Inversión

Puede sostenerse con firmeza, para empezar, a pesar de las discusiones, que los niveles de inversión son relativamente buenos en la Argentina.
Después  se puede mirar más profundamente para sacar conclusiones más útiles.
La inversión que se dio en estos años en Argentina (los años del kirchnerismo) estuvo ligada a una economía «artificialmente» recalentada.

Desincentivo al ahorro (porque las tasas reales negativas te lo licúan) y el tipo de cambio moviéndose para arriba pero menos que la inflación, hacen que las familias pongan la mira en el consumo (incluso como resguardo de su capital; «es mejor comprar un auto que comprar dólares y guardarlos en el colchón») y los sectores productivos, las empresas, decidan reinvertir utilidades, comprar máquinas mejores, agrandar las instalaciones, construir, también como resguardo del capital.
Esto tiene mucho que ver, y se evidencia claramente, en que alrededor de un 75% de la inversión se financie con capital propio de las empresas, o sea, sin crédito.

Todo este proceso está ligado, sin dudas, a las decisiones de política macroeconómica tomadas estos años: rajarle para adelante a la apreciación del peso, tolerar una inflación bastante alta, y sostener con estos lineamientos un superávit de balanza comercial y cuenta corriente.

Consiguiendo en definitiva que los dólares que le rebalsan al mundo entren por comercio exterior y no por cuenta financiera (en inversiones de corto plazo en títulos y acciones, por ejemplo).  Al revés que los países «casi serios» de América Latina, principalmente Brasil, que tiene en rojo la cuenta corriente, pero es «investment grade».

Hay señales, sin embargo, que obligan a pensar que se podría producir un silencioso cambio de esquema.
Si esto es así, hay que poner de un lado las buenas y del otro las malas.

Buenas: paulatina baja de la inflación; en el mediano plazo, reestablecimiento de condiciones favorables para el crédito.
Malas: la paulatina normalización del sector financiero puede hacerse sobre la base de aspectos que condicionen el crecimiento y aún la sustentabilidad de algunos sectores productivos, con consecuencias en el empleo.

En cuanto a la inversión, cuantitativamente poco cambiaría, pero cualitativamente habría modificaciones, tanto en las fuentes de la misma (más crédito, incluido el externo, menos «capital propio», o sea menos reinversión de utilidades y más remesas al exterior), como en las actividades a las que se volcaría.

Hay que recordar el 2007, cuando se hablaba de «enfriar la economía» y el gobierno se resistía. Bueno, siempre en el terreno de las hipótesis, si la cosa va definitivamente para ese lado, la honestidad intelectual obligaría a los opositores a reconocer que se estaría «haciendo lo correcto» (por fin) y a los oficialistas a asumir que no se puede ser tan enfático en la defensa de ciertas posiciones, que después de todo se adoptan sólo de manera coyuntural.

Por supuesto, nos estamos adelantando a los hechos.  La buena noticia para la Argentina es que cualquiera de estas cosas no implicarían ningún shock, ninguna tragedia, ningún escándalo. Y cualquier dirección indeseable que agarre «el tren» se puede corregir con relativo bajo costo. Para la historia argentina, es un montón.

8 comentarios en «Inversión»

  1. me gustaría por favor si me podrías indicar algún lugar incluso puede ser el indec donde la inversion sea «relativamente buena» muchas gracias
    es mi vision (solo mia) que la falta de confianza que genera en general el gobierno ( no solo el kirchnerismo) hace que las empresas no reinviertan sus ganancias a menos que sea estrictamente necesario. esto tambien se ve en la cantidad de ahorro historico que los argentinos tenemos en el exterior hoy en dia esa cifra ronda 200.000 millones de dolares.

    si lo que pones es cierto y habria inversion esta gente con la crisis internacional y los bajos rendimientos de capital existentes en le mundo actual traerían unos pocos pesos al menos apra comprar un cachafaz en el kiosco de la esquina

  2. insisto no es un problema del kirchnerismo solamente es la clase empresaria que de empresaria tiene poco y los empresarios pymes siempre tiene miedo por que cada vez que dijeron esta vez invierto los cagaron
    per la inversion no es alta es un problema que no es endemico del modelo pero que tiene un poco que ver con el kirchnerismo y debe ser lo mas importante que el gobierno tiene que atacar
    ojo la inversion en un contexto como el actual es netamente inflacionaria

    yo creo que se puede mejorar la calidad del gasto e ir a un presupuesto creible
    argentina no es chile no tiene cobre pero deberia haber estabilizadores automaticos en el presupuesto para suavizar los ciclos. sacar los superpoders y hacer una nueva ley de coparticipación tambien es imprescindible para ir a un modelo sstentable pero se perdio la oportunidad.
    ojo no es solo culpa del gobierno

  3. La inversion es tan buena como en los mejores tiempos de la argentina. La tasa de bonos solo afecta las inversiones en infraestructura, esas que se hacen a largo plazo y con inversion externa. En estos casos pareciera que la argentina no tiene mas remedio que utilizar fondos o garantias del estado. (No creo que mas alla de los malabarismos que hagan los K, logren una tasa que justifique utilizar esos fondos).

    Para la reinversion de utilidades, las empresas no utilizan la tasa de los bonos para medir retornos. Es mas una cuestion de estrategia propia. Y la inversion en inmobiliario responde a un seguro de capital.

    El credito es un reto pendiente para el gobierno. No solo puede pegare un empujon a la inversion sino que cambia el perfil de quien invierte. En un pais donde las utilidades estan concentradas, si la inversion se limita a reinversion de utilidades, se refuerza la concentracion. La inversion por credito, tengo la impresion, es generadora de mas competencia que la proveniente de reinversion.

  4. Mariano: A mi entender, hay una cosa cosas en el escenario que alteraría dramáticamente este análisis hacia adelante: La eliminación de los parísos fiscales (ergo, del secreto bancario internacional) que cuenta con el apoyo de prácticamente la totalidad del G-20.

    Dos paraísos fiscales, que se encuentran por debajo de los standares de las Islas Cayman, son vecinos nuestros: Chile y Uruguay.

    Si ésto sucede, es decir, si los fondos originados en Argentina y fugados durante décadas quedan con el culo al aire, la lluvia de dólares sobre el mercado interno puede llegar a ser fatal, y habría que empezar a tomar reaseguros en este sentido. Se revaluaría infernalmente el peso, la exportación desaparecería, y el mercado interno sería un «blue chip», reforzado por el desinfle euro-yanqui. Y con todo lo que ésto trae asociado. ¿Argentina Potencia?

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