Las mafias

No sé si es para escandalizarse. Digamos que era algo más o menos esperable de parte de la administración macrista.

Está haciendo lo que su base de votantes le pedía y motivo por el cual lo eligió. Me refiero a la polémica sobre las modificaciones al código contravencional, cuyo proyecto aún no fue enviado a la Legislatura, según tengo entendido, pero que ya fue anunciado con la parafernalia de una conferencia de prensa que sirvió para instalar el tema, y poner a correr al progresismo atrás del hueso.

Si algo no le falta a la medida es «consenso» en la clase media de la CABA. El macrismo tiene tan golpeada, tan decepcionada, a su propia base de sustentación, tan devaluado está su proyecto político, que hasta para sus opositores era necesario que diera un golpe de estas caracterísitcas.

En paralelo, la administración macrista decide la urbanización de la villa 31 (aquella que iba a ser arrasada por las topadoras para el desarrollo de un proyecto inmobiliario de alto rendimiento económico). Por supuesto, la oposición no comenta nada sobre este viraje inesperado e inesperable de Macri. Y Macri tampoco! Lo hace en silencio, con vergüenza. Y termina tapándolo con el anuncio estrafalario de «persecución a las mafias» de trapitos, limpiavidrios y manifestantes encapuchados.

Macri alambra su gestión. Que no lo corran por derecha es lo que consigue. Sus opositores respiran aliviados. Pueden desempolvar las acusaciones de «fascista», seriamente afectadas por el proyecto de urbanizar villas.

Más allá de coyunturas, los posicionamientos ideológicos van quedando claros. En la ciudad, hoy, eso lo hace ganar a Mauricio.

Ahora, una cuestión discursiva que llama la atención. Macri habló de «mafias» para referirse a los comportamientos asociativos patoteriles de algunos trapitos y limpiavidrios.

La palabra es excesiva. Y ridícula cuando viene de un tipo que está a cargo de un Gobierno que ese mismo día licitó una serie de bonos de deuda, cuyo valor, en media hora, en el mercado secundario subió un 2,5%. O sea, lo vendieron barato (aparte de que no esperaron el canje de Boudou para ver si les bajaba la tasa). Y no sólo eso, sino que les pagaron comisiones de 1,25% y 0,75% a sendas financieras que asesoraron en la operación*.

Traducción de «asesoramiento financiero«: llamaron por teléfono a algunos conocidos y socios que tienen guita y les dijeron: «tengo un negocio que no te podés perder: el Gobierno de la Ciudad vende un bono, los convencimos que lo coloquen a 2,5% menos del valor de mercado. Una ganga».

La palabra «mafia» está siendo abusada, indiscutiblemente.

*Los datos sobre la emisión de deuda fueron tomados del blog de Miguel Olivera, que a su vez levanta una nota de Guillermo Laborda aparecida en Ámbito financiero.

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