Hoy se dicta la sentencia

Hay fechas que en el imaginario popular están asociadas a la juventud, los estudiantes, la alegría y el renacer de la naturaleza como ocurre con el 21 de setiembre. Debe ser por eso que los militares la eligieron para realizar el operativo que tenía como objetivo detener a estudiantes militantes del peronismo aquel 21 de septiembre de 1976.

Luego de cinco meses de juicio, hoy a partir de las 9 de la mañana se dará inicio a la lectura de la sentencia a los cinco represores acusados por el asesinato de Graciela Fiochetti (22 años, estudiante de Medicina, La Toma. S.L.), las desapariciones de Pedro Ledesma (21 años, estudiante de Pedagogía y docente rural, San Luis), Sandro Santana Alcaraz (23 años, estudiante de Farmacia, La Toma . S.L.) y de las torturas a Víctor Fernández (La Toma, S.L.).

Tres días antes de la sentencia, el diario de la provincia de San Luis le otorgó doble página al principal acusado, Carlos Esteban «El Chueco» Plá (Capitán), para explayarse a sus anchas. No es casual que ese diario pertenezca a los Rodríguez Saá y que el actual gobernador, Alberto Rodríguez Saá, haya sido uno de los que firmó la carta a Massera delatando a sanluiseños que luego resultaron detenidos y desaparecidos.

Comentarios reaccionarios se leen en ese diario al final de cada nota sobre el juicio. Y muchos que fueron amigos de las víctimas y compañeros de militancia estuvieron presentes por ausencia, el tufillo derechoso que invadió el país durante el 2008 también se reflejó en el silencio y la ausencia de compañeros que decidieron mantenerse lejos del TOF sanluiseño para no ser cuestionados de estar vinculados a las víctimas que fueron, por supuesto, puestas bajo todas las sospechas y acusaciones públicas y desde la ignorancia más grande tanto histórica como personal sobre quiénes eran y qué hacían, señalados como «más de esos montoneros subversivos» por cuanto monigote adicto a la teoría de los dos demonios y justificador de torturadores y desaparecedores hay en esta provincia. La idea perversa de que todo militante es un terrorista y de que todo guerrillero no merece justicia ha llegado a asquearnos en estos meses.

Anoche también escuchaba a Cuqui, a la gente de la APDH San Luis y a periodistas locales quejarse con razón y resignación por la falta de difusión nacional que tuvo este juicio, el primero en Cuyo. Habiendo sido la detención de Plá en el ’86 uno de los motivos del levantamiento carapintada y la causa Fiochetti uno de los dolores de cabeza de Alfonsín que se veía venir la reacción de los militares obedientes debidos, resulta frustrante esa poca difusión aunque desde la provincia este, este y este blog y la Radio Universidad Nacional de San Luis desde su sitio web hayan hecho todo lo posible por difundirlo.

El juicio se sumará a los ya realizados y a los que vendrán, los que nos reuniremos hoy en el juzgado viviremos un día histórico, nosotros continuaremos con las convicciones que nos sostuvieron estos meses y los reaccionarios continuarán con las suyas. Pero no quiero dejar pasar este día sin que se sepa, sin que se conozca un poco más y más lejos de los límites feudales del Estado Asociado de San Luis, lo siguiente:

El rancho de la foto es la escuela de El Recodo -un paraje ubicado a 16 km de la localidad sanluiseña de Nogolí- en la que enseñaba el maestro de 21 años Pedro Valentín Ledesma antes de ser secuestrado y desaparecido por Plá y su grupo de tareas. La subversiva y peligrosa tarea de Pedro era llevar la educación a chicos que vivían en las sierras puntanas y hacer petitorios que su padre presentaba en las instituciones para que mejoraran la situación de la escuelita. El otro terrible pecado de Pedro era ser militante peronista y joven. Aquí puede leerse la declaración de su padre en el juicio donde relata como su hijo fue secuestrado por los operativos militares de la primavera trágica puntana, le fue devuelto y a las dos cuadras vuelto a secuestrar delante de él por Plá y cía. haciéndose pasar por montoneros.

Pedro Ledesma fue abanderado y medalla de oro en la primaria y la secundaria en la que ya estaba comprometido con los más humildes y no hizo más que seguir ese camino.

Pedro llora al finalizar 7mo grado, ocultando la cara en el paño de la bandera durante el traspaso de la misma.

Tiene un significado enorme rescatar la bandera como símbolo en otras manos que no sean en las que se la ve ultimamente, rescatarla de esas manos propietarias de ideología excluyente y devolverla a las manos sensibles que la llevaron orgullosos una vez.

El último y peor error de Pedro fue estar en desacuerdo con la nueva dictadura que se había impuesto. Como muchos otros, siguió militando, continuaron pintando paredes, repartiendo volantes, accionando contra el gobierno de facto. Resistiéndose. Como dice Caparrós El Viejo Claudicado, algunos fueron tercos y siguieron insistiendo. Viva la terquedad. Es imposible imaginar a Pedro Ledesma encerrándose en sus cosas, en su casa, dejando que la noche siguiera imponiéndose como si nada luego de levantarse cada día a las 5 de la mañana, tomar un micro hasta Nogolí y hacer los 16 km en bicicleta hasta la escuela rancho de El Recodo para enseñar a un puñado de chicos olvidados en esas sierras que pelan la piel con el frío de las heladas en el invierno cuyano.

Carlos Esteban Plá (Capitán), increpando al tribunal durante el juicio.

Carlos Esteban Plá mató a este maestro de 21 años y desapareció su cuerpo. Hoy esperamos que el veredicto le otorgue la pena que le corresponde: cárcel común y cadena perpetua.

El mismo día del Estudiante en que detienen a Pedro, era secuestrado del aula 11 de la Universidad Nacional de San Luis el alumno de la carrera de Farmacia oriundo de la localidad sanluiseña de La Toma, Sandro Santana Alcaraz. El operativo parecía ensañarse con los más dedicados y estudiosos de la militancia de la juvetud peronista. Dice sobre Santana, Beby Torres de Mugnanini en su libro Boquitas Cerradas, quien fue secretaria en el colegio secundario al que asistió Alcaraz:

«Santana… tu altura, tu seriedad, tu dedicación al estudio, abanderado del colegio Manuel Belgrano, hoy allá en el cielo, flamea más hermosa que nunca esa bandera agitada por la brisa de la paz que te envuelve por siempre.»

Sus compañeros de facultad y militancia que declararon como testigos en el juicio recordaron la responsabilidad con la que trabajaba en política, su caracter tímido y solidario. Otro militante que caminaba barrios y le daba duro al mimeógrafo del centro de estudiantes. Provenía de una familia pobre de ese pueblo minero, quiso ser médico pero no podía costearse los estudios en otra provincia donde se dictara la carrera y así ingresó a Farmacia en la Universidad de la capital provincial. Testigos afirman que el joven asesinado y enterrado junto a Graciela Fiochetti en las Salinas del Bebedero era Santana Alcaraz. Sus restos fueron desaparecidos.

También oriunda de La Toma era Graciela Fiochetti, estudiante de Medicina en la ciudad de Córdoba. Una epilepsia y cataplejía del lóbulo temporal izquierdo la obligó a dejar los estudios. De familia humilde y peronista tomó el legado materno de la pasión por la política y quería ser médica para curar a los negritos, ayudaba en el hospital del pueblo bañando a los enfermos terminales de los que nadie quería ocuparse. Militante comprometida, de caracter fuerte, discutidora y alegre,  Graciela es el caso emblemático de este juicio gracias a la persistencia que su madre y luego su hermana Cuqui pusieron en buscar justicia.

Graciela Fiochetti junto a su madre, Laura, de quien heredó la pasión por la militancia.

En la madrugada del 21 de setiembre de 1976, un circo enorme de camiones del ejército y casi un centenar de efectivos ametrallaban la puerta de la casa de Graciela. Tanto macho junto para llevarse a una joven delgadita de 1,50m, epiléptica medicada que vivía con su madre. Amigos de Graciela consideran que aquel caracter discutidor le regaló algunos enemigos en el pueblo que no tuvieron mejor idea que la de granjearle fama de peligrosa guerrillera cuando hasta el mismo informe en el que se basaron para los operativos no hablaba de ella en esos términos sino apenas como confiable y valiosa, virtudes que saltaban a la vista por la sinceridad con que se expresaba y su personalidad sin dobleces.

Graciela fue torturada y sus verdugos hoy acusados esperando la sentencia dijeron en su momento a otros secuaces que era dura, no hablaba. Compañeros de Graciela dicen que si los energúmenos esperaban reveladoras confesiones entonces ella las tendría que haber inventado porque se equivocaron para el orto con el objetivo, tanto, que el despliegue de fuerzas para buscar a la peligrosa guerrillera que dormía en su casa con su mamá como todas las noches los deja como unos payasos exagerados sin brújula. El mismísimo Plá que durante el juicio dijo que Graciela era una perejil, en el reportaje de hace pocos días en el diario de los Rodríguez Saá la trata de esta gente era peligrosa, necesitan justificar de alguna manera la eliminación no sólo de los grupos armados sino de todos los militantes que accionaban contra la dictadura reciente, de los que representaban a los trabajadores, de los estudiantes y docentes, este último el sector más atacado por la represión en San Luis y que más desaparecidos cuenta en su haber empezando por la desaparición del propio rector de la Universidad Nacional de San Luis, Mauricio López.

Vejada y torturada, a Graciela le hicieron firmar la libertad y la trasladaron a otro campo de detenidos para luego llevarla a las Salinas del Bebedero donde un ex policía chofer del operativo de apellido Velázquez afirmó que fue Plá quién la ajustició por la espalda de un tiro en la cabeza, arrodillada frente a un pozo recién cavado, con tanta mala suerte para los milicos que un empleado de las Salinas vio el movimiento de autos y gente, llamó a la policía local y se armó un revuelo interno entre fuerzas que obligó a desenterrar los cuerpos. Los represores usaron el argumento de que había sido un ajusticiamiento entre montoneros en una provincia donde no hubo un sólo acto terrorista urbano con excepción de los de la Triple A que sí actuaban en la provincia desde el ’72 eliminado abogados, profesores y sindicalistas. La hermana de Graciela reconoció en la morgue el cuerpo que estaba quemado en el rostro y con las falanges cortadas, llevó las placas dentarias para confirmarlo y el cuerpo le fue negado, fue enterrado en secreto por los militares en el cementerio local en una tumba NN, sin embargo la incansable perseverancia de Cuqui dio con el lugar, guardó el secreto durante 7 años y cuando el juez mendocino Macías tomó la causa con el regreso de la democracia, los restos fueron exhumados, la identidad confirmada, las pericias balísticas del cráneo coincidieron con el testimonio de Velázquez de la posición de Plá y Graciela, y en 1986 pudo por fin ser sepultada en La Toma en un acto que conmovió al pequeño pueblo minero violentado por la muerte y desaparición de dos de sus jóvenes.

Para terminar, porque ya son las 6 de la mañana, la ansiedad no me permite dormir y en pocas horas hay que partir hacia el tribunal federal, comparto esta anécdota ocurrida durante el juicio cuando el tribunal viajó hasta La Toma para hacer el reconocimiento en los lugares donde fueron secuestrados Graciela Fiochetti y Víctor Fernández, y que es un símbolo de un pasado que no lo es tanto si se tiene en cuenta que el gorila nacional ha abandonado otra vez la sutileza en el reciente año:

La casa de Graciela, hoy abandonada pero aun propiedad de la familia, conserva en la puerta las marcas de las esquirlas de aquella noche. El jurado iba recorriendo el lugar mientras Cuqui indicaba dónde dormía la madre y dónde la hija esa noche. En un cuarto colgaba de la pared un cuadro con una lámina infantil y Cuqui comenta que su madre, Laura, tenía en ese marco un retrato de Perón y que en el ’55 lo ocultó tras esa lámina cuando el peronismo fue proscripto y prohibidas sus imágenes y símbolos. La imagen volvió a su lugar con la campaña de Cámpora y el retorno de Perón y vuelta a ocultar en 1976.

El juez Roberto Burad, el que hizo las preguntas y observaciones más interesantes y afinadas de todo el juicio, se acercó al cuadro en cuestión con curiosidad, lo descolgó, empezó a revisarlo y dijo «acá no hay nada».

El juez Roberto Burad descuelga el cuadro en la casa de Graciela ante el juez Rodríguez.

Alguien más  tomó el cuadro y revisó otra vez la hendija en el cartón posterior y dijo acá hay algo, extrayendo el retrato de Perón que estaba allí esperando ser redescubierto luego de más de 30 años.

Burad, rendido ante la evidencia peronista.
Burad, rendido ante la evidencia peronista.

Impagable la cara yo te dije de la hermana de Graciela, Cuqui Alvarez, mientras los dos jueces miran en la actualidad el testimonio del ayer al deshacer el acto de proscripción dictatorial develando lo oculto, 30 años después.

Todo sale a la luz, tarde o temprano, y también la verdad que buscaron esta familias y que hoy un veredicto deberá poner en el lugar que le corresponde a cada uno, a la sombra lo que pertenece a las sombras y al sol de este marzo lo que otro marzo quiso tapar y nunca debió estar escondido.

Imágenes del tribunal y los acusados

Para dejar adhesiones que se leerán hoy en el acto frente al tribunal durante esta última sesión.

16 comentarios en «Hoy se dicta la sentencia»

  1. Hola Dag,
    emocionante el post y como vos bien decis, lastima que este juicio no tuvo la difusion que se merece. Creo que ante el silencio complice de la cadena privada de desinformacion es tarea del gobierno nacional difundirlo, levantando las banderas de la justicia que finalmente llego. Se vuelve necesario en un momento jodido como este en el que vuelven a escucharse voces que nos remiten al terror de epocas pasadas, voces nefastas que se atreven, luego de todo lo que paso, a pedir que se termine con los derechos humanos.

    Saludos y un aguante para hoy.

  2. Pingback: Sentencia
  3. Lejos de la masividad mediática empecinada en destruir subjetividades con el dogma de los dos demonios, el informe me recordó a los días de frío en que dictaron la sentencia a Menéndez y su troop. Parece que estas cosas nos siguen costando por todos lados.
    Un abrazo para esta tarde

    Saludos

  4. Mil gracias a todos! me escapé hasta un cyber desde los festejos, estamos celebrando con un festival al frente de los tribunales, escuchando a los familiares.
    Fue una emoción imposible de describir el momento de las sentencias pero la grabé con la cámara y la voy a subir en cuanto podamos parar de celebrar!
    Gracias MEC, estoy imprimiendo lo que escribiste en la barbarie para llevarlo ya asi lo leen al público.

  5. No tuve tiempo de leerlo cuando lo posteaste. Hoy sábado sí. Gracias. Comparto la alegría, y la sabiduría que emanada del proceso, de la experiencia.

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