “cualunquismo” (algo así como la adaptación de la mentalidad fascista a formas democrático-republicanas: buscar en Google)»

    Pero ahí te equivocás. Porque ya desde al menos 2004 con Blumberg esa mentalidad está, y ¿Qué hizo el Gobierno? Hizo la plancha.

    ¿Por qué hasta Enero(Sí, ENERO) del 2008, el Gobierno era un seguidor de la opinión pública y amigote de Clarín. ¿POr qué este Gobierno promovió el gravísimo corte de rutas a Fray Bentos y les dio aire(no hablo de reprimir, no me corrás por izquierda, sólo digo que si no le dabás aire, no era tan masivo y se caía solo) para que hicieran lo que se le cante, creandose asi su propio monstruo mediático, el toro ALfredito?

    ¿Por qué, en vez de consensuar con bloques afínes, bloques filo-kirchneristas, en Diputados se cortan solos favoreciendo la histeria de la opinión pública? ¿ O se piensan que con 4 o 5 carpitas de mierda van a convencer a alguien?

    El kirchnerismo operó 4 años de forma ejecutiva y manteniendo a la opinión pública del sentido común cuasi-fascista en una sobria oposición, que ahora se volvió histérica. Mientras tanto hizo muchos méritos, como volver a sacar la política a las calles y promover debates sobre los Derechos Humanos y los Noventa, que pese al maníqueísmo habitual en todo oficialismo, hicieron cambiar sensiblemente a nuestra sociedad. Hoy mucha gente vería con agrado una reestatización de YPF o de FF.CC por caso.

    Pero al mosntruo cualunquista no lo mataron, lo dejaron durmiendo la siestita. No tocaron la ley de radiodifusión, eran ultra amigotes con Clarinada. Ahora hicieron un pacto similar con Hadad, algo que es más sucio todavía ya que Hadad mueve al «metan bala». No sé, yo cada día estoy más desconfiado sobre las ínfulas progres de este Gobierno y cada día me veo venir un Plan Austral II, porque, como sabrás, pese al golpismo de las señoras paquetas con los cartelones rezando «andate conchuad guerrillera»(sic), Fernández se reúne con los banqueros y con De Mendicurren todos los días.

    Largá la paranoia, enfrente tuyo no está Doña Rosa o esa genial creación de un usuario de acá, el «tachero banderita». Nosotros queremos que lo declamado pase a los hechos, el movimiento campestre nos da ganas de vomitar, pero será tarea del Gobierno hacer que nuestra tibia oposición sea por que lo que está enfrente sea peor, eso era esperable en 2004, ahora, quiero ver un «porque nosotros somos mejores».

    Saludos

  7. Balvanera: Una de las herramientas de lucha «del campo» fue operar sobre el sentimiento antipolítico de buena parte de nuestra sociedad. También apelar a los prejuicios clasistas, políticos, a la intolerancia frente a quien siquiera objetase una coma de sus exigencias, a desbastecer para generar un clima que obligue al gobierno a ceder, etc.

    Entonces, ahí dejamos de discutir alícuotas de exportación, posibles compensaciones, política agropecuaria o lo que específicamente política y económicamente hiciese a la cuestión.

    Quienes estamos por el rol activo que tiene que tener el Estado en la economía actuamos porque la coyuntura así lo exige pero hacia falta un debate previo del tema. Medio a las apuradas nos juntamos, leímos, le preguntamos al compañero que conoce del tema todo en medio de un clima irrespirable que no ayuda mucho al debate sino a cerrar filas y defender la primacía de lo político por encima del interés del sector.

    Quedan muchos debates por dar y este aún no terminó. El próximo tendremos que darlo antes de salir a defender una política.

    Saludos

  8. Alguien sabe que Cecilia Pando tenga campos de soja? No. Y qué carajo hace entonces en cuanto caceroleo haya? Querer hacernos creer que todo se limita a cambiar la magnitud de una alícuota es tomarnos por pavos.

    Lo que se plantea es que, sobre un reclamo puntual, de orden económico, se montaron todos los orangutanes que había con el culo ardiendo por otras cuestiones.

    Orangutanes con soja o sin soja. Primates y homínidos de la más variada laya, que incluye, cómo no, a Doña Rosa y al tachero banderita, que le hicieron la plaza del si al innombrable o a Galtieri en su momento. Sin giles ésto no funciona.

    Alguien cree seriamente que si las retenciones bajaran a cero, el resto de los homínidos extra soy-belt se bajarían? Qué le calienta a Cecilia Pando, si ella sigue teniendo sus «Necesidades Básicas Insatisfechas»?

    Si ésto fuera un problema económico, qué carajo tiene que ver Chávez (que, dicho sea de paso, nos arrima unos mangos)? O el «Andate conchuda montonera» es un problema económico? Julián, no te la comas, hace rato que ésto abandonó los cauces de la economía.

    Y «el campo» no parece estar muy molesto con estas «personas non-gratas». Más bien, aceptan todo. De Cecilia Pando a las patrullas perdidas del maoista Castell y Vilma Ripoll, convencidos de haber comenzado la «larga marcha» encabezada por Mao-Tse-Miguens. Después vemos. Así que hacer de ésto una lectura economicista me parece de un simplismo aterrador.

    Por otro lado, «los tiempos» no los eligió NK ni CFK, los eligió «el mercado». Aunque es verdad que el disloque de los precios de los commodities ya había comenzado en el 2006. Supongo que pensaron que subiendo las ret. al 27,5 primero y al 35 después bastaba.

    Pero «los mercados» eligieron enloquecer un poco más allá de la cuenta, y la soja que en el 2002 estaba en 180 cerró la semana pasada en 578. Quién podía imaginarlo? No les echo la culpa, porque a mi tampoco se me hubiera ocurrido. Pronto reemplazaremos los diamantes de un collar por granitos de soja. Pero no, ésto no es renta extraordinaria…

  9. Mirá Eduardo Real no sé si me la como o no, pero sí sé que Scioli no da muy «Gobierno progre».

    Y el circo de las capras en Congreso es eso, circo. ¿Con eso y el alquiler del aparato del PJ le van a ganar a los sojeros?

    Dejate de joder, abran la cancha. ¿ O todavía siguen pensando que a mejor imagen monárquica mayor apoyo popular?

    ¿O el Indec ahora es una avanzada en la lucha por la redistribución del ingreso?

    No me jodás, sincerense ustedes.

    Ya te dije arriba, hagan que este sea un gobierno popular en serio y no de la boca para afuera. En otras palabras: hagan que los que estamos pasivamente con ustedes porque lo de enfrente da ganas de vomitar no estemos con ustedes solamente para no vomitar.

  10. Julián: Sólo Scioli? Te quedaste bastante corto. Si es por la lista de impresentables, traete varias resmas que nos quedamos cortos.

    Sólo el Indec? y el tren bala, Skanska y demás qué es?

    Bien, como verás, no compro el paquete. En este caso, estaba apuntando específicamente al tema retenciones.

    Sin embargo, desde hace un buen rato dejé de mirar en qué es igual a los gobiernos previos, y empecé a mirar en qué es distinto. Y ahí sí advierto la diferencia. Enumero:

    1. Desratización de la Corte; 2. Política de DD.HH; 3. Renegociación con quita de la D.E.; 4. Pobreza del 50 al 20%; 5. Desocupación del 25 al 8%; 6. Crecimiento a ritmos chinos durante 6 años: etc.

    En fin. Falta mucho? Pffff… pila. Ahora, lo que te enumeré arriba, lo hizo quién? Mandrake? O sólo debieran contarse los puntos en contra?

    Es así. No hay gobiernos o blancos o negros. Hay moteados. A algunos, el balance nos da positivo y a otros negativo. Qué sé yo. Lo insólito es que en vez de cacerolear por lo que se hizo mal, se cacerolee por lo que se hizo bien.

  11. Tu segunda respuesta, Caroll, insiste en algo que hacía la primera: son muy buenos ejemplos de lo que digo en el título de esta entrada: no estamos hablando de lo mismo. Vos querés hablar sólo de eso y hacés como que me respondés para prender el casette: “El gobierno tiene necesidad de obtener recursos de cualquier lado. Acá no hay planes de gobierno ni redistribución entre pobres. Hay que mejorar la caja que no da para nada. Y resistencias de los que tienen que poner los recursos.” Y yo repito que sobre eso puedo discutir (hasta donde me lo permiten las limitaciones que tengo para tratar la cuestión económica y la agropecuaria), pero ahora y acá estoy hablando de otra cosa. Y lo único que se acerca a una respuesta tuya es cuando volvés a la remanida hipótesis de que los que hablamos de golpismo somos “elaboradores de teorías para reparar errores”. Ni vos ni nadie de los que salen a decir eso se ponen siquiera a considerar a ver si podría haber algo de cierto en los argumentos que planteé, o en los que planteó extensamente Carta Abierta. Les basta, muy al estilo mediático, con una fórmula, y en vez de discutir siguen repitiendo el mismo cantito. No hay nada que discutir entonces con vos, Caroll. Chau.
    Más interesante y complejo es el caso de Julián. Primero, no sé si soy un tipo de izquierda. ¿Qué es ser de izquierda? No pertenezco ni perteneceré a ninguno de los partidos que se amparan en esa denominación. Y asumir el “ser de izquierda” como una identidad me parece casi obsceno, un narcisismo que en fondo esconde un elitismo penoso y a la postre antipopular: toda la cuestión estriba en sentirse “distinto”, “superior”, “más esclarecido”. Y no creo, de verdad, ser maniqueo. Qué fácil te resulta aplicar calificativos. ¿Eso no es maniqueo? Pero lo principal que veo en la réplica que me dirigís es otra cosa: te sentís muy interpelado y cuestionado por lo que digo, cuando no me estaba dirigiendo a vos ni a quienes piensan como vos, y nada creo que haya en mi entrada que permita pensar que me estoy dirigiendo a esa gente. Lo digo cuando me preguntás si pienso que estoy “ante enceguecidos por la figura del pequeño productor”. Sí, claro que pienso eso. O ante los que usan la figura del pequeño productor como pretexto. Y si revisás los comentarios que abundan en entradas de Artepolítica vas a ver que es mucha la gente que se “enceguece” o busca cobijo en esa figura. A ellos les estaba respondiendo, no a los que piensan como vos.
    Después, para cuestionarme la expresión “golpismo sin golpe militar”, decís que “esto es un apriete y es una extorsión (…). Solamente buscan minar las capacidades estatales y hacer que el Gobierno se agache”. Bueno, a eso llamo “golpismo sin golpe militar”, y ya hay muchas y muy buenas páginas escritas sobre todo esto. En lo que, de todos modos, no estoy de acuerdo con vos es en que, “si (el gobierno) hace eso (se agacha) no extorsionan más.” No estoy de acuerdo. Van a seguir extorsionando y buscando conseguir lo que más les interesa (que, obviamente, excede en mucho, muchísimo, el tema de las retenciones) porque van a ver la agachada como una señal de que tienen el camino más despejado. Y aunque no lo vieran así, no pueden parar. No está en su ánimo, en su modo de ser, ni en las intenciones de las fuerzas de fondo que les dan manija. Puede que los chacareros, o algunos chacareros, sí dejen de extorsionar si el gobierno afloja, pero acá hay mucha otra gente que está buscando otra cosa, y empezaron a buscar el modo de concretarlo mucho antes del 10 de marzo: el 10 de marzo lo encontraron.
    Sobre que ves “mucho de ‘nueva derecha’ en el kirchnerismo, empezando por Scioli” estoy de acuerdo, y esa idea no está ausente en los trabajos sobre la nueva derecha. ¿De dónde sacás que pongo afuera del kirchnerismo a la nueva derecha, en tanto movimiento cultural, tendencia a imponer una actitud cualunquista ante el mundo en general y la política en particular? Lo que sí digo, o decimos algunos, que la persistencia del kirchnerismo implica que el pensamiento de la nueva derecha –Scioli incluido, y hay ejemplos bastante peores, o de la vieja derecha, directamente– tenga que tragarse sapos que cada vez tiene menos ganas de tragarse. Salvo que el kirchnerismo resuelva volverse cualunquista cien por cien. Por ahora parece estar bastante lejos (y eso no significa que me guste cómo y dónde está). Y estoy muy de acuerdo con vos con que ya con Blumberg afloró esa mentalidad cualunquista, pero te agrego que estaba de antes, de mucho antes. Más aun: constituyó uno de los costados fundamentales del “que se vayan todos” en 2001. En un principio, ese era el sentido del “que se vayan todos”, después los acontecimientos lo resignificaron y Holloway salió a decir que es un grito anticapitalista. Minga: “que se vayan todos” era “que se vayan los políticos y vengan los empresarios, que saben administrar, y a mí que no me jodan”. El cualunquismo fue una de las bases fundamentales de la reelección de Menem, expresado entonces en el “voto cuota” y en la adicción al “deme dos”. Lo que pasó, concretamente, es que los hechos a partir de diciembre de 2001 se fueron dando de tal modo que el cualunquismo fue por el momento desplazado por una actitud muy distinta –empresas recuperadas, solidaridad con los cartoneros, formas de organización popular–, pero de ninguna manera desapareció. No puede desaparecer porque está muy arraigado, incluso en los que creemos estar relativamente a salvo. Kirchner supo explotar bastante bien esa actitud diferente a la de los cualunquistas y él y su mujer siguen haciéndolo (uno de los últimos spots publicitarios del Gobierno habla de ayudarnos todos, de que nadie está mejor si no estamos todos mejor), y me parece una maravilla que todavía exista un discurso oficial de ese tipo, aunque no se verifique demasiado en los hechos (un poco, sí, se verifica). Pero no voy a dejar de reconocer que, frente a la irrupción de esa mentalidad con Blumberg “el Gobierno hizo la plancha”, como decís. Está muy bueno el modo en que lo resumís: “al mosntruo cualunquista no lo mataron, lo dejaron durmiendo la siestita”. Si bien los Kirchner no son cualunquistas –son politiqueros que usufructúan un populismo de centroizquierda y algunos símbolos de izquierda, además de dar un espacio real, en la TV por ejemplo, a lo que otrora fue “la izquierda peronista” y no sólo peronista–, evidentemente tienen mucho miedo de quedar mal con el cualunquismo, aunque tampoco lo saben seducir, y por eso van de tropiezo en tropiezo. Te acepto todo lo demás: el gobierno se llevaba bien con Clarín hasta que las circunstancias lo obligaron a cambiar; el gobierno hizo muy mal en promover el corte del puente a Fray Bentos, e incluso en tolerarlo (y ahora, como decís, paga las consecuencias con el ataque de su propio engendro); el Gobierno debería consensuar con bloques afínes, bloques filo-kirchneristas, en Diputados en vez de cortarse solos “favoreciendo la histeria de la opinión pública”? Lo que no entiendo es por qué eso te lleva a aconsejarme “largá la paranoia, enfrente tuyo no está Doña Rosa o esa genial creación de un usuario de acá, el “tachero banderita”. Y pasás a decirme quiénes son los que están enfrente: “Nosotros queremos que lo declamado pase a los hechos, el movimiento campestre nos da ganas de vomitar, pero será tarea del Gobierno hacer que nuestra tibia oposición sea por que lo que está enfrente sea peor, eso era esperable en 2004, ahora, quiero ver un “porque nosotros somos mejores”.” Bueno, viejo, te equivocás: no es a ustedes a los que veo enfrente, y no sé por qué te empeñás en vincularme a mí y a otros que escribimos acá con el Gobierno. Estar contra el Golpismo no es comprar el verso del Gobierno, ¿se entiende? ¿Es tan difícil de entender? Cuando decís “sincerense ustedes”, ¿a qué te referís? Si acá mayormente reconocemos casi todo lo que decís, pero no creemos que eso nos impida oponernos al golpismo. Lo más revelador es cuando decís “hagan que los que estamos pasivamente con ustedes porque lo de enfrente da ganas de vomitar no estemos con ustedes solamente para no vomitar.” Yo también quisiera eso. Entonces, ¿quién es ese “ustedes”? Yo no tengo el menor contacto con el gobierno ni con el PJ, ¿qué me estás reclamando entonces que haga? ¿O te creíste la campaña sucia esa que se largó a publicar en diversos medios notas sobre “los blogueros K”? Me parece que tenés un tanto confundidos los tantos.
    Finalmente, Eduardo Real: no tiene nada de insólito que se cacerolee por lo que se hizo bien, no por lo que se hizo mal. Era inevitable. ¿Es siquiera imaginable que no fueran a reaccionar?

  12. «Más interesante y complejo es el caso de Julián»

    Bue, ahora tengo una patología che…..

    Mirá reconozco que puedo haber sido injusto pegarte sin más ni más con el discurso de los Fernández. Tenés razón cuando decís que no habías hecho una defensa general de todas las políticas del Gobierno. No obstante me has respondido con buenas chicanas diciendo que creo ser «distinto”, “superior”, “más esclarecido”.

    Ergo, la empatamos.

    Creo que sos un tipo de izquierda, pero en esa idea mía no hay nada de elitismo ni de ideas antipopulares. Por otra paret, ¿Desde cuándo hay que pertenecer orgánicamente a las sectas de izquierda para ser de izquierda? Lo mío no era una formulación gramsciana o leninista, sino simple sensibilidad, «Progresismo» le dicen algunos. Y a vos te veo dentro de esa corriente. Sobre los calificativos, tal vez sea cierto que los aplique con mucha facilidad, no tengo la habilidad del poeta para encontrar metáforas sublimes y debo recurrir a calificaciones que uso a modo de herramientos. No obstante, no creo ser maniqueo.

    Ahora vamos a lo concreto(y perdoná si se hace largo). Reconozco que el Gobierno ha sido corrido por izquierda hasta el hartazgo en este conflicto y muchas veces las posiciones esquizoides que lo hacían(Buzzi en Rosario hablando de Jauretche y de las Madres; Ripoll;el PCR, largos etcéteras) y que te calentés ante eso, pero aunque medio agresivo, lo mío iba con buena leche.

    Mi crítica central era hacia una forma de argumentar que respalda a un gobierno que utilizó medios malos para fines malos. Ustedes(Carta Abierta) avalaron expresamente, como intelectuales, un comportamiento político gubermanental desastroso.

    Aclaro para que no me linchen: El movimiento campestre es de lo peor que he visto en mi vida. La imagen del pequeño productor «sufriente» no me la creo ni en pedo, la demagogia supina y la hijaputez galopante de los camperos me causan escozor y total indignación. El (falso) lockout ha sido un enorme acto de barbarie, el corte de rutas con desabastecimiento otro tanto, y los cacerolazos de la clase media alta con consumos subsidiados, ingrata, oligofrénica e imbécil, son patéticos.

    Este bolonqui parece de no acabar, se eterniza, entre nos(los argentos) hay, de por medio, un ineludible conflicto, que no puede desconocerse, ni esquivarse ni creer que se va a resolver haciendo la plancha otra vez, bajando el tipo de cambio, comprando a Clarinada o denunciando las «artificiales divisiones en el seno del pueblo»(sic), tenemos un conflicto que abarca muchas luchas, conflicto que es de clases, de intereses, de actores sociales(Medios Masivos incluidos), que se refiere entre otros aspectos al papel que debe asumir el Estado. Porque en esta no le erran ustedes, se está discutiendo el papel del Estado en todo esto, su papel en relación con la prosperidad y las ganancias extraoridinarias, pero también con relación a la equidad, la justicia social y la libertad.

    Daniel, lo que está pasando es que ante este inevitable conflicto, los diferentes actores (y el Gobierno entre ellos) lo están conviertiendo en un choque binario de posiciones que genera un denso entramado cultural antagónico y dual de irreconciliables (pueblo-oligarquía, nación-antinación, popular-antipopular, patria-vendepatria). Ante este juego de pasiones el pensamiento crítico debe estar más activo y en guardia que nunca porque es necesario un fuerte compromiso político. El asumido por sectores itnelectuales por caso, puede ser muy importante a la hora de hallar una solución, o al menos explicar mejor toda esta situación(también puede servir para echar más leña al fuego, simple escala probabilística). Justificar, dotar de bellas palabras(reformista, distribucionista, interventor, modelo con inclusión social), en otras palabras, “racionalizar”, o más vulgarmente hacer pasar gato por liebre, las decisiones que tomó y toma por el Gobierno (al que ahora se le debe agregar “nacional y popular” como algunas mentes entusiastas acompañan este generoso calificativo autoatribuido por el oficialismo a sí mismo) es esquivarle el bulto y no es «defender a la democracia»(ya bastante golpeada está pobrecita). Es jugar desmedidamente en el terreno de quien tarde o temprano te va a fagocitar y luego te va a tirar al tacho(porque si algo no me voy a cansar de declarar es que ustedes son buena gente y que el tilingaje imbécil que habla de «ciberñoquis K» se puede ir bien a la puta que los parió), tal vez sea-me voy a exceder con la chicana- jugar de «amante ingenua», que es como alguien describía en La Barbarie al rol de la CTA.

    Un gran Abrazo de un tipo que los felicita por defender sus convicciones y que los entiende aunque no comparta. Porque en muchas cosas tienen razón, a este Gobierno le tenés que exigir redistribución, sino está Cabildo y Juramento para pedir que «dejen en paz al campo»

  13. Balvanera( nombre de un hermoso barrio porteño):

    Creo que deberíamos retroceder aún más hasta la transición democrática en lo que respecta a ese sentido común desmovilizado, pasivo, cualunquista, a-ideológico(y por lo tanto profundamente ideológico inconsciente). Ya desde ese mismo instante se veían las secuelas del «Proceso», pero eso estalló luego de Semana Santa, creo que, a partir de ahí, podríamos comenzar a ver cristalizado al bendito sujeto de clase media denominado como «la gente».

  14. La última:

    Te cito: «algo así como la adaptación de la mentalidad fascista a formas democrático-republicanas»

    En esto le errás, esa mentalidad cualunquista, fascista por omisión, racista, antipopular, impolítica, indignada, histérica, despechada, no tiene nada que ver con formas democrático-republicanas, ni demoliberales, ni nada. Es profundamente negadora de la legalidad y de la institucionalidad y por lo tanto es negadora de la mera democracia formal y de la República.

    Esa mentalidad ni siquiera sabe que función cumple el PEN, es el típico «todos afanan».

    Saludos

  15. ¡Uy Dio, qué embrollo! Voy a ver si puedo despejar algunos malentendidos, estimado Julián. Cuando digo “caso” no hay por qué verlo como “caso clínico” ni, ya que estamos, como “caso policial”. “Caso” puede significar muchas cosas, por ejemplo “asunto a tratar”. Y no me refería a vos cuando hablé de los que se sienten distintos, superiores o “esclarecidos” sino, en general, a quienes viven el “ser de izquierda” como una identidad en que resguardarse, dentro o fuera de las sectas que ostentan ese título. No podría referirme a vos porque no te conozco, no estaba presuponiendo que hablaras desde ese lugar. De todos modos, concuerdo con la idea de “sensibilidad”. Me gusta entender el ser de izquierda como una cierta sensibilidad. Así lo definió hace algunos años el ex tupamaro Mujica, un tipo al que hasta hace no mucho valoraba altamente.
    ¿Quién te pidió metáforas sublimes? ¿Pensás que uso metáforas sublimes? Tratemos nada más de ser lo más precisos y justos que podamos en la elección de los términos y el desarrollo de las ideas. Y, sobre todo, cuando leeemos, tratemos de leer lo que ahí está escrito, no lo que nos pareció que había porque nos conviene (no es tu caso, aclaro) o porque “nos sentimos aludidos”. Ahí, sí, fijate, me parece que hay paranoia de tu parte, justamente vos que nos tirás un “paren con la paranoia”. No hacia falta –al menos no me hacía falta a mí– que aclares que lo tuyo venía con buena leche. Bueno, nunca está de más aclarar en estos casos, pero ya me había dado cuenta de esa buena leche, a diferencia de otros interlocutores.
    De todos modos, discrepo francamente con la idea que te formaste de la gente de Carta Abierta. Quiero decir: no es cierto que hayan (o hayamos) avalado todo lo que vos y yo criticamos en el comportamiento político de este gobierno.
    Y nadie te va a linchar: ¿paranoia?
    Me doy cuenta de que el peor costado del gobierno apuesta al choque binario (y los que el gobierno tiene enfrente lo hacen más aun, cierto que con más sutileza o astucia, no en todos los casos). Pero, aun aceptando eso, aceptarlo no tiene por qué impedirme percibir el avance de la acción destituyente (para no hablar de “golpismo” que desata tanto escándalo), la carencia de límites y de escrúpulos de quienes llevan a cabo esa acción, su decisión de ir a fondo y su encono. Qué querés que te diga: esto lo viví ya muchas veces, y otras muchas lo leí. Nunca será poco lo que hagamos para cuidarnos de este tipo de gente. No vienen por el gobierno, vienen por el país. O vienen por el gobierno para quedarse con el país. Es como la fábula del pastor mentiroso: que el pastor grite “el lobo” cuando no está el lobo no implica que el lobo no exista y se esté preparando para comerse las ovejas. Y bien puede ser que en algunas de las veces en que el pastor grita “el lobo”, efectivamente el lobo esté atacando y haya que por lo menos ir a ver qué pasa. No nos niegues ese derecho, no te lo niegues.
    Que mucha de la gente que está en este gobierno piensa usarnos (“fagocitarnos” decís) para tirarnos al tacho después es posible, muy posible. Que lo consigan o no, depende de nosotros, al menos en parte. Pero no pondría ahí a toda la gente que está en el gobierno ni te podría decir cuál es el porcentaje de los que quieren tirarnos al tacho después de usarnos y los que no. Sí sé que no puedo ni debo por eso dejar de defender lo que haya que defender. Y si me enchastro, paciencia, y si me equivoco, paciencia. Qué le va a hacer. Prefiero enchastrarme y equivocarme a dejar pasar. Soy un defensor de la opción por el mal menor, aunque tampoco me parece una receta aconsejable por sí misma, una regla universamente válida, aplicable en cualquier ocasión. En esta sí, porque todo lo que está afuera del gobierno y que tiene alguna posibilidad de incidir realmente (no me refiero por lo tanto a gente como Lozano o Macaluse) es “Lo Peor”, como decía anoche Aliverti a Gerardo Rozin. Es que existe algo que se llama “correlaciones de fuerzas”, y mejor no dejar de tenerlas en cuenta. Pero bueno, que decidan en algún momento tirarnos al tacho o no –si no los tiran a ellos–, es, siendo un riesgo grande, una posibilidad que me parece que la mayor parte de los que estamos en posiciones como las de Carta Abierta tenemos muy en cuenta. Las cosas en política son complejas, multifacéticas, contradictorias.
    Finalmente, comparto tu descripción del cualunquismo argentino (el «todos afanan»). Aclaro nomás que cuando dije “algo así como la adaptación de la mentalidad fascista a formas democrático-republicanas” me refería a la mera formalidad democrática, más recitada que sentida, o más esgrimida como instrumento cuando les conviene. Pero tenía también la mente puesta en el movimiento político italiano de posguerra que se llamó así, “cualunquismo”. Por eso mismo, tal vez sea un poquito excesivo hablar de “mentalidad fascista” al referirnos a los cualunquistas argentinos. Mucho de fascismo hay, evidentemente, pero por un lado la palabra “fascismo” les queda grande y por el otro lado, les queda chico.

  16. “que se vayan todos” era “que se vayan los políticos y vengan los empresarios, que saben administrar, y a mí que no me jodan”.

    No estoy de acuerdo, yo estuve ahi y lo recuerdo, lo cante y era mas bien un grito de bronca contra el gobierno de la alianza, fue un grito de catarsis y de bronca contra los que en ese momento eran gobierno (por asi decirlo) en medio de la crisis mas zarpada de los ultimos tiempos.

    Probablemente algunos creerian eso de que vengan los empresarios a mandar, pero no creo que haya sido ese el espiritu de aquel momento.

    Aquello fue un estallido de bronca.

  17. Void: yo también estuve y lo canté. Y sentí exactamente eso que describís. Pero en su origen, ya en los días previos al 19 de diciembre, fue otra cosa, y esa otra cosa no desapareció en ningún momento, aunque en la noche del 19 y durante el 20 lo que prevaleció fue la indignación como la que sentimos vos y yo. Pero en los días posteriores fue muy común escuchar a los que se concentraban con cacerolas en Plaza de Mayo o en Caballito decirle a los movileros de la TV: «acá somos todos argentinos, no somos bolvianos», o «acá hay gente que trabaja, no hay villeros». Yo lo vi, vos debés haberlo visto. Lo ocurrido en diciembre de 2001 y a principios de 2002 fue un fenómeno muy complejo, con muchas facetas contradictorias, y una de ellas fue la cualunquista. No fue la única, pero fue una de las más importantes. En aquel momento, por suerte, fueron más fuertes la movilización de los vecinos que armaban comedores solidarios o la iniciativa de los trabajadores de empresas recuperadas o de los piqueteros que instalaban panaderías o fábricas de ladrillos en el Gran Buenos Aires a la vez que se movilizaban. Después eso se atenuó mucho por una gran cantidad de motivos, entre ellos, en gran medida, el modo inescrupuloso con que las sectas de la autoizquierda trataron de capitalizar todo en su provecho.

  18. Que post por favor!!, llegué tarde, pero no me hubiera perdonado perderme esta lectura.
    Balvanera, UD. es un maestro, no solo escribe lo que yo creo, sino que lo hace de una manera magistral.
    Julian, a pesar de que UD. está equivocado en la mayoría de sus apreciaciones, reconozco que su estilo contribuye al debate y lo enriquece.

    Un saludo
    Jorgeda

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