Las disputas con Brasil por el comercio bilateral

El problema de fondo

Las «guerras» comerciales entre países no son otra cosa que una derivación del tema principal de la economía mundial. La alta liquidez en dólares promovida por las políticas monetarias laxas de EEUU.

Que, aparte del alza de precios de materias primas que redunda en aumentos en la energía y en los alimentos,  trae aparejada una revaluación constante de las monedas de los países emergentes.

El temor a la pérdida de competitividad por precio que esto provoca hace que todos empiecen a pelearse para garantizar la colocación de sus productos, para no sufrir restricción externa o pérdida de empleo.
Con estos objetivos a la vista, y descartada por inútil la preanunciada «guerra de monedas» que nunca ocurrió (por miedo a la inflación), las autoridades de los distintos países empiezan a usar cualquier herramienta que tengan a mano para reservarse cupos de mercado.
Así, por ejemplo, entran en juego con vigor las medidas anti-dumping, justificadas en que algunos países comienzan a ejercer efectivamente el dumping, lo cual sirve como excusa para complicar la competencia de otros productos de países que por ahí no ejercen el dumping.

El caso de Brasil

Acá ya hablamos bastante de la revaluación de la moneda brasilera. Mientras las autoridades sigan preocupadas por la inflación, la estarán convalidando.
El precio que paga Brasil es el de la «independencia» de la autoridad monetaria. Que pone en aprietos a Pimentel (Ministro de Industria). Digamos, los objetivos de uno y otro son contradictorios: El Banco Central (alineado con Mantega, Ministro de Hacienda) quiere cumplir la meta de inflación y sube las tasas, ayudando a revaluar la moneda.
Pimentel, en cambio, se «come» el lobby de la FIESP, y para satisfacer a ésta corporación (la más importante de Brasil), que se ve perjudicada por la revaluación monetaria, tiene que echar mano de herramientas comerciales no convencionales. Muchas otras opciones no tiene.

La situación argentina

Las Licencias No Automáticas (LNA) son usadas por todos los países del mundo. Se aplican a productos, independientemente de su origen. Están aprobadas por la OMC. No hay instancia de queja a nivel internacional.
Son trabas administrativas a la importación. El importador debe ser autorizado a importar cada partida por el Gobierno. Y no pesan sobre todos los productos, sino algunos.
El trámite, en Argentina, es más largo que en otros países. El tiempo standard de emisión de la licencia en el mundo es de 45 días. En Argentina andamos en el rango de 60 a 90.
¿Esta situación afecta a exportadores brasileros? Sí, pero no solamente. Las LNA (repetimos) se aplican a productos, independientemente del país de origen.
Brasil también las aplica. El round actual en la pelea parte justamente de la decisión brasilera de incluir en el régimen a los automóviles.

La relación comercial bilateral

Hay que remitirse a la carta que Giorgi le escribió a Pimentel.
Impecable.
Detalle exhaustivo a la vez que sintético de la situación, tal cual es.
Más allá de las LNA los productos argentinos encuentran trabas de otros tipos para ingresar a Brasil.
Un caso llamativo es el de la vajilla de vidrio. Brasil pone un precio de referencia anti-dumping. El importado no puede valer menos que ese precio de referencia. Que es más alto para la vajilla argentina, que para la indonesa. Brasil subsidia de algún modo (insólitamente) la importación indonesa, competitiva con la argentina.
Hay otros casos, como la prohibición que pesa sobre el ingreso de mosto de uva a granel, los sellos de calidad para bebidas alcohólicas o las presiones sobre las cadenas de comercialización de línea blanca, por parte de fabricantes brasileros para que no ofrezcan productos argentinos a riesgo de ser «sancionados».

El resultado

La cuestión es que en definitiva, en medio de trabas comerciales formales e informales, represalias mutuas, problemas estructurales, y diferenciales cambiarios, el resultado del comercio bilateral sigue siendo muy favorable a Brasil, que en el tramo industrial tuvo en 2010 un superávit de más de 6.000 millones de dólares.
Es un superávit (el brasilero) fundado en factores estructurales (las políticas industriales brasileras, exitosas, llevan 40 años de vigencia).
Pero existe un compromiso de complementación económica entre los países, que permitirá favorecer la instalación de la marca Mercosur en el resto del mundo, y como parte fundamental de ese compromiso aparece la necesidad de equilibrar los balances comerciales, lo cual permitiría ir colocando los cimientos para un desarrollo conjunto y parejo.
Cosa que ocurriría fácilmente, según los cálculos de Giorgi, si se abolieran las trabas que pesan sobre varios productos industriales argentinos en Brasil (agroquímicos, veterinarios, medicamentos, línea blanca, mosto de uva, vajilla de vidrio, bebidas alcohólicas, cítricos, aceite de oliva, y otros).

3 comentarios en «Las disputas con Brasil por el comercio bilateral»

  1. Te faltó contar algo más que las licencias automáticas:
    «A las demoras frecuentes en el otorgamiento de las licencias no automáticas para importar, se sumaron en las últimas horas nuevos problemas en las fronteras para ingresar alimentos al país. Luego de los severos bloqueos de camiones ocurridos a mediados del año pasado –que derivaron en roces diplomáticos con Brasil– el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, volvió a frenar el ingreso de mercadería proveniente del mayor socio del Mercosur, según denunciaron ayer importadores.
    Fuentes del sector y despachantes de Aduana confirmaron que el Instituto Nacional de Alimentos (INAL) está demorando, a pedido de Moreno, entre 15 y 20 días las autorizaciones para que los camiones puedan cruzar la frontera. “El INAL recibió órdenes de Moreno para que demorara todos los expedientes, incluido los que ya estaban habilitados, y lo hizo para todos los importadores”, precisó un importador de alimentos de Brasil.»

    «… Luego del freno a la importación de alimentos del año pasado, que desencadenó en la renuncia del entonces titular del INAL, Oscar Zubieta, el escenario se había tranquilizado y los productos comenzaron a ingresar normalmente al país. Pero en los últimos dos meses, la estrategia oficial para cuidar la balanza comercial se endureció de tal forma que cualquier arma es válida para demorar importaciones. Recientemente, el Gobierno amplió de 400 a 600 la lista de productos sujetos a licencias no automáticas y también obligó a las automotrices a importar por el mismo monto por el que exportar, lo que deja afuera a las firmas dedicadas sólo a la importación.».

    http://www.cronista.com/contenidos/2011/03/18/noticia_0054.html

    La nota es del 18 de marzo de este año. La confirman todos los demás medios.

    Es decir que hay una guerra comercial que emplea armas no muy légitimas y que se origina en ese sucio Sr. Moreno. Y los brasileños nos van a pisar como cucarachas sino la corta.

    1. Las trabas informales que aplica Moreno son menores a las trabas informales que Giorgi denuncia.

      Son cosas que, por otra parte, ocurren de manera cotidiana desde que existe el comercio mundial entre todos los países.
      Podríamos hacer una larga lista de situaciones análogas mediante las cuales Argentina perjudica importaciones de otros países. Y mucho más larga en las cuales las exportaciones argentinas son perjudicadas, en el mundo.
      Por ejemplo, el dulce de leche, que no entra en Europa porque en el nomenclador lo tienen caracterizado como «lácteo», en lugar de «confitura». O los cítricos en EEUU. O miles de otras cosas.
      No sabés la cantidad de veces que desde el primer mundo se devuelven embarques porque mientras el barco estaba viajando le cambiaron los requisitos de salubridad, por ejemplo.

      Lo bueno es que en el caso de Argentina y Brasil hay abiertos canales de negociación para la integración con desarrollo complementario.
      Es mucho más auspiciosa la negociación abierta entre Argentina y Brasil que la de la Ronda de Doha, por ejemplo, en la que Guillermo Moreno te garantizo que no tiene intervención.

      Saludos

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