Pongamos que hablo de Villegas

Más allá del estupor que provocan las hordas Villeguenses, no ya reclamando la inocencia de sus jóvenes sementales, sino el cambio de carátula, la comprensión por el acto, el castigo a la víctima, más allá, digo, aparece la pregunta. Cómo es. Cómo funciona. Por qué.
Alguna respuesta la da Puig en esta joyita que colgaron hace algunas horas en el blog catanpeist y que me atrevo a reiterar en este sitio.
En apenas 3 minutos y medio desfilan la flagrante descripción del ámbito, la presencia exacerbada del machismo, la división de la sociedad entre «fuertes» y «débiles». Pareciera estar hablando del episodio que sacude nuestras conciencias por estos días.
También cuenta, cualquiera que haya leído a Puig se habrá percatado de esto, cómo el cine fue de alguna manera un antídoto contra ese paisaje llano y opresivo.
Algunas décadas después, en la pujante y sojera Villegas, hay un solo cine que, hoy por hoy, no proyecta ninguna película.
La próxima vez que alguien arroje sobre tu persona un discursito acerca de cuánto mejor se vive en el interior de la República, de la condensación de valores y cualidades que conjuga la gente de «nuestro campo», contale que las cosas son algo más complejas que un caño de escape o dos bocinazos a destiempo. Y hablale de General Villegas. Parece que nada es tan sencillo.

Acerca de Alejandro Turner

Tiene 40 años, es guionista y dramaturgo. Aunque prefiere pensar que es simplemente alguien que escribe. Escribió entre otras obras de teatro "La Salud de los moribundos" (1er Premio del Fondo Nacional de las Artes obra inédita de teatro, 2007); "Canciones tristes (cantadas como si fueran alegres)" (Primera Mención en el mismo certamen), "Dónde caerse muerto" (incluido en la Antología "Autores en construcción" editorial C. C. Rojas) y "Villarrica", estrenada en diciembre del 2008 en el Camarín de las Musas con la dirección de Gabriela Bianco, en el marco del Primer Festival de Monólogos NO HAY DRAMA.

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21 comentarios en «Pongamos que hablo de Villegas»

  1. Nada es tan sencillo, es cierto, como tomar a Villegas como el standard de la vida en el interior y «el campo» como un gran poder que sojuzga a todos los que vivimos lejos de la general paz. Seguí participando, nene, nunca desde palermogólico vas a entender a la argentina del interior donde, gracias al cielo, seguimos viviendo infinitamente mejor que Uds. pero no se lo decimos para que no se vengan y nos contaminen los pueblos con su insidia, su desprecio y su prepotencia.

    1. ¿De donde son oriundos, los que manejan y manejaron la cosa. en los últimos 27 años?
      Se obnubilan con Buenos Aires, no vuelven más a sus pueblos, y se cagan en todos Uds. y de paso en nosotros.
      ¿Y la culpa es de los Porteños?

      ¡Brillante!!!!

  2. Justo un porteño hablando de prepotencia. Como Bush hablando de paz.
    Eso si exime de cualquier comentario ulterior.
    Si el slogan más creativo y sensible que inventaron fue : «A comeeeeerlaaaa!»
    Andáaaaa!

    1. Y hacen culto de quien la tiene más larga! Como Moreno o el mismo Kirchner. Que caradutas hablando de machismo!
      Solo les falta coleccionar espías listas negras y arsenales

    2. Como ya exprese.
      ¿De donde son oriundos, los que manejan y manejaron la cosa. en los últimos 27 años?
      Se obnubilan con Buenos Aires, no vuelven más a sus pueblos, y se cagan en todos Uds. y de paso en nosotros.
      ¿Y la culpa es de los Porteños?

      ¡Brillante!!!!

    3. Me parece que puedo hablar básicamente de lo que se me canta. Si mi lugar de residencia de impide hablar de algún tema estamos en el horno, ¿no? Por lo demás, tengo una mirada bastante crítica acerca del autodenominado progresismo porteño, no sabía que tenía que volcar todo lo que pensé y escribí en los últimos 20 años en cada post para no ser corrido por mis omisiones. El carozo del asunto es que nada es tan sencillo, justamente. Y que idealizar o lapidar a las personas por el lugar donde residen sería poco menos que una estupidez. El «sofisticado electorado porteño» y la «pureza virginal de los habitantes del interior» me parecen dos construcciones mediático/políticas pelotudísimas. ¿Así está más claro?

  3. Creo Alejandro, como lo decís en tu última frase, que nada es tan sencillo. Bueno, nada no, condenar a las bestias que salieron a manifestarse en favor de los abusadores, eso sí es sencillo. También decir que los antiK están demasiado crispados, yo diría incluso, afiebrados. En los comentarios de arriba se agarran de cualquiera para hablar mal del kirchnerismo. Pobre Serrat si supiera que es citado en ese contexto.
    Pero el tema del post creo que tiene que ver con idiosincracias que predominan en unos u otros lugares. Y eso sí me parece complejo. Entiendo a lo que te referís y me viene a la memoria, creo que Roulet de CRA, diciendo: «mi maestra me enseñó que a este país lo hicieron el campo, la iglesia y los militares». O también puedo pensar en ideologías como las que predominan en el sur de EEUU. Digamos, más bien lejos del progresismo. Creo que hay algo de cierto en esto. Sin embargo también es interesante cómo ven al progresismo porteño en esos lugares, no ya los manifestantes pro abuso o los Roulet, sino personas intermedias, que quizás no ven tan obvio como nosotros el matrimonio gay, pero que tampoco son trogloditas. Creo que muchas veces nos ven pedantes. Y lo peor es que en cierto modo, les doy una parte de la razón. No es tan fácil separar al progresismo porteño, cuando se ufana de la diferencia con esos modos de pensamiento que predominan en, por ejemplo, Villegas u Olavarría, de las palabras de Lilita cuando dice en el 2007: «a nosotros nos votaron en las grandes ciudades». Ya sé que no es lo mismo, pero hay algo que viene de un lugar similar. No es tan fácil separar el progresismo porteño de los encuestadores que te hablan del «sofisticado electorado porteño», que termina votando en un 60% a …Macri. Claro que no lo vota el progresismo porteño. Pero lo votan sí, muchos «término medio», que sí acordarían con el matrimonio gay, pero que tienen una visión elitista en muchas cosas y no se ven a sí mismos tan distintos de un progresista. Alejandro Rozitchner puede servir de ejemplo.
    Aquí hablamos de los sojeros, interior de la Pcia de Buenos Aires, pero ¿cómo ven al progresismo porteño en el NOA y el NEA? ¿Qué grado de progresismo tienen al interior de sus comunidades? El problema se complica si lo ponemos en términos de opresor/oprimido. ¿Quién sería el opresor en nuestra historia? ¿Buenos Aires o el interior? Coincidirás probablemente en que somos nosotros, pero entonces, ¿podemos ahora hacernos los progres? Vos no le hablás en el post a ningún oprimido del NOA sino a los que se la llevan en pala en la pampa sojera, pero si lo hacés en términos de «progresismo» (aunque no hayas usado la palabra), la crítica le puede llegar a muchos más que a los que les apuntás. Y muy probablemente no estén de tu lado. Ojo, no pretendo tener ninguna verdad, solo plantear algo complejo, siendo yo porteño y habiendo vivido muchos años en el interior. Me acostumbré a ver el tema desde distintos lugares y me parece de verdad complicado. Creo que algo de esto también es lo que separa al peronismo de la izquierda, y si querés, simplemente a muchos trabajadores de la izquierda. Tal vez estoy extendiéndome demasiado en las analogías y ya sea difuso, pero el tema da para pensar. Un abrazo.

    1. Estoy de acuerdo con vos, Sergio. Justamente apuntaba a cuestionar la construcciòn mediàtica del mal llamado interior como paraíso de toda pureza. En contrapartida, creer que esta ciudad es la vanguardia de la sofisticación política es otra imbecilidad. Basta recorrer los resultados electorales de los últimos ¿50? años. Abrazo.

  4. Creo que el machismo, el desprecio por el débil, la prepotencia, la arrogancia, están en muchos de nuestros genes nacionales. En la ciudad y el campo. Está entre progres y conservadores. Peronistas y radicales.
    Es ya una larga tradición vernácula: la culpa la tienen siempre las víctimas, y somos los mejores:
    «En algo andarían», «En la Amia murieron judíos y también argentinos», «Brillante el gol de Dios con la mano», «Que vengan los ingleses, y nuestros cuchilleros correntinos los echarán corriendo al grito del sapucai», «Al Bambino le hicieron la cama», «Machazo el odontólogo que se cargó a todas las mujeres de su familia»…
    En fin, por ahora aceptemos que somos lo que somos: Nuestro ídolo sexual es un travesti.

  5. Mariano T hace verdaderos esfuerzos para mostrarse como un pelotudo a veces y no lo es. Supongo, Mariano, que tu intención es ser irónico, pero no te sale. Te sale pelotudo. Y es una pena: te prefiero enojado, crispado, discutiendo. Y no así de berreta.

    1. Confieso que no me pareció una mala ironía. Si el kirchnerismo es la causa de todos los males, por qué no incluir también, en la larga lista de calamidades, el abuso infantil. No es una burla hacia la víctima sino hacia una cierta opinión furiosamente antiK. El hecho de que el abuso haya sido realizado en una ciudad que uno imagina mayoritariamente antioficialista refuerza la ironía.

  6. Lo que pasa es que las palabras les traen ecos a cada uno de otras cosas.
    Hubo un abuso en Villegas, y una marcha de forros.
    A turner Villegas le suena a campo y a soja.
    A mi abuso me suena a kirchner, y forro me suena a mendieta,

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