La fórmula hiperinflacionaria: González Fraga era el presidente del banco central en el año 90, cuando se produjo la segunda estampida de precios. Antes de implantar la convertibilidad, Cavallo (ministro de Menem, que también fue ministro bajo el radicalismo) le hizo pegar un shoot en el orto. Republicanamente hablando. Por eso de la autonomía del banco central y la mar en coche.
González Fraga es un hombre que estuvo ligado a Lavagna, y que dejó de acompañar (crítica y externamente) al gobierno de Kirchner cuando el ex-ministro de economía se alejó (contra su voluntad, diga lo que diga ahora).
La lectura de que la UCR abandonó la pretensión de mantener un armado «progresista», de centroizquierda social-democráta para volcarse a la derecha es demasiado superflua.
En realidad, la UCR es un partido con muchos referentes de derecha (más incluso que los nuevos aliados puestos en cuestión), que en distintas provincias del país conformó frentes muy amplios para derrotar al PJ, de los que formaron y forman parte tradicionales partidos de derecha.
El padre del actual candidato a presidente, por ejemplo, mantenía un vínculo fluido con Duhalde, a quien nunca consideró un enemigo ideológico. Aguad es radical. Cobos fue perdonado un año después (cuando medía bien) de lo que había sido su expulsión de por vida. Corrientes la gobierna Colombi y Catamarca, (hasta diciembre) Brizuela del Moral. Su último candidato a presidente fue Lavagna. Antes De La Rúa, y antes Angeloz, que gobernó la provincia que después gobernó Mestre. Que era el padre del actual candidato a intendente de Córdoba. Todos unos comunistas bárbaros, eh. Como Christian Colombo o el Coty Nosciglia, los «agentes de inversión».
El radicalismo es, antes que nada,…pragmático (pero conservador; es decir, no para pasar a la ofensiva política, sino para no desaparecer; está en uso permanente de su instinto de conservación). Y esto lo ha hecho sobrevivir a las mil catástrofes (autogeneradas). Refugiándose en el reducto de las intendencias y las bancas legislativas. Aún a costa de esconder el pedigree radical (como cuando pusieron a Lavagna de presidente).
Lo que hay hoy, simplemente, es el intento por cumplir con un mandato. El de unir a la oposición. Y polarizar. A los golpes, si es necesario. Bajo amenaza, o chantaje. Pero unir (disciplinar). Decisión que tal vez no tenga origen en el seno de la UCR, que apenas acata. Porque le conviene.
No le creo a los fuegos de artificio de Duhalde. Se baja (de nuevo). Y Binner, antes que mandarse a una elección presidencial sin plata ni chances, va a privilegiar su provincia. Ya fue apretado: si se lanza se rompen los acuerdos provinciales, incluida Santa Fe. Fin de la novela.
Esto explica también que el PRO (de manera demasiado sumisa, aún a riesgo de auto-infringirse un daño irreparable) esté evaluando seriamente no presentar referencia nacional. Entonces, por fuera de los pretendidos «polos» quedan en pie solamente los díscolos: Rodríguez Saá y Carrió. Ah, y Altamira. (No ninguneen a Altamira, kirchneristas; ¿qué pasa? ¿los asusta el crecimiento de la izquierda, unida por ley?)
Quedará por ver si los acuerdos superestructurales se traducen tan linealmente en votos. Si los votantes de De Narváez en el GBA, por ejemplo, unos cuantos de clase media y clase media baja, que sienten una necesidad inmensa de poner orden con mano dura, dejan de pensar que Alfonsín es un nabo, hijo de un ex-presidente «también medio nabo» (según su concepción), o aunque lo sigan pensando al menos lo voten. O si los radicales identificados con la social-democracia, o sea los que se creyeron el verso (con todo respeto), abandonan sus convicciones para darle el voto a un derechista como De Narváez, que por algún oscuro motivo parece que es «más de derecha» que el mismo Cobos, que el propio Sanz.
El Kichnerismo va con Scioli y Sabatella
«Que buen armado politico».
«Esto es hacer politica».
«Se revaloriza la politica».
El Radicalismo quiere ir con De Narvaez y Stolbizer
«Es un rejunte».
«Solo quieren sumar votos».
«Son una bolsa de gatos».
Que alguien me explique las grandes diferencias entre Scioli y De Narvaez y entre Sabatella y Stolbizer. Es practicamente lo mismo.
Claro que el monopolio mediatico Kichnerista mató el armado y hubo que seguir adelante.
Es muy dificil pelear contra Canal 7, 9, 11, Página, El Argentino, Tiempo Argentino, Bae, Miradas al Sur, Radio Nacional, Del Plata, CN23, C5N, Crónica y todo el monopolio mediatico transmitiendo en cadena las 24 hs.
La diferencia, aceptando que todos pueden y en algún punto hasta están obligados a practicar catch all, es que en el kirchnerismo la conducción está centralizada en Cristina, y es indiscutida y única al interior del espacio. Reproches morales, coincido, off: se trata de evaluar las estrategias de unos y otros. La de Alfonsín es decididamente mala: al interior de la UCR, Ricardo es cualquier cosa, menos el tipo de líder que requiere un armado coalicinista. En última instancia, está claro que sumar elementos que son claramente, si se quiere, «de derecha», no le ha impedido a CFK cristalizar su agenda más progresista: Ley de Medios, AUH, supresión de AFJP’s, gestión heterodoxa de la crisis de 2009, etc. Ni jamás su conducción ha sido puesta en jaque por ninguno de los espacios del arco que conduce. En cambio Alfonsín demuestra tener escasa incidencia en los armados provinciales -Aguad, por ejemplo- al tiempo que se le imponen definiciones políticas con las que hasta hace no mucho no estaba de acuerdo -días pasados se mostró a favor de bajar retenciones, siendo que nunca estuvo tan de acuerdo con eso-.
Eso no es derecha. Desde cuando LAvagna es de derecha?
Fijate que pensé lo mismo que Mariano cuando escuché lo de Fraga (funcionario durante las híper pre-conver). Y también me parece atendible lo de Nahuel. El único problema que, desde afuera, le veo a Fraga es que no suma por ningún lado. No ocurre lo mismo con De Narváez, creo.
Saludos
Gonzalez Fraga suma guita, Escriba. Mucha. Vínculos en el sistema financiero, en AEA y en la UIA.
Es un cambio de criterio importante en la construcción de una fórmula. Se abandona la «corrección política» o la espectacularidad que exige lo mediático, para enfocarse en los recursos materiales. Aparato. Billetes crocantes.
Un acuerdo de superestructura. En eso se vincula también con De Narvaez. Es un cachetazo a la construcción simbólica (y falsa) del radicalismo rosa.
Ojo, lo veo como que quieren gobernar en serio. Y me parece bien.
Un abrazo
Este Gonzalez Fraga también estuvo con el Néstor? Me había olvidado, a la política argentina le falta algo de profilaxis. También me pareció ocurrente como calificas a una fórmula como hiperinflacionista porque está integrada por un hombre que le tocó bailar con el mono durante la crisis hiperinflacionaria que Menem heredó y por el hijo del responsable político de esa crisis. Más gracioso aún cuando, desde AP, alabas la política económica de este gobierno que ya nos llevó al 30 y chirolas (o veinte y chirolas) anual.
La fórmula hiperinflacionista contra la inflacionista a secas. Me quedo con Carrio.
8,9% anual, ni en pedo. Pero 30 y chirolas, menos. 25 cerramos.
Esa es tu opinión, y como opinión es buena… como la mía. Ahora, ni vos ni yo sabemos la posta.
Mi punto no era esa. Si queres, te tomo el 25% no cambia mucho.
Francisco:
no fue kirchnerista. Creo que no fue funcionario. Es hombre de Lavagna, y como tal estuvo cerca del gobierno mientras este era ministro.
Aparte creo que en este país casi todos fuimos kirchneristas en algún momento. No fumiguen porque se quedan solos. No sé si zafa la doctora Carrió, mirá lo que te digo.
Y con la hiperinflación heredada, también hay un tema. Porque Gonzalez Fraga participó activamente de las peleas de entonces entre capitanes de la industria y sector financiero, acerca de cuál era la forma de corregir la hiper. Salió eyectado cuando se desató la segunda hiper, ya en tiempos de Menem. Más o menos para cuando empezaron a desplazar a la gente de Bunge y Born de la conducción económica.
Pero no nos olvidemos que aquella hiper (de 50% MENSUAL, + o -), se daba en un contexto de achicamiento de la economía. Aumentaban los precios, decrecía el consumo, bajaba la inversión, se achicaba el PBI.
Nada, pero nada que ver con la situación actual.
Un abrazo.
Lo que veo de novedoso en Gonzalez Fraga, es que se trata de un tipo que alguna vez hizo dulce de leche.
Al fin uno que estuvo metido en algo parecido a la producción.
Rareza, en un mundo de abogados.
Parece que terminó vaciando su propia empresa. De todos modos, como peronista es demasiado paladar negro para mi gusto.
¡Uf!, era peronista, cierto.
Y bue, los radicales tienen que peronizarse a ver si consiguen algún voto.
Un genial golpe político del hermano de la democracia. Con Gonzalez Fraga ha sumado una figura carísmática capaz de movilizar las masas que se vuelcan a las calles coreando su nombre.